Travesuras
No sé porque pero me dio risa al imaginar a Mickey con una remera con la cara de uno de sus "enemigos" XD
Espero que les guste~
Petición de: -AikoWhite-
Mickey
Mickey estaba caminando por el pasillo del gran castillo, tarareando una melodía de forma ausente y repasando mentalmente la lista de tareas que debía realizar apenas estuviera devuelta. Estaba tan distraído que no noto el gran charco de tinta formándose frente a él hasta que sintió que se hundía. Tosió cuando emergió.
-¿Por qué fue eso, Bendy?- pregunto, confundido, viendo al demonio y a la coneja parados no muy lejos. Enarco una ceja al ver como Ink lo miraba con ojos brillantes y tapando su boca con ambas manos, su cuerpo temblando visiblemente. -¿Qué...?-
-Ese atuendo te queda bien~- sonrío Bendy con diversión.
-¿A...tuendo?- miro su ropa con confusión, una expresión de horror dibujándose en su rostro y con sus mejillas coloreándose rojo intenso, negaría más adelante que soltó un chillido realmente agudo. Su ropa original había sido reemplazada por una remera blanca con un muy familiar conejo gris y las palabras "I ❤ Bugs Bunny" falda roja con lunares y bordes blancos, zapatos de tacón blancos (no sabía como Minnie y Daisy los usaban tan seguidos. -¡¿QUÉ PASO CON MI ROPA?!- levanto la vista al escuchar carcajadas, frunciendo el ceño al ver a sus dos amigos revolcándose en el piso. -¡LOS ODIOS!- grito pero antes de poder alcanzarlos, ambos se hundieron en un charco de tinta. -¡PODRÍAN HABER ESCOGIDO OTRA REMERA POR LO MENOS!- pudo escuchar las carcajadas ajenas resonando por el pasillo. Se dio media vuelta, esperando que su ropa estuviera intacta en su habitación, deteniéndose en seco. -Ho-Hola O-O-Ortencia- trago con nerviosismo al verla, sus mejillas ardiendo aun más que antes.
-Hola Mickey~- la gata lucia divertida, su sonrisa temblando al intentar contener la carcajada que amenazaba con salir. -Creo que el rosa te quedaría muy bien~- empezó a reír, el ratón corriendo con vergüenza hacia su habitación, solo para gritar al ver sus cajones vacíos.
Cuphead y Mugman
-¡Hey chicos!- Ink se acerco al par con una gran sonrisa y una bolsa en su mano.
-Hey Ink- sonrieron al verla.
-¿Que tienes ahí?- pregunto Cup con curiosidad.
-¡Dulces~!- ella extendió la bolsa abierta hacia ellos con una gran e inocente sonrisa. -¿Quieren?- los hermanos se miraron de reojo y asintieron, agarrando uno cada uno. Eran pequeños y circulares, de un rosa claro. Se lo llevaron a la boca, sonriendo ante el dulce sabor. Miraron con curiosidad a Ink, quien tenía una temblorosa sonrisa. Enarcaron una ceja, para después mirarse entre ellos y gritar.
-¡¿Qué te paso?!- se apuntaron entre ellos con gran sorpresa y horror, tapándose las bocas ante la voz femenina. Ahora tenían falda (demasiado cortas para ellos) de su respectivo color, con pestañas largas y una flor decorando las bombillas que salían de sus cabeza. Incluso, si veían un poco más de cerca, tenían curvas. -¡¿Qué nos diste?!- se giraron a mirarla.
-El Doctor Loco lo hizo pero aun no los probo- se encogio de hombros. -Dulces mágicos...- agito ligeramente la bolsa. -...¿verdad que es genial?- apenas contuvo su risa al ver la cara de horror de las "hermanas"
-¡NO LO ES!- chillaron con pánico.
-Se ven bonitas~- sonrío ella con diversión.
-¡INK!- la mencionada chillo, corriendo rapidamente mientras se reía y con el par siguiéndola de cerca, un demonio oculto viendo todo y riendo ante la escena.
Oswald
-¿Pero que...?- Oswald retrocedió un paso ante el golpe de algo contra su rostro, pudiendo saborear la crema batida al tener la boca abierta. Quito el plato de plástico que aun estaba pegado en su cara, tirándolo a un lado para poder limpiarse los ojos con ambas manos pero solo para revivir múltiples golpes más por todos los ángulos posibles. Incluso sintió algo blando caer sobre su cabeza. -¡BASTA YA!- gruño después de unos segundos, limpiándose con algo de dificultad los ojos y parpadeando lentamente, dejando escapar un tenso suspiro al poder ver plumas a su alrededor. No necesitaba ver perfectamente para saber que era un desastre de crema batida y plumas. Escucho débiles risas y ahí, escondidos detrás de uno de los sillones de la sala, pudo ver a una coneja y a un demonio. -¡Voy a matarlos!- intento dar un paso hacia ellos pero termino resbalando con la crema y cayendo de cara al suelo, las risas haciéndose mucho más fuertes.
Felix
-Déjenme en paz- suspiro Felix sin siquiera mirar al par que estaban parados a su lado, sin siquiera moverse y mirándolo fijamente.
-No seas amargo, gatito~- bufo Bendy, cruzándose de brazos e ignorando la mala cara ajena ante el apodo.
-No- gruño.
-¡Vamos~!- canturreo Ink. -¡Eres el único que nos queda!-
-¡Por favor~!- ambos lo miraron con suplica, con las manos entrelazadas frente a ellos y suaves sonrisas, incluso parecía que sus ojos eran más grandes y brillantes.
-Agh...- Felix hizo una mueca. -...bien- suspiro, rendido, recibiendo como respuesta un grito alegre de parte del par. -Si, si, si. Denme eso antes de arrepentirme- extendió la mano hacia ellos, aceptando de una vez el pequeño y pequeño caramelo blanco que antes le estaban ofreciendo. Se le metió a la boca sin pensarlo mucho y mordió, abriendo grande los ojos ante la débil sensación de electricidad recorrer su cuerpo. Miro sus manos, notando con asombro que su pelaje ya no era negro, si no que cambiaba de color sin detenerse en ninguno. -Ho...- se había esperado algo más...raro que ahora ser un gato multicolor.
-¿Ves? No paso nada malo- sonrío el demonio con diversión.
-¿Cuanto tiempo durara esto?- pregunto, enarcando una ceja.
-Bueno...- la coneja se rasco la nuca. -...el Doctor Loco no sabe exactamente cuanto puede durar el efecto de los dulces mágicos pero...es total y completamente temporal- termino por sonreír, encogiéndose de hombros.
-Genial- bufo, dándoles la espalda para empezar a alejarse de ambos.
-¿Crees que deberíamos mencionar las alas de mariposa y la cola de lagarto?- pregunto Ink en un susurro al el par de alas en la espalda del felino y el cambio de cola.
-Nha, se dará cuenta tarde o temprano- negó Bendy, justo cuando su amigo desaparecía de sus vistas mientras subía las escaleras. Se quedaron unos segundos en silencio, un repentino grito lleno de horror y pánico haciendo eco en el castillo.
-Se dio cuenta~- canturrearon con diversión, empezando a reírse a carcajadas.
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