19.- * ᴍᴏᴍᴇɴᴛꜱ ᴏꜰ ꜱᴜʀᴘʀɪꜱᴇ ˚





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Habían pasado un fin de semana bastante movido, entre mudanzas y adaptaciones a una nueva rutina. Debido a que ambos niños tenían diferentes costumbres, por ejemplo Ina se despertaba temprano e inmediatamente iba corriendo hacía la habitación de su madre para despertarla de manera 'sutil', mientras que Jack parecía que tenía un sueño profundo.

—¿Estas despierto?—pregunto Irina en un susurro mientras sacudía ligeramente a su amigo.

—No, no lo estoy.—respondiendo Jack cubriéndose la cara con su cobija, esperando que lo dejara dormir un par de minutos más.

—Quiero ir a despertar a mi mamá, pero no quiero ir sola . . . ¿Me acompañas?—murmuro la rubia sentándose a lado de su cama, mostrando que no se daría por vencida.

—¿Por que no quieres ir sola?—el castaño cuestiono mientras se levantaba para buscar sus pantuflas.

—Es que . . . mi mamá siempre duerme solita, pero ahora esta papá.—respondió Ina abriendo la puerta, caminando hacía la habitación siendo seguida por su amigo.

—Te dije que era una gran idea juntarlos, pero no me creíste.—confeso Jack acelerando su paso mientras tallaba sus ojitos.


Irina se quedo en silencio, pero una pequeña sonrisa se formo en sus labios cuando ese vago recuerdo inundo su mente.


Flashback


Preescolar


El sol brillaba cálidamente sobre el patio de recreo, donde los niños corrían, reían y jugaban en los columpios o simplemente buscaban algunos insectos en el césped. Habían pasado solo un par de días desde el inicio de clases, por lo que los pequeños aún luchaban por hacer nuevos amigos. Para algunos, era un reto debido a su naturaleza introvertida, mientras que para otros resultaba bastante fácil, como si estuvieran en su elemento.

La amistad de Jack e Irina había iniciado de la manera menos convencional del mundo, debido a que el niño golpeo a Ina con una pelota de manera accidental y a partir de ese día comenzaron a desayunar juntos en su hora de descanso, se sentaban en un banco, cerca de un enorme árbol que lograba cubrirlos de los fuertes rayos de sol.

¿Tus papás van a venir al evento navideño?preguntó el pequeño mientras le pasaba una de sus galletas. Al mismo tiempo, tomaba un pedazo del sándwich que Irina le había ofrecido a cambio.

Mi mamá dice que sí, pero mi papá dijo que haría lo posible para venir . . . aunque no creo.respondió Ina, sin despegar la vista de su cajita de jugo, como si el tema no le importara mucho, aunque sabía que no era así.

Pero, puede venir a dejarte ese día, ¿No?pregunto el castaño masticaba su galleta de manera pensativa.Aunque sea un ratito.

Es que mi papá trabaja mucho.la rubia recordó todas las excusas que le daba Mark cuando no aparecía en sus eventos.Mis papás no están juntos, se divorciaron antes de que naciera . . . solo vivo con mi mamámurmuro esperando no haber arruinado la conversación con su amigo.

Yo también vivo solo con un papá.Jack intentando mostrar simpatía ante la situación de su amiga.Mi mamá tampoco va a venir . . . ella se fue al cielo hace unos años. Papá dice que ahora es un ángel que nos cuida, pero . . . a veces la extraño mucho.

Ohhh, lo siento mucho Jack.Irina sonrió de manera débil, intentando brindarle apoyo, aún no había pasado por alguna perdida así y la verdad no quería.

Está bien, papá dice que esta bien, pero siempre lo veo triste . . . casi no sonríe.comento el pequeño recordando como solía ser antes Hotch.Pero, ¿sabes? A veces, cuando veo a otros niños con sus mamás, me pregunto cómo sería tener una otra vez.


Ina lo miró en silencio, mordiéndose ligeramente el labio. Sabía que no podría entender lo que su amigo sentía, pero quería hacer algo para que él se sintiera mejor, así que le compartió un poco de fruta, como si el dulce de las fresas sanaran esas heridas. Pero al parecer ese inocente intercambio hizo que el niño tuviera una brillante idea.

