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Mordí mi labio inferior con nerviosismo cuando tomé asiento en la parte lateral izquierdade la sala, justo al medio de las tres sillas. Natalan se sentó a mi lado sin soltar mi mano enningún momento, y el abogado al extremo más apegado al centro, listo para levantarse si sele presentaba la necesidad. Había visto tantas veces escenas como esa en películas o novelas,sin embargo, jamás me imaginé en alguna, ni pensé que en la actualidad estos juicios portenencia continuaran existiendo.
- Si el mundo se rige por el alfa mandando a los betas y omegas ¿Cómo es que existen estascosas? -. Murmuré muy bajo. Natalan me miró pero no me respondió, ambos esperamos pacientemente a que nuestro abogado nos quitara aquella duda. Cejo me mostró una pequeñasonrisa, el juicio aún no empezaba, así que podíamos hablar entre murmullos que lográbamos entender con facilidad.
- Bueno, no eres el único que trata de cambiar el mundo, Soaring -. El omega a mi lado asintiócon orgullo, observando el portafolio que traía, con las pruebas a mi favor. - Si bien, comodices, es un mundo bastante inestable y poco demócrata, estos juicios, como muchos otros,empiezan a tener su pequeño espacio porque son más los omegas que luchan por obtener oporque se respeten sus derechos como persona -.
- ¿En serio? -.
- En serio -. Cejo acomodó su corbata, suspirando melancólicamente. - Sin embargo, es elprimero en el que me permiten formar parte como abogado defensor... Algunas personasson bastante inestables y aún no creen por completo en su capacidad, como un tono gris...Quiero decir, los omegas que luchan por sus derechos no les agrada la idea de un omegaluchando a su lado por ello, es debido a esto que mayormente son los abogados alfas o betasenormes los contratados -.
- Por eso dijiste que era tu primera vez -. Suspiré. Entendía mejor el anhelo de Cejo por ganar, más allá de nosotros, era su meta personal. - Pues -. Continué. - Natalan y yo creemos quepuedes devolvernos a Oliver, Cejo -.
- Oye, tienes suficientes conocimientos hasta para ser juez, solo debes ir por ello -. Natalan loalentó, dándole una rápida mirada, antes de besar mi cien.
Fue entonces cuando escuché a las personas sentadas detrás de nosotros murmurar con másfuerza, porque sí, era un juicio abierto para todo público considerando el rumor que se extendió diciendo que el hijo de la dueña de M-Alfa estaba implicado en él. Muchas de suspalabras las entendía, pero no le tomaba la debida atención, no desde que vi a Aquino, Nimu y el alfa, que supuse era su abogado, entrando en la sala y sentándose justo al ladoderecho de frente al tribunal. Aquino nos mandó una fanfarrona sonrisa y solo me quedéahí, mirándolo con todo el desprecio que traía hacía aquel alfa.
La mano de Natalan se tensó en contacto con la mía y voltee a mirarlo. Ambos alfas se mantenían la mirada, en una silenciosa contienda de poder. Lo noté y me interpuse, centrándomeen mi alfa, quien al verme relajó sus facciones y suspiró, soltando un ligero gruñidito por lobajo, sacándome una suave sonrisa.
- Buen alfa -. Dejé que mi nariz se roce con la de Natalan en un tipo de beso esquimal, escuchando después a Cejo hablar.
- Lo es -. Miré los ojos de mi alfa y acaricié sus cabellos; Natalan se relajó ante mis mimos, casironroneando él cerró los ojos y sentí su felicidad ante mis acciones. - ¿Qué puedo decir? Lotengo amaestrado -. Bromee, logrando que él abra uno de sus ojos, arqueando una ceja sugestivamente.
- Omega idiota -.
- Alfa estúpido -. Sonreí y él hizo lo mismo. Tenía tantas ganas de besarlo, aunque no estabaseguro de si eso fuera lo correcto, así que solo volví a rozar mi nariz con la suya, justo unossegundos antes de que el juez aparezca.
