ℒ𝒶 𝓁𝓊𝓏 𝒹ℯ 𝓂𝒾 𝓋𝒾𝒹𝒶
— Lay — sorprendieron al chico, quien trato de ocultar aquella carta con disimulo. — Es hora, te hemos esperado mucho tiempo y sabes que necesitamos el dinero para nuestros hermanos y padres.
— Lo siento chicos, créanme que entiendo su situación, pero aún no puedo hacerlo.
— ¿Por qué no? Desde hace semanas ya tenemos los lugares donde guardan las joyas; solo es cuestión de que lo hagamos, Lay. — el nombrado solo negaba a lo dicho — Y este momento parece perfecto para hacerlo.
— No chicos, no está planeado y me temo a que algo salga mal si lo hacemos así de imprevisto
— Todo ya estaba planeado desde que conseguiste los sitios donde están las joyas, y si nos damos prisa nada saldrá mal. — ánimo uno de los ladrones con una mirada seria, pues cada minuto en esa charla era menos tiempo para el asalto — ¿Qué te preocupa realmente, Lay? No nos pienses tontos, porque si supones que nos puedes engañar no es así; ya nos hemos dado cuenta de lo raro que te has comportado últimamente. Así que dinos, ¿Tu mismo nos dirás o te decimos lo que nosotros creemos? — YiXing se tensó y agachó la cabeza sintiéndose acorralado — ¿Te enamoraste no?
— ... — un silencio abrumador se formó entre los presentes, y tras unos segundos en los que Lay se mantuvo con la cabeza gacha, los otros ladrones negaron.
— Lay debes recordar que somos de mundos diferentes, si él se entera de lo que en verdad eres te dejará — dijo con rudeza, pues a pesar de que eran ladrones tenían cierto aprecio por sus compañeros — La vida no es tan linda como la vez ahora Lay, y tú más que nadie sabe cómo son los ricos de insensibles. Ellos solo te usan y buscan por tu dinero, si no les sirves te echan sin importarles las injusticias que hagan, ¿Tú crees que el príncipe heredero a una de las fortunas más grandes, será diferente?
— Él es diferente, mi JunMyeon no es como los demás ricos que hemos conocido, él es algo inusual dentro de una sociedad podrida, en verdad quiero salvarlo y llevarlo lejos de aquí.
— Lay utiliza la cabeza, no te dejes llevar por tus sentimientos ahora. — suspiro uno de los ladrones ya cansado de aquello — El príncipe no se irá con alguien que no le puede dar toda la riqueza que ahora tiene, e incluso si es alguien fuera de lo inusual, bien sabes que necesitamos el maldito dinero, para sacarlo de aquí y al menos que viva decentemente — YiXing abrió grande los ojos pues aquello era real. A él le gustaría que JunMyeon llevara una vida sin preocupaciones, y par que eso sucediera necesitaba el dinero — Háganlo chicos, tomen lo más que puedan y sean honestos, repartiremos equitativamente. — ordeno moviendo sus piernas lentamente, su cuerpo parecía no querer cooperar con él.
— Así se habla, Lay — sonrieron hacia Lay.
— Yo me encargo de la habitación del príncipe ¿Entendido? — regularmente Lay en todos sus asaltos estaba tranquilo y pensando en cada cosa minuciosamente, pero esta ocasión por el imprevisto y por todos sus sentimientos, así como por los miedos que lo comían vivo (todos estos por el suspenso de no saber como actuaria JunMyeon al enterarse de lo que era en realidad, y de lo que quería hacer para que se fueran de allí) no pudo actuar de una forma tan asertiva, estando divagando en millones de cosas a la vez que daba un paso.
— De acuerdo, hagámoslo — los ladrones se separaron, desapareciendo del campo visual de YiXing, y hasta ese momento Lay pudo moverse mejor, yendo a buscar la joya más importante para JunMyeon y una que otra ropa que serviría para su nueva vida.
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Mientras tanto...
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Después de unas horas en las que JunMyeon estuvo fuera del castillo, debido a que se requería su presencia en cierto lugar por asuntos de la realeza; el príncipe regreso al castillo agotado pero contento de por fin poder ver a Lay, y camino a pasos apresurados hacia aquella biblioteca que era el punto de encuentro de ambos enamorados (lugar en donde habían compartido grandes recuerdos; algunos mínimos como el estar leyendo cada uno, pero con las manos entrelazadas y dedicándose sonrisas bobas, o inclusive momentos donde se robaron besos, que por el lugar en donde estaban les parecían prohibidos), esperando ver a Lay dentro esperándolo con aquellos hermosos hoyuelos que se formaban cuando le sonreía.
El príncipe deseaba fundirse entre los brazos de su amado y sentirse reconfortado por aquel día agotador.
