Capítulo 2

Estábamos en completo silencio. El chico conducía atento mientras yo miraba las casas pasar por la ventanilla.― ¿Cuando piensas decirme todo?.―Dije aún mirando. Vi a un niño sentarse en la acera y comer helado de vainilla y chocolate pero una niña mucho mayor que él se acercó con bravuconería y le arrebató el helado; El niño se echó a llorar.

―¿Por dónde empiezo?

―Por el comienzo.―Me miró un segundo y luego dirigió su vista al frente.―¡Bien! ¿Que era esa cosa que mató a mis padres y que quería matarme a mí?

―Esa cosa es un Zepta. Del planeta Zilia.

¿Ah?

―Eso no existe, lo del planeta Zilia. ¿Acaso nunca estudiaste astronomía?.―Negó.

―¿Crees que sólo existen los ocho planetas del sistema solar?.―Dijo con burla. Permaneci en silencio.―¿Crees que no existen más planetas más allá de la Vía Láctea?

―No existen.

―Eres como ellos, piensan que la Tierra es el único planeta con vida.

―¡Es que es así! Los demás planetas están desiertos, no existe vida en ninguno de ellos. ¿Y qué quieres decir con ellos?

―Los humanos. Son tan ignorantes.

―Hablas como si no fueras uno.―Murmuré enojada. ¿Quien era él para decir aquellas cosas de su propia especie?

―Es que no soy humano, Luna.

―¿Ah, sí?.―Ese tipo estaba loco. ¿Acaso fumó Heroina o algo por el estilo?.―No sé yo, pero necesitas un psiquiatra. Estás demente.―Dije y salí del auto.

―Luna.- Gritó detrás de mí.―Vuelve aquí, ahora.

Lo ignoré y continué caminando.―Luna. Vuelve, ahora.

―No. Estás loco.

Escuché un suspiro de su parte.―Te contaré todo. Sobre tus padres, sobre ti. Todo.

Me volteé.―¿Sin decir locuras?

―No he dicho nada que no sea cierto. Entra al auto. Ahora.―Dijo lo último con autoridad. Recordé como me obligó a salir de casa cargándome de su hombro así que decidí volver al auto para no repetir aquello. Él chico rudo hizo lo mismo y prendió el motor conduciendo.

―Tus padres te estaban protegiendo. De los Zeptas. Ellos, tus padres, son del planeta Helves, al igual que yo y tú.―Abrí la boca para hablar pero el me lo impidió.―El planeta Helves está ubicado en la Galaxia Andrómeda, a unos 2,3 millones de años luz de ésta galaxia.―Suspiró.―En Helves hay una profecía que cuenta que algún día nacerían los tres Elegidos, personas con habilidades y capacidades que ningún helvecio posee. Ellos serían la salvación de nuestro pueblo. Sólo que los Zeptas atacaron el planeta, volandolo en pedazos, para matar a los Elegidos. La Primera Elegida fue asesinada en la explosión de Helves, el Segundo Elegido lo aniquilaron hace un mes en África y la Tercera...―Me miró.―La Tercera eres tú, Luna. Eres la siguiente a la que matarán si no te protejo.

Lo miré shockeada ante su revelación. No podía ser, yo... No era  humana. No lo creía en ese momento Mi familia no lo es. Soy una de los Elegidos. Soy la siguiente. Toda mi vida ha sido una mentira.

―Eso quiere decir que...¿Tengo habilidades?

Asintió.―Las tienes, sólo que no te entrenaron para desarrollar tus capacidades y poder.

―¿Por...Por qué nunca me dijeron, mis padres?

―Lo hicieron para protegerte, esconderte de tus asesinos. Si no sabes de tu poder, pasarías desapercibida. Así estarías sana y salva.

―Pero... No entiendo. ¿Para qué matarnos a los tres?

―Por que así no tendrían una aguja molestando en sus zapatos. Si los eliminaban podrían dominar a Helves. Pero ya no queda nada de ella.―Bajó la mirada dolido.―Hace diecisiete años, cuando explotó Helves, el Segundo Elegido y tú cayeron aquí y los Zeptas localizaron la Tierra. Ahora saben que éste es un planeta al cuál ellos podrían consumir y dominar, y que mejor que matar a los Elegidos aquí mismo. Matar a dos pájaros de un tiro.

Alejé la mirada y miré al frente. Esto si que era  serio. Más que eso. Cómo mi vida cambió de un momento a otro, ¿No?

Soy del planeta Helves, ubicado en la Galaxia Andrómeda, o mejor conocida como Galaxia Espiral Gigante. En mi planeta hay una profecía la cuál cuenta que algún día nacerían los tres Elegidos, personas con poderes que ningún helvecio posee y que ellos serían la salvación de nuestro planeta, destruyendo a los Zeptas.

Sólo que ocurrió un imprevisto. Los Zeptas atacaron el planeta, volandolo en miles de pedazos, para así matar a los Elegidos. Mataron a la Primera en la explosión de Helves, al Segundo lo aniquilaron en la Tierra...Yo soy la Tercera, yo soy la siguiente.

Sólo que no sabía nada de esto, hasta ahora.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top