¿Mug malo?
Vi la imagen y no pude evitarlo :3
-¿Qué ellos...qué?- el demonio rompió el silencio y entonces Ink no pudo evitar dejar escapar un profundo y cansado suspiro, mientras que Bendy intento no dejar escapar una carcajada a su lado. Habían ido a buscar a los hermanos, solo para encontrase con King Dice y que estos los arrastrara hasta el Cacino, contándoles la razón de la tardanza de Cup y Mug.
-Jugaron con Devil...- el de cabeza de dado se cruzo de brazos, frunciendo el ceño al pensar en su irresponsable jefe. -...y él pensó que seria divertido transformarlos- con esas palabras, se empiezan a escuchar golpes, seguidos rapidamente de fuertes gruñidos, todo proviniendo de las dos puertas frente a las que estaban parados.
-Dime que es temporal, por favor- la coneja suplico con una ligera mueca.
-Es temporal, no te preocupes- el más alto sonrío ligeramente, sobresaltándose cuando nuevos golpes se empezaron a escuchar. -Aunque...pasaría más rápido si durmieran- murmuro, pensativo.
-No creo que ellos quieran dormir, grandote- sonrío el demonio con diversión, enarcando una ceja ante los gruñidos. Ink gruño, rascándose la nuca con molestia.
-Me encargo de Mug, te toca Cup- hablo con tranquilidad, mirando al demonio.
-¿No seria mejor que yo noquee a tu novio?- Bendy sonrío, divertido.
-Te estoy dando la oportunidad de golpear a Cup, ¿y no la tomas?- ella enarco una ceja, cruzándose de brazos.
-Copita es mio~- canturreo. La coneja rodó los ojos, abriendo una de las puertas y entrando, escuchando un "Buena suerte" antes de que se cerrara. Miro a su alrededor, la habitación era relativamente grande, con tan solo un bonito sillón para más de dos personas a un lado.
-¿Mug?- enarco una ceja, sin poder verlo por ningún lado. Suspiro y alzo la vista, enarcando una ceja al notar a quien buscaba parado en el techo, mirándola con una extraña sonrisa en su rostro. -Desafiando las leyes de la gravedad, ¿no?- rió, retrocediendo rapidamente al notar que su amigo saltaba. Él aterrizo donde antes estaba parada y con eso pudo notar las pequeñas diferencias: sus colores celestes ahora eran de un azul noche, su sorbete estaba algo torcido, tenía garras, una sonrisa con brillantes colmillos visibles y con ojos amarillos, haciendo resaltar sus pupilas rojizas. Mug gruño, lanzandoce contra ella y solo encontrándose con la pared, mientras que la coneja lo miraba con curiosidad. No había esperado el repentino ataque pero por suerte, había logrado moverse a un lado antes de que la alcanzara.
-Ink~...- se sobresalto, sorprendida de escuchar su nombre con una voz ligeramente más tenebrosa. Quedo quieta, atenta al siguiente movimiento de la copa con cuerpo. Mugman se volteó a mirarla y antes de que ella pudiera reaccionar, él ya la estaba acorralando contra la pared. Ink se encogió ligeramente, viendo de reojo las manos con garras apoyados en la pared a cada lado de su cabeza, impidiéndole escapar. Quedo curiosa al sentir como él le olía ligeramente, eso si que era raro. -Tan linda~- canturreo con una sonrisa que dejaba ver sus filosos dientes. La coneja parpadeo ligeramente cuando sus ojos se encontraron con los ajenos, los cuales parecían brillar.
-¿M-Mug?- Ink lo vio con los ojos bien abiertos, tragando con dificultad y temblando ligeramente, el nerviosismo aumentando al notar que él acortaba cada vez más la distancia entre ambos. -¿Q-Qué...?- unos labios sobre los suyos ahogaron sus palabras, interrumpiéndola. Ink quedo tiesa, cerrando con fuerza los ojos y sintiendo las mejillas ardiendo cuando algo rozo sus labios, pidiendo permiso. Apoyo sus manos en el pecho ajeno, en un intento de alejarlo pero solo consiguiendo que él se acercara más, negándose a retroceder. Termino por relajarse y bajar las orejas, acunando las mejillas ajenas con sus manos y abriendo ligeramente los labios, estremeciéndose ante la repentina y cálida invasión. Soltó un gemido ahogado, sintiendo un brazo rodear su cintura y una mano posarse en su nuca. Se separaron, jadeando ligeramente. Ink abrió lentamente los ojos, sintiendo su rostro arder ante la intensa mirada ajena. Él dejo escapar una ligera risa, causándole escalofríos.
-Mía~- gruño con una sonrisa antes de volverse a acercar para iniciar un nuevo beso, esta vez rodeando la cintura de la coneja con ambos brazos para acercarla y abrazarla de forma posesiva. Ink correspondió como pudo, abrazándose al cuello ajeno y sintiendo como el agarre a su alrededor se apretaba ligeramente. La coneja no pudo evitar quejarse al sentir que él se separaba, abriendo lentamente los ojos y viendo algo atontada a Mug, quien mostraba una gran sonrisa divertida. -Toda mía~- dejo un rápido beso sobre los labios ajenos y la soltó, alejándose rapidamente. Ink quedo tiesa, con las piernas temblorosas y el corazón latiendole a mil por hora. Termino por caer lentamente, quedando de rodillas pero sin poder reaccionar del todo, sin prestar real atención al sonido de una puerta romperse y a los gritos de King Dice, seguido de múltiples cosas romperse.
-¡Gha!- enterró su sonrojado rostro entre sus manos, ahogando un chillido. Había esperado pelea, gritos, gruñidos, disparos, lo que sea ¡No un beso así! ¡Eso era lo que menos se había esperado! Destapo sus ojos, con la vista fija en el visto y cubriendo con sus manos la gran sonrisa que se estaba dibujando en su rostro. No se quejaba pero esperaba que la próxima vez, fuera su Mug totalmente normal.
Un extra XD
Ink estaba durmiendo en el sillón, de costado y abrazando una almohada contra su pecho, dejando escapar ligeros suspiros. Mug estaba sentado en el suelo, mirándola sin poder evitarlo. Él no había tenido que esperar mucho para volver a la normalidad, solo para ver el gran desastre que había echo en el Cacino del diablo y para escuchar lo reclamo de King Dice hacia Devil, quien se mantenía de brazos cruzados y el ceño fruncido. Había visto todo lo que su "versión demonio" había echo y es por eso que no tardo mucho en sonrojarse al recordar el beso de antes, las burbujas y el humo saliendo de su cabeza.
-Ink..- levanto su mano y la apoyo en la mejilla ajena, acariciándola con el pulgar y sintiendo la calidez a través de sus guantes. Ella sonrío entre sueños, riendo ligeramente. Mug sonrío con cariño y se acerco para besar la frente de la coneja, escuchándola soltar otra ligera risa. Esperaba poder ser él quien la besara la próxima vez.
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