Sin embargo, tan pronto abrió las grandes pertas de la biblioteca, y no encontró al joven, ni escucho algo que le indicará que había alguien allí, se sintió extraño pues Lay siempre era puntual; por lo que dudando de su vista y oído, se adentró más en la biblioteca, llegando hasta el lugar donde ambos se sentaban comúnmente, percatándose hasta ese momento de una hoja reposada en la mesa junto a la pluma que su amado siempre llevaba con él.
Al ver esta pluma propiedad de Lay, JunMyeon sonrió, sabiendo que su amado ya estaba allí; pero al asomarse más hacia la hoja por simple curiosidad y leer un "Hola mi ángel" frunció el ceño y dio una repasada rápida con su vista por toda la hoja, viendo escrito su nombre más veces, y obteniendo su completa atención e curiosidad el contenido de aquel escrito.
JunMyeon sabía que estaba mal leer algo sin permiso del dueño del escrito, pero al saber que había un apodo cariñoso y su nombre en aquel texto, no pudo aguantar la curiosidad.
Y, por lo tanto, JunMyeon leyó esa carta inconclusa, obteniendo por su curiosidad un gran shock y pensamientos abrumadores, que no le dejaban mantener un equilibrio en su juicio, para que pudiera tomar una decisión coherente y justa, con respecto a lo que debía sentir por aquella revelación tan inesperada; sin que sus sentimientos encontrados lo hicieran tomar una decisión equivocada de la que podría arrepentirse en el futuro.
Pues aunque su mente trataba de tranquilizarse y pensar con claridad todo lo que había leído en aquella carta, el dolor que le causaban todas esas mentiras le molestaba, pues saber que fue usado en los inicios de todo, aun cuando se sintió especial al ver que alguien se interesaba por él y lo defendía frente a una figura impotente; le molestaba y causaba conflicto internamente.
JunMyeon había entendido el mensaje inicial y agradecía que Lay se esforzará en darle una carta entendible y bien explicada, en donde le mostraba sinceramente lo que sentía en esos momentos (pues en cada párrafo, pudo notar el miedo que tenía el ladrón por perderlo, así como el gran amor que le tenía), pero a su vez no podía evitar sentirse un poco mal y con inseguridades al saber que al inicio solo fue un juego para el ladrón; sin embargo, llego el momento en que JunMyeon puso un alto a seguir con todas aquellas dudas, inseguridades y muros con los que había vivido por años, decidiendo seguir su corazón el cual tenía bien claro que Lay, o más bien YiXing, lo amaba con la misma intensidad que él, y que no era algo que suponía, pues el joven se lo había demostrado constantemente las últimas semanas mediante la forma en que lo veía, en sus acciones, etc.
Resultando de esta manera que JunMyeon decidió eliminar sus inseguridades y creer en su amor, creer en el bondadoso, amable, cariñoso, valiente, y buen chico que era YiXing como para decirle la verdad (así fuera por carta, primeramente) en lugar de ocultárselo por siempre. Agradeciendo esto pues le confirmaba su amor, confianza, honestidad y respeto.
El enamorado príncipe ni siquiera pudo percatarse de que ya no estaba en la biblioteca ni que la carta inconclusa no estaba en sus manos (por la fuerte ansiedad que tenía por preguntarle más cosas a YiXing y de esa manera aclarar todas aquellas pequeñas duda), hasta que una mano lo jalo haciéndolo desbalancear sus zancadas y darse cuenta de que había corrido por un buen tramo del castillo, y que estaba siendo jalado hacia un cuarto del castillo.
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— ¿Q-que? ¿Qué hacen aquí?
— No hables o grites, si lo haces no dudaremos en silenciarte, ¿Entendido? — el príncipe mordió su labio nervioso y asustado, mientras asentía lentamente — lo que hacemos es robar todas las joyas de este castillo, príncipe.
— ¿Robar?
— Si, Lay lo ordeno. Era hora de acabar con esto.
— ¿YiXing? — pregunto confundido, olvidando el hecho de que quizá solo él sabía el nombre real de Lay, confirmando esto cuando los ladrones lo vieron extrañados y como si fuera un loco (cosa que lo hizo sentirse más enamorado y especial, pues YiXing solo había tenido esa confianza con el cómo para decirle su nombre real, en lugar de a sus compañeros de años); aun así su mente estaba lo suficientemente colapsada como para recomponer su error, por lo que solo se dedicó a pensar que aquella carta inconclusa hablaba sobre el escape-robo que YiXing planeaba para llevárselo de allí, junto con el suficiente dinero como para que pudieran vivir tranquilos por un tiempo; más, sin embargo, nunca se había hecho mención de que lo harían ese mismo día.
