Epílogo

Llegó el esperado día. Todos están ansiosos de ver la gran boda preparado por Big Mom que reía de emoción. Hasta invitó a reyes importantes de Grand Line. Katakuri está muy tranquilo desde su sitio; sin embargo, Cracker se estaba peleando con la pajarita. Suspira levemente ya rindiéndose, pero su hermano lo ayuda. No podía esconder lo nervioso que estaba porque está a punto de casarse y no solo él.

—¿Cómo puedes estar tranquilo? —pregunta.

—Yo estoy nervioso como tú, pero lo escondo muy bien —confiesa ya arreglando su pajarita.

—Te envidio.

—No deberías. Los dos somos afortunados.

—Pero tengo la sensación de que voy hacer algo estúpido en la boda.

—Tú solo mantén la cabeza cuerda. —Buen consejo.

Ambos desconocen como es el traje de ___. Sus hermanos no se atrevieron a decirlo, lógicamente porque es una sorpresa. Ya con solo verla como una princesa a Cracker le daba un revuelvo en el corazón. Y esta vez no se hizo su típico peinado, dejó su cabello suelto agarrado con un coletero, dándole un toque más mayor. De un chico maduro de mente y cuerpo. Esto le hizo gracia a Katakuri; aunque, solo haya esbozado una sonrisa debajo de su bufanda. Todo estaba listo para que comenzara la boda. Pero ¿y ___?

Pues ella está en otra habitación mirándose al espejo, observando detalladamente el traje de novia y el maquillaje. No parecía ella misma con esas pintas. Se veía más hermosa de lo normal y sus alas conjuntan con el traje. No quiere imaginarse la reacción de sus futuros esposos cuando la vean. Se sonroja un poco ante la idea de que la mirarán con esa mirada tan lasciva. Juguetea con los dedos el ramo de flores sin hacer daño a los pétalos. Los ve tan hermosos. Un recuerdo se aviva en su interior y cierra los ojos para recordarlo.

—¡Mira lo que te traje! —gritó eufórico un pequeño Cracker con un ramo de flores en sus manos.

—¿Por qué me trae eso, Cracker-sama? —preguntó confusa.

—Porque eres muy sincera conmigo —dijo con un leve sonrojo en sus mejillas mientras se rascaba la nuca—, y además muy bonita.

___ estaba roja como un tomate ante esa confesión que no lo esperó para nada. Ese niño enérgico estaba experimentado sentimientos que ninguno puede entender. La niña no quería pensar que Cracker hiciera esos gestos solo para llamar su atención. Había algo más. Sus dedos rozaron con los de él, sintiendo la calidez del otro.

—Gracias, Cracker-sama.

Puede que eso fuera una señal de que el chico siempre se había fijado en ella, pero ___ era ciega en ese momento. Y ahora todo cobra sentido. Es feliz porque ahora nadie separará un amor que ha estado esperando por mucho tiempo, que siempre lo ha ocultado en estos últimos años. Se levanta para echar una última ojeada a su traje y sus recuerdos vuelven, y esta vez, recordó a Katakuri.

La pequeña estaba limpiando la habitación de Broyé, hermana melliza de Brûlée, ya que era una de sus tareas. Suspira cansada porque eso iba a ser duro. Y sus ojos se clavaron en un traje blanco y una corona. La Charlotte siempre le ha gustado disfrazarse de princesa. ___ no dudó en ponérselo y verse como alguien importante. Movió la falda y corretea feliz sin que nadie la mira. Y, de repente, se quedó quieta en su sitio al encontrarse a Katakuri que la miraba con un semblante serio. La niña agacha la cabeza a modo de disculpa, avergonzada de que le haya visto así.

—Lo siento, Katakuri-sama. No era mi intención ponerme la ropa de Broyé-sama.

No obstante, el comandante sweet no dijo nada. Sus pasos se vuelven ecos en aquel cuarto y la pequeña cerró los ojos porque estaba muy segura de que iba a recibir un castigo. Y no se esperó que él acaricie su cabeza. La alzó para verle y sus ojos granates mostraron calma y confianza.

