Capítulo 21: Justo Detrás De Ti.
Un grupo de personas se encontraban reunidas en el cementerio preparados para despedir al ex oficial Alan Mills. El nuevo padre encargado de dirigir el funeral ya había dado sus palabras por lo que sólo quedaba enterrar el ataúd. Mientras lo hacían, muchos oficiales desenfundaron sus armas y dispararon al cielo en señal de despedida.
Amy, Andrew y Mccoy se encontraban también en el funeral al igual que James, sin embargo, el pelirrojo se encontraba en las lejanías.
—¿Encontraste al culpable? — preguntó la rubia.
—Sí, anoche… el tipo no sabía lo que hacía.
—¿Cómo qué no sabía lo que hacía? — preguntó Mccoy, extrañado.
—¿A qué te refieres? — cuestionó Amy también.
—Sentí una presencia extraña en su interior, como si estuviera en trance, después de un par de golpes se le quitó y me contó lo que había pasado antes de que lo enviaran a asesinar a Mills y a la fiscal.
—Disculpen… ¿Ustedes eran los abogados de mi esposo? — preguntó la mujer de Mills.
—Sí, somos nosotros. Lamentamos mucho su pérdida, señora Mills. — contestó Mccoy.
—Él era un buen hombre, yo sé que ustedes saben eso.
—Lo era, necesitamos más ciudadanos como él en esta ciudad. — dijo Andrew.
—Pero que ojalá no terminen muertos. — dijo la mujer mientras bajaba su cabeza. — él hubiera querido que ustedes tuvieran esto. — añadió mientras sacaba un sobre color amarillo de su bolsillo y lo entregó a Mccoy.
El rubio leyó las palabras estaban escritas en el sobre.
“Nos están vigilando, no lo abra hasta estar en un lugar seguro, Alan dejó esto para ustedes, aprovechenlo.”
Amy también había leído lo que contenía el sobre por fuera y luego miró a Mccoy.
—Gracias señora Mills, nuevamente lamentamos su pérdida. — dijo la rubia mientras la señora se alejaba lentamente.
—¿Qué es? — preguntó Andrew.
—Ya lo sabremos, hay que irnos a un lugar seguro. — contestó Mccoy.
El trío se marchó del lugar y James los siguió.
Blake se encontraba almorzando en la gran mesa de su casa, junto a su esposa. Un par de hombres se acercaron hasta la mesa apenando interrumpir la comida de su jefe.
—Señor Blake, todo está preparado para esta noche. — dijo Williams.
—Excelente, envíen las invitaciones, asegúrense de que la mayoría esté, incluidos los magos. — dijo el hombre calvo.
—Enseguida señor..
—Williams, ¿Cómo te fue con lo de Nolan?
—Ya está hecho, señor. Esperemos que eso lo devuelva a su debido lugar.
—Así será, gracias. — dijo Blake.
Williams se retiró del lugar sintiéndose satisfecho con su trabajo.
—¿Estás listo para esta noche? — preguntó Juliette, la esposa de Blake.
—Más que listo, amor mío.
—¿Qué pasará si alguien arruina tus planes?
—Mataré a todos y a cada uno que lo intente, con mis propias manos.
Ambos sonrieron mientras se miraban y luego siguieron comiendo.
Andrew, Mccoy y Amy ya se encontraban en el departamento del pelinegro.
—¿Ya lo abriremos? — preguntó Amy.
—No, espera… — contestó Andrew para después escuchar a James entrando por la ventana. —… ahora sí.
—¡Tío! ¿Cómo estás? ¿Dónde estabas?
—En el funeral, me enteré lo que pasó esta mañana y decidí ir.
—Quiere decir que viste el sobre que nos entregó la esposa de Mills.
—Un hombre sabio, señor Wilson. — contestó James mientras se acercaba a la mesa donde estaba el sobre amarillo.
Mccoy se acercó y comenzó a abrirlo para después sacar lo que había dentro.
—¿Qué es? — preguntó Amy.
—Papeles, números telefónicos, cintas de audio video… y una nota. — contestó el rubio.
James tomó la nota con cuidado y comenzó a leerla en voz alta.