— Si, no me sorprende que no lo sepas, pero por un momento creí que ya lo sabías — contesto burlón mientras arrastraba a JunMyeon con el — Lay fue quien nos dio la idea de robar este castillo, y fue quien acepto hacerlo — sin duda eso era algo falso y JunMyeon lo sabía (o suponía pues en la carta aquello no venía), pero los ladrones planeaban romper esa relación antes de que fuera demasiado tarde, y perdieran por completo las grandes capacidades e inteligencia de Lay, al ser ablandado por el príncipe.
— Eso es falso... Él... — se quedó en silencio al ver entrar a más ladrones que llenaban bolsas y sus ropas con oro y joyas.
— ¿Él que? ¿Él te dijo algo sobre eso? — siguió hablando el mismo ladrón con una sonrisa — Sinceramente no lo creo, su orgullo no lo permitiría, es como nosotros, príncipe — volteo a ver a sus compañeros que parecían hormigas moviéndose de un lado a otro — Lay solo busca lo que más le conviene, y quizá sea cierto que se preocupa más por ti, pero no sabes si es por tu valor o por tu persona. — las palabras eran crueles y si JunMyeon no hubiera leído esa carta antes, seguro en ese momento estaría destrozado; más en cambio aquellas palabras solamente lo hicieron sentir una pequeña presión en su pecho — Vamos niño, no sabes nada de él, de lo que vivió, de sus propósitos, de sus verdaderos gustos. — comenzó a enumerar todo lo que se le ocurría con tal de lastimar al príncipe — Debes saber y recordar bien, que todo lo que sabes de él es falso, y si todo lo que vivieron comenzó siendo falso, seguirá siendo falso hasta el final.
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Esto le dio al príncipe un golpe bajo, pues sus sentimientos seguían muy alterados como para mantenerse en un mismo estado neutro; por lo que a partir de ese momento no dijo ni una palabra más, solo manteniéndose observando como robaban frente a él, a la vez que pensaba acerca de lo tanto que amaba a YiXing, como para seguir confiando en él, a pesar de todo.
Estaba tan distraído viendo la escena de una forma lenta y sin entender que pasaba, que no se dio cuenta en que momento todos los ladrones se habían quedado quietos, debido a que habían sido rodeados por varios guardias del palacio.
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— Maldición, nos deshicimos de todos ¿Estos de donde aparecieron?
— Guarden silencio y no hagan algo sospechoso — ordeno uno de los guardias, a los ladrones — Ahora, suelten al príncipe
— Ni locos, primero se muere su príncipe antes de que nos capturen o maten a nosotros — los ladrones atrajeron más al príncipe hacia ellos, amenazando su integridad física al ponerle un cuchillo en el cuello, cosa que al príncipe no le pareció relevante.
— ¡Jefe, capturamos al líder! — gritaron desde el pasillo del castillo, alertando a JunMyeon y confirmándole sus sospechas al identificar los quejidos y palabras de YiXing a lo lejos — Estaba en el cuarto del príncipe JunMyeon; justamente llenándose los bolsillos de joyas y ropas de nuestro señor — en ese momento lo pararon frente a la puerta, YiXing se veía agitado, nervioso, así como enojado, pero todas emociones se borraron de su rostro, una vez que alzo el rostro y vio JunMyeon siendo amenazado por sus compañeros.
— Jun... — el joven no supo como actuar ante aquella situación, pues después de lo dicho por los guardias seguro no habría duda con respecto a quien era en realidad — Yo... — sin embargo, contrario de lo que pensó, JunMyeon le sonrió pasivamente, no mostrando enojo o confusión en su angelical rostro, solo una profunda preocupación.
— ¡Maldición! ¡Les dijimos que mataremos a su príncipe si no nos dejan ir!
— Tenemos órdenes del rey, las cumpliremos y salvaremos al príncipe — respondió el guardia que parecía estar al mando — Todo eso sin ponerlo en peligro y a su vez encarcelando a todos ustedes.
— ¿Órdenes? ¿Qué orden? — pregunto JunMyeon en voz baja y teniendo cuidado de no moverse demasiado; no entendiendo como su padre podría ordenar algo de lo que se suponía no estaba enterado.
— Así es príncipe, no se preocupe lo salvaremos — fue lo único que le respondieron, dejando a Jun con más curiosidad.
— Mierda, dejen a JunMyeon — soltó YiXing entre dientes hacia sus compañeros.
— ¿Quieres que nos maten? ¡Ni por locos lo hacemos! Es nuestra única forma de salir vivos, Lay.
— ¡Les dije que no hicieran esto! Tengan por seguro que si se atreven a lastimar a JunMyeon los haré pedazos, malditos — ante esta discusión entre un mismo bando, los guardias fruncieron el ceño, no comprendiendo aquella pelea; pero pronto voltearon hacia el pasillo al escuchar pasos prominentes por el azulejo del castillo, quedando a la vista del rey. Dándole así al príncipe la vista de YiXing y su padre cara a cara.