—No le diré a nadie que te has puesto el disfraz de mi hermana pequeña —confesó y se notó que estaba sonriendo, aunque tuviera la bufanda—. Tal vez, en un futuro, te verás como una princesa.

Escuchó rumores de que Katakuri tiene la habilidad de ver el futuro. ¿Y si él ya supo desde ese momento que esto iba a ocurrir? Se sonroja ante esa idea que sostiene sus mejillas con ambas manos, intentando bajar la temperatura. Sus ojos brillan con más intensidad que nunca porque está ilusionada. Todos sus sueños se están haciendo realidad. Las puertas de la habitación se abren dando paso a Compote. Es la hora. ___ coge el ramo de flores y camina con cuidado de que sus pies no pisen el traje de novia. Su cuñada esboza una sonrisa al ver que ella se ve espléndida con el vestido que escogió. Realmente se ve como una chica de alta clase.

Cuando sale del cuarto, ve a Perospero esperándola para llevarla al altar. Los nervios florecen en la chica. La inseguridad llega en ella no sabiendo si lo que está haciendo es correcto. No obtuvo respuesta porque el hermano mayor de todos ya le cogió de la mano. ¿Por qué debería tener? Se iba a casar con sus amores ya no tan prohibidos. Inhala aire para luego liberarla, a modo de que está preparada. Compote le coloca el velo, una muestra que nadie puede ver su belleza hasta que llegue con sus hermanos.

Sin más preámbulos, Perospero la guía hasta el altar donde todos los invitados, la familia Charlotte y los novios la estaban esperando. Big Mom estaba ansiosa ya de que se terminara la celebración para ir a comer el delicioso pastel que han preparado sus chefs. Y los novios se están poniendo algo nerviosos porque se imaginaban lo peor. ¿Y si ___ huyó y realmente no quiere casarse? Debería hacerlo porque fue una orden de mamá, si no ella misma le quitaría su vida.

Y entonces, el órgano se hace escuchar avisando que la novia está a punto de entrar. Todos los invitados y los hermanos se levantaron para dar la bienvenida a la chica. Los novios se giraron lentamente y abren los ojos de par en par al verla. Ese traje blanco le sentaba de escándalo y junto con sus alas parecía una princesa de otro reino. Ambos tragan saliva y con el corazón latiendo. Hasta diría que sus mejillas están ardiendo. La joven ___ se posiciona entre los dos y se quita el velo mostrando su rostro un tanto maquillado y cuidado. Ahora si que sienten como su órgano más vital hace un revuelco. Ya esto es demasiado para los dos hermanos. Ese rubor en sus mejillas le daba un toque de inocencia y pureza. La chica mira el altar ya queriendo que comenzara.

El sacerdote hace sus oraciones ante la atenta mirada de Linlin, deseaba que terminase ya para comerse la tarta. Sin embargo, los tres jóvenes no tienen ninguna prisa, están disfrutando de este gran momento, pero cuando llegue la hora del beso no sabe como hacerlo. No cree que Katakuri la bese porque prefiere esconder su rostro y Cracker, bueno, él encantado. Ya está a punto de terminar la oración, y dice: «Podéis besar a la novia». Y no hizo falta. Ninguno de los dos se ha acercado a ella para besarla, ya que respetan la decisión del otro. La gente aplaude a los recién casados y ahora la fiesta está a punto de comenzar. Big Mom no esperó ni un minuto para tener el pastel delante de sus narices. Ni siquiera dejó que los novios lo partiesen. Comen, beben y, sobre todo, ríen sin descanso. Cada uno está sentado en su respectivo sitio. ___ mira uno a uno, analizando detalladamente la situación. Hasta los invitados se acercaban para felicitarla y desearla con muchos hijos. Ya se puso roja con tal pensamiento. La cosa es como diferenciar quien es el padre.

