▪︎ 25 ▪︎
— Taehyung... —
— Dime —
— ¿Y si tú te pones el vestido? — preguntó Jihyo acercándose a mí
— ¿Qué?, ¿Por qué? — pregunté con horror
— Porque me tienes que cuidar, y si te vistes como yo puedes confundirlos —
— Es una buena idea, en serio, pero somos muy diferentes — dije poniéndome en frente de ella — soy más alto que tú, también más delgado y mi cabello es muy diferente al tuyo —
— Solo eso —
— No, tus... son más grandes — dije tocándome el pecho — yo no tengo tus atributos, soy como la tabla que usan para lavar la ropa —
— Te equivocas, yo tendré los senos grandes, pero no tengo nalgas — dijo lo último en voz baja — soy como esa tabla para lavar la ropa, en cambio tú tienes un muy buen volumen ahí... seguro Jungkook te toca mucho en esa zona —
— Qué-qué cosas dices — dije pegándole en el hombro de forma suave
— Pero mira que rojo te has puesto, lo dije de broma pero al parecer si es cierto... — dijo también sonrojándose — Taehyung... recuerda que debes de casarte con mi hermano para darme un sobrino —
— ¡Ya! — exclamé volteándome para que no me vea la cara
— Bien, bien — dijo riéndose — pero debes de ponerte el vestido, creo que sería bueno... tengo miedo y si te atacan sabrás defenderte, yo no — dijo abrazándose
— Bien, tú ganas — dije abrazándola — pero... ¿De dónde sacaremos un vestido igual al tuyo? —
— Estoy en eso —
Todo fue cansado, tuve que pararme por más de cuatro horas para que los modistas tomen medidas, todos nos amanecimos mucho, pero lo teníamos, le informé en privado al rey el plan que tenía con Jihyo, al principio noté su confusión, pero aceptó y confío en nosotros.
Para las seis de la madrugada estaba en mi alcoba viéndome en el espejo con el vestido, era raro, no había dormido nada, pero no podía dejar de verme, no podía creer que yo tenía un vestido puesto.
— Mi padre jamás lo hubiera permitido — dije soltándome el cabello, me acerqué a mi tocador y saqué un viejo regalo que Jihyo me había dado, un labial — creo que es un buen momento para usarlo — dije pintándome los labios con miedo
— Taehyung — escuché la voz de Jungkook que rápidamente me hizo voltear — pero qué mierd... —
— ¿Tan mal me veo? — pregunté volviendo a verme en el espejo — Jihyo dijo que me veía bien, pero sinceramente no me siento del todo seguro —
— Te ves hermoso — dijo acercándose a mí
— Sí, el vestido es lindo — dijo sonriendo, él se puso atrás mío y me alzó el vestido, intenté reaccionar rápido pero... — ¿Qué hac...?, ¡Humm! — gemí sintiendo como se hundió en mí — Ju-ungkook — me tumbé en la mesa de noche mientras Jungkook recogía todo el vestido
— Mierda, de solo verte así me dieron ganas de casarme ahora mismo— dijo sin dejar de moverse
— ¡Ahg!, ¡Es-espera! —
— ¡Humm! —
Abrí mis piernas para tener mejor equilibrio, sintiendo como Jungkook se movía aún más rápido, mi rostro era vergonzoso de ver, por el espejo podía verlo perfectamente, todo mi rostro estaba rojo y estaba empezando a sudar. Todo era tan obsceno, los sonidos chiclosos y húmedos, las pieles chocando con fuerza, mi piel se sentía muy sensible.
