Capítulo 8

"Sé mi príncipe, te daré todo lo que tengo. Seré como tú quieras. Cada momento es brillante y hermoso, es perfecto. Puedes pedirme lo que sea, yo seré tu hogar. "

— Oh Na Na (Kard)

Había muchas cosas que Jung Hoseok no toleraba, la mayoría de estas jamás eran sacadas a la luz pues prefería juzgar en silencio todo aquello que no le afectaba de forma directa para evitar problemas innecesarios. Aunque no significaba que jamás se implicase, simplemente prefería pensar en silencio y tomar las decisiones con total seguridad de que no cometería errores, sin embargo cuando se trataba de su hermano pequeño todo se volvía personal. Mucho más importante que cualquier trato de la empresa o negocio destinado a ganar una gran cantidad de dinero que ciertamente él no necesitaba con urgencia gracias al negocio familiar que había heredado. Por eso se precipitó a llamar a Taehyung y Jungkook a su despacho en el mismo instante en el que sus pies tocaron las escaleras de la mansión.

-¿No vas a decir nada? - el pequeño de la familia Jung se encontraba sentado en una de las sillas que bordeaban la parte delantera del despacho de Hoseok, con la mirada fija en su hermano y los dedos de sus manos repiqueteando sobre la madera. - Tae, no puedo ayudarte si no me dices la verdad. Hacía años que no mordías debido a un ataque de pánico, es algo que hacías de vez en cuando de pequeño y tan solo si a nuestra madre se le iba la cabeza. - Hoseok se sintió un poco mareado por esos recuerdos, la imagen de su madre no era agradable para ninguno de los hermanos Jung, pero esta había generado daños especialmente en el más pequeño de los dos. - Lo hacías si alguien trataba de exponerte a situaciones que te ponían a la defensiva, porque tenías miedo y en aquel entonces eras demasiado pequeño para luchar de cualquier otra manera. Ahora eres grande y necesito que hables conmigo. Es esencial que me cuentes lo que ha pasado para que pueda situarme bien.

-Ya te lo dije, Jungkook no hizo nada. Le mordí porque me sorprendió - dijo bajando la mirada.

Hoseok no se creía ni una sola de las palabras que su hermano decía, pero prefería fingir entendimiento a seguir presionándolo. Cuando le insistía en algo Taehyung solía trabarse y eso definitivamente no ayudaría en nada a la causa. No quería ver a su hermano pequeño mal por algo sin importancia, pero el caso es que si no tuviese importancia este nunca habría reaccionado tan mal.

-Esta bien Taehyung, ve a ducharte y ponte algo cómodo para la cena. Hablaré con Jungkook ahora.

-Hoseok... - Taehyung suspiró. - ¿He hecho algo mal?

-No creo que hayas hecho algo mal, cariño. Solo quiero saber lo que ha pasado, soy consciente de que no has mordido a Jungkook por un mero hecho de rabia o provocación. No tienes que preocuparte, no pretendo que te sientas mal al respecto.

Taehyung recuperó su sonrisa y eso logró calmar el corazón del magnate, para él Tae siempre había sido la persona por la que lo hacía absolutamente todo. Era por él que había tomado el negocio familiar tras la jubilación de su abuelo en busca de un futuro que pudiese proporcionarles facilidades y cierta libertad.

-Ve a ducharte, sé que has estado trabajando con el nuevo caballo que necesita rehabilitación. Pediré que lo traigan lo antes posible a nuestros establos, ¿está bien?

-Me gusta eso, podré ayudarle con más facilidad en un ambiente tranquilo. Las pistas de hípica del instituto no son buenas para un caballo en proceso de recuperación.

En la entrada del despacho de Hoseok los dos hermanos Min discutían en voz baja, procurando que sus palabras no se colaran a través de la madera de las puertas. Ninguno de los dos parecía dispuesto a ceder en el empeño de ganar la batalla que estaban compartiendo mediante palabras aceleradas. Y definitivamente ninguno cedería en lo más mínimo, pues ambos eran tan tozudos como sus propios padres lo habían sido mientras vivían.