“Querida Annie:
Haré mi confesión esta tarde, nadie más que yo espera que todo salga bien. Pero de no ser así, quiero que tomes esta nota y la cinta de video que dejé junto a ella y las veas. Luego de que lo hagas, entrégale esto a los encargados de hacer justicia por mi. Mis abogados, Andrew Wilson y Franklin Mccoy, además de James Sawyer y Amy Brismonth, ellos deben saber toda la verdad, toda.
Te ama tu esposo, Alan Mills.”
—Esta lista de números telefónicos tiene todos los nombres y números de los hombres que trabajan con Blake. — dijo Mccoy mientras leía.
—¿De todos? — preguntó Amy.
—Bueno, no sabría decirte…
—¿Qué haremos? — preguntó Amy.
—Podemos planear una estrategia con estas pruebas, serían contundentes ante un juez. ¿Qué dices, Andrew?
El hombre pelinegro se quedó pensativo.
—Yo opino que es una pérdida de tiempo. — soltó James de forma seca, Amy y Mccoy lo miraron.
—¿Qué dices? Es lo mejor que hemos tenido, es un paso muy grande. — dijo Mccoy.
—Blake está cien pasos delante de la ley, no necesitamos una estrategia para un juez, necesitamos una estrategia para el campo de batalla, sólo así podremos derrotarlo.— contestó el pelirrojo.
—No todo se resuelve con golpes, señor Sawyer.
—Mike, James tiene razón. — dijo Andrew. —ya lo intentamos en este campo, dos personas inocentes salieron muertos y dos heridos, tú incluido.
—Sí pero antes no teníamos esta ventaja.
—Andrew quizá Mike tenga razón, tenemos una nueva oportunidad. — dijo Amy.
—Por fin alguien cuerdo.
—Escuche abogado Mccoy, entiendo su trabajo, yo estuve de ese lado hace mucho tiempo y también intenté hacer las cosas de la forma correcta pero todo tiene un límite, incluso la paciencia y los buenos actos.
—No voy a dejar que arruinen esto solo por querer tomar la justicia por sus manos, a ninguno de los dos.
—No estamos para decisiones, Mike. — dijo Andrew.
—No estamos para decisiones idiotas como la de ustedes. No tienen una idea de lo que es lo justo.
—No, tú no tienes una idea de lo que es lo justo. — contestó James encarando al rubio. — Fue mi familia la que estuvo sufriendo en un hospital esperando el momento para ser asesinados, fui yo quien tuvo que salir de un infierno para luchar contra estos imbéciles y todo fue por el capricho de un idiota con poder y dinero para cometer los crímenes que a él le plazca y eso, Mccoy, es injusto. Mis padres perdieron la vida porque no pude protegerlos pero no me quedé de brazos cruzados, me preparé para este momento, para hacer pagar a Blake todo lo que me ha hecho sufrir a mi y a mi familia en estas semanas, nada se va a interponer en mi camino. — añadió el pelirrojo.
Un silencio se hizo en el ambiente, lleno de tensión e incomodidad.
—Está bien… todos en esta habitación somos adultos y sabemos lo que hacemos. Si quieren hacer lo que sea que van a hacer, háganlo, pero yo no seré parte de eso, no puedo. — dijo Mccoy mientras guardaba aquella cinta de video en su maletín.
—Mike… — soltó Andrew antes de que su amigo saliera por la puerta.
—Lo siento Andrew. — dijo el rubio y sin más, se fue del lugar.
James se cruzó de brazos observando a la ventana.
—Acá parados no hacemos nada, ¿Vamos a planear una estrategia? — preguntó el hombre pelinegro mientras caminaba a su cocina para tomar una cerveza del refrigerador.
—Ya la planee, solo hay que ponerlos al día y seguir al pie de la letra. — contestó James.
—Quiero saberla así que me quedaré, pero no puedo creer que Andrew sea tan maleducado de no ofrecerme una cerveza. — dijo Amy con una sonrisa.
Andrew también sonrió, tomó otra cerveza del refri y se acercó hasta la mesa para dársela a Amy.
—No te ofrezco porque sé que no tomas. — dijo el pelinegro a James.
—¿Y cómo lo sabes?
—Solo bromeaba, en realidad es la última cerveza que tengo.
