Capítulo 23
"Debido a que comenzó a llover pensé un poco en ti. Pensé en ti porque así soy yo. No significa nada más"
– Heize (You, Clouds, Rain)
Hoseok se apoyó en la pared y jugueteó con las llaves de su nuevo coche en las manos. Una sonrisa fingida se extendía por sus labios mientras observaba a Yoongi dormido, enrollado entre sus sábanas como un niño con frío. Llevaba al menos media hora así, sin saber que hacer o si echarlo directamente de la habitación. El día anterior no se había atrevido a mirarlo a la cara debido a la enorme sensación de culpabilidad que lo golpeó en el instante en el que la confesión sobre la cláusula abandonó de sus labios, por lo que aprovechó la pelea para visitar a posibles socios, incluso si en un principio su agenda estaba despejada de trabajo. Lidiar con sentimientos negativos nunca había sido su mayor fuerte, y aunque debería haberse disculpado porque el único culpable de lo sucedido era él mismo... De alguna manera su orgullo estaba pululando sobre su cuerpo de la manera incorrecta.
Finalmente y tras dudar en varias ocasiones decidió acercarse a Yoongi, no quería tocarlo porque temía causar malestar en el chico pero de todos modos decidió acercarse un poco, aún sin saber bien cómo actuar. Culpable, no solo se sentía como uno sino que también lo era. Tendría que haberle dicho a Seokjin que retirara la cláusula incluso si estaba seguro de que no la usaría.
Hoseok zarandeó levemente a Yoongi, con los dedos de su mano tratando de tocar el menor porcentaje posible de la piel de este para no molestarlo en exceso. Le había dejado clara la forma en la que funcionarían después de lo ocurrido la noche de su enlace, aunque eso estaba empezando a pasarle factura, le gustaba tomar de la mano a ese chico tan irrespetuoso, acariciarlo era su entretenimiento más íntimo últimamente. Con todo, no pretendía perdonarse a sí mismo ni al contrario tan fácilmente. Los dos actuaron de forma incorrecta, así que los dos tendrían que reflexionar manteniendo un poco de distancia para que las ideas pudieran tomar un tono claro. Incluso si ya no estaba enfadado quería darle una lección a Yoongi con eso que se ligaba a la locura y quizás implicaba hacerle un favor también después de todo.
El chico de los tatuajes sería feliz tan solo con dinero, no necesitaba a nadie dándole cariño o tratando de mantenerlo a salvo. Lo dijo por sí mismo varias veces y el magnate recordaba cada palabra. Sabía cómo cuidarse, cómo conseguir placer... Lo más probable era que su presencia supusiera más problemas que beneficios para este. Al fin y al cabo no estaban casados por amor, sino por capricho. Por uno muy extraño ante los ojos del mundo exterior a ellos. Y por supuesto ante los de los propios hermanos Min.
–Despierta. - dijo, tratando duramente de mantener un tono de voz serio. Parecía estar regañando a su hermano y no despertando a su marido.
Podía aceptar muchas cosas y jamás culparía a Min Yoongi por estas, él era quién había pedido un chico complicado así que en parte era solamente su culpa y la de nadie más. Jung Hoseok tan solo tenía una norma inquebrantable, una que no parecía tan complicada de seguir. Por eso no lograba deshacerse de esa sensación de dolor que le cubría el cuerpo cuando el muchacho usaba la palabra "loco" para nombrarlo a él. Y no lo hacía porque en su pasado la locura había sido un elemento demasiado rutinario, uno del que pretendía deshacerse para mantener feliz a su hermano pequeño.
Observó la forma en la que Yoongi se envolvía un poco más en las mantas y hacía un puchero todavía dormido, sus labios rojizos y finos formando una línea mientras sus mejillas se hinchaban. Sus manos temblaban levemente debido a que las mantenía sobre la almohada, el magnate quiso envolverlas con las suyas para darle calor. Simulaba ser más pequeño y frágil mientras dormía tan calmadamente ante sus ojos.
Pero era hora de aprender para ambos. Él debía entender que a veces tocar a Yoongi era más un castigo para este que un acto de cariño y bueno, sería genial si el chico ante sus ojos empezaba a comprender que había muchas más palabras factibles en su vocabulario para referirse a sus actos que aquella que hablaba de locura.
–Yoongi. - insistió Hoseok de nuevo, su tono volviéndose un poco menos serio con el paso de los segundos. - Te he dicho que te levantes, esta es mi habitación. Por favor, ve a dormir a tu cama. Estoy cansado y me gustaría acostarme después de tomar una ducha.
