-Narra Cass-

1 mes... Había pasado un mes desde que le entregué la varita a mi madre. Hoy era mi coronación. La mía y la de Mar, Celine y Axel. Hoy, nos convertiremos en princesas y príncipe. Se supone que es nuestro dia perfecto, nuestro día soñado, nuestro día. Estaba por el balcón de mi casa mirando al suelo, mirando a Carlos trabajar. Era extraño verlo tan lejos, aunque a la vez estaba a mi lado. Levantó la vista y sus ojos se chocaron con los míos. El sentimiento de culpabilidad me invadió completamente. Sentía sus ojos tristes, decepcionados mirándome, y antes de que se fuera lo llamé.

-¡Carlos de Vil!-Y enseguida me miro confuso.-¡Te necesito en mi habitación! ¡Rápido!

-¡Enseguida señorita!-Dijo y dejó lo que estaba haciendo para empezar a subir a mi cuarto. Hasta que sentí los golpes en la puerta.

-¡Adelante!-Dije y el entró. Llevaba el pelo hacia abajo. Era raro verlo así.

-¿Necesitaba algo?-Pregunta.

-Si, que dejes de juzgarme.-Dije y se congeló.-Carlos yo... No quería hacerlo.... Pero tenía...

-¿Tenias que hacerlo?-Pregunta.-Yo también tenía que hacerlo, pero no lo hice Cass...

-Carlos...-Empecé.

-Si la futura princesa no necesita nada mas... Me retiro.-Dice.-Nos vemos en su coronación.-Y comenzó a irse.

-¡Joder Carlos!-Chillé y paró en seco.-¿Sabes lo arrepentida que estoy? ¡Haría lo que fuera por volver el tiempo atrás para no ser tan tonta!-Estaba rabiosa, necesitaba que me entendiera.-¡Y todo por ti idiota! ¡Porque me he enamorado de ti! ¡Solo por...!-Pensaba continuar, pero sus piernas ya estaban viniendo hacia mi, hasta llegar delante mío y estampar sus labios con los míos. Me sorprendí, ero le seguí. Estaba en una nube, estaba disfrutando demasiado, estaba enamorada y estaba de maravilla. Todo ahora era perfecto: la sincronía, sus manos en mi cintura, las mías en su cuello... Podía estar así horas, días o incluso años. Hasta que recordé.

-Carlos, mi madre.-Digo separándome un poco.

-Se ha ido ha hacer no se que.-Dice acercandose a mi.

-Puede volver en cualquier momento.-Le digo. No quería que nos pillara.

-Habrían tocado las cornetas.-Dice, pero yo no me quedaba tranquila.-Relájate.-Y decidí hacerle caso, ya que el debía saber de estos temas mas que yo. Así que volví ha concentrarme en el beso y disfrutando del momento. Nos tumbamos en la cama, sin llegar a mas, hasta que la puerta se abrió de golpe dejando ver la silueta de Evie.

-Tenéis suerte de que sea yo quien entre y no Maléfica.-Dice ella. Los dos nos levantamos de la cama y yo me arreglo la ropa.-Tu madre me ha dicho que suba a avisarte de que te tienes que vestir.-Me dice.

-Que raro... Siempre viene ella misma.-Digo extrañada.

-¡Ah si! ¡Una historia graciosa!-Dice ella un tanto nerviosa.-Verás... Necesitaba que Carlos me ayudara con una pequeña avería y como no lo encontraba usé el espejo y me salió esta imagen que he estado tanto tiempo esperando... ¡Anda que no habéis tardado!-La miré indicándole que siguiera con el tema y que no fuera a otros y continuó.-Y cuando escuché que Maléfica llegó pero las cornetas no sonaron porque ella había ordenado para que sonaran solo en la coronación me inventé que tenía que pasar por aquí para una cosa y que de paso te avisaba.

-Gracias Evie.-Le digo.

-No hay de que.-Dice sonriendo.Pero enserio, deberías prepararte para la coronación.

-Enseguida bajo.-Le digo y ella sale del cuarto.

-Bueno...-Dice Carlos.-Estaré en la primera fila y... No quiero que te eches hacia atrás.

-No me echaré para atrás... Pero encontraré la manera de arreglarlo todo.-Le digo.

-No, no vas a ponerte en peligro.-Me dice el.

-Si Carlos, yo la cagué, así que yo lo arreglo.-Le digo y le abrazo, abrazo que el responde. Nos separamos y bajo sonriendo. Había tenido mi primer beso, y encima con Carlos.