¿Sabes qué? Si me prestas a tu mamá, ¡Te presto a mi papá! Es como intercambiar juguetes, ¿No crees?propuso el castaño dando un par de saltitos en su lugar bastante emocionado.Así tu puedes tener un papá que este cerca de ti y yo puedo tener otra mamá.

Pero . . . ¿Y si a mi mamá no le gusta tu papá?preguntó la rubia, llevándose su manita al mentón, imitando un gesto que hacía su mamá cuando sacaba las cuentas.

Tranquila, lo vi en una novela que tía Jess estaba mirando.informo Jack intentando recordar todos los detalles del programa.Los niños hicieron que sus abuelos se juntaran de nuevo . . . la única diferencia es que son nuestros papás.

¿Y crees que eso funcione?preguntó Irina con un tono incrédulo, aunque el brillo en sus ojos revelaba que la idea no le parecía tan descabellada.

¡Por supuesto que funcionara!, pero tenemos que fingir que no lo planeamosel niño bajó la voz como si estuviera compartiendo un gran secreto.No podemos decirles nada, porque si no, no funcionara . . . Sólo los juntamos en el evento navideño y luego se enamorarán.

Mmm . . . Bueno, supongo que podría funcionar.Ina acepto antes de que una pregunta muy importante le cruzara por lo mente.A mi mamá le gustan las cosas bonitas. ¿Tu papá es bonito?

Creo que sí, la mamá de Sharon dice que es guapo y alto.murmuro Jack señalando a la otra niña que estaba jugando del otro lado del patio.¿Y tu mamá?

Mi mamá es la mujer más bonita del mundo, es policía y siempre huele a flores.informo Ina orgullosa de su madre.Y es muy buena cocinando galletas.


Ambos niños comenzaron a compartir detalles y gustos que tenían sus papás, querían ver que tan compatibles podían ser, si era posible que uno fuera agrado del otro. Sin embargo, tenían algo más a su favor para realizar su cometido.



Fin del Flashback



Antes de abrir la puerta del cuarto, ambos niños se quedaron quietos, tratando de escuchar si sus padres estaban despiertos, esperaban escuchar una platica a susurros o simplemente el sonido de la televisión de fondo.

Sin embargo, el único sonido que oyeron fueron los fuertes ronquidos de Aarón, lo que les provocó una risita. Entraron caminando con pasos lentos y cuidadosos, esforzándose por contener las carcajadas que les brotaban al ver a sus padres dormidos.


—Papá es muy ruidoso.—Irina se quejo al escuchar a Hotch dormir, pensando que ella jamás lograría descansar si tuviera ese sonido tan cerca.—Suena como un tractor.

—Si . . . y tu babeas como mamá.—dijo Jack con una sonrisa burlona, mientras observaba el rastro de saliva que Nadya había dejado en la almohada.


Ina solo rodó los ojos ante el comentario, pero cuando vio a su amigo imitando los ronquidos de Hotch, tuvo que taparse la boca con ambas manos para no soltar una carcajada ante la mímica que estaba presenciando.

Sin decir una palabra, intercambiaron una mirada cómplice y continuaron su avance sigiloso hacia la cama. Jack se detuvo en seco en medio del trayecto, había notado como su papá estaba aguantando las ganas de reírse, al igual la sonrisa ligera que tenía su madre.

—¡Es UNA TRAMPA!—gritó el pequeño, dando un brinco hacia atrás en un intentó huir, pero fue demasiado tarde. Nadya, con una sonrisa juguetona, ya se había incorporado y lo abrazó como si fuera un oso de peluche.—¡HUYE!

—Te atrape, pequeño espía. . . no fueron muy silencios.—informo Benson entre risas haciéndole cosquillas al castaño, quien no dejaba de moverse para huir.


Irina corrió hacía la puerta en un intento de llegar a su habitación y esconderse debajo de la cama. No creía que estuvieran despiertos o que sus risas fueran bastante escandalosas como para despertarlos, pero ni siquiera logro salir cuando Aarón logro levantarla.





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En este punto, la pareja llevaba aproximadamente cinco meses desde que iniciaron una relación y una semana viviendo juntos. Al principio, se cuestionaban las decisiones que habían tomado, pero después de varias conversaciones con sus amigos, llegaron a la conclusión de que no eran extraños. Ya tenían un pasado en común, así que no era descabellado que hubieran llegado al punto en el que estaban.