-¿Qué le has hecho? - Yoongi exigió una respuesta, percibiendo que Kook no dejaría de ignorar sus reclamos. Su hermano no era así, solo llevaban un día en esa casa pero él ya comenzaba a sentirse tremendamente irritado por la asquerosa actitud que mostraba el más pequeño.- Maldita sea Jungkook. Ese chico es su hermano y no te ha hecho nada en absoluto salvo mostrarse amable contigo, si la jodes podríamos perder el dinero que Hoseok nos ha prometido.

-No hice nada. - susurró el pequeño de los dos, mirando a los ojos a su hermano mayor. - Por primera vez en muchos años he socializado en cierto modo, los tipos del equipo de baloncesto no son lo más limpio de ese instituto pero me han integrado en su grupo porque creen que soy un chico rico como ellos. Creen que son graciosos, tienen dinero, contactos y al parecer les gusta gastarle bromas pesadas a los introvertidos como Taehyung. No soy el tipo de ser humano al que le guste ir a por los débiles pero eres tú quién ha provocado que me encuentre en esta situación y fue elegir entre ser la presa o el cazador. Si me hubiese mostrado reticente a gastarle una broma al hermano de Hoseok, probablemente hubiese recibido yo lo que planeaban para él. No me gusta y no me siento orgulloso pero tampoco pretendo pasar un año de mierda con chicos persiguiéndome con la intención de hacerme la vida imposible, tan solo por una persona que conozco desde hace menos de veinticuatro horas. Tú eres el que ha firmado un contrato, piensa en mí por una vez y en cuales son las consecuencias que me afectan por tus decisiones precipitadas.

Yoongi mantuvo los ojos sobre su hermano, estaba bien que Jungkook quisiera ser el personaje fuerte por primera vez en su vida pero la persona que dañaba a los débiles no tenía nada que ver con el chico que él había criado y visto crecer. Su hermano tenía buen corazón bajo toda esa capa de sarcasmo y frialdad, a veces le costaba demostrarlo pero él mejor que nadie sabía cómo era en realidad.

-Me pidieron que los divirtiera un poco pero cuando lo intenté... Ese niño consentido se me echó encima. Solo tiré levemente de ese cabello suyo que tanto se empeña en llevar perfecto, puedes estar seguro de que fingí hacer fuerza sin realmente llegar a lastimarlo. No eres el único que sabe actuar, Yoons. - Jungkook tomó aire. - El caso es que le jale uno solo de sus pelos y él me mordió como si fuera un demente. Tendrías que haberlo visto, la gente incluso lo grabó. Tuvo un ataque de pánico de la nada y su reacción fue mucho peor que mi acto, no iba a lastimarlo ni pretendía hacerlo. La forma en la que respondió fue lo realmente grave porque ahora los idiotas del equipo de baloncesto tendrán material para molestarlo y ese jamás fue mi plan. Me acerqué a él, tiré un poco de su cabello... Todo eso es cierto, pero estaba actuando Yoongi. No puedo entender qué le causó...

Yoongi bufó en voz alta, su hermano no era del tipo de chicos que iban a por los débiles pero tampoco era la persona menos influenciable que conocía. Si alguien le prometía protección y amistad probablemente podría llegar a avergonzarse a sí mismo para conseguirlo. Sus últimos amigos le pidieron que saltara a una prensa fluvial y se escabulleron cuando el guardia de seguridad se acercó a donde se encontraban, el resultado de eso fue Jungkook en un hospital y una citación para un juicio que por suerte fue suspendido cuando los dueños de la prensa le quitaron la denuncia al descubrir que por aquel tiempo tan solo tenía quince años. Una travesura, lo adjudicaron a eso. Pero Yoongi sabía de qué se trataba en realidad, porque él mismo había sufrido con ese estilo de amigos. El tipo de seres humanos que disfrutan lastimando a otros no pueden considerarse una buena compañía, nunca sabes cuándo llegará el momento de ser la víctima con gente así.