Todos rieron, Andrew se sentó en una de las sillas de su departamento.
—Somos todo oídos, tío James.
El pelirrojo comenzó a contar la estrategia que había armado a sus dos cómplices.
Nolan se encontraba acomodando un papeleo en el centro de operaciones del FBI de Nueva York, el hombre analizaba muchas cosas en su cabeza mientras buscaba la carpeta de Andrew Wilson en el archivo del gobierno federal.
—Nolan, tienes una llamada, parece urgente. — dijo uno de sus compañeros al hombre rubio.
—Gracias Peter, iré enseguida. — contestó el hombre.
Nolan salió de la oficina de archivos en dirección a su cubículo de investigación, tomó el teléfono y habló.
—¿Hola?
—Voy por ti, Nolan y por mi traje.
—¿Quién mierda habla?
—Lo sabrás muy pronto. — dijo la voz al otro lado del teléfono.
—¿Eres el idiota que anda vestido como un diablo golpeando personas en la calle? — preguntó el oficial.
—No soy el único que te está buscando, deberías tener cuidado del hombre de negro.
—Es un imbécil al que derroté dos veces, no le temo. ¿Por qué no nos reunimos justo ahora? Tengo tiempo libre.
—Si tienes tiempo libre entonces deberías ir a la calle cuarenta y cuatro en el edificio tres, encontrarás algo que Blake dejó para ti.
—¿Y por qué debería hacerte caso? — preguntó Nolan.
—No tienes porque hacerlo, solo te aconsejo que antes de seguir siendo el asesino de ese idiota, mires lo que te ha hecho.
—¿De qué hablas? ¿Hola? — cuestionaba el oficial, sin embargo, la llamada ya había sido cortada.
—¿Qué tal? — preguntó James a Andrew cuando terminó la llamada.
—Ya fue advertido. ¿Estás seguro de qué irá?
—Lo hará y después de que lo vea irá tras Blake, mataremos dos pájaros de un tiro. — contestó el pelirrojo.
—De acuerdo, confío en ti.
—Ya basta de rodeos, es hora. — dijo James. — Ya sabes donde nos veremos y la hora, no falta mucho así que prepárate.
—Tranquilo James, ya sé que debo hacer, suerte.
—Igual para ti. — dijo James para después salir por la ventana del departamento de Andrew.
La fiesta en el nuevo edificio de Blake estaba comenzando, muchos invitados llegaron siendo recibidos de la forma más amable por los servidores del hombre corpulento.
—Señores, por acá. — dijo uno de los camareros guiando a una pareja hasta la mesa de comida. — Por favor, sírvanse.
—Gracias, es usted muy amable.
El camarero se apartó y siguió sirviendo a las demás personas.
—Señor, la mayoría ya ha llegado, ¿Procederá ya?
—Aún no, Williams, faltan algunas cosas aún. — contestó Blake a su ayudante.
Nolan había ido hasta el lugar que aquel hombre de la llamada le había dicho. Llegó a una especie de restaurante abandonado donde entró con el arma en mano totalmente en guardia. Inspeccionó todo el lugar hasta las esquinas menos peligrosas, estaba claro de que todo estaba limpio, se dirigió hasta la sala congelada donde abrió la puerta y encontró tres cuerpos en bolsas.
—¿Qué mierda? — preguntó entre susurros el hombre rubio.
Comenzó a destapar cuerpo por cuerpo hasta llegar al tercero, lo destapó e inmediatamente reconoció de quién era.
—¡No! — exclamó el hombre mientras se alejaba rápidamente del cuerpo. — Maldito… vas a pagar lo que hiciste, ¡asesinaste a mi madre! — gritó con mucha furia.
James había escuchado los gritos de Nolan desde fuera pues se encontraba en la cima del edificio.
—Ya lo encontró, se dirigirá allá en cuestión de minutos. — habló el pelirrojo con aquella máscara negra.
—Entendido, yo estoy en posición, en la fiesta de Blake. — contestó Andrew mientras tocaba aquel aparato en su oído. — ¿Sabías que técnicamente no necesito este aparato acá? Puedo escucharte a larga distancia.
—Sí, lo sé, pero yo no puedo escuchar tan fuerte como tú, así que necesito que lo tengas por este tiempo.