Aunque los dos pueden comportarse como padres por igual y que no haya preferencias. Esboza una sonrisa tierna imaginándose como se comportarán ellos con los pequeñines. Tiene que ser lindo ver aquello. No obstante, no quiere tener muchos hijos como los suele tener Big Mom. Con solo tener tres o cuatro le es suficiente. Sin embargo, debe tener en cuenta que Katakuri y Cracker tienen hermanos mellizos. Lo más probable es que tenga trillizos. Le va dar un ataque y de la buena a la pobre. Suspira levemente y siente una mano acariciar la suya. Se sonroja un poco al saber quién era y apoya la cabeza en su gran antebrazo. El de cabellos granates acaricia con suavidad esos dedos tan pequeños y tan frágiles en comparación con los suyos. Él mismo los aplastaría, pero los cuidará con mucho cariño.

—Te ves espléndida —susurra bajito, sin que nadie les escuchase.

—Gracias. —Se pone más colorada—. Tu también lo estás.

—No, tú eres la que destaca más. ¿Quién te eligió el traje?

—Fue Compote-sama.

—Ahora recuerda que no puedes llamarla así. —Junta su frente con la de ella—. Ya no eres una esclava. Bueno, en realidad de mi corazón.

—No me hagas sonrojar, Katakuri.

Ahora siente un brazo que rodea sus caderas y era la de Cracker. El chico tiene una sonrisa amplía como suele acostumbrar hacer, y apoya la barbilla en el hombro de ella—. Yo también debo enterarme de la conversación.

—Solo le estaba diciendo que se ve espléndida con el traje.

—Y tanto —comenta como un enamorado—, parecías una princesa de verdad.

—Dejad de sonrojarme —alza la voz mientras oculta su rostro con el velo, ya avergonzada.

No obstante, Cracker se lo levanta para darle un pequeño beso en sus labios—. Pero es la verdad y nos sentimos muy afortunados de tenerte.

___ esconde aún más su rostro en el pecho de éste ya con la vergüenza en el suelo. Él simplemente ríe bajito junto con Katakuri. Sí, se sienten los hombres más suertudos que han pisado en estas tierras. Tener como esposa a un ángel es lo más maravilloso del mundo y más cuando se sentían atraídos por ella desde que eran jóvenes. La fiesta iba para largo. Los tres lo saben y deben estar ahí en todo momento. Sí, fue una gran celebración.

Los años pasaron y Big Mom, aparte de gobernar otras islas, se dedicaba a casarse y desposarse solo con la intención de tener hijos. En total, obtuvo 43 hijos y 38 hijas hasta la era actual, dónde los piratas van en busca del tesoro del Rey de los Piratas, Gold D. Roger. No dura mucho con ninguno de los hombres que se ha casado porque solo quieren conseguir un propósito: mezclarse con razas y tener una gran familia. Forma alianzas con otros reinos obligando a sus hijos para casarse y conseguir fortuna o armas que puedan derrotar a sus enemigos. Y cuando se casaran que los matasen ya que no les da de mucha utilidad.

Sin embargo, no es así con una pareja que ha durado 22 años estando juntos. Han tenido varios hijos que, ahora mismo, están de viaje por órdenes de Linlin. Dos mellizos y trillizos. ¿Quién diría que los genes de Linlin se iban a transmitir a sus hijos? La pobre ___ no daba basto en cuidarlos, pero tiene la ventaja de que en su casa hay dos hombres que han estado a su lado en todo momento. Sin ellos, se hubiera vuelto loca con tantos berrinches de los pequeños. Se siente orgullosa de que hayan salido como sus padres, guerreros fuertes y con decisión de proteger a su familia. Sí, y eso incluía que hay niñas de por medio. No todos son varones.

Lo más curioso de todo, es que no han heredado las alas de su madre menos las niñas. Hay rumores de que los ángeles, cuando eres mujer, solo a ellas le crecen las alas mostrando su inocencia y su fiereza en combate. Como se comentó, las hijas de Katakuri y Cracker han salido a ellos.