— Sabía que tenías algo raro, Lay — enfatizo su nombre de forma burlona — Yo se lo mencioné a JunMyeon, eras muy sospechoso, pero él no me creyó — el rey volteo a observar a su hijo con lástima — Ahora no sabes cómo me satisface saber que mis sospechas eran ciertas, que valió la pena mandarte a investigar
— ¿Qué dice?
— Que JunMyeon ya sabía o tenía sospechas de tu verdadera identidad gracias a mis inferencias, que te comencé a investigar hace un tiempo y descubrí lo que realmente eres ¿O no príncipe Zhang YiXing de China? — YiXing se sorprendió al saber que el rey sabía su nombre real, por fin aceptando que había sido atrapado y teniendo miedo por JunMyeon — Fue lamentable lo que le pasó a tus padres YiXing, entiendo tu sed de venganza
— Mierda — soltó YiXing en un gruñido, mirando con deseos asesinos al padre de quién más amaba.
— Lo sé todo sobre ti, YiXing. — hablo el rey mirándolo con superioridad — Y con todo lo que sé, puedo decirte que nada de ti es digno de mi hijo, por lo que ahora irás a una muerte segura en forma de pagar todos tus sucios crimines; y ya verás que me aseguraré de torturarte de la peor manera — dio otro paso hacia él, asegurándose de que estuviera bien sujetado por los guardias para no correr peligros — ¿Ya está claro quien tiene más poder e inteligencia? — en ese momento YiXing trono los dientes de enojo, provocando que el rey golpeara su mejilla volteando su cara por la fuerza usada y dejándole la marca de su anillo en su rostro.
— ¡Padre! Déjalo — grito JunMyeon preocupado, intentando soltarse de los ladrones para ir a proteger a su amado.
— ¡Cállate JunMyeon! Nadie pidió tu opinión y no es importante en esta conversación, así que solo cállate que todo esto es tu culpa; bien sabes que YiXing morirá por tu culpa, porque como siempre solo eres un estúpido que le causa males a los demás. — miro a su hijo con frialdad, hablándole con un tono dominante y frío — ¿Piensas ser un rey de respetar cuando eres así de estúpido? ¿Cuándo un maldito ladrón de cuarta te ilusionó y engaño tan fácilmente? — grito — De verdad JunMyeon, cada día me arrepiento más de decidir dejarte con vida. — sus manos sobaron su cabeza demostrando frustración — Pude haberte matado al igual que a tu sucia madre, pero me compadecí de mi peor error — el príncipe agachó la cabeza, sintiéndose pequeñito frente a su padre; olvidando lo que YiXing le había enseñado.
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Nuestro príncipe tenía miedo de que YiXing muriera por él, por lo que su cabeza comenzó a intentar planificar algo que salvara a su amado de las garras de su padre; aunque eso significará tener que soportar otra de las golpizas, que su padre le daba cada que algo no salía como él quería.
A ese punto, a JunMyeon no le importaba el futuro dolor corporal que tendría, porque de lo único que estaba consiente era que deseaba llevar a la libertad (que Lay tanto anhelaba) a su salvador y protector; de darle una gran lección y recuerdo de él, que consistía en demostrarle que el amor era amor, aún con la diferencia de clase social.
Pero así como el príncipe tenía esa crisis en su cabeza; YiXing cada vez hernia más en cólera al escuchar cómo el rey le hablaba tan mal a su único hijo, al resultado de su violación hacia la madre de JunMyeon, solo por mero gusto y necesidad. YiXing está verdaderamente enojado, porque el rey, era el verdadero culpable de todo, pero siempre culpaba a los demás.
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— ¿Qué pasa JunMyeon, porque el silencio? ¿Será que ya te diste cuenta de lo tonto que fuiste? En verdad te felicito por eso, porque eres el único, al que podrían verle la cara de estúpido una y otra vez. — dio unos pasos hacia JunMyeon, vacilando en su caminata — Es una desgracia que mi único hijo sea un idiota, que no merece en absoluto el maldito puesto de rey; en verdad me decepciona que por más que te esfuerces, no sirva de nada tu "amabilidad", cuando ese es el principal motivo de que la gente quiera engañarte y usarte a su beneficio — YiXing apretó los puños al ver el rostro decaído de JunMyeon, pudiendo descifrar mediante su mirada, el dolor que le estaban causando aquellas palabras; pero que por lo acostumbrado que estaba a esos maltratos, ahora ni una lágrima podía salir de sus bonitos ojos — Me avergüenzas tanto que ni siquiera me alegro de tener descendencia, de todos los hijos que pudieron tocarme me tocó el más inútil, estúpido, y patético.
— Cierra la maldita boca, viejo estúpido — intervino YiXing jalando sus manos, pero sin moverse demasiado gracias a los guardas que tenía a sus lados — Usted es la única maldita desgracia, todo es su culpa.
