Capítulo 12
Capítulo 12
La habitación parecía más pequeña con toda la gente que estaba ahí metida, al llegar nos dieron un vaso a cada uno, era alcohol, de eso no cabía duda, pero no sabía de qué tipo, pues el líquido era más bien transparente,
—Si no quieres me lo puedes dar. — Se ofreció Tom, quien tenía una amplia sonrisa desde que habíamos entrado al hotel.
— No, supongo que tengo que probar cosas nuevas.
El tipo de música no era la que normalmente pondrías en una fiesta, pero aún así no parecía incomodar a nadie, la mayoría parecía ser de nuestra escuela, con unas cuantas personas que no sabía reconocer.
Estaba tan desorientada con lo que pasaba que a penas sentí la mano de alguien que me jalaba.
— Vamos a sentarnos junto con los chicos. — Gritó Montse.
Después de un rato, no volvía a sentir mi cara, sabía que estaba ahí pero no sabía cómo se debería de sentir, había tomado un par de vasos más, uno de los amigos de Timothée me había dicho que era vodka. Me quedé hablando con uno de ellos, Shawn, era increíblemente amable, no se sentía invasivo, como la mayoría de los tipos en fiestas, era más bien alguien curioso, traté de evitar el tema de Cole cuando preguntó si tenía pareja, no quería que se volviera costumbre que mi vida se basara en el estúpido tipo que casi me arruina el viaje.
— ¿Alguien tiene una botella?
Un desconocido, le dio un gran trago de su cerveza y al terminar se la entregó al otro chico, quien volvió a gritar.
— Juguemos a la botella, hagan un círculo.
Un par de personas comenzaron a abrir el espacio, otras se fueron, miré a Shawn y este ya me veía de vuelta, me preguntó con la mirada si quería ir, lo pensé un poco pero al final terminé aceptando, puede que sea divertido.
Nos sentamos en unos de los sillones que acababan de dejar vacíos, el lugar era un poco pequeño pero pusimos sentarnos juntos, le di otro trago a mi vaso y cuando lo bajé vi a Timothée del otro lado del círculo, estaba hablando con el tipo que nos había invitado, sonriendo de lado.
Busqué con la mirada a Montse pero no había rastro de ella, pensé en que podía estar en una de las habitaciones con Tom, idiotas.
El chico que tenía la botella comenzó a decir las reglas de esta, preguntas incómodas o retos que tenían que hacer, lado del fondo de la botella era quien debía preguntar y la boquilla debía responder.
Los turnos pasaban eran demasiadas personas jugando que no me preocupaba que me tocara a mí, sólo reía de las cosas que hacían o decía, varias personas ya estaban en traje de baño o ropa interior pues se tenían que quitar prendas o lo suficientemente borrachas después de los shots de castigo que tomaban.
Shawn reía conmigo, se tomó la confianza de poner su brazo alrededor de mis hombros, tal vez porque los dos ya estábamos muy pasados de copas que no lo quité, de alguna manera era relajante tenerlo así de cerca.
Chocaba un par de veces la mirada con el hermano de mi amiga, pero cada que le sonreía o intentaba saludarlo, miraba a otro lado.
Volví a dar un trago a mi vaso pero ya estaba vacío, me levanté del asiento y fui a la mesa en donde estaba todas las bebidas, no quería terminar vomitando en mi habitación así que me serví un vaso de refresco, al regresar, Timothée estaba parado en medio de todos, mirándome, poco a poco todos comenzaban a girarse para verme también, odiaba ser el centro de atención, ¿Por qué mierda me estaban mirando?
Di un paso dudosa y Timothée a su vez lo dio igual, las mejillas se me estaban calentando, andes de decir nada, una alguien lo jaló por el cuello de la camisa obligándolo a voltear, una chica lo rodeo por el cuello y comenzó a besarlo de una manera... incómoda.
No sabía que sentir, bueno, claro que lo sabía, pero no quería admitirlo, este dolor agudo en el pecho sólo estaba reservado para Cole, pero ahora lo volvía a sentir.
