Capítulo 7


Corrí con rapidez pero sentía que alguien iba tras de mí.

―¡Luna! ¡Vuelve!

Sentí una mano tomarme por la cintura. Jonathan me tomó de los hombros y me miró enojado. ―¡Estas loca! ¿Que haces?

―Sueltame, eres un idiota. Me quiero ir, dejame. ―Dije forcejeando, pero el era más fuerte. Me detuve y respiré con pesadez. ―Dejame ir. Por favor, no quiero hacer esto.

―¿Y por qué aceptaste? Luna...

―Creo que...No lo sé, una parte de mí ansía venganza, pero por otra parte...

―No estás preparada. ―Me miró, y pude ver que se preocupaba, que quería ayudarme. ―Luna...No debiste aceptar, después que te fuiste de la biblioteca hablé con Brun para que no lucharas, pero no da su brazo a torcer. Ya aceptaste y no puedo hacer nada, sólo protegerte. ―Lo miré asustada ―Siempre voy a estar contigo, ¿Bien? Aunque me estés odiando en este momento.

Asenti y me soltó. ―Bien, debemos caminar hacia el lugar programado. Vamos.

Caminamos unos veinte minutos hasta encontrar luego una parte del bosque despejado, no habían raíces o rocas con las qué tropezarse. Sólo un basto suelo repleto de hojas secas de diferentes tonalidades desde un marrón oscuro hasta el marrón más claro.

―¿Y ahora?

―Nos queda esperar. Sólo eso. ―Se recostó de un viejo sauce hasta quedar sentado en el piso. Me quedé ahí parada mirándolo.

―¿Esperar? ¿A quién?

―A nosotros. ―Dijo una chica apareciendo de la nada, dos chicos cayeron de la nada, o mejor dicho de un árbol de unos tres metros. Abrí la boca sorprendida. Habían caído con gracia, como si caer de un árbol de tal altura era común para ellos.

La chica caminaba con paso seguro, su melena roja brillando en la luz del sol mañanero. Sus ojos grises me miraron, y luego miró a Jonathan, quién se paró de un salto y fue hacia ella y le abrazó con fuerza; se podía ver a leguas que el cariño manaba de ellos.

¿Seran novios? ¿Amigos? ¿Mejores amigos? No lo sé. Sólo sé que esa chica es hermosa, y que un chico tan guapo como Jonathan se fijaría en ella. Un sentimiento de enojo y envidia se colaba en mi pecho. ¿Que mierda me pasa?

Uno de los chicos que estaba con ella me miraba con intensidad. Sus ojos azules brillantes y sus rizos castaños sueltos pegados en su frente. El otro chico era más bien un hombre, más o menos de unos treinta y pico. Bastante apuesto, fortachón y una incipiente barba creciendo en su mandíbula. Todos ellos vestían trajes de combate, al igual que Jonathan y yo.

El de unos treinta y pico se acercó a mí. ―Así que eres Luna White. ―Dio una vuelta alrededor de mí con los brazos puestos en la espalda ―querido Jonathan, nunca dijiste que la chica estaba caliente. ―Sentí cómo mis mejillas subían de temperatura, provocando que me ardieran.

Vi por el rabillo del ojo que Jonathan se había separado de la pelirroja y se había acercado a mí y al treintero. ―Brock, ―dijo con una reprimenda ―dejala en paz.

―Pero si es la verdad. Estás caliente mujer. ―Gruñó con fingido placer. Jonathan estaba a punto de golpearlo y Brock sólo soltó una carcajada. ―Jonathan, querido. No te enojes, la chica es tuya, sólo bromeaba.

¿Suya, yo? Jonathan se tensó y la pelirroja apareció frente a Brock. ―¿Vinimos a trabajar con la chica, no? ¡Pues a iniciar! ―Grito y luego se acercó a mí. ―Descuida, Brock siempre es así. ― Asenti y la vi acercarse a Jonathan hablándole entre susurros.

El chico que me miraba hace unos segundos se acercó a mí. ―Hola, soy James Agron. Eres Luna, ¿No?

Asenti. Éste sólo sonrió. ―Descuida, soy el más cuerdo de entre todos nosotros. Bueno, a diferencia de ti, supongo.

―¿Quien es ella? ―Le pregunté mirando a la chica de pelo rojo que aún hablaba con Jonathan.

James me miró de soslayo. Seguro preguntándose por qué pregunto por esa chica. ―Ella es Isamar Lewis, es un poco ruda, pero cuando la conoces es la chica más cordial y valiente. Es la mejor amiga de Jonathan.