Trataban de no ponerle mucha atención a los rumores que circulaban por los pasillos, sentían que invertir tiempo aclarando las cosas no resolvería nada, debido a que los chismes siempre estarían presentes.

—Rossi, la sala de conferencias esta del otro lado . . . ¿A donde vas?—pregunto la castaña interceptándolo a mitad del camino hacía los elevadores.

—Iré a la cafetería de enfrente . . . tiene mejores opciones que el café de máquina.—respondió Dave señalando la sala de descanso antes de dirigir de nuevo su vista hacía su compañera.— Necesito algo que me despierte, creo que será un caso difícil.

—¿Podrías traerme algo de la cafetería?, por favor.—Nadya pidió haciendo ojitos de cachorro para evitar un rechazo.

—Esta bien, pero tendrás que pagar mi café.—propuso el hombre intentando negociar la ida hacía el lugar.

—Tu ganas.—Benson se dio por vencida después de pensarlo por mucho tiempo antes de sacar cincuenta dólares de su cartera.—Sería un croissant de chocolate, por favor.


Rossi asintió con una sonrisa, guardando el dinero antes de girarse para salir, pero su amigo no había terminado su pedido.


—Y . . . si tienen, un capuchino, no, no . . . mejor, un batido de fresa con plátano . . . que tenga mucha crema batida y esas chispitas de colores.—Nadya siguió hablando como si estuviera saciando un antojo que tuviera guardado desde hace mucho tiempo.—También una dona de avellana, de esas que tienen pedazos de nueces encima.

—¿Todo eso?—pregunto David arqueando una ceja, visiblemente impresionado de la lista de pedidos.—¿No desayunaste, verdad?

—No, es que se me hizo tarde.—mintió la castaña sintiéndose apenada ante todo lo que iba a comer.

—Está bien, te lo traeré, pero más te vale que comiences a desayunar bien o tendré que hablar con Hotch.—Rossi 'amenazo' preocupado por los hábitos alimenticios de la mujer.—Toma nota por mi y estaremos a mano.

—¡GRACIAS!—grito Benson para que lo escuchara en la distancia antes de darse la vuelta para dirigirse a la sala de juntas.


Nadya entró rápidamente al lugar, debido a que no quería que le llamarán la atención o peor aún, perderse de un dato importante para la investigación. Porqué tenía un solo propósito hacer anotaciones para poner al tanto a Rossi


—El sospechoso parece ser metódico en su enfoque.—informo Hotch reproduciendo en pantalla varias imágenes.—Está escogiendo a sus víctimas basándose en un patrón que aún no hemos descifrado por completo, pero lo que sí sabemos es que el intervalo entre los ataques se está acortando . . .


Al inicio de la reunión la agente Benson tenía toda su concentración en lo que iban informando del caso, pero poco a poco su atención se esfumo de la conversación cuando ese sensación de sueño la inundo. Últimamente había sentido una fatiga extraña, pero lo había atribuido al estrés del trabajo. 

Sin embargo, esta vez era diferente, mientras sus compañeros opinaban sobre el ignoto, su vista comenzó a nublarse. Parpadeó un par de veces, intentando enfocarse de nuevo en las imágenes que estaban proyectabas, pero una sensación de mareo la invadió.


No te duermas, no te duermas . . . —la castaña pensó antes de estirar su mano para tomar un poco de agua, esperando que logrera refrescarse, pero no fue así.

—Basado en el último ataque, estimamos que volverá a actuar en las próximas 48 horas.—el azabache continuó, sin darse cuenta del malestar de su pareja.

—Disculpen . . . necesito un minuto.—informo Nadya antes de levantarse de su asiento, pensaba que tal vez con un poco de aire fresco o mojándose la cara lograría despertar en su totalidad.

—Nad, ¿Te sientes bien?—preguntó Emily con preocupación, pero antes de que pudiera recibir una respuesta, vio cómo el cuerpo de su amiga comenzaba a tambalearse.


La mujer asintió débilmente, pero cuando intentó dar un paso, todo su cuerpo se volvió ligero y el suelo parecía alejarse bajo sus pies. Sintiendo que su cuerpo cedía, perdiendo el control.


—¡Nadya!—grito Reid se lazó hacía ella para atraparla, pero sus movimientos eran desesperados y lentos, así que no logro detener completamente su caída por completo. Haciendo que los dos colapsarán en el suelo.—¡LLAMEN A UNA AMBULANCIA!