Emanuel Gonzales era un alfa de la tercera edad, aunque a pesar de ello, todos en la habitaciónse quedaron callados ante su presencia. Él se sentó en el centro del tribunal mientras erapresentado y todos nos mantuvimos en completo silencio, escuchando la voz del alfa queexplicaba la razón del juicio antes de que él también callase y entonces, el juez Emanuel dierapor iniciada la masacre.
- De acuerdo -. Con solo oírlo hablar comprendí la razón por la que no estaba retirado a pesarde los años que aparentaba. - Empecemos -. Él aclaró su garganta. - Solicito la presencia delequipo técnico -.
Según como Cejo nos había explicado, ellos eran los encargados de analizar todas las pruebas mostrabas por ambos lados. Me había comentado también que en una situación normal,ellos tendrían que evaluar mi comportamiento mediante cantidad de preguntas y estudios,pero después de las pruebas mostradas por mi abogado y por el de Aquino, ellos mencionaron que no era necesario. Al ver a los tres alfas entrando a escena por la puerta del lado,comprendí la razón por la que querían saltarse ciertos pasos. Los tipos inmensos podíanmedir más de dos metros, sin exagerar.
- Muy buenas tardes, señor juez -. Habló el más alto de ellos. - Seré breve y conciso, despuésde la cantidad de pruebas, análisis y los informes realizados en base al comportamiento de Soaring Bustamante, omega padre del menor, Oliver Bustamante, se recomienda la completa tenencia delinfante para el padre alfa, Diego Aquino, quien ha mostrado ser bastante sensato, contarcon una familia estable y un buen entorno para el infante, del mismo modo que Soaring Bustamante no se encuentra en condiciones o en la capacidad para cuidar y proteger a alguien más -.
Ahora tenía mucho más sentido la presencia de Nimu al lado de Aquino y no dudé que sila veía detenidamente, me encontraría con una resiente mordida adornando su cuello.
Cerré mis ojos y Natalan soltó un gruñido bajo, muy bajo. Sentí su corazón acelerarse de larabia y traté de calmarlo, presionando su mano con algo de fuerza, recordándole que meencontraba con él.
- Estúpidos alfas -. Murmuré entre dientes.
- Era de esperarse -. Dijo Cejo entre susurros. - Son alfas, no van a estar nunca de acuerdocon que un omega le gane a un alfa en un juicio, sea por la razón que sea -. Él suspiró. - Aquíel servicio técnico no importa, sino la decisión del juez ante las pruebas -.
- El juez es un alfa, y no es el alfa más justo que conozcamos, según lo que nos mostraste -.
- Daré mi mejor esfuerzo -. Me respondió y aunque no me convenció en lo más mínimo, lesonreí con suavidad, tratando de darle la confianza suficiente para que continuara con eljuicio.
Al juez Emanuel le entregaron todos los documentos referentes al caso y aunque estuve bastante seguro de que ya los había leído anteriormente, él volvió a darle una ojeada a todo, conuna expresión tan neutral que parecía leer cualquier cosa, menos unas pruebas que jugabandemasiado a mi favor o a favor del alfa del otro lado de la sala.
- Ahora le concedo la palabra al abogado de la parte demandada -. Dijo después de un largosilencio. Cejo se tensó ante sus palabras pero se levantó de su lugar tan rápido como pudo,provocando que la silla rechinara al ser empujaba y obligándome a sostenerla para que estano cayera. Suspiré bastante consciente de que él también se encontraba nervioso.
- Muchas gracias, señor juez -. Cejo hizo una leve reverencia antes de empezar. - Yo rechazocompletamente la recomendación dada por el equipo técnico, debido a que los fundamentosimpuestos en la demanda se encuentran bastante ajenos a las circunstancias reales y a lagravedad de los hechos. Las pruebas que usted tiene en sus manos, la demanda por abandono, por agresión y por inestabilidad psicológica no son más que vanas exageraciones paraperjudicar a mi cliente, Soaring Bustamante, y así conseguir la tenencia de su menor hijo, Oliver Bustamante-. Cejo dijo todo casi como si se lo hubiera aprendido de memoria, para después continuar hablando, ya mucho más relajado. - Iniciando por la demanda por abandono, en elinforme no se detalla que mi cliente abandonó a su ex alfa, Diego Aquino, después de queeste le indicó y recalcó que su relación, incluido el lazo, había sido una apuesta de él con susamistades, señalando también que esta se había roto después de que el señor Aquino, juntocon su amigo Kendo Murft, abusaran sexualmente de mi cliente. Puesto que la relaciónsexual fue realizada sin su consentimiento ni aprobación, bajo amenaza de agresión -.