Asenti ante lo que me dijo, luego señale a Brock, quién estaba recostado del viejo sauce donde antes Jonathan estaba. ―Oh, él es Brock Willis. Es como así decirlo quién nos entrena.

―Bien, ya acabó el parloteo de cinco minutos. Iniciemos. ―Hablo Isamar. James y yo nos acercamos a ella, Brock hizo lo mismo y Jonathan igual. ―Bien, Jonathan, ¿Con qué podemos iniciar?

Jonathan la miró y luego a mí. Bajé la mirada al instante un poco avergonzada por lo que Brock había dicho minutos antes. ―Debemos averiguar cuál es su poder. No lo sé, probar con todos lo que sabemos y así ver en cuál es ella buena.

Isamar asintió. ―Bien, Luna White, a ver que tienes. ―Dijo poniéndose en defensa. Oh no. Oh no, eso no, eso no. Vi cómo corrió hacia mí atestando con golpes, traté de esquivarlos pero era rápida, cuando venía un puñetazo a mi cara ya tenía su rodilla atestando mi estómago. Caí al suelo y James corrió hacia mí.

―¿Estás bien? ―Pregunto ayudandome a pararme. Sonreí. ¿Acaso me veía bien? En vez de replicar asenti y me soltó, dejandome con Isamar nuevamente.

Se acercó a mi con más ansias de pelea. Soltó un puñetazo hacia mi mejilla izquierda y le esquivé, luego a la derecha e hice lo mismo agachandome. Cuando me levanté para atestarle a golpes me tomó por sorpresa y su rodilla acabó golpeando mi mentón. Caí rendida por el dolor.

―Basta, no sabe luchar, ¿Bien? La estás lastimando. ―Me defendió James. Se acercó y agachó, me ayudó a pararme y me sostuve en su hombro. Le susurré un Gracias y éste asintió.

Isamar gruñó enojada, queriendo más pelea. ―Bien, no sabe luchar, probemos con la rapidez. Brock. ―Lo llamó y éste asintió ante su señal.

James e Isamar colocaron dos rocas a los lados de dos sauces que estaban a los lados del centro despejado de dónde nos encontrábamos. Brock y yo nos nos pusimos en pose de preparación para cuando sonara el silbato que Isamar tenía colgado al cuello.

Jonathan se acercó a mí.―No estés nerviosa. ―Acercó su rostro a unos centímetros del mío.

―Eso es lo peor que le podrías decir a una persona con nervios. ―Reclame.

―Bien. Entonces corre. ―Luego se alejó de mí poniéndose al lado de Isamar.

Brock me miró y articuló un Suerte. Asenti en respuesta y luego miró al frente. El silbato pitó y Brock se disparó como una bala hacia delante y yo hice lo mismo.

Corrí lo más rápido pero no lo pasaba, él era veloz. Cuando yo estaba a unos metros de él, él ya estaba a diez de mí. Sentí una corriente en mi interior y sentí mis pies controlarse a si mismos. De pronto, comencé a correr rápido, muy rápido.

Pero no lo suficiente. Subí a un árbol y empecé a saltar de árbol en árbol. Mi corazón latía desbocado. El terror corría dentro de mí. No tenía idea de cómo lo hacía, sólo saltaba de un árbol a otro. Vi desde la altura dónde me encontraba a Brock, que corría con velocidad, apenas se veía. Sus pies apenas tocaban el suelo terroso del bosque. Salté del árbol hacia el suelo y seguí corriendo, pero no lo suficiente.

Brock llegó primero. Una sonrisa se ensanchó en su rostro maduro y apuesto. Se acercó a mí, mientras yo ponía mis manos en mis rodillas y respiraba entrecortadamente.

―Fuiste rápida. Eres buena.

―Pero no lo suficiente―ladró Isamar ―Te vi, en los árboles. Saltabas de árbol en árbol. Eres capaz, pero ese no es tú poder. ―Miró a Jonathan y éste se acercó ―Esto será difícil.

―Nos queda intentar. ―Isamar lo miró de soslayo ―cuando fui a su casa en su búsqueda creí que estaría muerta, pero no lo estaba. Habían Zeptas en su casa, ¿Como crees que habrá sobrevivido? ¿Alguien como ella, que no sabía nada de nosotros ni de su poder?

Isamar lo miró con pesadez y luego a mí ―No lo sé.

―Entonces continuemos. ―Dijo por último para después continuar con mi entrenamiento. James me dio una miraba consoladora y yo le sonreí. Entre todos ellos, incluido Jonathan, James era quién más me agradaba y al parecer el comparte ese mismo sentimiento con respecto a mí.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top