—Cierto, tienes razón… en fin, basta de charlas, te buscaré una entrada.
—Bien, estoy de camino, nos vemos.
Mccoy se había presentado a la estación de policía más cercana a su departamento, tras haber visto la cinta que le había sido entregada en el funeral de Mills decidió usarla como prueba, se acercó a la recepción y habló con el oficial.
—Buenas noches oficial Thompson.
—Señor Mccoy, ¿En qué puedo ayudarle? — preguntó el hombre al mirar a su viejo conocido.
El abogado colocó la cinta sobre el escritorio del oficial y habló.
—Tengo pruebas en esta cinta con la suficiente evidencia para juzgar a Liam Blake como el culpable de varios asesinatos, casos de corrupción y otros crímenes organizados, además de una lista con nombres de todos sus cómplices tanto dentro como fuera del gobierno de los Estados Unidos.
El oficial tomó la cinta y la lista de nombres y comenzó a inspeccionarla.
—Venga conmigo, abogado. — contestó el hombre llevándose a Mccoy a una sala de interrogación.
Nolan había perdido los estribos, el hombre se dirigía hasta la fiesta de Blake decidido para asesinarlo, se había colocado el traje de Andrew que lo protegía de los golpes y cortes.
—Buenas noches. — dijo Nolan al llegar en su auto.
—Buenas… ¡Mierda! — exclamó el guardia.
—Tranquilo Shawn, soy yo. — dijo el hombre de traje con una sonrisa.
–¿Nolan? ¿Por qué mierda estás así vestido? — preguntó su compañero de guardia.
—Órdenes de Blake, necesito entrar.
—Lo siento Nolan, pero Blake no me informó de nada sobre tu llegada. — contestó Shawn.
Nolan simplemente sonrió ante las palabras de su compañero.
Andrew se encontraba a las afueras del edificio, a la lejanía escuchó los golpes que el guardia había recibido por parte de Nolan para poder ingresar al edificio, el pelinegro corrió para buscar una entrada alternativa e ingresar al lugar.
—¿Cambio de planes, Wilson? — preguntó James al ver a Andrew entrando al edificio.
—Nolan llegó antes, matará a todas las personas que hay dentro.
—Voy a entrar. — dijo James.
Blake se mantenía a la espera para concretar su plan, el hombre había esperado muchos años para comprar una propiedad de negocios para disfrazar su verdadero interés, apoderarse de todas las mafias de Nueva York y formar un ejército. Mientras la fiesta continuaba, los hombres de Blake se mantenían al tanto de las órdenes de su jefe, pues el hombre ya tenía todo armado. Controlaba la mafia, la policía e incluso parte del FBI, su plan era tomar a los invitados como rehenes y extorsionar al gobierno estadounidense.
—¿Listo señor? — preguntó Williams.
—Hagámoslo. — contestó Blake.
Tras Williams dar la orden a los hombres todos sacaron sus armas preparados para amenazar a las personas, sin embargo, antes de poder hacerlo la luz se cortó en el lugar dejando a todos a ciegas.
—¿Esto era parte del plan? — preguntó Williams.
Mientras todo esto pasaba, un enmascarado de negro se encargó de noquear a todos los guardias que vigilaban las cámaras de seguridad, sin embargo, cuando el hombre de negro se retiró, uno de los guardias quedó consciente y alertó a los guardias que cuidaban a Blake sobre lo sucedido.
La luz regresó rápidamente a la sala de la fiesta y una mujer se acercó a Blake.
—Señor, nos informan de un problema, Nómada está en las instalaciones.
Blake tomó a su esposa e intentó llevársela lejos.
—¿Qué sucede Liam?
—Nos están atacando. — contestó el hombre de blanco.
—La pareja del año… — dijo alguien en el escenario con el micrófono en mano. —… sería una pena que te quiten algo que amas, así como tú me robaste a mí madre. — continuó el hombre.
Nolan estaba furioso al ver a Blake, tomó el micrófono con fuerza y lo lanzó contra el hombre de blanco pero antes de que impactara en la cabeza de Blake un objeto fue lanzado para evitar que diera en el blanco. Nolan giró su cabeza observando a aquel hombre de negro interfiriendo nuevamente en sus asuntos.
