10 ⚠ ┊♡⃕ ²

• AU •
Capitulo desligado de la línea temporal de la serie original tanto como de sus acontecimientos.

Palpó cuidadosamente con sus dedos ese lugar, como si la cicatriz fuera la misma que vio en ese tiempo. Apretó los dientes, deteniendo cualquier movimiento en su cuerpo, sintiendo rabia al recordar tan destrozada alma en aquellos días.
Sintió un apretón en su mano, misma que todavía estaba entrelazada con la del hombre abajo de él. Despejó su mente, y repasó la zona con su lengua, escuchando un gemido ante lo repentino de su tacto. Sus colmillos empezaban a asomarse, cada vez más grandes al compás de las inquietas caderas del menor; empezaba a salivar sólo de poder detallar esas curvas con sus hambrientos ojos.

No pasó mucho antes de que las sábanas se vieran más húmedas y sucias que la anterior ronda. El aire era caliente, pero no tanto como él cuerpo de su compañero, que parecía cada vez más necesitado, no importaba cuanto temblara o si el oxígeno pareciera faltar, solo quería seguir sintiendo aquel miembro llenarle de esa manera tan deliciosa. Se volvería adicto, querría que el celo siguiera llegando cuando se le diera la gana si eso significaba ser estrechado contra la cama y el exquisito vaivén que le era dado sin tregua.

Notó cómo los colmillos de Gustabo rozaron en su nuca, tanteando, pero aún así una corriente eléctrica le recorrió desde la cabeza a los pies. ¡Cuanto daría para sentirse así de extasiado todos los días!, mejor que cualquier droga o emoción, el sentir como sus piernas se estremecían cuando su próstata era tan violentamente golpeada no tenía presio. Su cuello fue apresado entre las fuertes manos del delta, encorvando la espalda e inconscientemente alzando su cadera, estaba seguro de que iba a venirse otra vez con solo ser tratado con esa rudeza tan estremecedora.

Percibió como esos colmillos se enterraron levemente, como si fuera un aviso, pero en ningun momento tuvo miedo, mucho menos se oponía a la idea de que las cosas fueran más rápido. Porque si, se estaba poniendo ansioso, Gustabo a pesar de estar igual de caliente no dejaba de hacer todo con cuidado, como si su cuerpo fuera algo frágil.
Le miró de reojo; no podía quejarse si tenía una imagen tan maravillosa del rubio detrás suyo.

- Horacio - Le llamó, apretando su agarre lo suficiente como para inmovilizarle contra la cama.

Su corazón se detuvo un segundo, porque sabía lo que venía. Cerró los ojos, tratando de no pensar en nada más, en lo cual su compañero le ayudó, con su labor de moverse de una forma más profunda y suave, un tortuoso placer que le nubló la mente.
Era imposible que no doliera, ambos lo sabían, uno más que el otro, pero Gustabo quería que lo desagradable de el proceso fuera lo más corto posible.

El sonido tan obseno rebotando en las paredes era cada vez más lejano, como si sus oídos se ensordecieran por lo sensible que se encontraba. Ya no era consciente de su alrededor cuando pudo sentirle, un calor extenderse en su nuca, rápido y sin vacilación alguna; no pasó mucho antes de que aquella zona empezara a arder, como si se quemara de forma lenta.

El sabor metálico en su boca era casi afrodisíaco para su instinto, encajando sus dientes para poder dejar una buena marca, ignorando casi por completo los quejidos de su pareja para degustar de primera mano tan dulce sabor. La sensación de ser perforado era un horror, pero trató de pensar que pronto acabaría, jadeando porque no podía respirar con normalidad, tratando de llegar a la tranquilidad que necesitaba.

Gustabo al pensar que era suficiente, se separó lentamente, lamiendo con suavidad la herida. Sostuvo el cuerpo cansado de Horacio, notando lo agitado que se encontraba; repartió pequeños besos por su cuello y espalda, detallando con sus dedos sus brazos hasta llegar a el dorso de sus manos, entrelazandolas.

Cuando una flor es arrancada todos piensan que va a marchitarse sin remedio, que sus pétalos cual cenizas se desmoronaran en el viento. Pero nadie llega a creer que, con la pasión y amor que se le puede brindar, puede resurgir desde la raíz.