El tipo de amigos que uno hace en los suburbios, de esos que podrían venderte o tirarte a los raíles del tren solo por unas rayas de coca o un par de bolsas de hachís. Él mismo había sido ese tipo de persona y lo pagó perdiendo al único chico que valió la pena en su vida. A su mejor amigo, al mismo que no reconocía en voz alta ante el resto de idiotas. Park Jimin murió, porque él al igual que sus antiguos colegas le pidieron que se acostara sobre las vías del tren con los ojos vendados. Y el pobre muchacho quien solo buscaba la aceptación de Yoongi lo hizo, aún le pesaban esas imágenes tan nítidas en la actualidad.

Jimin había sido una persona limpia de toda la mierda de los suburbios. Un rayo de luz en su vida sombría y alguien casi angelical, soñaba con un futuro mejor, con salir de las calles. Su mejor amigo quién le daba paz a sus días, real como ningún otro y no un mero compañero por interés. Murió ante sus propios ojos y él solo logró escapar junto al resto de escoria humana que allí estaba, como el gran cobarde sin valor que en realidad siempre fue y todavía era. Los oficiales tardaron una semana en sacar la sangre y sesos de las vías. En esa ocasión una parte de Min Yoongi murió con el pequeño muchacho. Una parte que continuaba muerta y nunca resucitaría, parte de su vida se fue tras aquello.

Recordaba cada día sus mejillas regordetas, sus sonrojos e incluso ese extraño sentimiento que había empezado a construirse en su interior cada vez que las manos del menor rozaban sus brazos. El cosquilleo que desapareció con su muerte, ese que tanto le gustaba, jamás logró experimentarlo de nuevo. Tal vez porque no volvió a encontrar una amistad verdadera o quizás porque nunca llegó a percibir la forma en la que lo amaba, muy distante de la manera en que dos amigos se quieren.

-Escúchame bien Jungkook, esos tipos no son tus amigos y jamás lo serán. Se mueven por el interés, apuesto a que venderían a cualquiera por salvar su culo de niños ricos. - Yoongi tomó por las solapas de la chaqueta del uniforme a su hermano cuando este bufó. - No he cuidado de ti para que te conviertas en un hijo de puta, así que mantente alejado de malas compañías sin importar que estos te quieran incluir en su exclusivo grupo repleto de mierda. Hemos hecho muchas cosas del modo incorrecto en esta vida, ya deberías saber que meterse con alguien débil siempre termina mal. Si estás enfadado o frustrado búscate a alguien de tu misma estatura pero deja a Taehyung en paz. Ese chico no mataría ni a una mosca, eres mi hermano y no quiero ver como te conviertes en el malo de tu instituto. - Yoongi tomó aire, una clara imagen abriéndose paso en su cabeza a través de los recuerdos más dolorosos que tenía. - Los chicos malos son basura por mucho que en las películas parezcan distintos de piel y huesos cubiertos de rencor. Solo son mierda Kook.

-¿Por qué intentas darme lecciones sobre errores que tú aún cometes? - a Yoongi no le dio tiempo de contestar, pues Hoseok y Taehyung salieron del despacho y se vio obligado a dejar ir a Jungkook, quien tras maldecir en alto camino por los pasillos de la mansión como si hubiera vivido allí durante años.

El magnate miró a Yoongi, escondiendo las manos en los bolsillos de los pantalones de vestir que formaban parte de su elegante traje. Este se encogió de hombros y le sonrió. Le gustaba, aún no de la forma intensa que tanto deseaba pero al menos ese chico de tatuajes y piel pálida causaba algo en él.

-¿Quieres darte una ducha conmigo? Tengo algo que enseñarte esta noche. - dijo tras varios segundos de tensión silenciosa. - Dejemos que tu hermano se relaje un poco antes de hablar con él sobre lo que ha sucedido hoy.

Yoongi asintió, para a continuación caminar hacía Hoseok. Casi había olvidado la manía de este por tomarlo de la mano cuando percibió que estaba volviendo a intentarlo. Esa vez lo permitió, se encontraba tan afectado por recordar la muerte de Jimin que casi le resultó reconfortante notar la fuerza y seguridad con la cual el magnate lo sostenía.

-¿Te sucede algo? - preguntó Hoseok, generalmente no era una persona perceptiva pero en el poco tiempo que llevaba al lado de Yoongi había llegado a notar que este no era alguien que expresase sentimientos de la forma abierta en la que ahora parecía hacerlo con sus ojos tristes. Tomar su mano había sido tan sumamente sencillo que empezaba a preocuparse.