- ¡Eso es mentira! -. La voz de Aquino resonó por toda la sala. Él gruñó tal alto que Natalan notardó en ponerse de pie, aunque al segundo después escuchamos el fuerte sonido proveniente del golpe que el martillo de Emanuel daba contra la mesa.
- ¡Silencio! -. Gritó, calmando a los dos alfas. Natalan volvió a su lugar y suspiró. Él tenía tantarabia contenida que agradecí su capacidad de controlarse, sin embargo, Aquino aún se encontraba de pie, mirándome con un gesto cargado de odio. - Abogado, le recomiendo tranquilice a su cliente o el juicio se dará por terminado. La principal regla en este tribunal es elrespeto y el comportamiento racional, si veo más de estos faltamientos, no encuentro razónpara realizar el juicio si está demostrado aquí mismo que la contraparte puede calmarse másrápido que este salvaje alfa -. Preciso y directo, Emanuel le envió tal mirada a Aquino que estetomó asiento; entonces vi como su abogado le murmuraba algo que no logré escuchar.
Bueno, quizás no estábamos tan perdidos como creí.
- Abogado del demandado, continúe -. Dijo el juez cuando todo se relajó o eso creí, notandoentonces que habían encendido el aire acondicionado del lugar, eliminando cualquier aromaque pudiéramos liberar debido a las feromonas. Gran truco, no lo había pensado.
- La segunda parte de la demanda -. Continuó Cejo. - La agresión realizada por parte de micliente hacía su ex alfa fue totalmente en defensa propia, debido a que este atentó contra sulibertad encerrándolo en una habitación reducida y atacándolo de manera verbal, ademásen el informe no se menciona que él también agredió a mi cliente. Todo lo dicho anteriormente se puede comprobar gracias al testimonio del testigo que ayudó a mi cliente a escapar: Locochon Salazar, jefe de Chronicle Live, la revista donde trabajaba el señor Bustamante -.
Cejo se acercó para presentar el testimonio por escrito y el juez lo tomó. Esta vez, mientrasleía, Aquino no hizo ni un gesto, él se mantuvo mirando a Emanuel en completo silencio,quizás tratando de leer alguna de sus expresiones como una esperanza de que esté a favor oen contra de las palabras dichas por Cejo. Locochon se encontraba presente también en casoel juez lo llamara, pero al parecer no hizo falta.
- Prosiga -.
- Y para concluir con las demandas, a mi cliente se le ha demandado por inestabilidad psicológica por todos los actos anteriores. Yo mismo me encargué de someter a mi cliente a estudios de tres días consecutivos en donde se debería demostrar si es una persona inestable oestable, y el diagnóstico salió a favor de Soaring Bustamante, alegando que es una persona psicológicamente estable, la cual ha sufrido traumas, en su mayoría causados por el alfa Diego Aquino y que, si bien estos pueden crear miedo o repulsión a dicho alfa, no son peligrososcomo para dañar a su pequeño hijo, quien, cabe resaltar, hasta su edad actual de tres años,no ha pasado días de hambre, frío o enfermedad, siendo mantenido económicamente solopor mi cliente, sin la presencia de ninguna otra figura o ayuda monetaria o moral -. Cejo suspiró, parecía que acababa de decir su última carta bajo la manga, para luego darme unarápida mirada y después volver hacía el juez. - Por lo cual, pido se rechace cualquier tipo dedemanda y, por el contrario, se le entregue la completa tenencia del menor, Oliver Bustamante, asu padre biológico, Soaring Bustamante, sin dar paso de visitas o acuerdos económicos. Mi clienteno desea absolutamente nada de Diego Aquino, solo la tranquilidad de tener a su pequeñohijo consigo y de no volver a ver al alfa mencionado. Es todo, señor juez -.