Caminé a mi lugar, fingiendo que ellos aún no estaban haciendo todo un show mientras los demás gritaban. Shawn quien seguía sentado a lado de mí, volvió a pasar su brazo por mis hombros, sólo que esta vez se sintió diferente.
El juego siguió, más besos, menos ropa, más risas estúpidas, hasta que en algún momento se detuvo en mí.
— Hmm... — La chica me miraba dudosa, jamás en la vida le había hablado. — Siéntate en las piernas de alguien hasta que vuelva a ser tu turno.
No sé si fue que estaba lo bastante borracha para pensar que sólo volteé a ver a todos, tratando de reconocer a alguien que no fuera el hermano de mi amiga pero antes de que pudiera terminar, la voz de Shawn me distrajo.
— Si quieres puedes sentarte aquí. — Dio unas palmaditas en sus piernas, se vio tan adorable que sólo pude asentir.
Eran extrañamente cómodas, se acercó a mi oído y susurró algo como "Ya no estamos tan incómodas ahora", todos volvieron a gritar y aplaudir, sabía que lo que estaba haciendo estaba... raro, pero ya me preocuparé de eso mañana, cuando el remordimiento me pesa más que la cruda.
Sabía que me estaba viendo, su mirada me estaba apuntando como un arma, pero trataba de ignorarlo, él se acaba de besar con una chica en medio de todos, no era como que me debía de importar, pero lo hacía, me estaba matando por dentro las imágenes en mi mente de cómo alguien más lo estaba besando.
Pasaron un par de rondas más, Shawn cada tanto me preguntaba si me sentía incómoda, era un sentimiento complicado el estar encima de él, pero nada parecido a la incomodidad.
Luego de varias vueltas, nos tocó darnos unos shots de tequila juntos, la peor sensación en mi garganta que había experimentado. Al terminar el caballito comenzamos a carcajear, se supone que ya podía dejar de estar en sus piernas pero ninguno de los dos se movió.
— Ya te puedes sentar en otro lugar. — Escuché a alguien gritar.
Todos comenzaron a gritar en tono de burla, lo cual hizo que me levantara rápidamente, con la cara completamente roja sin poder ver a Shawn a los ojos, acción que no hizo más que hacer que los gritos fueran más fuertes.
Cuando ese momento terminó todos siguieron jugando, me levanté para ir al baño, había pasado demasiado tiempo con personas alrededor que necesitaba un respiro.
Me lave la cara, a pesar de no traer maquillaje no me veía tan mal como esperaba, vi la hora en mi celular, ya pasaba de la media noche, era relativamente temprano pero ya era una hora considerable para regresar al cuarto, recordé a mi amiga, no la había visto desde hace un rato, tal vez debería de buscarla primero antes de irme sin que nadie se de cuanta.
Salí del baño, había demasiadas personas esperando, pero ninguna de ellas era Montse, comencé por la tipo cocina que tenía, en donde estaban todas las botellas y vasos vacíos.
Chocaba con demasiadas personas mientras más pasaba el tiempo, más me agobiaba.
Fue hasta que sentí las manos frías de alguien en mis hombros.
— ¡Maggie! ¿En donde estabas? De la nada te perdimos.
Tom y Montse estaban atrás de mí con las sonrisas más ahogadas que les había visto.
— Estuve... yo no me moví, ¿Dónde estaban ustedes?
— Fuimos por un cargados a la habitación y regresamos por alcohol. — Gritó Tom.
— Gracias por la imagen, los estaba buscando, ¿Ya nos vamos?
— ¿Irnos? ¿por qué? ¡La noche es joven, vamos a bailar!
— Pero...
Montse me jalo, ignorándome completamente, traté de mentalizarme, esto debía de ser divertido, ¿No? ¿O ya estaba un poco sobria para no aguantar esto? Tom pareció leer mis pensamientos y me pasó la botella que traía en la mano.
No pasaba nada si me soltaba un poco más.
Estaba bailando, de una manera en la que sólo bailas en tu habitación, había demasiadas personas pero yo seguía bailando.
