La vida contigo.

Taehyung y Jungkook llevaban saliendo ya un par de meses. Desde que se habían vuelto novios, tuvieron varias citas más, las cuales organizaron ellos mismos, sí, sin la —para nada buena— ayuda de Jimin.

El pelinegro lo había perseguido por todo el Instituto para darle su merecido, pero Taehyung como el ángel que era le impidió que se peleara con el rubio por ese tonto mal entendido, econtrando verdaderamente divertida la situación. Porque estaba claro que solo era una rabieta de mejores amigos.

En fin, el noviazgo de los dos chicos era tan bonito, casi parecía sacado de un cuento de hadas. Pasaban mucho tiempo juntos, compartían prendas y accesorios de pareja, iban de fiesta con sus amigos, y sobre todo tenían una confianza y respeto por el otro inquebrantables, eran la pareja más amada por toda la escuela.

Pero Jungkook quería más, él quería descubrir el significado maravilloso de hacer el amor, pero solo si era con Taehyung, porque no existía alguien más con el que pudiera siquiera pensar hacer tal acto, aunque antes de eso, él tenía la necesidad de dar un paso mucho más grande un su relación, y demostrarle al castaño que lo suyo iba verdaderamente en serio. A pesar de dejar esto ya muy claro el día en que conoció a los padres del mayor...

Taehyung le había dicho que su familia quería conocerlo y su madre había organizado una cena para ello. Él obviamente aceptó.

Cuando llegó a la casa del castaño la señora Kim lo recibió con un fuerte abrazo, alagando a su hijo por el novio tan hermoso que tenía, sin embargo, su padre, a pesar de ser un buen hombre, era padre al fin, y como todos, tenía el defecto de sobreprotección cuando se trataba de su bebé. Y lo tuvo muy claro cuando el hombre lo miró serio y le dijo: "Si le haces algo malo a mi angelito, te arrancaré los testículos y los freiré en la sartén como dos huevos de gallina". Y qué más pudo hacer él que solo tragar duro, asintiendo con la cara ardiendo en rubor y el alma abandonándole el cuerpo. Sin dudas un día muy, pero muy escalofriante. Nunca lo olvidaría.

Pero Jungkook era un hombre de riesgos, y si tenía que enfrentarse a su suegro lo haría, porque sí, él amaba a Taehyung, y pasaba gran parte del tiempo con él, pero claramente no era suficiente, y no sólo para el pelinegro, sino que para ambos.

Él quería vivir con el castaño, como una verdadera pareja, ya no podía más, lo necesitaba en su vida, a toda hora, en cada momento, bueno o malo. Y por supuesto, quería tener intimidad con su precioso novio.

Sabía que posiblemente tendría que sobrevivir primero al señor Kim, pero lo haría, le pediría a su chico que vivieran juntos.

[...]

—Tae, amor, necesito decirte algo...

—Sí Kookie ¿qué pasa?

—Yo quiero-

—¡¡Hola chicos!! —Jimin entró en el departamento de Jungkook dándole una patada a la puerta que ocasionó un fuerte ruido, sobresaltando a la pareja.

—¡Enano! —gruñó el pelinegro furioso por verse interrumpido en un momento tan importante—. ¿¡Cuántas veces tengo que decirte que toques antes de entrar!?

—Ay Kukencio cálmate —dijo el rubio, haciendo un gesto vago, restándole importancia al asunto—. Además, quién te manda a no cerrar bien la puerta.

—¡Pero esta es mi casa! No puedes entrar así como así, ¿y si estoy haciendo algo que no puedes ver?

—Ay por favor Jungkook —dijo Jimin comenzando a carcajear—. ¿Tú haciendo algo que yo no pueda ver? —se burló, recalcando la palabra -yo- un poco más fuerte—. Si tú y este Alien son más vírgenes que María. Además si estuvieran haciendo "algo" pues me uniría a la fiesta con ustedes, ¿no es buena idea?

Los dos novios parecían unos tomatitos por el comentario de su amigo, Jungkook de repente se llenó de ira y pasó una mano por la cintura de su bebé para apretarlo más contra su cuerpo con muchísima posesividad.

—Ni lo sueñes estúpido. Yo no comparto —musitó entre dientes, dándole una mirada intimidante al rubio, que sintió un escalofrío recorrer toda su columna vertebral.

—Está bien, está bien. Cálmate fiera, nadie te quitará a tu cachorrito —Jimin rodó los ojos con indiferencia.