Cejo se volvió a sentar mientras el juez se tomaba su tiempo para leer todas las hojas que lehabía entregado. Miré al omega y le mostré una pequeña sonrisa, antes de girarme hacía Natalan y observar en su mirada aquel brillo cargado de esperanza. Desde mi punto de vista,teníamos mucho a nuestro favor, o así había sonado la perfecta defensa de mi abogado, unomega.
- Concedo la palabra al abogado de la parte demandante -. Oí su ronca voz y suspiré.
- Buenas tardes, señor juez -. Habló el alfa abogado de Aquino, levantándose de su lugar contranquilidad, observando fijamente al hombre en el estrado. - Todas mis pruebas físicas lehan sido entregadas por medio del servicio técnico, aunque después de escuchar hablar alomega que defiende al señor, Soaring Bustamante, sé que no tengo mucho que decir para que usted,siendo justo y parcial, comprenda que cada una de sus retorcidas palabras no son más queuna burla a la justicia como tal -. Lo miré entonces, dudando de si estaba hablando en serio¿En qué parte Cejo podría haberse burlado? - Todos sabemos, y corríjame si me equivoco,que cuando un alfa se une con un omega, el omega en cuestión le debe completa fidelidad ysinceridad a su alfa, aún más en temas tan importantes como la existencia de un hijo mutuo.El señor Soaring Bustamante ignoró toda ley de la vida de un omega al ocultarle a su alfa la existenciade su progenitor, además de desaparecer sin dar justificación alguna. Mi cliente niega haberobligado a su ex omega, el señor Bustamante, a mantener relaciones sexuales con él y su antiguoamigo, Kendo Murft, quien no ha podido estar presente debido a su desaparición. No hayprueba que demuestre tal abuso, además de recalcar que, aunque no es el caso, un omegasiempre debe obedecer a su alfa, ya que este, como su pareja, sabe lo que es mejor para él -.
- Si serás estúpido -. Escuché un murmullo escapar de la boca de Natalan y negué con la cabezasuavemente, de modo que solo él me viera. Sus ojos y los míos se mantuvieron mirándosepor largos segundos, hasta que suspiró y asintió.
Todo va a estar bien, ya verás.
Él volvió a asentir, confirmándome que lo había oído.
- Si mi cliente mordió o no a otra u otro omega después de eso, fue por la misma necesidadde encontrar alguien que llene el vacío, lo cual comprendemos porque nacimos para eso -. Claro, y las omega que mordía y dejaba tiradas nacieron para eso también ¿No? Estúpido. - Y por último, bajo ninguna, ninguna circunstancia se puede permitir que un omega agredaa su alfa, es un faltamiento grave hacía nuestra pirámide que rige y mantiene este mundo enestabilidad. Los omega han servido desde siempre a los de rango mayor, si se les permitealgún día tener el poder a la par ¿En qué nos hemos convertido? ¿Un omega abogado? ¿Quésigue? ¿Un doctor omega? ¿Un ministro omega? Desde un comienzo este juicio ya pareceuna completa bufonada, si me permite decirlo -. El alfa se acomodó el traje, continuando. - Mi cliente y yo comprendemos que el demandado, Soaring Bustamante, se encuentra actualmentemanteniendo un reciente lazo con el alfa, Natalan Morales, al igual que sabemos de la existencia de un pequeño hijo entre ambos. Por ello, entendiendo que, por las leyes de lo natural,no podemos separar al señor Bustamante de su actual alfa, solamente desear que ese pequeño, aúnno nacido, tenga el mejor ambiente familiar posible -. Entrecerré los ojos, sabiendo lo quevenía. - Sin embargo, su hijo, Oliver Bustamante, no tiene razón para vivir en un lugar donde fácilmente puede ser discriminado por no ser hijo de ambas partes. Él podría ser dejado de ladoy con toda la intención de evitarle traumas al menor, mi cliente, Diego Aquino, continuacon su demanda y exige la tenencia total de su único hijo, asegurando criarlo en un ambientede total armonía, amor y seguridad, sumándole también que él y su actual omega, Nimu González, no cuentan con la capacidad de tener más hijos y que le darían todo el amor que merece al infante. Además de entregarle una crianza como es debida, con una omega mujer yun alfa varón. Es todo, señor juez -.