— No me hables así, que sin mí tu querido idiota príncipe no hubiera nacido, quizá hubiera sido comida para animal; o no lo sé, nunca llegue a pensar en que haría para desaparecerlo de la faz de la tierra — dio un paso hacia YiXing — Así que agradéceme, porque por la mala decisión que tome, ahora él sigue con vida y pudiste conocerlo; gracias a mí y a mi compasión, ahora no puedo deshacerme de él tan fácilmente.
— Eres una mierda de persona, espero mueras de la peor manera.
— ¿Qué? ¿Yo morir? No lo creo, aunque quizá si dices que tú me mataras, lo creeré un poco — rio de forma burlona — Pero pensándolo bien, no te lo creo, en el estado que estas no podrías hacer nada; ahora tú eres la única desgracia aquí — abrió los ojos y boca, asintiendo como si hubiera hecho el mejor descubrimiento — Ahora entiendo todo, la basura se junta con la basura ¿No es así?. Lo siento Jun, no había entendido el motivo por el cual te enamoraste de este muerto de hambre.
— JunMyeon no es basura, JunMyeon es el chico más especial del mundo, es la única persona que merece todo lo bueno de la vida, JunMyeon es lo que nunca serás y lo que quieres ser, mientras te pudras en el infierno él será recordado y amado, no como tú — no pudo evitar dejar salir lágrimas de dolor, al saber que él estaba haciendo sufrir a Jun; que él también lo había intentado dañar, aun cuando su padre era lo peor del universo.
— No me digas, ¿La basura se enamoró de mi tonto e inútil hijo? — golpeó sus muslos en reproche y exagerando lo que sentía — Lo que me faltaba, creí serías más inteligente, pero eres un maldito estúpido también. Dime ¿Así pensabas robarme todo? Porque si es así, a lo único que llegaste es que por tu falta de profesionalismo, yo tenga que golpear a mi JunMyeon hasta que este al borde de la muerte — hizo sonidos de silencio cuando vio que YiXing quería hablar — Si dirás que Jun no tiene la culpa, claro que la tiene, porque él te dejo aquí, él se dejó engañar y casi hace que me quiten lo más preciado para mí — a pasos firmes se dirigió hacia JunMyeon sin miedo de que los ladrones hicieran algo, pues el rey ya había leído la sorpresa en los ladrones, seguramente hacia su nula preocupación por su hijo,y aprovechando esto, le pego al príncipe heredero en el estómago con el bastón que llevaba en su mano, provocando que su hijo se retorciera de dolor y quisiera tirarse al suelo, cosa que por obvias razones los ladrones no permitieron; pero que el rey al golpear en las manos de su hijo y los ladrones, pudo lograr, agachando su cabeza sumisamente, mientras los ladrones se apartaban de ellos, con el miedo que les había provocado ver lo insensible que era el rey.
— Déjalo en paz — replicó YiXing, sus ojos brillando en frustración, enojo y dolor; sin embargo, el rey fingió no escucharlo.
— Eres una mierda JunMyeon, no sirves para nada — dijo golpeando la espalda del príncipe con su bastón; el joven estando en un trance por todo lo que sentía en esos momentos, y, por lo tanto, permitiéndole a su padre golpearlo ante las miradas tenebrosas de los demás, pues los golpes resonaban fuertemente en todo el cuarto. — ¡Contesta idiota! ¿O ni para eso sirves? — su enojo aumento al punto en que comenzó a patearlo con furia.
— Y-yo — apenas balbuceo el príncipe, agarrándose el estómago y torciéndose en su lugar por el dolor de las patadas, a su vez que escupía un poco de sangre por el daño interno de su cuerpo; estando más avergonzado de mostrar esa faceta tan débil ante desconocidos y ante YiXing (quien le había ensañado a no dejarse maltratar) en lugar de estar pensando en su dolor.
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Fue en ese momento que YiXing pudo reaccionar; ya que ver a su amado sufriendo, y ser golpeado brutalmente frente a muchas personas por su padre (en partes vitales de su anatomía), le dolió, enojo y preocupo. Obteniendo fuerza para soltarse a jalones, golpes y empujones de los guardias, que lo sostenían, dirigiéndose inmediatamente hacia el rey para jalarlo lejos de JunMyeon y proporcionarle un certero golpe en el rostro; aprovechando esto para colocarse a un lado de su príncipe.
Quien ya tenía la mirada perdida (cosa que por sus experiencias significaba que JunMyeon estaba perdido en lo malo, así como en traumas, o miedos), sin tener rastro de lágrimas gruesas, solo agua acumulada que no podía salir y sus ojos obscuros, con sangre decorando sus labios carnosos y suaves, que en ese momento temblaban levemente.