Jungkook se posicionó detrás del castaño para abrazarlo por la espalda, dejando un besito sobre su cabecita. Y alejando todo el cariño desbordante de sus ojos, arrastró su vista hacia Jimin fulminándolo con la mirada—. ¿Qué diablos haces aquí?

—¿Acaso no puedo pasar el rato con mis amigos?

—¿No? —contestó Jungkook haciendo una mueca.

—¡No es justo! ¡Ustedes dos están juntos gracias a mí! Ahora son tan pegajosos que simplemente me dejan de lado ¡Me siento solo! —dijo dramáticamente haciendo un puchero y fingiendo unos sollozos.

Taehyung inmediatamente corrió hacia él y lo abrazó.

Jungkook resopló, sabía que todo eso era una actuación barata de su mejor amigo, solo quería molestarlo haciendo que Taehyung lo abrazara ya que el castaño era una persona muy sensible y no le gustaba ver tristes a sus amigos.

El menor se acercó y arrancó a su novio de los brazos del rubio.

—En primer lugar —dijo el pelinegro—, nuestra primera cita fue un total desastre por tu culpa. Agradécele a Tae que todavía sigas con vida. Y en segundo, tienes a tu novio Yoongi.

—Yoonie es un gruñón y no está en la ciudad, fue a visitar a sus padres, además, prefiero molestarlos a ustedes y... Con respecto a la cita, yo solamente estaba confundido, pensé que Tae me había dicho que le gustaban los chicos atrevidos y creí que si le regalabas una braga sería lo suficientemente descarado y le gustarías más.

—¡Por Dios! ¡Te dije todo lo contrario a eso! —exclamó el castaño con la cara ardiendo.

—Ya, lo siento, ¡me he disculpado mil veces! ¿¡Qué más tengo que hacer para que me perdonen!? —lloriqueó e hizo otro puchero de nuevo, por lo que Taehyung corrió hacia él para volver a abrazarlo.

Jimin sonrió maliciosamente mirando a Jungkook a los ojos sobre el hombro del castaño. Susurrándole algo en el oído a Taehyung. Adoraba molestar al menor, era su pasatiempo favorito, después de estar con su novio, claro.

Jungkook resopló por milésima vez y arrancó a su bebé del cuerpo de su amigo, apretando al mayor entre sus brazos para que no volviera a correr hacia Jimin.

Taehyung, que se encontraba un poquito sonrojado, soltó una risita por lo posesivo que llegaba a ser su novio a veces, mientras se apoyaba más contra el pecho de Jungkook y colocaba sus manos sobre las del pelinegro, dándole caricias para luego entrelazar sus dedos.

—¡Puaj! ¡Son tan dulces que me dan náuseas! —exclamó el rubio sacando la lengua fingiendo arcadas—. Bueno chicos, ya hice mi estupidez del día, ya me reí de ustedes, ya estoy feliz, así que me largo —y sin esperar más se fue.

El pelinegro gruñó. Ese enano tonto siempre venía a joder, es como si tuviera algún tipo de sensor que le avisara que Jungkook estaba en un momento importante con Taehyung solo para venir a molestar y arruinar todo.

El castaño sonrió y se volteó hacia su novio, colocando un dedo en su entrecejo para eliminar las arrugas. El menor lo miró a los ojos y se inclinó para darle un suave y corto beso, o eso pretendía, porque terminó con la lengua dentro de la deliciosa boca de Taehyung y necesitando más, y más y más.

El mayor emitía pequeños jadeos sobre los labios de Jungkook y se encontró enredando sus pies en la cadera de su novio, el pelinegro lo sostuvo, colocando una mano en el redondo traserito de su bebé y otra en su espalda. De repente se percató de lo que estaban haciendo y deshizo el beso, mirando el sonrojado rostro del mayor y sus preciosos ojitos vidriosos por la lujuria del momento. Le dio un besito corto —esta vez sí fue corto— y caminó con él en brazos hasta la cocina, lo depositó sobre la mesa. Iba a alejarse para preparar la cena pero Taehyung tomó su mano y lo detuvo.

—¿Qué pasa Kookie? ¿Por qué... P-Paraste de...? —no logró continuar su oración por el fuerte nerviosismo que lo amenazó.

Jungkook se sintió abrumado cuando vio en los orbes de su bebé crecer las inseguridades y el brillo de las lágrimas destellar opacando sus ojitos.

—¿N-No quieres e-estar conmigo de esa ma-manera? —preguntó el castaño un poco desilusionado y triste.

