Capítulo 7: Caso Sawyer.
La policía llegó a la escena del crimen, tres hombres inconscientes en un callejón con la cara sangrando y algunos brazos rotos, la mujer que había hecho el reporte del accidente ya no se encontraba en la escena.
—¿Y bien? — preguntó el capitán de la policía.
—No es guerra de territorios, los hubieran matado.
—¿Qué hay del justiciero enmascarado? Pudo ser él otra vez.
—Negativo. — dijo un detective acercándose al capitán. — el enmascarado fue visto al norte de Brooklyn, salió de su territorio.
—¿Qué hacía allá? — preguntó el Capitán.
—Intervino en una reunión de mafiosos, quizá tratos de Blake.
—Bien, seguiremos investigando, vamos muchachos.
Un guardia vigilaba la entrada de una vieja bodega en Queens, el lugar era pequeño y se veía abandonado.
—Llegó el paquete, hay que ponerlos con los demás. — dijo un hombre.
—Pasa, sé discreto.
El hombre entró, miró un poco el lugar y luego dio la orden. Otro hombre entró al lugar con tres personas más, quienes tenían capuchas sobre su cabeza y las manos atadas.
—De rodillas. — ordenó uno de los tipos.
Las tres personas obedecieron, se pusieron de rodillas y con la cabeza baja. El hombre le sacó la capucha a los tres, levantó la cabeza de la mujer más grande y la vio a los ojos.
—Esto es para ti. — dijo el tipo, enseñándole a la pelivino el anillo de bodas de su esposo.
—Van a pagar, por esto. — contestó la mujer, furiosa, mientras el color de sus ojos pasaba de verde a un rojo escarlata.
Abril intentó liberarse, pero un fuerte golpe en su cabeza la dejó inconsciente.
—¡Mamá! — exclamó Claire preocupada.
—¿Claire? — preguntó un pelirrojo a su lado.
—Llevenselos, fue suficiente por hoy. — ordenó el hombre de más rango en el lugar.
Samantha estaba a punto de quedarse dormida en el sillón de la casa de Amy, de repente un fuerte ruido en la ventana la despertó de golpe.
—¡Hey! — exclamó alguien.
—Shhh… Amy está durmiendo. — contestó la pelinegra.
Erin cerró la ventana del departamento y se acercó al sofá cerca de su hermana. Amy salió de su habitación con un bate de béisbol entre sus manos.
—Escuché un ruido. — dijo la rubia, quien bajó la guardia al ver a la pelirroja junto a su hermana.
—Pensé que dormían… ¿Qué hacen despiertas tan tarde?
—Te estaba esperando, Erin Anette. — dijo Sam, molesta.
—¿Encontraste algo que nos lleve a Matthew? — preguntó Amy, angustiada.
—Tengo dos nombres y una ubicación, iré por té.
Erin se dirigió a la cocina, mientras guardaba sus manos manchadas con sangre en sus bolsillos.
[12 horas después]
James se encontraba dormido sobre el frío suelo de su celda, sin poder mover su torso por el dolor intenso y punzante que sentía en su columna. El hombre anciano a su lado temblaba de frío, parecía tener hipotermia. James despertó debido a los ruidos que hacía el señor, causa del frío.
—¿Estás bien? — preguntó el pelirrojo.
El anciano intentó hablar pero las palabras no salieron de su boca.
» Si, hace un poco de frío…
De repente, un pequeño calor se hizo presente en el lugar, el anciano sentía menos frío y en cuestión de minutos dejó de temblar.
—Ese calor viene de ti… — susurró el hombre.
James volvió a cerrar sus ojos, pero el anciano seguía hablando.
» ¿Eres uno de ellos?
—¿Uno de quienes? — preguntó el pelirrojo curioso.
—Uno de esos seres que salvó el mundo hace unos años… muchos no los recuerdan, estoy seguro que les borraron la memoria o algo así… pero yo lo recuerdo muy bien.
—Dime una cosa, ¿Porque estás acá encerrado?
—Por soplón, delaté al jefe de estos tipos en un juicio. ¿Y tú porqué estás acá?
—Yo fui el causante de ese juicio… arresté a Blake en esa época.
—¿Eres policía?
