Capítulo I:

 [1 de Septiembre, 1955]

Una pareja se encontraba en una vieja cabaña, platicando y arreglándose para salir.

-¿Listo?

-Listo... ¿Llevas el objeto en caso de emergencia?

-Siempre en mi bolsillo...Vamos. - Salieron del lugar donde se estaban ocultando, con ropa poco llamativa, no querían que ningún conocido los viera, no por egoísmo si no por seguridad. James había mentido a Erin y al resto de su familia sobre su paradero y es que aún seguían en Londres, camino a Gringotts. Abril tenía la mayoría de cosas listas para partir hacía el banco, en su bolsillo llevaba un collar que le había regalado James y que Adela había hecho unas modificaciones peculiares. La chica miró a James y le preguntó si estaba listo, él respondió y procedieron a salir de casa, camino al banco, con una ropa un poco rara para ambos. Pasaron Charing, repleto de adultos y niños que iban camino a Hogwarts, al llegar al callejón Diagon notaron que no estaba tan repleto como el anterior: -Es una ventaja...- dijo el chico pelirrojo, su esposa asintió con la cabeza y siguieron el camino al banco, donde al entrar, notaron una gran fila, solo les quedaba esperar. Parecía que el plan de la ropa funcionaba, ya que nadie los reconocía. La barba del joven había ayudado un poco también, escuchaba susurrar a algunas personas sobre ¨el vagabundo pelirrojo¨, no le causaba molestia alguna, al contrario, le daban ganas de reír.

Abril se encontraba delante de James en la fila de Gringotts, era su turno y al notar que la señora que atendía la miraba raro se puso un poco nerviosa, entonces James se acercó, miró a la señora y ella puso una cara de sorpresa, ¿sabía quién eran?

- ¡James!

-Shhh... baja el tono...

-Lo siento... ¿Qué haces aquí, no estabas lejos? - Negó con la cabeza, la señora de Smith hizo una cara de confusión y miró a Abril de forma peculiar.

-Venimos a retirar dinero, solo eso necesitamos...

-Bien...

Pasado un rato de la espera para recibir el dinero, salieron del banco, al salir, una lechuza se posó en el hombro de Abril, tomó la carta que la lechuza traía y comenzó a leer, al terminar, le mostró la carta a su esposo con una pequeña sonrisa:

¨Aurorus ha llegado bien, a partir de ahora estará bajo mi cuidado.

Atte. Tu nana. ¨

-Todo está listo mi vida... es hora.

-Hay que volver a casa por nuestras cosas, vamos.

Mientras salían del caldero chorreante, la curiosidad de la pelivino la hizo voltear hacia su izquierda, al hacerlo, miró de lejos a Bella y Maie, las cuáles se encontraban camino a King Cross.

-¿Quieres ir a saludarlas...?- Dijo James, pero Abril negó con su cabeza, no podían arriesgarse.

-No... ya les enviaremos una carta al llegar allá.

-Vale, como órdenes, Capitán. - Ambos rieron, James tomó la mano de la chica y comenzaron a caminar hacia su ¨casa¨.

Esperaron unas cuantas horas al llegar, descansaron un poco y luego, partieron, fuera de Londres, fuera de Inglaterra... Abril solo tenía una cosa en mente y era poder encontrarlos.

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