Capítulo 16: "Vida Normal."
La “familia” estaba reunida, el lugar estaba bastante oscuro a pesar de la iluminación que le habían dado. Sam se acercó a la mesa de la sala con una tetera en su mano.
—Podría confirmar la leyenda de que en Inglaterra sólo toman té. — dijo Andrew al sentir el olor de la bebida.
—Es impresionante como puedes saber qué cosa es que con solo oírlo u olerlo. — contestó Amy, mientras se servía té en su taza.
Andrew sólo sonrió.
—Sé que es una pregunta un poco fuera de contexto y disculpa si te incomodo en hacerla. ¿Cómo fue que perdiste la vista? — preguntó Samantha, curiosa.
—Tuve un accidente a los once años, el día que asesinaron a mi padre… o al hombre que me crió.
Erin, confundida, no dudó en preguntar.
—¿El hombre que te crío? ¿Qué hay de tu verdadero padre?
—Huyó… — interrumpió Samantha.
Andrew no se inmutó, las sospechas de que Sam sabía su historia se habían convertido en realidad.
—Así es, él huyó. Pero no fue porque quiso hacerlo sino porque debía. La familia de mi madre prohibió que ella debía criarme, era algo joven cuando dio a luz y mi padre le llevaba mucha edad de diferencia, algo que no notaron hasta que encontraron una sustancia rara en uno de sus bolsillos.
Amy miró a Sam, un poco confusa.
—¿Poción rejuvenecedora? — preguntó James, el hombre pelinegro asintió con su cabeza.
—¿Tú padre era un mago? — soltó Erin.
—Sí… en fin, mi madre me entregó a mi padre y él buscó a alguien para hacerse cargo de mi, una pareja me adoptó cuando tenía dos años y bueno, aquí estoy.
—¿Nunca conociste a tu padre real? — preguntó Amy.
—Sí, lo hice, me visitó cuando pasó el accidente. — contestó Andrew, señalando sus ojos. — dijo que con su magia no podía hacer mucho, así que me dio una poción que mejoró mis otros sentidos.
—Entonces, ¿la mujer que trabajó en el periódico fue la que te adoptó junto al señor? — preguntó James.
—Así es, James. Mi padre adoptivo era abogado, como comenté anteriormente, fue quien encerró a Blake en el sesenta y tres junto al padre de Mccoy, luego de eso, los enviaron a asesinar. En una reunión del tribunal hubo un atentado con granadas de guerra, para mi suerte ese día acompañé a mi padre a su reunión, cuando escuché la explosión entré a la sala, al abrir la puerta hubo una segunda explosión y parte de la metralla de esa granada cayó en mis ojos.
—Diablos… — susurró Erin.
—¿Cómo se llamaba tu padre? — preguntó Samantha, con cara seria.
—¿Porque lo preguntarías? Tú sabes la respuesta. — contestó Andrew.
El ambiente se puso tenso en el lugar, Sam miraba a Andrew y él le devolvía el gesto.
—Muchachos, creo que es hora de dormir. — dijo James, rompiendo el silencio. — el plan está armado, sigamoslo al pie de la letra y todo saldrá bien.
Andrew se levantó de su asiento y se acercó a la cocina, el pelirrojo lo siguió.
—Todo está bien, por si venías a preguntar. — dijo el pelinegro.
—Te noto cansado, ¿Seguro que está todo bien?
—Sí, si, solo cansancio, creo que iré a dormir, mañana tengo un largo día.
—Descansa Andrew, yo haré el patrullaje esta noche. — dijo James, dándole una palmada en la espalda al joven invidente y luego, se apartó del lugar.
—¿Qué pasó ahí, Samantha Sawyer? — le susurró Erin a su hermana mayor.
—Nada, no es nada. — contestó la mujer, para luego retirarse del lugar.
James se acercó a Erin mientras veía a su hermana mayor marcharse a su habitación.
—¿Pasó algo? — preguntó el pelirrojo.
—Creo que Sam sabe algo del pasado de Andrew. — contestó Erin.
James solo hizo un gesto y luego, cambió de tema.