Y fue con ese último comentario fuera de lugar, que comprendí lo alfista y estúpido que eraaquel abogado. Una vez este tomó asiento, miré a Cejo y lo noté algo nervioso, su pierna setemblaba y había pasado a morderse la parte de la huella del pulgar. Inclinándome paradarle un pequeño codazo, él me miró y negué con la cabeza.
- Lo siento, es que...-. Nos observó a mí y a Natalan. - Él y el juez tienen una forma muy parecidade pensar ¿Saben? Pude haber convencido al juez de cuestionarse las cosas, pero con el recordatorio de la pirámide y el orden natural de las cosas, junto con toda la basura... Temoque ya haya tomado su decisión -.
- No me asustes así, Cejo -. Temblé ante la simple idea. Natalan fue ahora quien trató de relajarme, pero al ver que el juez terminaba con todas las pruebas y acomodaba las hojas, elpánico pudo más que yo.
- Ahora tomaremos un breve descanso -. Habló el alfa que anteriormente se encargó de presentar al juez. Suspiré, liberando todo el aire que había contenido sin siquiera darme cuenta. - En unos minutos estaremos de regreso con la decisión final del juez Emanuel Gonzales -.
Escuché a las personas levantarse y salir de la sala después de que el juez lo hizo. Me mantuveahí sentado hasta que me relajé lo suficiente y, apenas pude, uní los labios de Natalan con losmíos, tranquilizándome al sentir la suavidad de su boca y su dulce roce, deleitándome contal caricia llena de cuidado, de amor y de seguridad. No sabía dónde estaría si no me encontrara con él a mi lado en un momento como este.
- Los dejaré solos -. Nos dijo Cejo, yéndose antes de que siquiera respondamos algo. Me concentré en mi alfa, olvidé incluso de que Aquino se encontraba cerca. Todo se borró de mimente para cuando Natalan suspiró contra mi boca, abriendo los ojos, mirándome fijamente.
- ¿Estás bien? -. La pregunta tonta nos sacó una sonrisa. - Quiero decir ¿Nauseas? ¿Algo deeso? -. Negué con la cabeza, dándole otro pequeño beso. - Tengo miedo de que todas estasemociones fuertes le hagan daño a nuestro bebé -.
- Natalan, tienes miedo incluso de abrazarme mientras dormimos -. Rodé los ojos al recordarlas noches en las que se tomaba minutos de minutos escogiendo una posición en la que noaplastara mi vientre. - Es apenas una manchita ¿Si? Una hermosa manchita negra, no le pasará nada. Tú nos cuidas -.
- Lo siento, soy nuevo en esto -.
- Lo sé y es adorable -. Volví a besarlo después de decir eso.
Me perdí en sus labios nuevamente y lo hubiera seguido haciendo de no ser por una pequeñavoz que escuché a la distancia. Presioné mi boca contra la de Natalan y coloqué mi mano sobresu pecho, apartándolo. Otra vez la pequeña voz, entonces no pude más. Natalan también sehabía percatado, por lo que ambos nos levantamos de las sillas y corrimos hacía fuera de lasala, pasando por la puerta principal. Fue ahí cuando vi al dueño de la voz y el causante detodo el alboroto que se había formado, con una pequeña cantidad de guardias rodeándolo.
- Mierda -. Gruñó uno, cubriendo su mano con la otra. - Me acaba de morder, no puedo nitocarlo -.
- ¡¿Ónde ta papá?! -. Su voz mucho más clara aceleró mi corazón, sacándome una enormesonrisa a pesar de su tono hostil y malcriado. Avancé un par de pasos, apenas alejándomede Natalan cuando todas las miradas se dirigieron hacia mí, incluidos esos preciosos y enormesojos que, al verme, brillaron con inmensa felicidad, antes de que el pequeño dueño deestos corriera a mi alcance. - ¡Papá! ¡Papá! -. Repetía una y otra vez, llenando mis ojos delágrimas. Su voz se oía tan hermosa, más de lo que recordaba.