Nada, ninguna reacción por parte del muchacho. El flequillo caía liso sobre su frente tapándole los ojos y generando una bonita sensación en el pecho de Hoseok que en realidad no debería ser tan cálida como lo era, porque Yoongi se sentía como su hogar sin serlo. El magnate ni siquiera lo pensó antes de apartar la mirada, quizás sí que estaba loco si un chico contratado que llevaba en su vida menos que una estación lo hacía tambalearse ante las decisiones que podrían ser correctas y las que no. Le seguía gustando y después de todo lo único cierto era que no lo culpaba por reaccionar así, todo su enfado fluía alrededor del detalle de que Min era consciente de lo mucho que lo afectaba aquella afección que este usaba cuando se enfadaba.
"Loco, loco, loco, loco."
¿Acaso era tan complicado no pronunciar esa palabra?
–Tienes que cortarte el cabello un poco. - susurró acariciando la mejilla de su marido, una sonrisa sincera asomándose a sus labios incluso si estaba tratando duramente de mostrarse serio ante el muchacho. - Desde que te conozco no has ido a una peluquería Yoongi, te está creciendo bastante y aunque en realidad me encanta a veces parece que te dificulta las cosas. Por no mencionar que ha comenzado a ondularse con la cal de las duchas italianas.
Sonrió de nuevo, notando como el chico de los tatuajes fruncía muy levemente el ceño sin despertar todavía. Y de nuevo, de nuevo sonrió como un tonto sin poder evitarlo. Era tan distinto cuando permanecía así de tranquilo. Pero a él le estaban comenzando a gustar todas las formas de ser de aquel muchacho, le encantaba cuando era una bomba a punto de explotar, cuando parecía mostrarse tímido y cuando estaba tan tranquilo como en ese instante.
–Venga Yoongi, despierta. Estoy tratando duramente de no implicar cariño en esto pero eres adorable mientras duermes. - lo removió con delicadeza. - Jung Yoongi. He pasado la noche en un bar cerrando un aburrido y tedioso trato comercial, necesito dormir. Venga, saca tu delgado y tatuado cuerpo de mi cama.
Tan solo otro puchero como respuesta. Hoseok sonrió y le arrancó las sábanas con las que se estaba tapando, entonces Yoongi se encogió abrazándose a sí mismo. Pasaron tan sólo unos segundos hasta que abrió los ojos, simulaba estar confundido ante la situación.
–Hobi... ¿Dónde estabas? Yo... - trató de hablar en vano.
Y si el chico actuaba bien, él también podría hacerlo hasta que todo se calmase entre los dos. ¿Cierto? En realidad Jung Hoseok tan siquiera sabía que era y no era correcto para ellos dos. Ambos estaban un poco perdidos.
–Fuera de mi cama, sigo molesto por esa palabra y aunque sé que tú lo estás más es probable que necesitemos espacio por unos días para no dañarnos mutuamente. A veces los enfados pequeños derivan en grandes cuando no se solucionan a tiempo. - y ahí estaba, a punto de fingir seriedad de nuevo cuando todo lo que ansiaba era tirarse encima de este para llenarlo de caricias. - Vístete y vete a tu habitación o llamaré a la seguridad del hotel. No me tientes, podría realmente hacerlo.
No llamaría a nadie en realidad, su plan no tenía nada que ver con humillar al muchacho. No sería capaz de hacer una cosa así ni estando realmente enfadado.
–Hoseok no vas a....
–Estoy a punto de romper el contrato, si no quieres perder el dinero obedece. - a veces exagerar era necesario, o eso suponía. Deseaba tener espacio para aclarar sus ideas y creía fielmente que aquello podría ayudar al chico ante sus ojos también. - Sabes que no me gusta decirle que hacer a la gente pero creeme cuando te digo que los dos necesitamos separarnos por unos días para pensar bien en las decisiones que nos conviene tomar. Quiero estar solo, Yoongi. - mentía, ni siquiera le gustaba observar a Yoongi tan confuso e indeciso. Y por supuesto no deseaba soledad, todo lo que quería era tener un brazo alrededor de su cuerpo mientras dormía. - Simplemente ponte la ropa y sigue durmiendo en tu habitación. No es tan difícil, ni siquiera te gusta cuando dormimos juntos.
Yoongi frunció el ceño, había algo raro en la expresión nerviosa de Hoseok.
–Pensé que te gustaría que durmiese aquí contigo, es la costumbre...
–Las costumbres cambian y se adaptan. Los dos tenemos que pensar y la mejor manera de hacerlo es con espacio, incluso si te he contratado para actuar no quiero que finjas estar perfectamente conmigo cuando sé que no lo estás. Te lo mencioné ayer, por ahora no quiero besos, caricias, roces... Nada similar a eso. Por lo que tenerte en mi cama desnudo tan solo me hace las cosas difíciles. Por nuestro propio bien, Yoon. Vamos a hacerlo del modo adecuado.