—Estaré afuera esta noche cubriendo el trabajo de Andrew, ustedes descansen pero no pierdan la guardia.
—Espera espera, quiero acompañarte. — dijo la pelirroja.
James miró a su hermana, quien le hizo una tierna mirada.
—Ya no funciona eso conmigo, Erin Sawyer. — fue la respuesta del pelirrojo para luego dar media vuelta y caminar hasta su habitación.
—Escúchame, señor guardián de Nueva York. Me lo debes por dejarme noqueada sobre una cama por cinco horas. — dijo Erin en forma de reclamo.
James sonrió ante las palabras de su hermana y luego contestó.
—Está bien, pero cubre tu cara con algo y no usaremos magia.
—Sí sí, lo prometo.
Ambos pelirrojos terminaron de prepararse, al hacerlo, salieron del departamento por la ventana.
[Mansión Blake]
Aquel hombre calvo y corpulento se encontraba sentado en su escritorio, revisando algunos papeleos. A las afueras de la mansión, un auto color negro se parqueó en la entrada, un hombre con sombrero bajó de él y se acercó hasta la entrada del lugar, encontrándose con el guardia.
—Vengo a ver a Blake. — dijo el hombre de sombrero.
—¿De parte de quién?
El hombre que recién bajaba del auto le enseñó una placa de policía al guardia.
—Creí que dejarías de hacer esto, Johnson. ¡Ya soy parte del equipo! — dijo el hombre de sombrero.
—No confío en policías, menos cuando son corruptos como usted. — contestó el guardia para después abrir la puerta. — Adelante, señor.
El oficial de policía entró, con una sonrisa en su cara, se dirigió hasta donde estaba el escritorio de Blake.
—Señor Blake, Anthony Nolan está aquí.
—Déjalo pasar. — indicó el hombre de traje blanco. — Nolan, es un gusto verte.
—Lo mismo digo, Blake. — contestó el hombre de sombrero, tomando asiento en uno de los sofás de la oficina, como si se tratase de su casa.
—¿A qué se debe la razón de la visita? — preguntó Blake.
—Traigo noticias, buenas y malas. Pero me dejaré de rodeos. Mis hombres han planeado una estrategia para el próximo ataque así que vengo a proponer un nuevo trato.
—¿Vienes a proponerme? Tus hombres fueron un desastre, no lograron asesinar a una mujer y cuatro mocosos entrometidos en un hospital, ¿Y vienes a proponerme un trato?
—Bueno, si tus hombres se hubieran encargado de asesinar a ese maniático del traje rojo, él no se hubiera entrometido en nuestros asuntos. Pero no vengo a discutir, Blake, lo tomas o lo dejas, llevas las de perder y lo sabes. Te cuento que tus queridos cadáveres con vida han huido de Nueva York, les dieron el alta el día de hoy en el hospital y no dudaron en irse.
—¿Sawyer también? — preguntó Blake.
—¿Quién es Sawyer?
—El imbécil que te dio una paliza en la sede del periódico, Nolan, ese es Sawyer.
—¿El idiota con la máscara negra? No lo sé… mis hombres no dijeron nada de él. Los otros efectivamente han regresado a Londres al parecer, con alguna ayuda de los tipos del otro mundo.
—Bien, me encargaré de eso.
—Bien, señor Liam Blake, hablemos de negocios. — dijo Nolan, con una sonrisa en su rostro.
Erin y James se encontraban en lo alto de un edificio cerca de una zona peligrosa, preparados para atender cualquier amenaza.
—Esto es aburrido. — soltó Erin, sentada sobre el frío suelo.
—Te dije que te quedaras a dormir. — contestó James, quien se encontraba de pie casi a la orilla del edificio buscando rastros de cualquier amenaza.
—Eres un amargado, extraño cuando te hacía bullyng y lo único que podías hacer era reírte.
—Lo que más disfruté de esa época fue cuando dejaste de hacerlo después de que te quemé el trasero en un entrenamiento de Quidditch.
Erin comenzó a reír tras el comentario de su hermano, quien se acercó hasta ella con una media sonrisa y luego se sentó a su lado.
—A veces extraño esas épocas, el colegio, los partidos.