En la casa donde viven ellos, se encuentran Katakuri y Cracker tomándose un baño relajante. Han tenido un día muy duro, moviéndose de un lado para otro por las órdenes de su madre. El hombre de cinco metros no tiene puesto la bufanda, ya que se acostumbró a que sus hijos le viesen su rostro. Hasta la más pequeña le pedía que, cuando llegara a casa, se lo quitara porque le era molesto. Las arrugas prominentes se reflejan en sus rostros ya viendo que son algo ya mayores. Pero aún siguen teniendo esa fuerza jovial que nadie se la puede quitar. Ambos hermanos comparten baño. Sí, la bañera es lo bastante grande como para tener a dos titanes como ellos. También decir que sus recompensas han aumentado.

Cracker mueve su cuello liberando tensión ya que tuvo una paliza enorme al pelearse con sus hermanos y eso que no le gusta que le hagan daño. Suspira pesadamente moviéndose un poco haciendo que el agua rebose en la bañera. Katakuri abre un ojo para ver lo que está haciendo.

—No puedes estarte quieto un segundo, ¿verdad?

—Estoy molido, nii-chan —dice con los ojos cerrados.

—Pero esa no es excusa como para que te muevas.

—Pero estoy incómodo, joder.

Bufa el mayor apoyando la cabeza en el borde de la tina. Hasta que sus oídos se aguzan al oír la puerta abrirse. Sus fosas nasales se expanden al reconocer ese dulce aroma de donuts, hasta sus tripas rugieron. Se coloca apoyando los codos en la orilla viendo a su querida esposa con una bandeja de comida. «Tan detallista», piensa con una sonrisa boba en sus labios.

—Pensé que a lo mejor tenéis hambre —opina ___ entrando en el baño.

—Yo mucha —confiesa Katakuri teniendo la bandeja muy cerca.

—¡Y yo! —Hizo un movimiento brusco Cracker provocando que el agua se saliese de la bañera. Menos mal que ella alejó la bandeja al instante.

—¿Tú no te podías mover?

—Pero el hambre me llama.

Ella ríe bajito y acaricia el rostro de él dulcemente, dónde sus dedos rozan aquella cicatriz prominente que se destaca. Cracker se deja como siempre ronroneando bajito. El otro se dedica a comer sus donuts con gusto mientras mira a su esposa. Ella no parece que haya envejecido debido a que los ángeles tienen una longevidad mucho más larga que los humanos. Sigue siendo hermosa para sus ojos. Observa a su hermano como toquetea el trasero de ___ aprovechando que él estaba con otra cosa.

—Báñate con nosotros —le propone Cracker con un tono juguetón.

—No puedo, estoy esperando una llamada de nuestros hijos.

—Joder mujer, hay que aprovechar que no están. —Hace un leve puchero no muy contento por la respuesta.

—Lo que no quiere es quedarse embarazada de nuevo —comenta Katakuri lamiéndose los colmillos, retirando los restos de aquel dulce—. Te recuerdo que los trillizos la dejaron exhausta.

—Y tanto, parecía que en cualquier momento me estaba volviendo loca. —Lleva las manos a su frente recordando esos momentos de mal augurio.

—Nosotros somos los mayores de nuestros mellizos y no dábamos la lata.

—Menos cuando tú, de pequeño, le diste una patada en todo el rostro a Oven. Oh, y también persiguiendo a mamá como un loco.

—¡Pero era un santito!

—Y lo sigues siendo, a tu manera —dice ___, aún acariciando el rostro de Cracker para relajarlo.

La verdad es que se sienten afortunados en tenerla para ellos solos. No pensaron que la vida a veces iba a ser injusta. Es posible conseguir tu objetivo si luchas por ello y ellos lo han demostrado en esta historia. Puede que te tropieces en la misma piedra, pero no dejes que nadie se interponga en tu sueño porque, al fin y al cabo, eres tú quien toma la decisión.

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¡Y aquí termina otra historia! De verdad muchas gracias por todo el apoyo que le estáis dando, porque sin vosotros no estuviera creciendo como persona y escritora.

Y me río con vuestros comentarios cada vez que leéis algo que os encanta.

Nos vemos en la próxima historia, ¡chau!

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