Su pequeño cuerpo se aferró al mío en cuanto me arrodillé y lo recibí entre mis brazos. Oliver me abrazó con fuerza, mientras sus pequeños bracitos rodearon mi cuello y luego lo escuchéllorar; mi pequeño lloraba como el bebé asustado que era estando ya en los brazos de supapá, abandonado cualquier faceta de autoprotección y soltando todo lo que sentía realmente. Mi adorable hermoso hijo alfa sollozaba haciendo ruido, llenando el pasillo con sullanto, repitiendo una y otra vez "Papá" olfateándome por momentos, con miedo, con anheloy con muchos sentimientos encontrados para alguien tan pequeño.
- Aquí estoy, bebé -. Sin darme cuenta, yo también estaba llorando ya. - Aquí estoy, mi amor.Te juro... Te juro que aquí estoy y no me voy a ir. Nunca me voy a ir, Oliver, mi bebé -. Sentíla mano de Natalan sobre mis rizos y ronronee, Oliver entonces se apartó apenas para mirarsobre mi cabeza y después detrás de mí, confirmándome que Natalan se había puesto en cuclillas para estar a nuestra altura.
- ¡Natalaaan! -. Le sonrió feliz, soltándome por un momento para abrazarlo, acurrucándose entreambos, frotando su rostro en el cuello de mi alfa. - Natalaaan, te estañé mucho -.
- También te extrañé mucho, Oliver -. La mano de Natalan se paseó por los cabellos demi pequeño, ante mi atenta mirada. - Hey -. Buscó la mirada de mi hijo. - Tu papá me contólo que hiciste ¿Sabes? Eres el mejor alfa que he conocido y estoy muy, muy orgulloso de ti -.
- ¡Yo poteguí a papá! Natalan rijo -. Mi bebé asintió con la cabeza repetidas veces, con elceño fruncido, afirmando con seriedad sus palabras. - Papá a salvo -.
- Eres un ángel, Oliver -. Mi pequeño volvió a acurrucarse en mis brazos, manteniendo unade sus manitos sobre Natalan, en su remera. Ahí permanecimos hasta que Cejo se nos acercó,inclinándose para hablar con nosotros.
- Lo trajeron porque el juez quiere hablar con él personalmente, en privado. Sin embargo,cuando se enteró que estabas por aquí, Soaring, enloqueció, solo repetía que quería verte ymordía a todo aquel que no lo dejaba buscar tranquilo. Se ha metido sin permiso en cuantasala ha podido... Buscándote -.
- Y mordiendo personas -. Continué, Cejo se encogió de hombros, no se le veía malhumorado, sin embargo, él me hizo una señal hacía una señorita que esperaba a Oliver y suspiré,mirando a Natalan antes que a mi hijo. - Amor, escúchame -. Oliver obedeció, mirándome a losojos. -Necesito que vayas con la señorita que está ahí y que le hagas caso -.
- ¿Po qué? -. Preguntó él, con un infantil puchero. - Yo quero estad con papá y Natalaaan. Mepodte bien -.
- Lo sé y estarás con nosotros, amor -. Suspiré, acariciando suavemente su mejilla, peinandosus cabellos después. - Pero para estar juntos por siempre... Debemos esperar un poco más -.
- ¿Cuánto? -. Mi pequeño cuestionó.
- Poquito... Muy poquito -. Volví a abrazarlo con fuerza, mientras Oliver restregaba su rostrocontra mi cuello, llenándose de mi aroma. - Se bueno ¿Si? Ya no muerdas ni hagas caras o eltiempo se hará más largo -.
- No -. Chilló, a punto de llorar.
Natalan dejó un suave beso sobre sus rizos antes de que yo lo entregue a la mujer que lo llevaríaa hablar con el juez. Oliver, hasta el último momento, se despidió moviendo su manito, yaen los brazos de la señora. Él nos miraba triste, apagado, a cada paso que daba la mujeralejándose, sentía que se llevaba una gran parte de mi corazón.