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— ¡Déjalo en paz! ¿No te duele verlo así, monstruo? ¡¿Qué dirán los pobladores si se enteran del tipo de rey que eres?! Amaré contemplar cómo pierdes todo, por tus propias acciones — sonrió, acariciando la mejilla de JunMyeon tratando de mostrarle su apoyo, cosa que solo hizo que el príncipe alzara su mirada para apreciar a YiXing.
— Lay... vete, huye de aquí — apenas y pronuncio, al fin dejando que sus ojos soltaran lágrimas por el miedo que estaba sintiendo de perder a YiXing por su culpa; pues los golpes en su cuerpo eran los que menos le dolían. — Yo estaré bien, sálvate ¿Si?
— No JunMyeon, no estás bien aquí; nos iremos los dos — aseguro tomando sus manos, antes de mirar hacia el rey quien se limpiaba el labio con los ojos llenos de cólera, causando más miedo que antes.
— ¿Así que la rata tomo valor? Se ven patéticos tratando de salvarse uno al otro, cuando ya esta más que claro que este será el maldito fin de ambos — sin más tomo una de las armas sostenidas por los guardias y a punto hacia YiXing; alertando a ambos jóvenes — Me encargaré de destrozar sus ilusiones de escapar; quiero que sepan antes de todo que de mí no hay escapatoria. Debieron pensar que esto saldría mal, antes de hacer las cosas.
— ¡No lo hagas! — grito JunMyeon en alerta, haciendo reír a su padre por la tan grande estupidez de su hijo al defender a alguien que lo había engañado y usado.
— Cállate JunMyeon, contigo seguiré más tarde — golpeó con el bastón el suelo para asustar a JunMyeon, quien solo dejo caer más lágrimas de dolor puro. El príncipe sentía que algo malo se avecinaba, y la idea de que aquel presentimiento fuera perder a YiXing frente a sus ojos y por su culpa; lo llevo a una enorme desesperación.
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El papá de JunMyeon sonrió antes de apuntar hacia el corazón del ladrón, teniendo la distancia, y posición correcta para poder disparar limpiamente (seguro de esto pues practicaba ciertos deportes). No dándole posibilidades a YiXing de que pensara en una estrategia, para poder escapar ileso, pues lo tenía acorralado y el rey estaba seguro de que sería el fin de una enorme piedra en su camino.
Así fue como disparo y dejo a todos helados.
Había dado justo donde quería.
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— Ju-Jun, amor... — el príncipe sonrió tratando de calmar a YiXing, acariciando su cabello y mejillas con ternura.
— Estarás bien, no tengas miedo — YiXing comenzó a llorar negándose a soltar al príncipe, teniendo espasmos por todo lo que estaba sintiendo.
— ¡Llamen a un doctor! — grito un guardia en pánico, y uno más corrió en busca del doctor; los demás seguían en shock (incluyendo al rey) debido a que no creían lo que habían presenciado.
— ¿Por qué lo hiciste, JunMyeon? ¿Cómo quieres que no tenga miedo de esto? — lloraba desconsolado no queriendo separarse del abrazo que los unía, y al que el príncipe se aferraba, con tal de no mostrarle a su amado una escena desgarradora que podía quedarse en su memoria por siempre; Aún sabiendo que seguramente YiXing podía sentir un líquido entre sus manos.
— Quería ser útil... quería salvar tu futuro brillante — YiXing se apartó un poco mirando sus manos llenas de sangre y a JunMyeon sonriendo con lágrimas — Lo siento mi Lay, sé que no fue mi culpa nada y que valgo mucho, pero para mí, tú valías más que cualquier cosa; perdón por dejarte primero.
— No digas eso, tú vivirás; viviremos juntos y formaremos una familia. — su voz sonaba tensa, nerviosa, ansiosa y preocupada — Viviremos ambos siendo felices, sin peligros ni dolores ¿Si? — decía mientras alzaba el rostro de JunMyeon hacia el — Tú tienes un futuro igual de brillante que tú, tú eres mi luz dentro de mi obscuridad; no te quiero perder JunMyeon.
— Lay... Quiero decir YiXing — Jun aún en su estado y sabiendo lo que pasaría ante el poco tiempo que tenían, mantuvo su hermosa sonrisa. Esa sonrisa que adoraba el ladrón y que se le hacía más preciosa que cualquier diamante. — No tengo un futuro, si tú mueres todo seguiría igual para mí; sin ti ya no tendría futuro.
— Es lo mismo para mí JunMyeon, no encuentro un motivo para seguir viviendo si tú no estas conmigo — JunMyeon cada vez entrecerraba más los ojos, fingiendo que esto se debía a la sonrisa tranquila que tenía en el rostro; cuando en realidad se sentía fuera de sí y muy agotado.