—Yo también las extraño, pero las disfrutamos lo suficiente cuando las tuvimos, ¿No?
—Sí, supongo que sí…
Ambos pelirrojos se quedaron en silencio por unos segundos hasta que James habló.
—¿Desde cuándo sabías lo de Andrew? — preguntó a Erin.
—Vi unos papeles que Sam dejó por accidente en la mesa de Amy hace un par de semanas, ahí relacioné todo.
—¿Deberíamos decirles que lo sabemos?
Ambos se miraron con un gesto serio.
—Siendo sincera, me encantaría verlos sufrir un poco más viendo como tratan de decirnos. — dijo Erin entre risas.
—Es lo justo, estoy de acuerdo. — contestó James con una sonrisa.
—Uuh, ¿Escuché a James Sawyer creyendo en lo justo nuevamente o fue solo una ilusión? — dijo Erin.
—El solo hecho de tener a tus hijos y a tu pareja en una camilla al borde de la muerte puede cambiar muchas perspectivas.
—Lo sé feo…
La conversación entre los hermanos Sawyer se vio interrumpida por el sonido de un pequeño auto de carga que chocó contra una pared. Ambos pelirrojos se pusieron de pie rápidamente y se acercaron a la orilla del edificio para mirar lo sucedido.
—¡Hey! Baja del auto ahora mismo y pon las manos donde pueda verlas. — dijo un hombre que se acercó rápidamente al accidente y apuntó con su arma al conductor.
—Ve por atrás, yo bajaré por la entrada del callejón. — dijo James a su hermana quien acató la orden.
El hombre del auto comenzó a bajar lentamente con las manos en el aire.
—Al suelo, ahora. — dijo el amenazante armado, quien parecía ser un oficial de policía.
Erin se encontraba en posición y lista para atacar, pero a lo lejos, vio a James haciéndole una seña de que aún no debía hacerlo.
Un auto a toda velocidad se acercó al callejón y desde dentro comenzaron a disparar al oficial que tenía acorralado al conductor del camión. El auto se frenó en seco y cinco hombres bajaron corriendo del mismo con armas pesadas.
—Levántate idiota, tenemos que irnos. — dijo uno de ellos.
—Francis, ayúdame a mover el cargamento al auto, rápido.
James le dio la señal a Erin, la mujer caminó hasta el lugar de los hechos mientras su cabello y ojos cambiaban a color blanco y se colocaba un pañuelo que tapaba parte de su rostro.
—Buenas noches, señores. ¿Interrumpo algo importante? — soltó la peliblanca con sarcasmo.
Los hombres al verla no dudaron en apuntarle con sus armas, algo que James aprovechó para caer encima de uno de los tipos y molerlo a golpes.
—¡Matenlos! — exclamó el líder del grupo quien intentó correr a su auto para huir, pero fue interceptado por James quien le dio en la cabeza con un cartucho de balas de una de las armas. Erin se encargó de noquear a un par de hombres y luego arrastró al oficial hasta el final del callejón para darle asistencia médica. Mientras tanto, James dejó inconsciente a los demás y se acercó al líder de ellos quien estaba aturdido por el golpe reciente.
—¿Dónde está Blake? — preguntó el pelirrojo tomando fuertemente al hombre de su camiseta.
—Está justo detrás de ti, no te saldrás con la tuya. — contestó el hombre.
—Respuesta incorrecta. — contestó James para después brindarle un fuerte puñetazo al hombre en su frente, dejándolo inconsciente totalmente. El pelirrojo caminó hasta la parte trasera del camión y abrió la compuerta, encontrando algunas cajas. Comenzó a inspeccionar unas de ellas, sorprendiendose por su contenido.
—¿Qué es? — preguntó Erin mientras se acercaba.
—Son drogas pero… huelen distinto. ¿Qué hay de él?
—Negativo, lo asesinaron. ¿A qué te refieres con que huelen distinto?
—Abre esa caja frente a ti, estas drogas son modificadas con algo.
—Pociones. — contestó Erin después de ver el contenido de la caja que recién abría.
Ambos se miraron con preocupación.