Después de eso, me acerqué a Natalan y lo abracé, yo no podía permitir que me lo quitaran, noiba a poder vivir sin él.
Cuando volvimos a la sala y el juicio inició nuevamente, el juez dio unos martillazos solopara que los suaves murmullos se detengan y entonces todos nos concentramos en él. Emanuel aclaró su garganta, cruzando sus dedos y apoyando sus brazos sobre el tribunal, acomodódespués unos papeles que tenía bajo sus manos y separó sus labios, pero entonces me levanté, sorprendiendo a Natalan y a Cejo.
- ¿Sucede algo, señor Bustamante? -. Agudizó su mirada sobre mí. Crítico y severo, en clara señal dedisgusto ante mi gesto.
- ¿Puedo decir algo? -. Emanuel arqueó una ceja. - O sea, sé que se supone que Crjo habló pormí con palabras complejas de las cuales entendí un 80% y el otro no. También me imaginoque ya tomó su decisión y todo eso, pero... Quiero decir algo ¿Puedo? -.
- ¡Claro que no! -. Intervino el abogado de Aquino, levantándose de su lugar. - ¡Esto es un totalfaltamiento de respeto! Todo ya está dicho. Señor juez, no puede permitir que- -.
- Que hable -. Dijo Emanuel, callando al alfa.
- ¿Qué? -. Pregunté, sorprendido.
- Puedes hablar -. Él se inclinó en su asiento, apoyándose con totalidad en el respaldar, en ungesto de relajo. - Nada de lo que diga cambiará mi decisión final, la cual ya está escrita y laleeré apenas termine. Si quiere hablar, hágalo -. Hizo un ademán con su mano, dándomepermiso.
- Uhm, vale. Vale -. Obedecí y caminé hasta pararme justo frente al juez. Mirándolo, noté lafirmeza en su mirada y luego me giré hacía todo el público detrás de mí. Natalan me observabapreocupado, sentado en el filo de su silla para saltar en el segundo en el que algo se complicara, sin embargo, él confiaba en mí, lo sabía por cada vez que su corazón latía. - Sinceramente, no tengo idea de cómo empezar a decir esto, pero siento que si no digo algo y todosale mal... Me quedaré con esto en la punta de la lengua por el resto de mi vida -. Miré aAquino, quien me observaba fijamente, esperando que comenzara. - Es la primera vez quetantas personas tienen sus ojos sobre mí, así que diré lo que me muero por decir -. Despuésde eso, inicié. - Creo que hoy en día muchas personas estamos actuando de manera muy estúpida -.
- ¡Soaring! -. Me regañó Cejo, pero negué con la cabeza, continuando rápidamente.
- Es que somos estúpidos, en serio -. Me encogí de hombros. - Yo estoy incluido ahí. Quierodecir, también he sido muy estúpido durante mi vida y eso debería cambiar -. Miré a Natalan ysonreí suavemente, suspirando. - Desde que quedé embarazado del alfa que me engañó y memordió solo por una apuesta. Sí, Aquino, hablo de ti -. Le dirigí una mirada y luego continué. - Y mi familia me dejó por no ser lo que ellos esperaban, he vivido mucho, mucho tiempo...Solo pensando en que el mundo está en mi contra o que soy únicamente yo contra los estúpidos alfas y sus creencias de superioridad. Porque sí, ahora puedo admitir que odié internamente a los alfas por mucho, mucho tiempo, porque un par me hicieron daño, los metí atodos en una bolsa y los aborrecí tanto que casi... Casi pierdo al amor de mi vida por eso -. Natalan me sonrió, feliz de poder confirmar que no había sido así. - Cuando realmente, nuncame di cuenta que hacía lo que los alfas hacen con los omegas, solo que al revés, en vez debuscar la dichosa igualdad de la que tanto hablaba, deseaba que podamos pisotear a todosaquellos que nos han sabido pisotear, sin darme cuenta que igual buscaba la desigualdad yhacerles daño a todos ellos porque unos me dañaron a mí. Ahora entiendo que es solo unmecanismo de defensa que tenemos... Todos -.