El agente Hotchner quedo paralizado cuando su ojos se centraron en su pareja, quien estaba en el suelo completamente inmóvil. Su mente era un torbellino de emociones, era como si toda esa experiencia ante situaciones así hubiera desaparecido. Estaba tratando de asimilar todo lo que estaba pasando. 

Fue hasta que el sonido de las sillas alejándose, junto con los murmullos de sus compañeros, lo hizo regresar al presente. Haciendo que se acercara para arrodillarse hasta la altura de su novia, intentando tomar los signos vitales.


—Nad . . . Amor . . . ¿Me escuchas?—pregunto Aarón sujetando su cuerpo de su novia para que Reid pudiera levantarse debajo de ella sin hacer movimientos bruscos.

—Hotch . . . —Morgan lo llamo en un intento de hacerlo retroceder cuando noto como sus manos estaban temblando. Viendo que luchaba por mantener la compostura.—La ambulancia viene en camino, no tardará.

—Tenemos que darle espacio, para que pueda respirar sin complicaciones.—sugirió JJ viendo que todo mundo quería ayudar y se acercaban más de lo necesario.

—¿Cuánto tardaría una ambulancia?—pregunto Hotch tratando de sonar tranquilo, esperando que Spencer tuviera las respuestas que necesitaba.

—Diez minutos, solo si no hay trafico . . . en caso contrario media hora.—el castaño informo de manera rápida, entendiendo cual era la dirección que iba a tomar su amigo.—El hospital más cercano esta en la Av. Barnett, son diez minutos . . . cinco, si prendemos las sirenas e ignoramos algunos semáforos.

—Tu conduces.—indico el azabache antes de tomar a Nadya entre sus brazos para cargarla.


Ninguno de los dos hombres cedió ante las sugerencias de sus compañeros, sobre esperar a los paramédicos; la desesperación había tomado el control de ellos. Recorrieron los pisos del lugar por medio de los elevadores, hasta que por fin salieron de las oficinas de la UAC, encontrándose con Rossi en el estacionamiento, quien también se unió a la cruzada.

Minutos más tarde, el sonido de las puertas del hospital abriéndose de golpe resonó en el aire cuando llegaron corriendo con Nadya en brazos. Un grupo de médicos y enfermeras la recibió, inmediatamente llevándola a urgencias. Dejándolos unos cuantos pasos atrás, ni siquiera les dieron tiempo de preguntar o detenerse a entender lo que estaba sucediendo.


—Hotch . . . todo va a estar bien.—murmuro Rossi entendiendo el trauma que posiblemente había revivido de manera inconsciente.—Porque no van a tomar un poco aire fresco y yo me quedare aquí . . . en caso de que tengan noticias de lo que le pasa.

—No pienso moverme de aquí.—contesto Reid antes de cambiar de asiento esperando que no insistieran con eso.

—Tampoco me iré.—respondió Hotch antes de levantarse y caminar a recepción para exigir alguna información sobre la mujer.


No paso mucho tiempo cuando Benson finalmente abrió los ojos, la luz tenue de la habitación del hospital la cegó brevemente. Parpadeó varias veces, sintiéndose bastante desorientada, y la confusión se apoderó de ella. No sabía dónde estaba ni cómo había llegado allí. Su cuerpo se sentía pesado, como si cada músculo le pesara el doble.

Miró alrededor de la habitación, esperando ver a alguien conocido, pero lo primero que vio fue la figura alta de un hombre al pie de la cama, acompañado por una otra Dra. Ambos hablaban con un tono bastante bajo, como si no quisieran despertarla.


—¿Mark?—pregunto Nadya cuando logro reconocerlo, tuvo que esforzarse demasiado para enfocar bien.

—El mismo, aunque no sabía que llegarías tan lejos solo para verme.—Sloan bromeo antes de guiñarle un ojo, provocando que su colega le quitara el informe de sus manos.

—Dr. Sloan, si no va a tomar esto con seriedad puede esperarnos afuera.—indico la Dra. que lo acompañaba, señalando la puerta antes de regresar su atención a la paciente notando como intentaba moverse en la cama, pero su cuerpo aún se sentía pesado.