Una patrulla se hizo presente en el lugar, de ella bajaron cuatro oficiales de policía, lo primero que se encontraron fueron los cuerpos inconscientes de los mafiosos en el suelo y al fondo del callejón, el cuerpo de su compañero.
—Necesitamos una ambulancia, pídela Andy.
—Sí señor.
El jefe de unidad miraba el desastre pero no veía rastro de los causantes, hasta que miró hacia arriba y observó la silueta de aquel hombre de negro quien los observaba.
—¡Hey, atrapenlo! — exclamó el hombre, quien corrió rápidamente a las escaleras de emergencia con sus compañeros para interceptar al enmascarado.
—¡Debemos desaparecer ahora! — exclamó Erin mientras corría con James a su lado.
—¡Deténganse ahora mismo! — exclamó el oficial de policía.
—¡Yo te sigo, vamos! — contestó James a su hermana.
Erin, mientras corría, pensó en algún lugar y luego, desapareció, pero antes de que James pudiera hacer lo mismo, un disparo en su hombro lo impactó, haciendo que perdiera el equilibrio y cayendo en un callejón desde lo alto de un edificio. Los oficiales bajaron rápidamente las escaleras e interceptaron al enmascarado, quien comenzaba a ponerse de pie lentamente.
—¡Alto ahí! Está arrestado, de rodillas y ponga sus manos donde pueda verlas.
James no tuvo más remedio que seguir las órdenes del policía, se colocó de rodillas mientras levantaba levemente sus manos, con la mirada baja. Uno de los policías se acercó para colocarle las esposas.
—¡Lo tenemos, debemos llevárselo a Blake! — susurraba entusiasmado uno de los policías a su compañero, algo que James logró escuchar.
—Lo van a traicionar oficial, ellos trabajan para Blake, sus compañeros.
—Cállate, idiota. — dijo el oficial que recién le colocaba las esposas. Su compañero se acercó para ayudar a levantar al enmascarado.
—Andy, trae el auto, llevaremos a este imbécil a la com… — antes de terminar, el líder de unidad fue noqueado por el compañero a sus espaldas.
—¡Vámonos ahora! — exclamó Andy.
James aprovechó para huir y con una patada en la rodilla del oficial frente a él lo envió al suelo rápidamente, le dio un cabezazo al policía detrás de él para hacerlo retroceder y en un salto acrobático golpeó su cabeza de una patada en el aire al mismo tiempo que logró acomodar sus manos frente a él aún con las esposas, se agachó rápidamente para tomar el arma del oficial y tirarsela en la cara a Andy distrayendolo lo suficiente para tomar la llave y liberarse de las esposas, cuando lo hizo, se acercó al hombre y con un golpe seco en su cabeza lo dejó inconsciente.
—Te tocará venir conmigo, oficial. — dijo James, levantando al líder de unidad y llevándolo consigo mismo. Pasaron unos cuantos minutos cuando uno de los oficiales recién golpeados comenzó a despertar lentamente, abrió sus ojos y se levantó con el debido cuidado, se dio cuenta que su compañero y el hombre que arrestaron habían huido.
—Atención a todas las unidades, el enmascarado de negro conocido como Nómada a secuestrado al líder de unidad treinta y uno, golpeó a tres oficiales y es sospechoso del asesinato de uno de los nuestros, solicito atención y una ambulancia en la Avenida Atlantics en Brooklyn, cambio.
—Copiado, una ambulancia está yendo a su ubicación.
James apareció detrás de una estación de policía de Nueva York, el oficial que traía consigo comenzaba a despertar lentamente, con ayuda del pelirrojo se sentó sobre el suelo.
—¿Qué sucedió? — preguntó, mientras tomaba su cabeza.
—Sus compañeros están corruptos, oficial Mills. En esta comisaría se encuentra el comandante Larson, hable con él, hágale una confesión, armará un plan para hacer caer a la gente de Blake dentro del sistema, si necesita abogados busque a Andrew Wilson y Franklin Mccoy.
—¿Por qué debería creer en usted?
—No soy su enemigo, oficial, hago lo mismo que ustedes con un estilo diferente. Sus compañeros lo van a buscar, es mejor que me haga caso o si no, ocúltese. — dijo James para después irse del lugar.