—¡Vamos! — exclamó Blake tomando a su esposa de la mano y corriendo junto a un par de guardias hasta una habitación de seguridad.
Los guardias cerraron todas las salidas y comenzaron a abrir fuego contra los dos intrusos por lo que cada uno comenzó a defenderse a su manera.
Nómada aprovechó el momento en el que el guardia más cercano recargaba su arma y se lanzó contra él para dejarlo fuera del juego mientras Nolan tomaba cuchillos y los lanzaba a sus viejos compañeros de policía. Todos fueron derrotados hasta quedar solamente Nolan y el enmascarado de negro, sin embargo, el enmascarado de rojo fue más rápido y lanzó un objeto contundente a la cabeza del hombre de negro quien no alcanzó a esquivarlo y lo lanzó al suelo inconsciente. Nolan aprovechó y corrió en busca de Blake.
—¡Atrapen a ese idiota! — exclamó uno de los guardias. — y lleven a este imbécil hasta la sala de seguridad, Blake estará encantado de romperle la cara.
Los guardias tomaron al enmascarado de negro del suelo y lo llevaron hasta donde estaba Blake.
—Juliette, quédate acá, no salgas por nada.
—¡Liam! ¿Dónde crees que vas? Tienes que ser más inteligente que esos hombres, quédate aquí, ellos nos protegerán.
—No tienes idea de lo que son capaces estos hombres, Julie, hazme caso.
—Por favor quédate.
—¡Señor Blake! Soy Williams, tenemos a Nómada.
Blake apartó la mirada de su esposa y sin pensarlo abrió la puerta dejando ver a los guardias con aquel hombre de negro recuperando la consciencia.
Erin y Samantha seguían en aquella sala oscura pero nada discreta, pues la sala conectaba con un túnel que llevaba hasta la sala de seguridad donde Blake y sus hombres interrogaban a Nómada.
—¿Qué crees que esté pasando? — preguntó Sam.
—James… — susurró la pelirroja con esperanzas.
Los hombres de Blake tenían al enmascarado de negro de rodillas, con las manos atadas y la mirada baja, el hombre calvo se acercó hasta su rival tratando de entablar una conversación.
—Eres un hombre tedioso, Sawyer. Es una pena que tengas que morir esta noche por tu arrogancia y espíritu de héroe, ¿Crees que puedes siquiera detenerme? Te equivocas.
Sin más, Blake le sacó la máscara al hombre de negro y se sorprendió al ver la cara que había debajo de ella, Andrew Wilson sonrió mientras levantaba su cabeza para que Blake pudiera apreciarla mejor.
—¿Dónde está Sawyer? — preguntó.
—Justo detrás de ti. — contestó el pelinegro con un tono satisfecho y una sonrisa un poco macabra.
—Matenlo, busquen a Sawyer por todo el edificio.
El hombre de blanco se giró dándole la espalda a Andrew, el pelinegro aprovechó y se liberó las manos y realizó una maniobra en el suelo pateando la pierna de uno de los guardias y enviándolo al suelo para después tomar de la camiseta al otro que le apuntaba y empujarla la cara contra el suelo. Cuando los demás guardias se dieron cuenta quisieron atacar al intruso pero otro enmascarado de negro apareció para ayudar a Andrew a dejarlos fuera de combate.
—Yo me encargo ahora, ve por ellas. — dijo el hombre de la máscara.
Andrew salió por la ventana del lugar en busca de Erin y Samantha.
Mientras tanto, Blake subió al segundo piso para proteger a su esposa y tratar de encerrarla en una habitación.
—Quédate aquí y no salgas.
—No puedo hacer eso, Liam, estoy contigo, en las buenas y en las malas.
