Hazel movía sus manos con impaciencia por una sola razón. Estaba nerviosa y ansiosa por llegar al fin a Hogwarts. Tessa también parecía nerviosa. Pero Artemis... ella estaba sonriendo y hablaba tranquilamente con Draco. 

―¿No estás nerviosa? ―le preguntó Tessa a Artemis entre confundida y sorprendida. 

―No ―contestó Artemis con calma y encogiéndose de hombros―. Ya sé que voy a quedar en Slytherin, no hay mucho que pensar. 

Tessa suspiró. 

―Me encantaría estar igual de tranquila que tú ―se quejó, pasando una mano por su cabello pelirrojo. 

Artemis le sonrió. 

―Estoy segura que vas a quedar en Slytherin, Tessa ―le dijo con calma. 

―Ese es el problema, Art ―dijo Tessa haciendo una extraña mueca―. Mis hermanos no me van a dejar tranquila ni un segundo si quedo en Slytherin. Estoy segura que hasta mis padres me tratarán mal... además, Ginevra va a encontrar una escusa para que reaccionen aún peor. 

Draco y Artemis se rieron inevitablemente. No por lo dicho por Tessa, si no, por el nombre de su hermana. 

―¿Qué clase de nombre es Ginevra? ―se rió Draco. 

―Y tú te llamas como dragón en latín ―le recordó Tessa ligeramente molesta. Si bien odiaba a Ginny, no le gustaba que se burlaran de su familia―. Llamarse como una bebida alcohólica no es tan terrible. 

―Considerando que tu hermano se llama Ron... tus padres tienen un extraño gusto por nombres raros ―opinó Hazel. 

―De ocho, solo dos tienen nombre de bebida alcohólica, Haz ―dijo Tessa. 

Hazel se encogió de hombros. 

―¿Y te llevas bien con tu hermano? ―le preguntó Tessa a Hazel de pronto. 

Hazel volteó a verla tan rápidamente que su cuello hizo un ligero «crack», pero a la rubia no le importó, porque estaba muy sorprendida con esa pregunta. ¿No era obvio que se llevaban mal? De todos modos, suspiró. 

―No ―contestó―. Nuestra relación es... rara. Un día tengo ganas de arrancarle los ojos con mis propias manos y otros días... lo ignoro básicamente. Nunca nos hemos llevado bien. Siempre hay algo en lo que diferimos, y ahora que puse a otra persona sobre él... creo que está enojado conmigo. Aunque no me importa que esté enojado. ¿Y ustedes, Art, Draco? 

Artemis y Draco se miraron. 

―Usualmente nos llevamos bien ―contestó Artemis―. De vez en cuando peleamos, pero ¿qué hermanos no pelean? 

―¿Y tú, Tessa? ―preguntó Draco. 

―Mi relación con mis hermanos es... interesante. Siempre me he llevado bien con Fred y George, Charlie es mi modelo a seguir, siempre he pensado que Bill tiene estilo, con Percy... él es un idiota así que no nos llevamos taaan bien. Pero el tema son Ron y Ginny. Los dos son tan irritantes y estúpidos. Me tienen tantos celos que es impresionante ―contestó Tessa, explayándose más de lo que se esperaba―. Además que mi mamá le tiene más preferencia a la estúpida de Ginny antes de a mí. La odio.  

Hazel la miró. 

―Me encanta el drama de tu familia ―comentó sonriendo. 

El resto del viaje fue tranquilo. Hazel se dio cuenta que podía confiar plenamente en Tessa, Artemis y Draco. Cuando llegaron a la estación, Hazel hizo una mueca cuando Hagrid saludó a Harry, pero no a ella. 

―Como si no me conociera ―susurró a Tessa. 

Tessa frunció el ceño, sin saber de que hablaba Hazel. 

―¿Cómo?

―Hagrid ―aclaró―. No me saludó, pero a Harry sí. 

Hazel se cruzó de brazos al subir al bote. 

―¿Estás celosa? ―se burló Tessa. 

―No ―contestó Hazel rotundamente―. No voy a rogarle que me salude. Tengo algo llamado dignidad. 

Tessa y Artemis se rieron un poco.

―Ah, sobre tus hermanos, Tessa ―dijo Artemis de pronto―. No voy a permitir que te molesten si quedas en Slytherin. 

―Me uno ―dijo Hazel de inmediato. 

Hazel, Tessa y Artemis miraron a Draco esperando que éste diga algo.

―¿Qué me miran? ―preguntó ceñudo―. Yo solo me voy a meter si molestan a Arty. Nada más. 

―Oww, que tierno eres, hermanito ―se burló Artemis, pero realmente agradecía tener una fuente de apoyo. 