—¿Qué pasó?—Nady murmuró con un tono de voz débil mientras luchaba por recordar los eventos previos.

—Según el informe sufrió de un desmayo, su cuerpo está agotado y hemos identificado varias razones para eso.—la otra medico informo mientras leía los resultados, sintiéndose algo extraña ante la presencia de la ex esposa de Mark.—Tiene una deficiencia de vitaminas severa, el estrés está afectando tu salud . . . además.

—¿Estoy muriendo?—pregunto la castaña elevando el tono, creyendo que algo con su salud iba mal.

—Relájate, ¿Quieres? No es nada de eso, solo . . . estás embarazada.—Mark informo de manera casual, como si no fuera secreto de nadie. Sin embargo, cuando vio el rostro de su ex mujer supo que la había cagado. Quería darle tiempo para procesarlo, pero su colega siguió hablando.

—Lo que sucedió fue parte del estrés, la falta de nutrientes y el embarazo. Todos estos factores se combinaron para causar el colapso de tu cuerpo.—expreso la Dra. sin despegar la vista del informe.—Estarás en observación un día completo, te daremos algo  de suero y tus vitaminas prenatales.


La castaña se quedo en silencio antes de llevar una mano temblorosa a su abdomen, incapaz de creer lo que oía. Nunca había sospechado nada, aunque los síntomas eran más que claros, esa idea había sido descartada, debido a que después del nacimiento de Irina, los médicos habían informado que por complicaciones no podía embarazarse de nuevo.


—¿Puedes dejarnos a solas?—Sloan le pidió a su novia, quien lo miro asombrada por la petición de darles un tiempo a él y su ex esposa. Sin embargo, salió del lugar bastante molesta.—Nad . . . ¿Quieres escuchar tus opciones?

—¿Qué?—pregunto la mujer saliendo de su trance antes de entender a que se refería.—NO, NO, ¿QUÉ ESTAS DICIENDO?

—Es solo por protocolo.—informo Mark antes de sentarse en la esquina de la cama, sintiéndose perdido ante la situación.—Supongo que . . . quieres verlo.

—Por favor.—Nadya murmuro pensando en como se lo iba a decir a Hotch, no habían hablado de tener más hijos. Sentía que todo iba yendo demasiado rápido, no había manera de bajarle la velocidad a la situación.


La mujer quedó sola en la habitación, el sonido de sus propios pensamientos resonando en el vacío. Al principio, intentó mantener la compostura, pero cuando el silencio la envolvió, sintió una oleada de emociones que la desbordaron. No pudo evitar que las lágrimas comenzaran a rodar por sus mejillas. Pero no eran lagrimas de lamentos, ni siquiera por algún miedo a lo que él diría, sino por el torbellino de recuerdos que la arrastraron hacia el pasado.

Recordó su primer embarazo, las cosas en ese entonces parecían fuera de su control y ahora, a pesar de que las circunstancias eran distintas, su cuerpo parecía recordar. Era como si hubiera un mecanismo automático dentro de ella, respondiendo de la misma manera que antes, inundándola con un torrente de emociones que no podía contener.


—¿Estás bien?la voz de Aarón la saco de su burbuja de pensamientos, se acerco hacía ella acariciando su mano para transmitirle apoyo en lo que sea que estuviera pasando.


La castaña asintió, pero no podía ocultar las lágrimas que aún bajaban por sus mejillas, quería decirle de una vez por todas, pero cada vez que intentaba su voz se quebraba. Maldecía internamente a las hormonas del embarazo.


—Nad, me tenías . . . Bueno nos tenías preocupados—el azabache confeso soltando un suspiro de alivio al verla mejor, aunque su semblante se volviera serio creyendo que había algo detrás de lo ocurrido.—No te desmayas sin razón. ¿Qué está pasando?


Ella respiró hondo, mirando sus manos para luego dirigir su  vista hacia él. Su corazón latía con fuerza y aunque sabía que tarde o temprano debía decírselo, las palabras se le atascaban en la garganta. Aunque sabía que con él todo sería y era diferente. Eso se noto desde que llegó a sus vidas, ya que había tratado a Irina como su hija.


—Estoy bien . . . pero hay algo que necesitas sabe.—Benson murmuró finalmente, haciendo que su pareja se acercara más a ella, dándole toda su atención en ese momento.—Mark me hizo algunos exámenes . . . 





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