Capítulo 20: Un plan

En el centro de Londres, los muggles corrían aterrados ante las explosiones y derrumbes de edificios, causados por magos oscuros que sembraban el caos. Los aurores del Ministerio no actuaban, pues temían llamar más la atención de los muggles.

—Señor, si no hacemos algo será peor más adelante. — dijo uno de ellos a su superior.

—Tiene razón, señor. Ya los magos oscuros nos expusieron, lo mejor sería contraatacar y que sepan que no están solos.

—Muy bien, hagámoslo. — contestó el jefe.

[Hogsmeade, estación de tren]

Los estudiantes de Hogwarts estaban preparados para tomar el tren de vuelta a Londres. Tim y Ambrose se despedían de algunos de sus amigos que vivían en la capital, mientras ellos sólo caminarian unas cuantas cuadras hasta sus casas.

—¡No se vayan sin mi! — exclamó una chica rubia de la edad de los muchachos.

—¡Eretria, llegas tarde! — dijo el muchacho de tez oscura.

—Lo siento, me quedé espiando la conversación de unas profesoras, dicen que hay magos oscuros atacando en Londres en vista de los muggles.

—¿¡Qué!? — exclamaron los chicos en sintonía.

—¡Lo sé! ¿Qué hacemos? — preguntó la rubia.

—Mamá está en Londres con los Patengers, igual que la tía Maie y la tía Laia. — dijo Ambrose.

—¡Chicos! — exclamó un joven pelirrojo de lentes, quien corría hacia el trío.

—Nicholas, ¿Qué te pasó? — preguntó Eretria.

—¿Ya escucharon lo de Londres?

El grupo asintió con su cabeza.

» ¿Y si vamos? El tren nos dejaría en King Cross. — dijo el muchacho recién llegado

—Para cuando estemos allá en tren quizá ya todo habrá terminado. Estoy seguro que los Patengers se encargarán de esto, no se preocupen. — contestó Tim.

—Potter tiene razón, mejor vamos a casa. Podemos enviar una carta a nuestros padres de que estamos ahí. — continuó Ambrose.

—Bien, vamos.

Los cuatro muchachos se dirigieron hasta sus hogares, charlando tranquilamente de que podría estar pasando en la capital inglesa.

[Departamento Patenger, Londres]

La mayoría del grupo estaba preparado. Abril, James, Mimi, Alexander, Ruth y algunos otros portaban un uniforme que Isaac había creado.

—Diría que te ves ridículo, pero te luce mejor que el anterior. — dijo Maie a James.

—Isaac hizo un buen trabajo, son cómodos.

—¿Qué se hizo el niño? — preguntó Bella.

—Fue con Jason e Izzy a buscar a Cayde. — contestó James.

—Creí que irías tú. — dijo Erin.

—Lo último que quiero es un ataque de celos de mi esposa por buscar a mi "amante". — contestó el pelirrojo con sarcasmo. Todo el grupo río un poco.

—Muy bien pensado señor Sawyer. — dijo la pelivino con una sonrisa.

James tomó su escudo, lo colocó en su espalda e invitó al resto del grupo a ponerse de pie.

—Muy bien muchachos, ya tenemos un plan. Siete entes, tres misiones, un equipo.

—Se viene un discurso, esto estará bueno... — susurró Alie a Bronce, ambos emocionados.

—Tal vez sea un campo de batalla, pero hay que cumplir nuestro objetivo, ese es nuestro trabajo, hay personas heridas, nuestra prioridad es sacarlos. Sólo quieren vivir sus vidas en paz y es algo que no podrán hacer hoy. Nos esforzaremos para protegerlos y haremos lo necesario. Mantendremos el combate entre nosotros, ellos nos creen unos monstruos, lo que está mal en el mundo, así que no sólo debemos derrotar a Tessa y su gente, si no mostrar a los demás que no es así. Sé que pido mucho, pero el precio de la libertad es alto, siempre lo ha sido. Y yo estoy dispuesto a pagar el precio, así que si debo pelear solo que así sea, pero apuesto a que habrá más.

Laia estiró su puño, colocándolo en el centro del grupo. Los demás repitieron su acción.

—Manos a la obra, muchachos. — dijo Elías.

—¡Vamos! — exclamó Alie.

Todos se tomaron de las manos y desaparecieron del lugar.

Isaac caminaba junto a Izzy y Jason por un lugar lleno de pasto. Al fondo había una cabaña y un hombre de cabello largo trabajando con caballos.

—¿Entonces también quieres un uniforme? — preguntó el castaño a su amiga.

—Sí, pero lo veo más como un traje que como un uniforme.

—Ella tiene razón, Isaac.

—¿Qué te apetece? — preguntó.

—Me gusta el escudo del señor Sawyer, ¿Tendrás algo igual?

—Jmm... tengo algo menos resistente pero igual funciona. Te lo mostraré cuando estemos de vuelta.

—Hecho.

El grupo siguió caminando hasta encontrarse de frente al hombre de cabello largo.

—Señor Nott... — dijo Jason.

Isaac colocó un pequeño maletín sobre una mesa cercana y lo abrió, dejando ver una prótesis de un brazo izquierdo. Cayde se acercó a los muchachos y vio el objeto.

—¿Dónde es la pelea? — preguntó.

—Te llevaremos a ella, pelearias mejor con dos brazos. — dijo Isaac.

—Bien, pero si duele cuando lo ponen les romperé la cabeza. — dijo el hombre.

—No te preocupes corazón, no dolerá. — dijo Izzy para animar al castaño de cabello largo. 

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