Caminé hasta acercarme al juez de Aquino, a su mesa. Le di una rápida mirada a Nimu antes de inclinarme, apoyando las manos sobre la madera. Sentí el acelerado latir de Natalan y suspiré, tratando de entregarle mi tranquilidad, porque sí, estaba tranquilo. Quizás habíaenloquecido o ya se me había zafado un tornillo, quien sabe.
- Y es que, tienen miedo. Alfas, betas u omegas, tienen miedo -. Miré fijamente al desconocidohombre del que no sabía ni su nombre. - Tú tiene miedo de que algún día Cejo sea inclusomejor abogado de lo que eres, o que pueda ganarte un caso, demostrando que somos igualesa ti -. Después miré a Aquino, negando con la cabeza, con lástima. - Y tú... Tú tienes tantomiedo de ser la basura que sabes que eres, que tratas de hacer sentir a otros lamentables,pero ya no más. Ya no te tengo miedo y ahora sé que no es solo porque Natalan esté aquí,conmigo. No te temo porque sé que soy una persona como tú y no te temo porque, quizás nopueda golpearte a sangre fría como tú lo harías, pero sé que aunque me golpees hasta casimatarme, siempre habrá alguien esperando sanar cada una de mis heridas, en cambio tú...Si sigues como vas, perderás a la única persona que realmente vale la pena en tu vida -.
- Eres un idiota hablando de cosas que no entiendes -. Susurró Aquino, inclinándose haciaadelante en su lugar. - Tú y todos los omegas o betas que se creen iguales a los alfas solo semerecen unos buenos golpes -.
- O tal vez tú y todos los que no nos creen capaces de ser iguales, se merecen terminar solos,Aquino, pero yo no soy quien te dará lo que te mereces, sino la vida -. Me alejé de esa mesapara acercarme nuevamente al juez, suspirando, observando sus ojos totalmente puestos enmí. - Lo sé, me he ido por las ramas y lo lamento, pero es que son muchas cosas y... No sécómo terminar... Las palabras no dejan de salir ¿Sabe? Como ahora mismo, lo siento -.
- Yo solo quiero entender -. Me dijo el juez, inclinándose hacia adelante. - ¿Insinúas que losomega, betas y alfas tienen el mismo nivel? -.
- Yo creo que seas omega, beta o alfa, eres una persona y tienes derecho de ser feliz, de saliradelante y de luchar por tus sueños -.
- Es un curioso pensamiento ¿Cómo lo pones en práctica? -.
- Creyendo que no por ser omega me merezco vivir atado a alguien que me golpeo, y queusted, no por ser alfa, necesita ser un idiota que tiene miedo del qué dirán los demás alfas sipor una vez en su vida toma una decisión que no favorezca una injusticia solo por la estúpidapirámide. Idealizándome en que puede decidir en base a lo que le dicta su criterio comopersona para hacer lo sabe que es correcto -.
- ¡Soaring! -. Volvió a regañarme Cejo, sin embargo, sonreí al escuchar la silenciosa risa de Natalan. Sí, la escuché. Sin decir más, me incliné ante el alfa sobre el tribunal y suspiré.
- Es todo, señor juez -. Y volví a mi lugar, tomando la mano de Natalan, observando su sonrisay sus ojos mirarme con orgullo, haciéndome sentir grande, fuerte y poderoso, pero por sobretodo, feliz de haber sacado lo que había aprendido de cada experiencia vivida después deconocerlo.
Lucas tenía razón, llegada la hora, no hay nada mejor que saber que al final de tu vida, siempre habrá alguien esperándote en casa.
- De acuerdo -. Prosiguió Emanuel después de unos minutos en los que solo se oyó el murmullopersistente de las personas alrededor. Él golpeó su martillo nuevamente. - ¡Silencio! -. Exigió. - Mi decisión ante la demanda en la que el señor, Diego Aquino, disputa la tenencia de sumenor hijo, Oliver Bustamante, contra su otro padre, Soaring Bustamante, será dictada en este momento -. Suspiró, leyendo más del documento. - Después de analizar cada una de las pruebas entregadas y de escuchar ambas versiones, he llegado al siguiente veredicto -.
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