—Algo así, fue una misión especial, le hice el favor a una amiga.
—Tu cara me parece conocida, recuerdo haberte visto en esa pelea salvando gente.
—No hubo tal pelea, señor. Lleva mucho tiempo aquí y ya perdió la cabeza.
—James Sawyer… escuché a unos niños diciendo ese nombre y admirando a aquel hombre de traje azul y arma colorida, si, eres tú definitivamente.
James pensaba en cómo ocultar la verdad, pero era casi imposible.
—Si se enteran que sabes, vendrán por ti, es mejor que no hables del tema.
El anciano comenzó a reír.
—Señor Sawyer, dudo mucho que me encuentren acá, nadie lo ha hecho en años.
—Te sacaré de aquí, ten eso por seguro.
—Bueno, para que eso pase debes estar en condiciones… Y dudo mucho que estés en condición de pelear.
—Pues es momento de empezar a entrenar.
—Perfecto… sé cómo ayudar.
Andrew recién despertaba, se había quedado dormido y tenía una importante reunión en el negocio de su mejor amigo, el abogado Mccoy. Se levantó rápidamente de su cama saltando sobre aquel peculiar traje rojo, se dio una rápida ducha y se vistió, tomó sus cosas y salió de su departamento no sin antes esconder su traje debajo de la cama. Caminó lo más rápido hasta un gran edificio, con ayuda de su palo para ciegos que usaba sólo para no llamar la atención, pues casi ni lo necesitaba.
—Hasta que apareces, Wilson. ¿Donde demonios estabas?
—Tuve un accidente esta mañana, me caí de las escaleras y fui al médico, nada roto por suerte.
—Es la quinta vez que te caes de las escaleras en la semana, Andrew.
—Un ciego promedio se cae dos veces por día.
Mccoy comenzó a reír.
—Ya olvida los chistes de discapacitados, necesito que me ayudes con un caso.
—¿Y la reunión? — preguntó el hombre pelinegro.
Mccoy vio a Andrew con una mirada de enojo.
—¿En serio preguntas?
—El silencio incómodo me respondió solo. ¿En qué te ayudo?
—Una amiga de la infancia me pidió ayuda con un caso, hace un par de días una familia fue atacada en una casa.
—¿El caso de la familia Sawyer? — preguntó Andrew.
—Sí, ¿Cómo lo sabes?
—Tú me lo dijiste… — contestó el pelinegro, disimulando.
—Oh, ¿En serio?
—Yo ciego y tú con Alzheimer, el equipo perfecto. Dejemos la charla y comencemos a trabajar en el caso.
—Las sospechosas de la policía declara que fue un ataque por guerra de territorios, sin embargo, ningún familiar que estuvo ahí forma parte de una mafia de Nueva York. Pero encontré algo peculiar, en expedientes viejos de la policía encontré el nombre de James Sawyer.
—Es una de las víctimas.
—Sawyer ayudó a la captura de Blake en el 63, cuando fue arrestado por ocultar una organización criminal en sus empresas de negocios. Fue la primera y última vez que la policía de Nueva York lo vio en Operaciones Especiales.
—Una carrera policial de un día, totalmente incoherente.
—También busqué en periódicos antiguos y encontré una sección de gente conspiranoica que cuenta sobre un hombre de fuego luchando contra una mujer de hielo y un hombre con brazo de metal en el centro de Brooklyn en el 63.
Andrew miró a Mccoy con el ceño fruncido.
—¿Acaso fumaste marihuana? ¿Qué tiene que ver esto con el caso?
—Yo… no sé, me pareció interesante.
—Dios…
Blake se encontraba en su mansión, la cual estaba vigilada por un montón de guardias. Uno de ellos se acercó al hombre calvo para informarle sobre una situación.
—Señor, todo está hecho. Los Sawyer están bajo nuestro poder, la policía de Nueva York está con nosotros y no hay nada que nadie pueda hacer para detenernos.
—Excelente, excepto por una cosa. Busquen bien a los alrededores de Brooklyn, el señor James tenía dos hermanas que siguen aquí… busquenlas, vayan por ellas, no podemos permitir que nos arruinen los planes.
—Sí, señor.
Sin más, el hombre armado se dirigió a la salida para darle indicaciones a sus inferiores.
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