Yoongi miró a Hoseok, los ojos de su marido estaban rojos y su camisa azul abierta hasta la mitad del torso. Llevaba una chaqueta de cuero en la mano mientras sostenía unas llaves entre sus dedos. Parecía haber pasado la noche despierto por la forma en que su cabello se enredaba cada vez que pasaba la mano libre por este en un gesto de indecisión, tratando de peinarse en vano.
Suspiró, sintiendo de nuevo el frío tropezar contra su cuerpo desnudo y una vez más le buscó la mirada sin éxito alguno.
–¿Dónde pasaste el día? - sentía curiosidad pero también un dolor en el pecho que le quitaba la respiración. Sus ojos se cristalizaron para sorpresa de ambos. - Yo tuve que ocuparme de todo y tu hermano estaba mal. Me dejaste solo de un momento a otro. No contestabas las llamadas, ni a mí, ni a nadie. Podrías al menos haber avisado...
–¿Cambiaría algo eso Yoongi? - la voz de Hoseok se había tornado un poco más seria. - ¿Ibas a venir detrás de mí si te avisaba? Fui a trabajar, a ganarme a una posible socia y me la gane por completo. De eso estoy seguro.
Hoseok no reparó en lo mal que habían sonado sus palabras hasta después de decirlas. Había ganado un acuerdo comercial importante, eso era cierto, pero podría haberlo dicho de una manera completamente diferente.
Yoongi tragó saliva y bajó la mirada en respuesta, tenía miedo de presuponer que las palabras usadas por Hoseok significasen exactamente lo que él creía. Pero quizás no había otra opción. El magnate sabía cómo ser atractivo, tenía dinero y lograba ganarse a la gente con una facilidad apabullante. Si esa mujer se había acostado con su marido probablemente lo hizo aprovechando bien cada segundo de sexo y disfrutando de la piel de este. De sus manos, sus gemidos, sus ojos, sus caricias lentas y besos apasionados....
Ella disfrutó de su marido. Mientras él dormía solo y repleto de un frío desconocido.
–¿Qué ha pasado con Tae? - Yoongi aún jugueteaba con sus manos y mantenía la cabeza gacha cuando el magnate se sentó a su lado en la cama. Por unos instantes casi deseó abrazar al magnate, por costumbre, por necesidad, porque seguía frío y no lograba calentar su cuerpo.
–Tuvo una especie de ataque. - Yoongi se levantó de la cama y rebuscó su ropa entre las mantas. - Recordó algunas cosas que le hacían daño, Jungkook se lo llevó a la habitación para tranquilizarlo. Al parecer tenéis en común el tema de las caricias, se durmió en cuanto mi hermano comenzó a peinarle el cabello con las manos.
Hoseok suspiró preocupado, aunque Yoongi no había dicho nada concreto conocía bien a Taehyung. Probablemente algo relacionado con su madre llegó a la cabeza de su hermano, el único punto de su pasado que seguía lleno de cicatrices abiertas. Esos momentos de sufrimiento nunca abandonaban sus mentes, estaban condenados a seguir sufriendo por todo aquello.
–Iré a hablar con él en cuanto duerma un par de horas, gracias por cuidarlo. De verás aprecio lo que habéis hecho tu hermano y tú. - su voz era más tranquila y Yoongi lo notó al instante. Podía distinguir el ánimo de Hoseok tan solo escuchándolo hablar.
–Jungkook lo cuidó en realidad, agradecéselo a él. - respondió el chico de los tatuajes sin mirarlo. Estaba frustrado, por saber que mientras esperaba a su falso marido este había estado divirtiéndose en la cama de una mujer ajena a su trato.
Bufó cansado, su mirada todavía acristalada clavándose en las gotas de lluvia que resbalaban por los cristales de la ventana, una tormenta estaba ocurriendo en el exterior y se temía que a Jungkook aquello le recordaría a la muerte de sus padres tanto como se lo recordaba a él. Yoongi estaba seguro de que era el único con el derecho de enfadarse, había sido engañado y sin embargo Hoseok pretendía hacer un gran drama de palabras que salieron de su boca sin ser pensadas.
Ahora quería espacio. De repente ya no deseaba cariño, sino soledad. No lo lograba entender por mucho que lo intentaba.
–Yo soy el ofendido aquí. - habló sin atreverse a mirar al magnate. - Tú me engañaste, incluso si te enteraste más tarde nunca mencionaste esa mierda de cláusula hasta que estuvimos casados. Puede que yo dijese algunas palabras ofensivas, sin embargo no se acerca ni un poco a lo que me hiciste.
La boca de Hoseok se mantenía cerrada mientras escuchaba con atención todo aquello que el muchacho ansiaba decirle. Quería comprender a Yoongi y entender sus sentimientos.