—¡No! Por favor…
La conversación de la pareja fue interrumpida por los pasos del enmascarado de negro quien se acercaba a Blake. El hombre de traje blanco se giró quedando frente a frente con el enmascarado, se miraron fijamente uno al otro y un grito de coraje salió de ambos. Nómada se abalanzó sobre Blake con todas sus fuerzas comenzando una pelea intensa entre ambos, mientras esto sucedía, Juliette corría hasta la salida para huir por órdenes de su esposo. Cuando la mujer cruzó la habitación y llegó a las escaleras se frenó de inmediato cuando notó que Blake había empujado al enmascarado haciendo que la pared se rompiera. El calvo comenzó a golpear a su rival en el suelo mientras Juliette retomaba su camino hasta la salida, el enmascarado lanzó un golpe a su oponente sacandoselo de encima, se puso de pie y golpeó la lámpara que colgaba cerca de su cabeza con todas sus fuerzas, el objeto se columpió en el aire y golpeó la cabeza de Blake haciendo que perdiera el equilibrio, cayó al suelo y rodó por las escaleras. Juliette ya se encontraba en la puerta, la abrió con todas sus fuerzas pero inmediatamente retrocedió pues Nolan estaba frente a ella preparado para atacarla, la mujer corrió lo más lejos posible de Nolan, pero el enmascarado de rojo tenía su objetivo claro, se acercó hasta ella para hacerle daño pero James estando en el segundo piso se percató de la situación, saltó hasta el primer piso cayendo sobre una mesa y en una rápida maniobra pateó a Nolan quien cayó al suelo, tomó a Juliette y le ordenó que se agachara, cuando lo hizo, James recibió un golpe de un objeto que Nolan le había lanzado en su cabeza dejándolo en el suelo.
Erin y Sam seguían escuchando todo lo que estaba sucediendo en la sala de seguridad de Blake.
—Tenemos que salir de aquí. — dijo la pelirroja.
—Llevamos una noche y un día tratando de hacer eso, Erin.
De repente, la puerta se abrió dejando ver a Amy golpear a un guardia que estaba medio inconsciente.
—¡Hey! Salgan, es hora de irnos. — dijo la rubia.
—¿Amy? — preguntó Sam mientras salía de la sala oscura.
—James está adentro peleando con Blake, nosotros tenemos que irnos.
—Ni hablar, tengo que ayudarle. — dijo Erin quien se dio media vuelta y trató de llegar hasta la sala donde su hermano estaba luchando, sin embargo, un grupo de guardias se hicieron presentes en el lugar.
—Carajo… — susurró Sam. — este horrendo brazalete me quita mis poderes, no puedo hacer mucho.
—Atrapenlos. — ordenó uno de los tipos.
Todos se acercaron amenazantes a los intrusos con armas de fuego apuntando hacia ellos pero de repente la luz se cortó ayudando a Amy, Sam y Erin a esconderse. Se oyeron golpes y disparos de repente hasta que después de veinte segundos todo quedó en silencio.
—¿Andrew?
—Acá estoy, vámonos. — contestó el pelinegro tomando a Amy de la mano.
—Los veré afuera cuando todo termine. — contestó Erin.
—Erin, escucha, sé que quieres pelear y ayudar a James, pero esta es su pelea, esperó esto por mucho y es hora de que deje salir toda esa furia contra quien más se lo merece. — le dijo Andrew a la pelirroja. — pase lo que pase, él ganará, confía en mí.
Erin se quedó pensativa mirando hacia la salida.
—Está bien… — contestó para después seguir al grupo hasta la salida.
La pelea en la sala de seguridad seguía vigente, Blake había resguardado a su esposa en el segundo piso mientras James y Nolan se repartían golpes por toda la sala. El calvo se giró hasta sus oponentes donde Nolan había empujado al pelirrojo enmascarado por una pared causando que el vidrio que dividía dos habitaciones se rompiera. El enmascarado de rojo aprovechó, tomó dos pedazos de vidrio rotos del suelo y sin piedad los lanzó hacia Blake impactando eficazmente en la parte baja de su abdomen a un costado. Rápidamente James se levantó con una maniobra dándole una patada en la cara a Nolan, se estabilizó y comenzó a darle de golpes al hombre de rojo hasta que lo dejó medio aturdido sobre un sofá, Blake aprovechó la situación y tomó a Nolan, lo levantó y corrió con él hasta el filo de una pared donde le golpeó su espalda, luego lo dejó caer al suelo.
—¡Liam! — exclamó Juliette advirtiendo a su esposo.