— La diferencia es que mi vida seguiría siendo igual, y tú puedes cambiar la tuya — lo miro suplicante, bajando más su voz — Llévate todas las joyas que puedas, ayuda a los que lo necesiten, vive feliz; y vete de aquí, mi amor. Prometo que nos reuniremos en otra vida donde no haya clases sociales o reglas que nos impidan estar juntos — esa ocasión sus ojos en verdad formaron una media luna, ya que el pensamiento de que había salvado a quien amaba, y había hecho algo bueno, lo alegraron — YiXing... yo aún tengo algo que decirte... — por desgracia el príncipe tosió sangre, haciendo más dolorosa la escena para YiXing; quien recostó la cabeza de Jun, en sus piernas.
— No cierres los ojos, amor. Escúchame, y no hables más, concéntrate en mi voz y repite en tu mente que ambos nos iremos y haremos todo lo que mencionaste, juntos — pero mientras ellos estaban hundidos en su atmosfera, los ladrones huían con joyas, aprovechando el shock de la escena tan desgarradora.
— Yo... — intento hablar el príncipe, haciéndole percatarse a YiXing sobre la respiración cada vez más débil y tranquila que tenía; apenas logrando mantener su sonrisa. — Gra-cias... Eres un buen chico mi rosa, no vivas con rencor, sal de aquí y sigue adelante... — con ayuda de YiXing entrelazó sus manos, apenas y apretando su agarre.
— Aún no puedes irte, JunMyeon — el ladrón vio en primera fila como la sonrisa de JunMyeon temblaba, y aun teniendo enormes e gruesas lágrimas en los ojos, YiXing seguía percatándose de esos pequeños detalles; así como que la sangre no paraba de brotar de su herida y que su piel se volvía cada vez más pálida, junto a lo opaco de los característicos ojos brillosos, de JunMyeon.
— Te amo Yi... — pronuncio y mantuvo su sonrisa temblorina hasta ese momento, suspirando por última vez de forma tranquila, pasible, y amorosa, a la vez que sus ojos se cerraban lentamente. No existiendo rastro de dolor en aquel último suspiro del príncipe, sino paz y esperanza.
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Después de todo, JunMyeon se había ido mientras veía tiernamente a YiXing, y el ladrón siempre recordaría aquello.
Por eso, que en ese momento se permitió agachar su cuerpo y dejar fluir como diluvio sus lágrimas sobre la ropa de su amado, ya que la manera tan linda en que lo había mirado por última vez, le había calado muy profundo.
Pero algo le atormentaba al ladrón, y eso era que no había podido decirle esas palabras tan importantes a JunMyeon, puesto que tanto en su carta incompleta, como cuando hablaran frente a frente, él deseaba decir ese "Te amo", para que cualquiera que fuera la decisión del príncipe respecto a su engaño, este pudiera tener en mente que al menos pudo ser honesto una ocasión y le había dicho lo que sentía por él, con toda sinceridad.
Yixing no deseaba quedarse con esas palabras en su pecho, pues JunMyeon merecía escucharlas para darse cuenta de que era único, especial y amado sinceramente por alguien; que tal como había soñado, YiXing estaba dispuesto a compartir un amor puro con él.
Pero eso no fue posible, ni algo cercano a cumplir.
JunMyeon había partido, y él no había podido decirlo ni una vez.
Por ello que apenas y el ladrón tuvo la fuerza emocional para separarse del cuerpo inmóvil y que no palpitaba ni desprendía calidez, que pudo notar la pequeña sonrisa en el rostro de JunMyeon; sus ojos semicerrados que no hacían más que demostrar la tranquilidad, amor, y felicidad con la que había trascendido a un mundo donde YiXing no podría alcanzarlo.
Fue hasta ese momento que YiXing cerro completamente los ojos de su amado, y deposito un beso en la fría piel de la frente del príncipe, despidiendo así a quien lo había amado sin importar nada.
El duelo de cada persona era diferente, sin embargo, justo en esos momentos YiXing solo podía pensar en que JunMyeon ya no estaba con él, y que ahora vivirían en mundos diferentes, donde ni una mentira podría unirlos.
Y a pesar de que el chino no se sentía con fuerzas de seguir luchando, no quería morir allí cuando JunMyeon había dado su valiosa vida por salvarlo. Él sabía que no podía quedarse allí por más tiempo, puesto que en cualquier momento el rey reaccionaria y lo culparía de matar a su hijo, haciéndose la víctima en algo que el mismo había hecho, y provocando que lo llevaran a él a su muerte (que aunque el ladrón la deseaba con ansias con tal de poder acompañar y seguir con el príncipe, tenía claro que si moría a manos del rey, en lugar de aliviarse, se sentiría más culpable por la muerte injusta de JunMyeon).
