3 - Zero

Su madre estaba muy ocupada así que eso causó que el amargado reploid rojo lo cuidara por más horas. A Harpuia no le parecía una gratificante idea verlo más que su madre, pues le aburría solo mirarlo a los ojos, esperando que hiciera algo diferente.

Este día no era diferente a su rutina monótona, cada uno estaba sentado de esquina a esquina en la habitación, mirandose el uno al otro hasta que X apareciera. Sin embargo, lo que no esperaban era que la puerta se abriera violentamente, sacandolos de ese trance.

-¡Vamos a la ciudad!- ambos escucharón la voz animada de X que rapidamente movió al pequeño para darle un cálido abrazo de bienvenida.

-X ¿Al menos tienes algo con que cubrir a Harpuia del frío?- preguntó friamente el carmesí mientras miraba como el azulado cargaba al niño.

-Pues, la última vez que salí a la ciudad le compré un abrigo. Solo que no tengo idea si le queda o no.- el hunter azul dijo, al mismo tiempo que le daba caricias a Harpuia.

-Esta bien.- el carmesí se dirigió a la puerta y le dio la espalda al azulado. -Diviertete.- dijo, caminando hacia afuera.

-¡Zero!- el hunter azul logró correr hacia él para detenerlo sin salir de la habitación. -Vamos, ven con nosotros. A ti también te hace falta un respiro.- dijo sonriendo el azulado.

-X.- el rubio suspiró e hizo que X le soltara para seguir caminando. -Te espero afuera.- dijo, mientras se perdía en la multitud de reploids.

-Sabia que no iba a poder negarse.- el hunter azul miró a Harpuia y sonrió. -Vamos a cambiarte.- dijo en el instante que se dirigia al armario para buscar el abrigo del pequeño y unas botitas de nieve.

Cuando las encontró, vistió al pequeño reploid rápidamente para no dejar esperando por mucho tiempo al hunter rojizo. Al terminar con el pequeño, el reploid azulado fue a buscar su ropa y su abrigo para asi al fin deshacerse de esa armadura.

Ya cuando ambos reploids estaban cambiados, llegó la parte difícil, sacar a Harpuia del cuartel sin ser visto. X comenzó a idear un plan para sacarlo, sin embargo Zero se le adelantó. El rojizo tocó el vidrio de una de las ventanas que habían en la habitación desde afuera, indicandole al azul que la abriera. X no dudó en hacerlo, exitosamente sacando a Harpuia del cuartel sin ser visto.

-Eso fue muy inteligente de tu parte.- le dijo sonriendo el hunter azul al carmesí.

-Tengo que ser inteligente por tí.- el hunter rojizo respondió con una sonrisa pícara.

El pequeño empujó al rubio e hizo un puchero, levantandole las manos a X en señal que quería que lo cargara.

-Espera un momento con Zero.- dijo, cerrando la ventana para luego salir por la puerta principal del cuartel y reunirse con ellos. -Ahora si.- el hunter azulado respondió al llamado de su pequeño, cargandolo mientras le hacía una señal a Zero para que comenzarán a caminar.

-¿Qué vamos a ver primero?- preguntó el rubio.

-Solo caminemos, cuando lleguemos a la cuidad dejaré que Harpuia camine solo.- el castaño sonrió en tanto le dio un beso en la frente al pequeño reploid.

Zero miró de reojo a X, acortando el espacio entre ambos. El azulado iba demasiado entretenido con el pequeño que no notó como el hunter carmesí pasaba una de sus manos por su espalda para tomarle del hombro.

-Te has vuelto toda una madre.- susurró el rojizo mientras aprovechaba la confusión del azulado para darle un beso en la mejila, causandole a este último un visible sonrojo.

-Deberías de dejar de hacer eso, Harpuia es muy celoso y te va a comenzar a odiar.- susurró bastante titubeante el hunter azulado, tratando de ocultar sus nervios.

-Yo también soy celoso.- dijo Zero, agregandole al final una sonrisa pícara.

-Eh... Mejor caminemos.- el reploid azul se adelantó un poco para que el carmesí no lo siguiera atacando.

Y así fue, el carmesí optó por no hacer enojar al azulado hasta que el pequeño se bajara de sus brazos.

Cuando llegarón a la cuidad, esta ya estaba lista para las festividades con varios tipos de adornos en las casas y postes de luz. El aroma a menta con el toque de canela y un poco de manzana rodeaba cada esquina. La poca cantidad de nieve que había caido en los tejados y caminos era suficiente para que esa atmósfera navideña se acentuara más.

Harpuia estaba encantado, lo primero que le había llamado la atención eran las guías de lucitas navideñas que colgaban de todos los edificios luego siguió el olor a dulce en el aire y finalmente uno que otro niño que jugaba con sus amigos. En el instante que pataleo un poco para salir del agarre de su madre, este le dejo suavemente en el suelo no sin antes tomarle de la mano.

-Hay que tener cuidado, con esta cantidad de personas es muy fácil perderse. Hasta para mi persona.- dijo mientras le hacía una mala cara a Zero, quién se reía silenciosamente. -Vamos.- habló, retomando su camino y dejandole un poco de libertad al pequeño.

El reploid carmesí uso la oportunidad para tomar de la mano a X también, obviamente con gentileza para que no se asustara aunque al final notó el agarre de este.

-Por... ¿Por qué me tomaste de la mano?- le susurró en el oido para que lo escuchara mejor entre tanto ruido.

-Para que tu tampoco te pierdas.- respondió con otro beso en la mejilla.

-Pe... Pero Harpuia.- tartamudeó el castaño.

-Descuida, el no se dará cuenta.- esta vez se acercó para plantarle un beso en los labios.

A/N: To be continued...

XD ayh, son muchas palabras me exaspero. UvU voy a hacer una segunda parte lo prometo

P.d.: Feliz Año Nuevo y Navidad atrasada XD.

-Kai ☆

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