Capítulo 10

Los cálidos rayos de sol llegaban hasta mis pies cuando empecé a despertarme. Estiré mis extremidades, que todavía estaban tensas por la noche anterior, antes de girarme y abrir mis ojos para ver a Harry sentado con su espalda apoyada contra mi almohada, mirando algo en el teléfono.

"Buenos días," Sonrió, poniendo el teléfono a un lado.

Se deslizó por la cama y se apoyó en su codo, atrayendo mi cuerpo desnudo contra el suyo, antes de inclinarse para besarme. Hoy era definitivamente un buen día y, juzgando por el no tan pequeño bulto que empezaba a estirarse contra mi cadera, estaba segura de que Harry sentía lo mismo. Mientras movía mi cuerpo, me di cuenta de que cada uno de mis músculos estaban tensos y me dolían, aunque lo encontraba un recuerdo más placentero que incómodo.

"¿Qué hora es?" Murmuré.

"Acaban de dar las 11."

Gruñí.

"¿Por qué gruñes?" Se rió.

"Nunca duermo hasta tan tarde."

Él atrajo mi cintura más, sonriendo. "Bueno, obviamente lo necesitabas."

"Necesito una ducha. Eso es lo que necesito."

Mientras pasaba mi mano por su cálido costado, él tarareó, atrayéndome para darme otro beso. "Vamos a ducharnos, entonces."

Me reí mientras ponía una pierna encima de su cintura; su erección ahora descansaba cálidamente contra el interior de mi muslo. Suspiré cuando empujó sus caderas hacia delante y se deslizó entre mis piernas, respirando pesadamente contra mis labios. La punta de su longitud rozaba levemente contra mis piernas y yo inhalé profundamente, lo que hizo que la cara de Harry se iluminara con diversión. Rápidamente, movió su cuerpo encima del mío, así que sus piernas estaban a cada lado de las mías sujetando mis manos encima de mi cabeza mientras bajaba su cara hasta estar a centímetros de mi. "Vamos," me besó. "A la ducha."

Las manos de Harry nunca dejaron mi piel mientras salíamos desde la habitación hasta la ducha, besándonos, tocándonos y riéndonos como si no hubiera nada más en el mundo. Así era como me sentía cada vez que estaba con él. Traía algo a mi que me hacía sentir que podía ser quien quisiera ser y hacer lo que quisiera. Bajé la guardia y le dejé hacerlo y cuando lo hizo, había experimentado una felicidad que nunca hubiera pensado que existía.

"Eres insaciable," sonrió en medio del beso, apretando mi culo con fuerza.

"Y tu estás cachondo," Me reí, atrayendo mi atención a su po.lla dura como una piedra entre nosotros.

Él se rió, dando un paso hacia atrás y moviendo la manilla de la ducha. "Será mejor que te moje, entonces."

Me retorcí cuando el agua fría golpeó mi espalda, poniéndome la piel de gallina. Mi espalda chocó contra la pared y los labios de Harry se juntaron con los míos; su cuerpo presionaba contra el mío. Cuando el agua se calentó gradualmente, mis músculos empezaron a relajarse y me apoyé más en la pared, pasando mis manos por la espalda de Harry y a través de sus suaves rizos. Su beso era duro aunque sus labios y su lengua eran muy sensuales contra mí. Cuando paramos para respirar, él dio un paso hacia atrás. Sus ojos eran oscuros y brillantes; las comisuras de su boca curvadas hacia arriba. El agua había empapado sus rizos hasta convertirlos en largas olas. Chorros de agua pasaban por sus hombros y llegaban hasta los músculos de su parte delantera, atrayendo mis ojos con ellos mientras se deslizaban entre sus caderas y pasaban por su dura longitud. Si el deseo que pasaba a través de mí fuera un océano, él sería Poseidón; controlando cada ola.

Sus labios volvieron a los míos. "Date la vuelta," Susurró, pasando sus manos por mi cintura mientras le giraba mi cuerpo.