-Sí, solo pensaba en mi hermano. Siento que hay algo que falla en él, aún no entiende algunas cosas que a mi me han costado lágrimas y sufrimiento.

-Aún es pequeño comparado contigo, tal vez llegué a entenderlo en el momento en que cometa errores y los sufra por sí mismo. Creó que por mucho que trates de explicarle ciertas cosas, él acabará decidiendo sin pensar en tus palabras. No sabrá que algo duele hasta que le duela, Yoongi. Los seres humanos somos así en ocasiones, tontos, masoquistas. Necesitamos sufrir para entender los errores y aún así volveremos a cometerlos varias veces antes de aprender.

Yoongi miró a Hoseok, a veces le sorprendía la seriedad que alguien tan joven como el magnate podía llegar a manifestar. Tal vez la muerte de sus padres tuviese algo que ver con todo eso, quizás Jung había madurado mucho antes de tiempo. A diferencia de él mismo, que prefirió sumirse en el alcohol, las fiestas y las travesuras mientras Jungkook lloraba en su destartalada habitación. Debió cuidar de su hermano pero no podía, no sabía. Solo tenía una casa que se caía abajo y la experiencia de alguien que jamás había tenido que resolver problemas difíciles.

-No creo que sea eso. - habló, estaba a punto de mostrarle una parte de sus inquietudes a Hoseok y no le importaba. Necesitaba decirlo, hablarlo con alguien. Por una vez en su vida pretendía desahogarse en lugar de guardárselo todo hasta finalmente explotar. - Jungkook era un niño risueño antes, te sonará raro porque ahora tiene mal carácter pero solían gustarle los abrazos y besos a todas horas. Cuando éramos pequeños siempre se dormía en mi cama y me pedía que lo abrazase para que los monstruos no le hicieran daño. Amaba hacer amigos, era sociable, la gente lo adoraba... Pero cuando murieron mis padres preferí centrarme en olvidar el dolor. Yo salía por las noches, follaba con chicas, bebía y robaba mientras que él lloraba toda la noche. Era un niño pequeño que se tenía que quedar en una casa extraña sin nadie para abrazarlo y salvarlo de todos esos monstruos en los que todavía creía. Yo ni siquiera estaba disfrutando mi adolescencia realmente, no superaba los dieciocho años pero de alguna forma conseguir alcohol era sencillo y después de eso me acostumbre a combatir el dolor de una forma incorrecta... En el momento en que regresaba a casa sus ojos estaban tan rojos y aún así él me preparaba algo de comer, se ocupaba de mis resacas cuando llegar hasta la encimera de la cocina era un trabajo que solo lograba subiéndose a una pequeña banqueta. Yo nunca hice nada, nunca le dí un abrazo después de la muerte de nuestros padres, nunca lo animé o le dije lo mucho que lo amo. Es mi único hermano, daría mi vida por él sin dudarlo, sin embargo no logró demostrarlo con actos.

Hoseok retiró el agarre de la mano de Yoongi y pasó su brazo alrededor de los hombros de este. No quería darle un mal consejo o decirle algo que lo molestase, al fin y al cabo él siempre le había demostrado amor a Taehyung. Estaban tremendamente unidos y nada ni nadie podría cambiar eso. Las circunstancias habían sido malas para los dos pares de hermanos, pero de forma completamente diferente.

-¿Por qué no lo intentas poco a poco? - casi maldijo en voz alta por decir algo tan vago y falto de valor después de la difícil confesión que Yoongi había decidido compartir con él. - Quiero decir... Puedes intentarlo, todavía vive con nosotros. Le faltan unos años para ingresar en la universidad. Demuestra que te preocupas por él.

-No lo entiendes. - Yoongi apartó a Hoseok y este aceptó rápidamente que no era momento para ejercer de jefe y empleado. En ese instante Min Yoongi era solo un chico perdido y él no iba a decirle que quería su cariño cuando el que más lo necesitaba era ese que se alejaba. - No puedo. No sé. El terreno sentimental me parece demasiado innecesario ahora, quizás cuando era más niño... Pero ahora Jungkook es grande para esas cosas.