Cuando llegaron a la orilla, Hazel y Tessa eran las más nerviosas en su pequeño grupito. Artemis se dio cuenta de los nervios de sus dos amigas y se acercó más a ellas. 

―Todo va a estar bien, chicas. Yo sé que ustedes van a quedar en Slytherin. Sino, yo misma voy y quemo yo misma ese sobrero ―dijo en un intento de animarlas. 

Tessa se rió, pero Hazel estaba confundida. 

―¿Sombrero?

Antes que Artemis pudiera explicarle, la puerta se abrió, y una mujer de pelo negro y túnica verde esmeralda apareció. Tenía un rostro muy severo, y Hazel supo que tendría algunos problemas con ella. 

―Los de primer año, profesora McGonagall ―dijo Hagrid. 

―Muchas gracias, Hagrid. Yo los llevaré desde aquí. 

Hazel miró a su alrededor con emoción. Todo lo que veía era bonito. Hazel miró a sus amigas, que parecían tan emocionadas como ella. Siguieron a la profesora por un camino largo, y los llevó a una pequeña habitación vacía. 

Hazel hubiese escuchado el discurso, pero estaba tan concentrada en ver lo que la rodeaba que sólo captó cosas como «Hogwarts...» «la selección es...» «Gryffindor, Hufflepuff, Ravenclaw y Slytherin...» «ganen puntos...» y «la ceremonia de selección...»

―Hazel ―susurró Tessa cuando la profesora McGonagall salió del salón. 

―¿Ah?

―¿Escuchaste al menos? ―se burló Artemis, cruzándose de brazos. 

―No ―contestó Hazel sencillamente, encogiéndose de hombros. 

Tessa se rió entre dientes. 

―En marcha ―dijo una voz aguda. La profesora McGonagall había vuelto―. Ahora formen una hilera, y síganme. 

Hazel tragó saliva. Sintiéndose extremadamente nerviosa, Hazel siguió a los demás de primero. Cuando entraron al Gran Comedor, Hazel abrió su boca impresionada, hasta que se dio cuenta de lo que había hecho y la cerró. Al estar en frente del sombrero, este se puso a canta una de las canciones más raras que Hazel ha escuchado. 

―Cuando yo los llame, tienen que ponerse el sombrero y sentarse en el taburete para ser seleccionados ―dijo McGonagall a todos los de primero. 

A la primera de las tres que llamaron fue a Artemis, que se sentó con la frente bien en alto en el taburete. El sombrero no tardó ni un segundo en mandarla a Slytherin. Artemis sonrió con autosuficiencia y le guiñó un ojo a Hazel y Tessa. 

Luego llamaron a Hazel, que temblando se dio cuenta que todos la miraban, sobre todo los de Gryffindor. Era como si esperaban que ella quedara en Gryffindor. Pero no, Hazel no iba a quedar en Gryffindor. 

Oh, Hazel Potter... conque no quieres quedar con tu hermano, ¿eh? Ah, ¿qué no se llevan bien? Sí... veo ambición... eres muy astuta y puedes llegar a ser un poco manipuladora. Ya es obvio cual va a ser mi decisión, bienvenida a ¡SLYTHERIN!

La casa de las serpientes aplaudió con ganas, y Artemis se levantó para abrazar a Hazel. Y finalmente llamaron a Tessa, después de una larga espera. 

―¡SLYTHERIN! ―gritó el sombrero de inmediato. 

Artemis y Hazel fueron las que más aplaudieron. Incluso Hazel silbó, causando que Tessa se sonrojara un poco. 

―Se los dije ―sonrió Artemis con arrogancia cuando Tessa ya estuvo sentada―. Debí haberles apostado algo... 

Tessa se mordió el labio. Estaba muy nerviosa y no dejaba de mirar a la mesa de Gryffindor para ver a sus hermanos. Ron le devolvió una mirada de asco. Tessa agachó la mirada con pequeñas lágrimas en sus ojos. 

Hazel puso su mano en el hombro de Tessa. 

―¿Estás bien?

Tessa se lanzó a abrazar a Hazel, y la rubia se sintió mal cuando oyó a Tessa sollozar. 

―Tessa, amiga, no tiene nada de malo que seas de Slytherin. Eso no te hace mala persona, recuérdalo. Si ellos piensan que eres mala solo por tu casa, entonces ellos son los malos de la película ―la animó. 

Tessa se secó las lágrimas con su manga del chaleco puesto. 

―Gracias. 

―Ahora, recuerda lo que dije ―dijo Artemis mirando directamente a Tessa―. La frente bien en alto. Sino, pueden pensar que eres débil. Y tú, Tessa Aurora Weasley, no eres débil. 

―¿Cómo sabes mi segundo nombre? ―se extrañó Tessa. 

Artemis se encogió de hombros. 

―Ni idea.