Di pequeños pasos hasta estar de cara la pared y, en cuestión de segundos, las grandes manos de Harry se deslizaron sin esfuerzo por mi espalda y mis hombros. El gel de ducha olía a frutas cítricas; era muy refrescante. Empezó a frotar y a masajear mis músculos doloridos, presionando las puntas de sus dedos y sus pulgares firmemente contra mi piel para sentir cada nudo. Mi cuerpo se debilitó instantáneamente y tuve que colocar mis manos en la pared para buscar un soporte. Mientras él seguía frotando mi espalda, sus labios llegaron a mi cuello y empezó a provocar la húmeda piel. Deslizó sus manos a mis lados y luego por delante, atrayéndome para que mi espalda estuviera contra su pecho. Apoyé mi cabeza en su hombro, dándole a sus labios un mejor acceso a mi cuello mientras él seguía moviendo sus manos por mi estómago y mis caderas, creando una capa de jabón. Su erección presionaba justo contra la base de mi espalda, muy caliente y gruesa contra mi piel. Cuando su manos llegaron a mis tetas, moví mi mano detrás de mí y entre nuestros cuerpos para encontrarle. Gruñó contra mis labios cuando pasé si palma extendida por él antes de cogerlo y moverle lentamente. Su piel estaba muy húmeda y suave en mi mano, un delicado contraste con lo duro que estaba. La presión de sus manos en mí se incrementó, masajeando mis tetas con fuerza mientras cogía mis pezones entre sus pulgares y sus dedos; lo que pude sentir justo en mi co.ño. Me eché más para atrás y rocé mis labios contra su afilada mandíbula, hasta que sus labios encontraron los míos y caímos en un caliente y perezoso beso. Sus manos se quitaron de mis tetas y empezaron a rozar la parte superior de mis muslos, moviendo gradualmente sus dedos hacia dentro. Mientras que su mano izquierda estaba alrededor de mi cintura para agarrarme, el índice de su mano derecha rozó encima de la parte superior de mi hinchado clítoris. Todo mi cuerpo tembló cuando la primera ola de liberación me atravesó y si no fuera por su mano en mi cintura, mis rodillas hubieran fallado. Empujó su dedo más abajo hasta que estuvo provocando mi entrada suavemente y yo instantáneamente solté su longitud y presioné mi mano contra la pared para aguantar mi peso, con la otra mano agarrando la muñeca de Harry que estaba alrededor de mi cintura. Ya estaba mojada y lista para él, y la sonrisa contra mi mejilla me decía que él lo sabía.

Usando sus manos para guiarme, Harry giró mi cuerpo para darle la cara una vez más. Lentamente se puso de rodillas, pasando sus manos arriba y abajo por la parte trasera de mis muslos y me miró. Enganchando su mano detrás de mi rodilla izquierda, elevó mi pierna hasta que mi pie descansó en su hombro. Le miré atentamente mientras sus ojos me devoraban; los dedos rozaban las caras internas de mis muslos. Con mis piernas abiertas, estaba completamente expuesta a él, pero la manera en la que me miraba Harry me tenía cautivada; como si estuviera trabajando cada centímetro. Su mano izquierda se colocó en mi cintura, dejándome sujetarle; mientras que su otra mano sujetaba la parte de atrás de mi muslo levantado. Cuando le cogí la mano, se inclinó hacia delante y empezó a mover su lengua por mi clítoris. Destellos de placer surgieron de mi interior justo hasta las puntas de mis pies y mis caderas se echaron para adelante instantáneamente, a lo que respondió apretando mi mano. Alternaba entre provocar mi clítoris con su lengua y sus labios y pasar su lengua por encima de mí. No se perdió ni un centímetro y la combinación del agua pasando por mis piernas y la habilidosa lengua de Harry tenía mi cuerpo en completo éxtasis, tan caliente y mojado e increíblemente intenso. Con mi mano libre, tiré de su pelo cuando mi clímax empezó a elevarse desde la boca de mi estómago. Él agarró mi muslo y empujó mi cintura con su mano, manteniéndome quieta mientras cerraba los labios alrededor de mi clítoriis; chupando y girando la lengua una y otra vez. Mis piernas estaban temblorosas y debilitadas y, cuando me corrí en su caliente boca, confié plenamente en sus manos para sujetarme.

Continuaba temblando cuando Harry besó el interior de mis muslos y mi torso, hasta que sus suaves labios estuvieron en los míos, Movió su lengua contra la mía y sonrió, sabiendo que podía saborearme. Mientras el agua caliente envolvía nuestros cuerpos como si fueran uno, Harry nos movió hasta que estuve de cara a la pared y él estuvo detrás de mi.

"Inclínate hacia delante para mi." Respiró, acariciando mi estómago.

