Estuve buscando durante mucho tiempo algo comestibles, pero solo encontraba hojas y ramas, nada más, también vi algunos insectos, pero eso no comeríamos, por nada del mundo. Cuando iba a rendirme vi unos tomates creciendo, también otro pequeño pozo con poca agua y encontré algo de zapallos, parecían no estar maduros, pero era algo.

Debía volver, ya habían pasado más de media hora y seguía aquí buscando algo, y por más tiempo que pasara aquí no encontraba nada, absolutamente nada para comer, solo tomates verdes y zapallos igual de verdes, no me serviría para preparar algo decente pero solos son deliciosos.

— Creí que encontraría algo suficiente para una sopa... me equivoqué — dije intentando no ponerme negativo, pero era cierto, yo creí que encontraría algo de pollo, zapallo, papas y algunas plantas comestibles, pero nada — ¿Cómo es que estamos tan lejos de casa?, ¿En dónde estamos? — pregunté viendo el camino

Caminé en línea recta, debía de encontrar el camino de regreso, algo para que sea más fácil llegar, un caballo o un burro, lo que sea servía, incluso un pegaso.

— Un caballo... — dije viendo a lo lejos muchos de ellos — una granja, ¡Una granja! — sonreí — ¡Estamos salvados! —

De inmediato me di media vuelta, corrí de nuevo a la cabaña, debía de traer a Jungkook para ambos volver. Estaba tan emocionado que no me di cuenta de que algo estaba mal hasta que estuve muy cerca de la cabaña.

— ¡AHHH! — escuché el grito de Jungkook que me hizo reaccionar — ¡NO!, ¡DUELE! — 

Rápidamente vi a tres alfas, dos mujeres y un hombre, eran vándalos. Los tres estaban golpeando a Jungkook pero apenas me vieron se detuvieron, pero no dejaron a Jungkook.

— ¿Quién eres? — preguntó una de las alfas acercándose a mí — ¿Tú también estabas aquí con él? —

— Eso no te importa —

— ¿Quién eres?, responde —

— Aléjense de él — dijo viendo al costado de Jungkook mi arma, no podré alcanzarlo

— Es una pena, no podemos hacerlo, esta cabaña es nuestra, nuestra y ustedes la han invadido — dijo acercándose más a mí, pero yo sin pensarlo le tiré un golpe cuando lo tuve en frente

— Es una pena... — dije viendo como frunció el ceño — por que ya no es suya — dije para empezar a golpearla

La alfa no era ágil, era fuerte, pero no podía escapar de mis golpes, pensé que esto sería fácil, en serio creí que muy pronto lograría que se vayan, pero todo cambió cuando sentí como mi cuerpo cayó, sintiendo como todo se movió muy rápido. Me dolió detrás de la cabeza, también toda la espalda y empecé a escuchar un ruido raro.

— Pero qué débil — dijo esa alfa viéndome fijamente — pensé que podría tener una pelea digna contigo —

— Eso tendrás — dije moviendo con fuerza mi pie para que se caiga, intenté tirarme encima de ella pero de inmediato sentí como me agarraron del pecho y me volvieron a tirar

— Creo que no —

— Es obvio que me ganas, tienes a estos dos ayudándote, no es justo. Estás haciendo trampa, idiota — dije viéndolo mal

— Eres muy retador — dijo agachándose

— Soy inteligente, lo que te falta a ti —

— No, eres un estúpido, pero qué pobre diablo — dijo riéndose

— Pero que feo hueles, me das asco, mejor vete antes de que te parta la boca — dije riéndome para luego ponerme serio — no estoy jugando —

— No queremos matarlos, niños, solo queremos que se vayan... y algo de dinero, por tocar nuestra propiedad —

— No les daremos nada, vete a la mierda — dije intentando ponerme de pie pero de inmediato vi un zapato en mi pecho

— Los mataremos, a tí por idiota y a ese alfa por debilucho —  dijo señalando a Jungkook que estaba aún en el piso, estaba ahí sin poder moverse — y si quieres vivir dame algo de valor, de otra manera no creo que salgas vivo de aquí —

— Yo lo ha-haré, te mataré — dije viendo como se agachó y sonrío mientras que la otra alfa solo apretaba más su agarre en mi pecho

— ¿En serio? — preguntó riéndose — veamos si luego de marcar tu cuerpo con mi amiguito piensas lo mismo — dijo sacando su navaja

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— Jihyo... —

— Buenos días, madre — dije viendo el suelo

— Tu padre ya a salido en busca de Jungkook, también a Taehyung y sobre lo de ayer... —

— Que bien, gracias por la comida — dije yéndome a mi alcoba

Me fui a escribir mis cartas, era lo único que quería hacer, hablar con él me llenaba de paz, me hacía sentir bien y me gustaba.

Prefería pasar mi tiempo escribiendo que estar con mi madre, la madre de Jungkook mejor dicho, no es un secreto para nadie que Jungkook es el favorito, siempre para mi madre Jungkook ha sido el niño de sus ojos.

Desde el día de mi nacimiento fue así, Jungkook siempre lloraba y me decía que era mala, que yo le había robado la atención de todos. Mi hermano siempre fue consentido, y se debe que cuando mi madre lo tuvo pensaron que sería el único hijo, mi madre ya era mayor y tener otro hijo era imposible. Entonces mi madre se dedicó a consentir en exceso a el pequeño Jungkook, se encargó de malcriarlo, y sé que Jungkook no tenía la culpa de eso, pero siempre ha sido así, siempre está Jungkook por encima de todos, de mí.

Sé que su vida es dura ya que siempre debe de ser perfecto por las críticas agrias de mi padre, pero eso no justifica que sea pedante, aunque nunca lo ha sido conmigo, nunca me ha insultado o golpeado, nunca.

— Espero estén bien... — dije intentando no llorar, quería a Taehyung y a Jungkook conmigo, ambos son como mis hermanos mayores y los quería a ambos conmigo

Conocí a Taehyung por lo que Jungkook hablaba de él, siempre decía que era alguien chinchoso y serio, pero cuando yo lo conocí no me pareció eso. Me pareció alguien interesante, además de amable, fue mi primer amigo, junto a él he pasado agradables momentos que no cambiaría por nada.

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— Uno... — dijo abriendo mi camisa

Estaba asustado, no quería gritar pero sí llorar, estaba muy asustado. No pasaría ni un segundo para que lo note, para que lo noten todos en este lugar, estaba completamente frito, todos en esta cabaña sabrían la verdad, que soy...

— Un omega — dijo dejándome sin respiración, sentí como todo mi cuerpo se puso frío — pero bueno, que suerte tengo, justo quería pasar el rato con un hermoso omega, y mira con quién me encuentro, esto debe de ser el destino — dijo riéndose

— ¿O-omega? — escuché la voz petrificada de Jungkook, pero yo no podía dejar de ver a esa mujer, ver como sonreía de manera muy diabólica y me miraba de la manera más perversa que haya visto en mi vida