— ¡¿Mag?! — Me gritó alguien pero lo ignoré, no quería que nadie me regresara al suelo, lo estaba disfrutando. — Maggie, ¿qué haces?
— ¿Qué, qué hago? — Abrí los ojos y Timothée con un vaso en la mano estaba parado enfrente de mí. — Timmy, es una fiesta, en las fiestas se supone que tienes que bailar. — Antes de que pudiera decir nada, lo tomé del cuello y lo acerqué a mí, sin dejar de moverme ¿Por qué no se podía divertir como los demás?
Era mucho más alto que yo, así que me volteé, y seguí moviendo mis caderas, eso se supone que les gusta a los chicos, ¿no? Levanté los brazos y le quité el vaso que estaba tomando para darle un gran sorbo, alcohol, ¿Cuál? Quien sabe.
Terminé por dejar el vaso vacío, tirándolo por ahí, mientras volvía a girarme a él. Cambió de expresión, nunca había visto era mirada en él, me tomó por la espalda baja y me acercó más, mi cuerpo se comenzó a calentar al sentir el calor de sus manos, tan grandes, que abarcaban casi toda mi cintura.
La distancia entre nosotros desapareció, sentía como su pierna se movía en medio de las mías, provocando sensaciones que no había experimentado tan libremente, el ritmo guiaba nuestros movimientos, pero después de que sus manos tocaran mi cuerpo era lo que menos me importaba.
Quería más.
Volví a poner mis manos a su cuello, tratando de acercarme a su rostro, sin esperar una aprobación. Para mi suerte, él terminó con la distancia besando mis labios.
Cerré los ojos, sus labios eran más suaves de lo que habría imaginado, su boca sabía a algo frutal, no sé por qué se sentía tan bien.
Pero quería más, un beso no era suficiente.
— ¿Crees que se den cuenta si nos vamos? — Pregunté mirándolo a los ojos.
Él parecía sorprendido, pero rápidamente vio por la habitación, para finalmente mover la cabeza negativamente.
Me tomó de la mano y juntos nos acercamos a la puerta, nuestras habitaciones estaban en el piso de arriba, así que corrimos por las escaleras, tratando de no llamar la atención, pero dos ebrios corriendo por un hotel no creo que guarde mucho las apariencias.
Sacó la llave de su cuarto y ambos entramos mirando si no había nadie conocido por el pasillo.
Ninguno de los dos dijo nada, ambos sabíamos a lo que veníamos, al cerrar la puerta, ya lo estaba besando otra vez, con sólo una probada sentía que su boca era una necesidad, me cargó hasta la cama, sentía sus manos recorrer mis piernas, mientras yo jugaba con su cabello, poco a poco iba bajando sus besos por mi cuello, pasé una de mis piernas sobre su espalda, lo necesitaba sentir.
Cuando le quité la camisa mi corazón comenzó a latir más fuerte, no sé donde habían salido estas ganas incontrolables de él, pero me gustaba.
Ambos nos habíamos quedado en ropa interior, los cacheteros que traía se sentían terriblemente mojados, lo que a él parecía gustarle. Me tomó por la cadera y bajó a mi entrepierna, no podía pensar claramente, quería echarle la culpa al alcohol pero Timothée tenía un efecto en mí que no podía llegar a procesar.
Seguimos disfrutando el momento, cambiando de lugar, sin dejar una parte de cada uno a la imaginación.
Cuando ambos mirábamos al techo, uno a lado del otro, con la respiración agitada, volteé a verlo, él ya me veía de vuelta, tenía una sonrisa que mostraba sus dientes perfectos, no pude evitar sonreírle de vuelta.
Se volvió a acercar y me besó, pero no fue apasionado y lleno de ganas como lo habían sido todos los demás, tenía algo de... delicadeza.
Me di cuenta de lo cansada que estaba cuando cerré los ojos, no sentía los pies y ahora menos las piernas, tomé una de las almohadas y me acurruqué de lado, el sueño me estaba ganando.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top