Liam se giró observando a James quién se acercaba hasta él lentamente, por fin lo tenía de frente, aquel hombre que cobardemente había enviado a matar a sus hijos y su esposa y el que le arrebató la vida a sus padres, ambos se miraron fijamente con los brazos en posición de pelea, hasta que James lanzó el primer golpe dándole en la cara al hombre calvo. Comenzó a darle de golpes al hombre frente a él, de una patada lo desestabilizó causando que cayera de rodillas en el suelo, una vez ahí impactó varios golpes en la cara del calvo quien sangraba por su boca y nariz.
—¡No por favor! — gritó nuevamente Juliette.
James se detuvo, colocó las dos manos sobre la cabeza del hombre listo para romper su cuello.
—Vamos, hazlo. — susurró Blake.
El pelirrojo quería hacerlo pero algo en su interior se lo impedía, bajó sus manos hasta la camiseta del calvo donde la tomó con mucha fuerza pero luego lo soltó dando un grito de furia, rabia y enojo en su interior.
—Sabía que no tenías las agallas, eres solo un idiota que no sabe completar el trabajo. — dijo el hombre de traje blanco. — y ahora pagarás el precio, no pararé de buscarte a ti y a tu familia, le revelaré al mundo tú identidad y la existencia de su mundo mágico.
—Blake… — dijo Juliette mientras se acercaba.
—No, no lo harás.
—¿No me crees capaz? Ninguna prisión puede conmigo, lo sabes, no tienes más opción que asesinarme… ¡Vamos, matame! — exclamó el hombre.
—¡No! No lo haré, te daría una salida muy fácil… ¡Vas a volver a prisión y pasarás el resto de tu miserable vida en una jaula! Y te lamentarás todos los días de tu vida por haber tocado a mi familia, te preguntarás todos los días el porqué lo hiciste y entonces mirarás por las rejas y sabrás el porque esta ciudad te rechazó, te golpeó, ¡Yo gané, carajo! — exclamó James con tanta rabia en su interior. — guardarás el secreto de mi mundo y no lastimarás a mi familia ni a nadie más, porque si lo haces, le haré lo mismo a tu esposa. — añadió el pelirrojo.
Blake simplemente lo miraba con enojo y al mismo tiempo un poco de miedo pues las sirenas de policía ya se hacían presentes en el lugar.
—¿Oyes eso? Es tu única salida.
James retrocedió y se quedó sentado en el suelo tomando un pequeño respiro pues no se iría hasta ver que la policía arrestara a Blake.
—Liam, tienes que aceptar sus condiciones, perdimos… es nuestra única salida.
—Juliette, tienes que irte en cuanto vengan por mi, pero prométeme algo… — decía el hombre mientras tocaba la cara de su mujer, se acercó hasta ella y le susurró algo en su oído.
La mujer retrocedió un poco mientras asentía con su cabeza.
—Tenemos un trato. — dijo Blake al pelirrojo.
James se puso de pie y se acercó hasta el hombre donde estiró su mano, Liam tomó la mano de su rival y la estrechó cerrando un trato entre ambos. Sin más, el pelirrojo subió las escaleras hasta el segundo piso y se quedó escondido detrás de una pared.
—¡Las manos arriba, policía de Nueva York! — exclamó un oficial entrando al lugar con sus hombres detrás.
El detective se acercó hasta la escena del crimen y apuntó con su arma a Blake.
—Liam Blake, está usted arrestado, tiene derecho a guardar silencio, todo lo que diga puede y será usado en su contra en un tribunal. — dijo el detective mientras le colocaba las esposas a Blake.
—Señor, es el hombre de rojo. — dijo uno de los oficiales. — parece que está muerto.
—Subiré a los forenses, gracias.
Varios policías se llevaron a Blake hasta la salida del edificio donde Andrew, Amy, Erin, Sam y Mccoy estaban reunidos.
—Es Blake… — susurró Amy.
—No lo mató. — añadió el hombre invidente.
—¿Creen que lo capturaron o simplemente se fue? — dijo Mccoy uniéndose a la conversación.
Andrew afiló sus sentidos, al hacerlo sintió la presencia del pelirrojo y simplemente sonrió.
—Quién sabe… quizá está mirándonos desde arriba. — dijo el pelinegro.
Todos levantaron su mirada y observaron a aquel enmascarado de negro sobre la cima de un edificio observando la ciudad de Nueva York.
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