Lentamente, me incliné y coloqué mis manos en los mojados azulejos delante de mi, elevando un poco mis caderas. Pude sentir su erección contra la parte baja de mi espalda, deslizándose por mi húmeda piel mientras me posicionaba. Él pasó sus manos por toda mi espalda y yo suspiré cuando le sentí en mi entrada, con sus manos sujetando mis caderas para mantenerme quieta.

Con un rápido movimiento, estaba dentro de mi. Sus muslos estaban contra la parte de atrás de los míos; ambos tensos mientras nuestros cuerpos se hacían uno. Su mano izquierda se movió de mi cadera hacia mi pecho, atrayéndome hacia él, y perdí la respiración cuando la presión contra mi punto G se incrementó y todo se volvió, de repente, mucho más tenso.

"¿Cómo quieres que te tome?"

"Despacio." Respiré.

Él sonrió contra mi cuello, apretando juguetonamente la piel sensible entre sus dientes.

"¿Y profundo?"

Mientras hablaba, elevó sus caderas para que le pudiera sentir justo en mi estómago. Sujeté sus brazos contra mi pecho cuando mis rodillas amenazaron con fallar. "Si."

Harry no perdió el ritmo ni una vez, ni siquiera cuando me arqueé contra él cuando se acercó mi clímax. Me mantuvo cerca, besándome cada tanto mientras mi cuerpo escalaba a una creciente velocidad.

"No, no. Harry. Por favor," Supliqué cuando mi clímax empezó a robar cada gramo de fuerza de mis músculos.

Estiré mi brazo derecho alrededor de la parte trasera de su cuello, poniendo mi cuerpo recto en un intento desesperado por sujetarme. Él agarró mi cintura con su mano izquierda mientras usaba la derecha para apoyarse en la pared.

"Está bien. Te tengo."

Nuestros cuerpos estaban tan cerca que a penas podía distinguir el suyo del mío. Todo mi cuerpo empezó a tensarse, los músculos de mi centro se contraían y un calor increíble corrió a través de mí.

"Vamos, Emilia. Córrete para mi."

Sus palabras era calientes y sin aliento contra mi oído y, mientras el seguía empujando sus caderas hacia arriba, me rendí al placer y me corrí a su alrededor.

"Cristo." Suspiré.

Él sujetó mi cuerpo mientras temblaba, manteniendo el ritmo controlado de su empuje mientras prolongaba las sensaciones que corrían por mí. Todavía estaba muy caliente y tensa y mientras mi cuerpo seguía manteniéndolo ahí, profundo, sabía que seguía en el borde y estaba lista para liberarme por última vez. Sentí a Harry sonreír contra mi cuello, provocándome con sus labios.

"No has acabado, ¿no?"

Él ajustó el ángulo en el que me estaba penetrando, moviendo sus caderas levemente pero lo suficiente como para que lo sintiera.

"Estoy cerca otra vez," Suspiré sin aliento, arqueando mi espalda hacia él.

Él aceleró el ritmo y yo apoyé mis manos en la pared para darme más resistencia. Sus manos se colocaron a cada lado de las mías, mucho más grandes en comparación. Mientras su cuerpo mojado se movía contra el mío, deslizándose sin esfuerzo, me corrí una vez más. Suaves olas surgieron a través de mi, menos intensas que las anteriores pero seguían consumiendo todo mi cuerpo. Harry siguió moviéndose dentro de mí, susurrando dulces y sucias palabras contra mi oído y, con un fuerte empellón, se corrió dentro de mí, empujando sus caderas hacia delante hasta que acabó. Me dejó completamente abrumada. Normalmente tenía problemas para correrme solo una vez con la penetración, ni pensar dos veces en cuestión de minutos- puede que incluso menos. Y con el orgasmo que había tenido antes con mi clítoris. No estaba segura de si era porque me dejaba ir cuando estaba con Harry o porque él era así de bueno. No me quejaba de ninguna de las maneras.

El agua caía entre nosotros mientras Harry seguía sujetándome. Con su cabeza apoyada al lado de la mía, me giré para besarle. Nuestros labios se rozaron, besándonos cada poco mientras cogíamos aliento.

"Estoy jodidamente cansado." Se rió Harry, cogiendo mi labio entre sus dientes.