Jungkook quería morir ahí mismo. Agarró los cachetitos de Taehyung y le dio un besito en cada uno para luego besar su pucherito. Por los mil demonios, esa boquita era ilegal.

—Por supuesto que te quiero de esa manera bebé, solo que quiero que nuestra primera vez sea especial. No sabes el esfuerzo que hago para contenerme.

Taehyung sonrió un poco tímido y abrazó al menor por el cuello—. Tengo al mejor novio y más romántico del mundo.

—Tae, antes de que Jimin nos interrumpiera quería decirte que...

—Que quieres que viva contigo.

—¿Qué? ¿Cómo lo sabes?

—Jimin me lo dijo mientras lo abracé.

—¡Maldito enano! ¡Ahora sí no saldrá vivo de esta! ¡No puedo contarle nada joder!

Taehyung rió un poquito y se acercó más a su novio, si es que eso era posible porque ya estaba prácticamente enredado en Jungkook de nuevo, y le susurró:

—Sí quiero vivir contigo Kookie.

El pelinegro se paralizó deteniendo todas las maldiciones hacia su futuro "fallecido" mejor amigo y miró a su bebé fijamente a los ojos.

—¿E-En serio? —preguntó, sus ojitos brillando con emoción.

—Claro Kookie... Yo Te-Te amo.

Jungkook quería echarse a llorar en los brazos de su bebé. Llevaban unos meses saliendo, pero era la primera vez que el mayor le decía esas palabras. Taehyung era un poco —demasiado— tímido, y le costaba expresar sus sentimientos libremente con las personas. Jungkook sabía que esas palabras no eran realmente necesarias, Taehyung lo amaba desde hacía mucho tiempo ya, pero escuchar precisamente eso de su linda voz y su perfecta boquita, en serio lo hacía sentir en el mismísimo cielo.

Abrazó más fuerte al castaño y devoró sus labios lleno de sentimientos de por medio, susurrando millones de "Te amo" entre cada beso sobre su boquita.

[...]

Jungkook no pensó que sería tan fácil convencer a su suegro.

El hombre solo miró a Taehyung con un poco de nostalgia y el fantasma de una lágrima recorriendo su mejilla, cuando el castaño recogía algunas de sus pertenencias para llevarlas al departamento de su novio.

—Saben que volveré siempre aquí —Taehyung le sonrió dulcemente a sus padres—. La casa de Kookie está muy cerca, pueden visitarnos cuando quieran.

Se acercó a sus padres y les dio un fuerte abrazo, el señor Kim apretó a su hijo muy fuerte contra su pecho, haciéndole un poco difícil al castaño respirar.

—Pa-Papá, me estás abrazando muy f-fuerte.

El hombre lo liberó de su agarre a regañadientes y le dio un beso en la frente—. No puedo creer que mi niño haya crecido tan rápidamente.

—¡Papá no soy un niño! —Taehyung se sonrojó porque su padre estuviera diciendo esas tonterías delante de su novio.

—¡Sí lo eres!

—¡No!

El hombre lo volvió a abrazar fuertemente y le susurró un suave y nostálgico "Sí eres mi niño" y Taehyung simplemente cedió ante su padre.

Cuando los dos se separaron, el castaño caminó hacia Jungkook, entrelazó sus manos y le dio un beso en los labios.

El menor se tensó, esperando un puñetazo por parte de su suegro pero el señor Kim no hizo nada, y era idea suya o el hombre lo miraba con una expresión ¿cariñosa?

El padre de Taehyung de repente se acercó al pelinegro y le dio un apretón en el hombro como muestra de afecto, luego lo estrechó entre sus brazos diciendo "Mi amenaza sigue en pie, ya sabes lo que le sucederá a tus testículos" y luego en un tono más suave y honesto "Gracias por hacer feliz a mi niño" y lo liberó para retroceder junto a su esposa que observaba la escena con amor.

Los novios por fin se marcharon, luego de unos minutos más con la familia Kim, Jungkook un poco más que acobardado pero muy feliz.

Cuando estuvieron frente a su departamento, el menor tomó las manos de Taehyung, entrelazando sus dedos y dándoles un pequeño apretón, miró al castaño a los ojos, inclinándose hacia sus suaves belfos y susurró sobre ellos—. Este es apenas el comienzo de la vida contigo —y finalmente sus labios encajaron, como si estuvieran hechos el uno para el otro, tan bien. Tan perfecto.

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