Además, que una de las enseñanzas de JunMyeon, había sido que debía guiar su dolor, rencor, etc. por un buen camino que más adelante lo salvaría, en lugar de actuar con los sentimientos al borde de su ser y arrepentirse de sus acciones; por lo que aunque la tristeza, y odio hacia el padre de su amado, aumentaba gradualmente a cada mili-segundo pudo mantener su cordura, y ver que en aquella situación no podría hacer nada contra el rey; siendo más probable que él saliera perdiendo a que el rey fuera vencido.
Y no era que no quisiera actuar por ser un cobarde, o porque no amaba lo suficiente a JunMyeon, sino porque debía cuidar del lugar donde su ángel resplandeciente dormiría en paz toda la eternidad, hasta que llegara el último de sus días; y si moría en ese momento enfrentando a su padre de forma inconsciente e infantil, no podría cuidar ese lugar que sería lo más especial que le quedaría; además que después de vivir tantos años con un inmenso odio hacia los adinerados, haciendo males para afectarlos; su mente, amor y más enseñanzas que le había dejado su resplandeciente ángel, no le permitían cegarse de odio nuevamente.
Hace años le había pasado justamente lo mismo, alguien le había arrebatado a las personas que más amaba y al sumirse en su propio dolor, odio y venganza no había podido recordar los buenos momentos junto a su familia, así como tampoco despedirlos de la manera correcta.
Por ello que con base en su experiencia, no quería que con JunMyeon sucediera lo mismo; él estaba seguro de que le daría una despedida que le demostrara a su ángel cuanto lo había amado, y cuan importante era para él, así como que lo recordaría cada segundo de su vida con una buena cara, pues JunMyeon lo único que había dejado en su vida era calidez, felicidad, amor, etc. para nada tristezas; por lo que él correspondería de la misma forma.
JunMyeon el amor de su vida, se había ido a un mundo mejor, donde no tendría que sufrir por los insultos de su padre, por desear tener amor de otros, sacrificando cosas valiosas de él; simplemente su ángel ya no sufriría más, y eso era lo único que le importaba.
Después de todo el amor erabuscar la felicidad del otro antes que la suya; esto en un equilibrio entreambas personas relacionadas, claro esta.
Y una cosa estaba clara, JunMyeon, el ángel, amor de su vida, tesoro, y la luna deslumbrante de YiXing, siempre estaría en el corazón del ladrón, tal como una joya deslumbrante, hermosa e inigualable, que no podría ser superada por ninguna otra; que resaltaría entre todo lo hermoso que conociera, y quisiera ser parte de su vida.
Después de todo JunMyeon siempre sería la luz deslumbrante que había llegado a la vida de YiXing para mostrarle lo bueno de la vida, el amor y más que nada, que no por tener una posición social alta o baja, serias menos o más que los demás. Su pequeño e inocente ángel, le había abierto las puertas a su tan ansiada felicidad.
Así como Yixing lo había hecho para JunMyeon, quien había disfrutado poco de su felicidad en ese mundo cruel, pero que YiXing aseguraba que continuaría en aquel paraíso donde su amado reposaba, donde seguramente su ángel se encontraba acariciando y cuidando de las flores (especialmente de las rosas) que crecían sanamente en ese lugar.
Lamentablemente, para JunMyeon su puerta a la felicidad eterna y completa, era la muerte, pues el dolor en su corazón no tenía solución; aunque obviamente gracias a YiXing el príncipe había logrado reparar un poco de su quebrado corazón.
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— Nos encontraremos en un mundo mejor, mi hermoso ángel. Prometo que con lo que me diste haré un mundo mejor para ti; siempre estarás en mi corazón y alma. No pienso dejar ir ni los recuerdos más pequeños de tu preciada existencia.
Gracias por abrir mi puerta a la felicidad.
Gracias por mostrarme la belleza de la vida.
Gracias por ser mi joya y orgullo más deslumbrante.
Ten presente que no importa el tiempo ni la época, yo buscare en el universo, hasta encontrarte otra vez.
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¡¡¡¡Holaaaaaa!!!!!
Disculpen mi inactividad, la escuela me ha tenido muy ocupada, y a veces ni tiempo de editar los capitulos me da, pero he tratado de hacerlo en mis ratos libres, aunque esta vez me tarde mas del mes; mil disculpas por el suspenso y tardanza, pero al menos les puedo decir que ya les traje otro capitulo, del cual cabe resaltar que cuenta como el final de esta historia.
Y aunque este es el final oficial de la historia, tendremos un epilogo que concluya la trama, asi que este seria el penúltimo capitulo de la historia.
Espero terminar pronto el próximo capitulo, y si no mis disculpas anticipadas.
Espero vayan entendido el desarrollo de la historia y los sentimientos de Jun y Xing, en caso de dudas pueden comentármelas, siempre estoy al pendiente.
¡Tengan una bonita semana, nos leemos pronto!
12/12/2021
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