"Nunca había tenido un orgasmo múltiple antes." Susurré contra sus labios, suspirando cuando se retiró de mi.

Él sonrió antes de dejar un beso en mis labios. "Un fin de semana de primeras veces, encontes."

-

"Estaba penssando," Empezó Harry. "¿Qué te parece si damos un paseo por la tarde?"

Aparté mi mirada de mis piernas hidratadas para mirarle. "Bueno, para empezar, no tengo ropa- aparte de la sucia con la que vine."

Él me miró y sonrió y supe exactamente lo que estaba pasando por su cabeza. "Y no voy a llevar esos calzoncillos antes de que se te ocurra sugerirlo." Me reí.

"Me has descubierto." Se rió y caminó hasta el lado de la cama en el que estaba sentada, mirándome directamente a los ojos. "Pero si ignoramos la situación con la ropa... ¿estarías cómoda si te vieran conmigo?"

Rompí nuestro contacto visual para pensar un momento. Le había dejado azotarme, taparme los ojos y atarme. Probablemente me sentiría cómoda desnuda con él en un tanque de anguilas. Pero eso era aparte. Lo que me preocupaba era la tormenta que teníamos el potencial de crear. Los medios y el público en general eran buitres viciosos cuando se trataba de cosas como esta y eso, indudablemente crearía presión en lo que ya teníamos. Estaba disfrutando viviendo en nuestro pequeño mundo del que nadie sabía nada. Sin presión. Sin expectaciones. Solo nosotros.

Le mire a través de mis pestañas.

"No tenemos por qué hacerlo. Sabes que nunca te forzaría a hacer nada que no quieras-" Pausó para respirar. "Y no estoy diciendo que vayamos cogidos de la mano ni follando por las esquinas."

Me reí de su intento por liberar la tensión. Era un paseo. Todo el mundo daba paseos. Hasta las ardillas daban paseos. Y hacía un día precioso. Sería una pensa desperdiciar la ilusión del sol británico.

"Bueno.. ¿me dejas una camiseta? Una que no parezca que la llevo porque me he quedado todo el fin de semana y no tengo ropa limpia." Me reí.

"Por supuesto."

La colina soleada está sorprendentemente tranquila cuando caminamos por ella. Parecía que nadie había prestado atención cuando Harry pasó... probablemente porque la mayoría de ellos tenían más de cincuenta años y estaban ocupados en su propio domingo como para preocuparse por nosotros. También me hizo darme cuenta de que había aspectos en la vida de Harry que eran privados y que los medios no sabían. Habíamos estado en esta colina antes y no había pasado nada. Puede que fuera un lugar a salvo. Puede que fuéramos intocables aquí.

"¿Has disfrutando este fin de semana?" Preguntó Harry.

Sonreí y asentí. Parecía que habían pasado más de dos días. "Si. ¿Y tú?"

"Oh si," Se rió. "Siempre disfruto el tiempo que paso contigo. Atada o no."

Me giré para mirarle y me reí, mirando alrededor para asegurarme se que nadie nos estuviera escuchando. "¿Qué planes tienes esta semana?" Le pregunté.

"Eh... Radio 1 mañana. Luego tenemos una reunión con nuestro productor. Una conferencia de prensa el martes, una cena... un evento de caridad... algunas sesiones de fotos." Observé como Harry contaba su semana con sus dedos, hasta que levantó ambas manos. Y yo pensaba que mis semanas eran cansadas.

"No estás muy ocupado, entonces." Bromeé.

Él se rió. "¿Qué hay de tí?"

"Trabajo..." Pensé un momento. "Voy a cenar con algunos amigos el miércoles.. puede que unas copas después." Ya estaba. Esa era mi semana, que parecía tristemente tranquila y vacía en comparación.

"Te llevaré a cenar algún día"

Me giré para mirar a Harry cuando me sacó de mis pensamientos y no pude evitar sonreír por su gesto romántico. Me sonrió de vuelta y tuve que luchar contra la urgencia de besarle. A pesar de mis intentos de no dejar que mi mente vagara, no podía evitar imaginarme cómo sería estar relacionada abiertamente con él; ser capaz de cogernos de la mano y besarnos cuando y donde quisiéramos. Me preguntaba cómo sería ser una pareja, hacer todas las cosas que hacían las parejas. Pero supongo que eso era algo que no podía averiguar por un tiempo.

Puede que nunca lo haga.

X.

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