A la mañana siguiente, Andrew se había despertado temprano pues tenía un cliente que atender, el hombre desayunó rápidamente y se fue de su departamento. Llegó al tribunal donde Mccoy lo estaba esperando fuera de la sala.
—Buen día, ¿Sucede algo? — preguntó el pelinegro al entrar.
—Andrew, se canceló el juicio. — contestó el chico rubio.
—¿Qué? ¿Por qué?
—Nuestro cliente se “suicidó” en su celda esta mañana. — dijo Mccoy, recalcando las comillas en esa palabra.
Andrew se cruzó de brazos y solo suspiró. Del otro lado de la sala, un par de hombres conversaban entre sí sobre lo sucedido en la prisión.
—Fue una locura, su madre lo visitó el día de ayer, lloró como una loca, quizá sabía lo que iba a suceder.
—Bueno, quizá todo fue planeado.
Unos cuantos oficiales de policía se acercaron a la zona, mirando a todos los presentes.
—Muy bien señores, necesitamos esta zona despejada para el próximo juicio que habrá esta mañana así que por favor, todos retirense del lugar. — dijo el hombre a cargo.
La mayoría de personas comenzaron a salir del lugar, Mccoy incluido, sin embargo, Andrew se quedó adentro esperando escuchar la conversación de alguien que tuviera información del asesinato de su cliente. Mccoy se percató y volvió por Andrew.
—Wilson, vámonos. — dijo el rubio.
—Disculpe, señor. ¿Acaso no oyó la indicación que se le acaba de brindar? — dijo el oficial acercándose a ambos hombres.
Andrew reaccionó y dirigió su mirada al policía.
—¿Me hablaba a mi? — preguntó el pelinegro.
El oficial se acercó a Andrew tratando de intimidarlo, algo que para nada logró.
—¿Aparte de ciego es sordo? Si no se retiran ahora los voy a arrestar, tenganlo por seguro.
—¿Por qué tanta prisa por hacer que nos vayamos? ¿Acaso Blake, su jefe, los está esperando en algo?
—¿De qué hablas, idiota?
—Cree que no sé lo que sucedió, nadie es tan tonto para no verlo. Cualquiera puede saber que usted y sus compañeros son parte de Blake, los compró, los manipuló y los usa como títeres. Tenga más cuidado con sus palabras y con quien se entromete, oficial Nolan, no soy cualquier abogado. — contestó el hombre pelinegro. — su circo caerá, pronto. — terminó de decir para después dar media vuelta y salir del lugar.
Nolan se sentía con rabia, era tanta la furia que intentó sacar su arma de su funda, pero antes de poder hacerlo, el comandante de su unidad llegó al lugar.
—¡Nolan! Su mano lejos de su arma. Lléveme con Blake, hay un asunto importante que debemos charlar.
—Enseguida, señor.
En el viejo departamento de James, el pelirrojo hacía desayuno. Amy había salido temprano para hacer sus ejercicios y luego había vuelto para tomar una ducha, mientras tanto, Erin y Sam despertaban y se acercaban a la cocina.
—Buen día… ¿Hiciste desayuno? — preguntó Erin a su hermano menor.
—Eh, sí… para mí. — contestó el hombre mientras caminaba con un plato hasta la mesa.
—Oye, debiste hacer para todos. — dijo Samantha en forma de reclamo.
James suspiró y antes de tomar el pan en la mesa, habló.
—“El desayuno es algo que puedes hacer tu solo con tus propias manos, Matthew, no es tan complicado.” — dijo el pelirrojo con voz aguda, imitando a su hermana mayor hace algunos años. — ahora apliquenlo.
Samantha comenzó a reír mientras Erin miraba serio a su hermano.
—Eras más chistoso bajo el hielo. — comentó la pelirroja.
—¡Buenos días! ¿Cómo están? — preguntó Amy saliendo del baño, secando su cabello.
—Buen día Amy, hay desayuno en la mesa junto a la cocina. — contestó James.
—Gracias, tío Matthew.
—¡Oye! — exclamó Erin.