— ¡Jung...!, ¡Humm! — Jungkook tuvo que taparme la boca mientras no paraba de moverse, sentía sus testículos rebotar contra mi trasero — ¡Humm! —
— Tu interior es tan caliente — dijo viéndose lento — Taehyung, cásate conmigo, vamos a casarnos ahora — dijo besando mi cuello
— ¡Humm! — gemí cuando salió de mí y me volteó con fuerza, es débil que hasta cargar un kilo de arroz le duele, pero en estos momentos siempre es así de fuerte
— Taehyung, por favor, cásate conmigo — dijo poniendo la punta de su pene en mi entrada
— Mierda, sí — gemí abrazándolo con mis piernas, haciendo que entre en mí nuevamente — cógeme — dije para luego besarlo mientras sentía como metía su mano a mi pecho y torturada mi pezón
Mi ropero se movía de lado a lado mientras Jungkook se movía, tuve que poner mi mano atrás, en los costados, para no caer.
— ¡HUMM! —
— ¡HUMM! — ambos nos corrimos sin romper el beso
— Taehyung... — dijo Jungkook abrazándome
— Arruinamos el vestido — dije sintiéndome sudado
— No importa, te ves hermoso y así como estás me casaría contigo —
— ¡No me refiero a eso idiota! — exclamé golpeándolo — ¡Con este vestido tengo que aparecer mañana! —
— ¿Mañana? —
— ¡Para la boda! —
— ¿Qué?, ¿¡Con quién te vas a casar!? — preguntó agarrándome de los hombros
— Con nadie idiota, es para salvar a Jihyo de los amenazadores — dije golpeándolo — mañana debes de cuidar de tu hermana, la dejaré en un cuarto y tú debes de estar ahí —
— ¿Y tú? —
— Yo me ocupo del resto —
— No me dejes viudo —
— No digas tonterías —
Luego de esa tonta conversación me fui a limpiar, me alisté y salí a ver a Jihyo, debía de estar con ella todo el día en su alcoba. Estuve toda la noche con ella alistándonos, pero no pude seguir y me dormí con Jihyo, a las cinco nos despertaron y empezaron a retocarnos, esperamos más y cuando el rey vino nos miró con sorpresa.
— Papá — dijo Jihyo abrazándolo
— Me alegra verte, faltan solo tres horas, los Kang ya llegaron, y no, no puedes verlo aún — dijo antes de que Jihyo protestara — los veo luego, por favor cuídense —
Luego de esperar solo dos horas salimos, debíamos ponernos en nuestros puestos, Jihyo se escondió en un cuarto simple donde estaba Jungkook mientras yo seguía, ya estaba por el pasillo llegando al jardín cuando escuché pasos atrás mío, era raro ya que el rey me dijo que absolutamente todos iban a estar en el otro lado.
— Jeon Jihyo — escuché una voz atrás mío — necesito hablar contigo —
Yo solo caminé más rápido, pero vi como esa mujer su puso delante mío, pero ella no podía verme el rostro por el velo, era alta, unos centímetros más que yo, y su cabello era negro, su rostro se me hacía familiar, siento que lo he visto antes, pero no recuerdo en donde.
— ¿Puedes venir conmigo un segundo?, ¿Sí? — preguntó y yo negué — ven conmigo, tengo una sorpresa para tí, es un regalo de bodas — dijo agarrándome de la muñeca, intenté soltarme pero ella me jaló con más fuerza
Forcejé y me hice el indefenso pero de pronto me lancé hacia ella, quería tumbarla, estar encima de ella, pero no, al menos pude agarrar sus manos.
— ¡SUÉLTAME! — gritó empujándome, haciendo que el velo se alce y yo retroceda, cayendo al suelo, este tonto vestido no me deja moverme — ¡Tú no eres Jihyo! —
— Y tú no deberías de estar aquí — dije tirándole una patada en sus partes bajas — ¡GUARDIAS! — me puse de pie pero sin distraerme ni un segundo — ¡GUARD...! —
— ¡AHHH! — escuché un grito de dolor cerca que me hizo voltear
— ¿Qué está pas...?, ¡AHH! — grité al sentir un golpe en la cabeza que me tumbó
— No creas que todo será fácil, tú también estás en peligro, niño lindo, él también viene por tí — dijo sonriendo — dile a los Jeon que las mentiras siempre salen a la luz —
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