Sus dedos juguetearon en el cristal del vaso, causando un sonido que le distraía de el aburrimiento que le daba esperar en aquella pulcra y blanca habitación. Como si fuera un niño que va a el dentista, el doctor y Gustabo habían salido de la habitación para hablar sobre la nueva medicación que le iban a recetar, mientras tanto él se debía de quedar ahí en lo que la píldora para el dolor hacia efecto.

Bufó sintiendose ofendido, pasando una mano sobre el vendaje en su cuello; era incómodo, y tenía comezón, pero sabía que le regañarían si se rascaba.

Dejó el vaso a un lado, ahora entreteniendose con sus propios pensamientos. Sin poder evitarlo recordó la noche anterior, sintiendo vergüenza. Lo único jodido del celo era no ser consciente de lo que decías o lo que hacías, y estaba seguro de que tanto reprimirse había terminado en algo más que sexo vainilla antes de que Gustabo lo marcara; ojalá estar en sus cinco sentidos para la próxima vez.

Por lo demás, podía tener pequeños recuerdos al respecto, pero al parecer el que más podía decirle sobre lo que ocurrió el día anterior, era su cuerpo claramente magullado y lleno de marcas, algunas más visibles que otras. Su ahora pareja hasta se veía orgulloso por eso.

Se sentía cansado, pero había sido más importante el acudir a el médico para no tener complicaciones tanto respecto a el lazo como con sus ciclos que a partir de ahora deberían de regularizarce; aún así se debía de consultar, por lo que apenas durmió lo suficiente fueron directamente a el hospital para estar seguros.

Después de unos minutos más, por fin el doctor dejó libre a el delta, quien apenas se encontró sólo con el omega se dedicó a quejarse de las mil cosas que le dijo como la víbora criticona que era.

- Voy a pedir unos días de incapacidad a papu, ¿crees que me los dé? - Sonrió con gracia.

- No es tan malo, Gus. Yo digo que lo va a entender -

- Estoy seguro de que me manda a tomar por culo - Sacó su teléfono, dispuesto a mandarle un mensaje en ese momento. Durante esto, frunció el ceño con algo de molestia - Piensas muy bien de él -

Le miró extrañado, sin entender por qué ahora parecía enojado - Tiene sus años, debe de saber que te necesitaré en casa durante un par de días. Tú eres el que piensa que es el diablo -

- Hm - Respondió con simpleza, dejando salir un poco de sus feromonas, como si impregnando su aroma en el omega le hiciera sentir más tranquilo.

No se opuso a esto, al contrario, se acercó un poco más, gustoso de sentirse llenar de aquel olor tan amargo para otros, pero que para Horacio era tan familiar.

Ah, ahora eran más que compañeros, pensó. Ahora eran familia, una de verdad, la que necesitó y que ahora podía tener.
Sonrió ante el pensamiento, apretando el brazo del delta entre los suyos, como si fuera un peluche. Le escuchó reír, soltando algún comentario burlándose de su acción, mismo que ignoró por centrarse en apoyar su cabeza en su hombro, cerrando los ojos ante la seguridad que sintió con solo estar cerca.

Dejándose hacer, porque no había cosas más querida que ser adorado por tu pareja. Dio un beso en su cabeza; era una mierda caminar con el peso de alguien más encima, pero solo por ser su omega, solo por ser su Horacio, lo aguantaría y hasta lo haría con gusto.

Yeaah, let's fucking goo

Hola~
Corto solo para cerrar esta primera parte. Tengo pensado seguir en esta misma línea para esta temática, no sé, quizás de la nada hay alguien en cinta /wink
O me paso todo por la punta del *** y de repente se viene algún **** con ****
JAJAJA

De nuevo, lamento si hay mucho OCC wuuu.
Tomemos en pequeño descanso de los AU's la próxima semana, con algo más light, I guess-
O no:)
Lo más probable es que no (spoiler editando esto: se viene otro AU)

Pero eso será para entonces, esto es todo por esta semana.
Gracias por leer♡

Ciao.

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