-Tienes dinero, una bonita mansión y todas las oportunidades del mundo. Tu hermano y tú jamás necesitaréis arrastraros para encontrar trabajo o llegar a fin de mes. No entiendes nada acerca de mí... ¿Por qué tratas de salvarme cuando ni siquiera me quieres entender? Dejé las calles porque lo pediste, Hoseok. Dices que no soy tuyo, que no soy un jodido objeto y me tratas como si lo fuese. Tengo que hacer las cosas a tu modo o sufrir las consecuencias. - Yoongi se giró para mirar al magnate, le quemaban los ojos por las ganas de llorar. Se sentía impotente, inútil. - ¿Qué hay de mí? ¿Qué sucede si a mí me gusta pasar las noches de lluvia en la calle bebiendo, corriendo, escapando de los bares sin pagar, colándome en piscinas privadas...? ¿Qué pasa si a mí me gusta vivir así, Hobi? ¿Si yo no quiero pasarme los días encerrado en una mansión fría y vacía mientras tú trabajas durante horas? No haces que esto sea fácil maldita sea, no te gusta escuchar mi opinión por mucho que presumas de aceptarla.... Solo eres mi jefe... ¿Qué puedo hacer con eso? Un empleado debe cumplir con las normas incluso cuando son abusivas la mayor parte del tiempo si está desesperado y no tiene nada mejor.
–Yoongi. - susurró el magnate, con dolor de cabeza. - Deja de gritar, es bueno salir de las calles. Habrías acabado muerto si...
–¿¡Qué pasa si no quiero ser salvado!? - gritó con más fuerza, dejándose caer sobre la alfombra. Seguía evitando las lágrimas como podía. - Me siento tan bien cuando estoy libre, cuando yo decido sin presión, cuando siento el frío en mis manos porque es de madrugada y sigo riendo bajo la tormenta y eso se lleva el recuerdo de mis padres... Cuando me siento vivo. ¿Por qué no podemos hacer esto sin necesidad de cambiarme y moldearme? Me vas a destrozar y sigues diciendo que mi opinión cuenta. ¿No lo ves? Te da igual lo que Jungkook o yo queramos.
Hoseok no se levantó de la cama, ni se atrevió a mirar a Yoongi. Ni siquiera abrió la boca. Tenía miedo de caer ante sus palabras. Tal vez había sido egoísta, quizás ese muchacho llevaba razón al fin y al cabo.
–Pero te enfadas cuando exploto, conoceme como yo te he conocido a ti Hoseok. Trato de hacerlo bien, de jugar con las cartas que seleccionas sin cometer errores pero lo estás haciendo complicado con todos esos comodines. - Yoongi se relamió los labios y se puso la camiseta. - ¿Por qué no podemos jugar con la misma baraja?
–Podemos hacerlo... Pero eso, ¿no me dejaría en desventaja? Cuando los jugadores tienen niveles diferentes el inferior siempre pierde. - el magnate suspiró. - Vive Yoongi, nunca te lo he negado. Sal a la calle cuando quieras, bebe, folla, pelea, destrozate si es lo que necesitas. Yo voy a seguir adelante a tu lado durante un año independientemente de eso, si quieres arrasar contigo mismo entonces hazlo. Pero nunca pretendas que soy un loco con dinero. Ese es tu peor error y es lo único que va a dañarme.
Yoongi suspiró y miró a Hoseok, quería ir hacia él por algún motivo.
–¿Es eso cierto? Te considero un loco y eso te enfada. Estás loco. - dio un paso adelante. - ¿Pero quién mierda dice que yo no lo estoy también? No hay nadie sin una pizca de locura en el mundo. Estas tan loco como cualquiera que tenga conciencia y sentimientos. Despierta, no todos van a respetarte. Si hay una forma de lastimarte van a usarla. - un paso más y solo unos centímetros lo separaban del magnate. - Demente hijo de puta. ¿Qué le has hecho a mi orgullo?
Hoseok no miró a Yoongi ni siquiera por un segundo pero lo estaba escuchando, calculaba cada palabra, alineaba cada frase, pensaba en cada opinión de su marido.
–Vete. Necesito descansar un poco. Ya hablaremos, lo haremos Yoongi pero no ahora. No cuando mi cabeza parece querer explotar. - dijo finalmente el magnate, levantándose para entrar en el baño. - Prometo que tendremos esta conversación.
–Que te jodan, Hoseok. - reclamó Yoongi antes de salir de la habitación y cerrar la puerta con un golpe.
---------------------
Hiiiiiii!!!!
Gracias por leerme un día más, espero de verás que os haya gustado el capítulo.
Sexy Tae here ⬇️⬇️⬇️⬇️⬇️⬇️⬇️⬇️
Un beso, Mel 😘
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top