—Ya, ya, Erin, yo te haré tú desayuno. — contestó Samantha. — solo porque James tuvo razón en lo que dijo.
El pelirrojo sonrió.
—¿Cómo sigues de la herida ? — preguntó Erin a su hermano.
—Normal, todo bien.
—¿Herida? — preguntó Samantha.
—Me dieron un disparo en el hombro, anoche.
—¿¡Qué!? — exclamó Amy.
—Encontramos un cargamento de drogas modificadas con pociones, no pudimos entregarlas a la policía correcta. — dijo la pelirroja.
—¿Por qué no?
—La policía nos interrumpió, nos persiguieron por el tejado de un edificio y antes de que pudiera desaparecer con Erin me dispararon en el hombro. Su líder no sabía que sus compañeros eran corruptos y cuando me arrestaron, lo noquearon para llevarme con Blake.
—¿También te arrestaron, James Sawyer? — preguntó Samantha.
—Me solté en menos de cinco minutos. Lo gracioso es que unos simples policías lograron arrestarme y Laia no. — contestó el pelirrojo entre risas refiriéndose a los sucesos de hace unos años.
Amy se sentó sobre una silla y tomó el periódico que había comprado desde temprano, comenzó a leer la portada sin ponerle tanta atención a lo que hablaban los hermanos Sawyer. En la portada se alcanzaba a leer el relato de un hombre que se quitó la vida en prisión esa misma mañana.
—Hey, ¿Este no era el cliente de Andrew? — dudó en voz alta la rubia, llamando la atención de los demás.
—¿Pasó algo? — preguntó Sam.
—El cliente que defenderían Andrew y Frank hoy, se suicidó en su celda esta mañana, acá dice que se ahorcó con las sábanas de su cama.
—¿En cuál prisión estaba? — preguntó James mientras caminaba para dejar el plato que recién usaba en el lavaplatos.
—Se encontraba en la celda de la comisaría de Harlem.
Todos se quedaron pensativos y en silencio hasta que escucharon la puerta abrirse.
—Buen día. — dijo Mccoy entrando junto a Andrew.
—¿Qué tienen de buenos? — soltó el pelinegro, algo enojado.
—Acabamos de enterarnos, lo dice en el periódico. — dijo Erin.
—Todo fue un plan, traté de quedarme a ver si escuchaba algo pero un imbécil nos sacó del área.
—Casi te arrestan por eso, Andrew. — agregó Mccoy mientras colocaba su maleta a un lado del sofá.
—Déjame investigar eso, es obvio que fue planeado. Además, ya tenemos la primera pista. — dijo James, recostado sobre la pared con los brazos cruzados.
—¿Primera pista?
—La estación de policía en Harlem no pone sábanas en las camas de sus prisioneros, duermen al descubierto. En el periódico indica que se ahorcó con ellas.
—Es cierto, el juez dio la misma versión al dar el comunicado, James tiene razón. — dijo Mccoy.
—¿Te parece si te acompaño esta noche? — preguntó Andrew al pelirrojo.
—No veo problema. — contestó James.
[Londres, Inglaterra.]
L
a familia Sawyer Wood había llegado a su tierra natal, algo cansados. Los hombres del MACUSA se retiraron de forma rápida luego de informar al Ministerio de Magia Británico que su labor estaba hecha.
—Lo primero que haré al llegar a casa será tomar una ducha. — dijo Chris mientras caminaba junto a su madre.
—¿Qué crees que vaya a hacer papá? — preguntó Venecia a Aurorus.
—No lo sé… es capaz de todo y lo sabes.
—Me hubiese encantado estar ahí para patearle la cabeza a uno de esos hijos de…
—Hey Venecia, ten más cuidado con lo que dices. — dijo Claire.
—Lo siento, lo siento.
—¿Todo está bien? — preguntó Abril.
—Sí mamá, no te preocupes. — contestó la pelivino menos joven.
A lo largo del camino un par de hombres observaban las acciones de la familia.
—¿Ahora qué haremos?
—Ellos ya no forman parte del juego, están en su territorio, sería peligroso…
—Entendido, señor.
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