-Nunca se es grande para amar, Yoonie. - era un apodo que no había planeado pero al menos el chico de los tatuajes estaba centrado en otras cosas como para notarlo o protestar al respecto. Tal vez ni siquiera le había llegado a molestar. - No te estreses, apuesto a que sabe que lo quieres. A tu forma especial de hacerlo.

Hoseok le abrió la puerta de la habitación y posó la mano sobre la baja espalda del chico. Al menos ahora tenía la compañía de alguien en la soledad que desde hace muchos años esa estancia le provocaba.

-Gracias. - dijo, rodeando el cuerpo del chico con los brazos desde atrás. - Gracias por aceptar ese contrato y dejarme sentir amor aunque sea falso.

Con cuidado lo desvistió, tan lentamente que casi hizo temblar a Yoongi. Las manos musculosas y varoniles de Hoseok rozaron de vez en cuando la piel fría de su cuerpo, causando sensaciones irreconocibles hasta el momento en que se apartó.

-Creí que querrías ducharte. - habló Yoongi, dándose la vuelta e ignorando el cosquilleo que aún residía en su estómago. - Ha sido un día de trabajo bastante intenso, ve.

El magnate se permitió observarlo durante un par de segundos, sonriente por permitirse pensar en algunos de los significados que podrían llegar a tener los dibujos marcados a tinta negra sobre la piel de su prometido. Extendió su mano hasta la rosa que cubría la zona del cuello de este, dos lazos negros formaban las hojas verdes con espinas.

-¿Qué significa? - preguntó el magnate.

-Mis padres. - susurró Yoongi, sintiendo un nudo en la garganta al hablar sobre ellos.

Hoseok se libró de la chaqueta del traje y abrió su camisa antes de acercar sus labios al cuello de Yoongi para besar lentamente la zona del tatuaje hasta marcar levemente la piel.

-¿Y este? - volvió a preguntar, apartándose solo un par de centímetros.

Yoongi observó la zona que Hoseok le señalaba, un pequeño pájaro cerca de su pecho.

-Jungkook. - su voz era baja, no entendía qué pretendía el magnate.

Una vez más al notar que su respuesta era sincera Hoseok acercó sus labios al pecho de Yoongi volviendo a besar, lamer y marcar la piel de este.

-¿Y el otro pájaro? - Yoongi casi se había derretido por completo después de que Hoseok le preguntara por al menos ocho de sus tatuajes, el magnate definitivamente parecía interesado en ellos y eso era algo que no le había sucedido antes. Había conocido a personas interesadas en ellos, pero nunca antes le habían pedido el significado de los mismos. Los besos también lo calmaban de alguna forma, era reconfortante que lo premiará pero a la vez, dar explicaciones lo lastimaba.

-Mi...mi mejor amigo... Murió hace tres años. - susurró, hundiéndose a sí mismo en las lágrimas. Ya no podía más, no lograba recordar tanto dolor sin quebrarse y el magnate volvió a sonreírle. Con ternura, algo que lo enfadaba ahora, con ese tema en concreto... - ¡Deja de jugar conmigo!

Antes de que Yoongi lograse estampar su puño contra la cara del magnate, Hoseok lo abrazó. Había percibido el dolor en su forma de pronunciar las palabras "mejor amigo", era obvio que el tema le dolía todavía.

-Ya es suficiente, está bien Yoongi. - Hoseok besó lentamente sus clavículas y hombros, de un modo cariñoso y tranquilo. - Tienes un gran corazón, siento haberte preguntado tanto. Deberías entender que todas esas personas que llevas tatuadas en forma de dibujos son la señal de que lo sentimental también es para ti, puede que de una forma distinta pero cada uno lleva el dolor consigo como puede o sabe.

Los brazos temblorosos de Yoongi rodearon la cintura de Hoseok y aún llorando posó su frente sobre el pecho de este.

-Vamos, aún quiero ducharme pequeño.








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Hiiii!!!!!

He querido enseñar un poco de como Yoongi es por dentro así que estoy cruzando los dedos para que os guste. No me odiéis por lo de Jiminie.

Un beso, Mel

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