18.- ˚ ʟᴏᴠᴇ'ꜱ ᴅᴇᴄɪꜱɪᴏɴ ✧





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A pesar de que la pareja organizaba diferentes dinámicas familiares esperando que sus hijos se adaptaran a la presencia del otro, sabían que era necesario abordar el tema de la mudanza. Lo último que querían era causar problemas entre los niños, debido a que tenían una amistad de por medio y ambos padres se odiarían si se alejaran solo por una mala decisión. Tendrían que explicarles la situación con mucho tacto para evitar algún tipo de conflicto o que la decisión se posponga por un tiempo.


—Mi amor, ¿Estas dormida?—pregunto Nadya con un tono suave, había visto encendida su luz de noche y creía que 


La pequeña rubia soltó un pequeño grito antes de fingir que estaba dormida, exagerando sus ronquidos mientras las risitas que intentaba evitar la delataban. Abría uno de sus ojitos antes de cerrarlos con fuerza, como si estuviera viendo aún monstruo.


—No puede ser, ya se durmió.—Benson continuó con el juego, acercando poco a poco, causando que el nerviosismo de su hija creciera.—Supongo que no le daré a su osito de peluche . . . Es una lastima porque el brazo quedo como nuevo.—murmuro con un tono 'resignado' antes de pasar su dedo por la costura del juguete, recordando como Simba lo destripo.

—¡DAMELO, POR FAVOR MÁ!—grito Irina antes de estirar sus bracitos para alcanzar a su osito.—Gracias mami, es mi favorito.—expreso cuando por fin estuvo en sus manos, abrazándolo con fuerza.

—Denada mi amor, solo . . . no dejes que Simba siga jugando con el, no creo que sobreviva a otra cirugía.—comento la castaña con una sonrisa acercándose a su pequeña para arroparla. Aunque por un lado dudaba si era el momento de hablarle sobre la mudanza de Hotch. 

—¿Qué tienes mami?—preguntó la rubia, notando su semblante serio y los pocos segundos de silencio que siguieron.—¿Estoy en problemas?

—¡Ohh, no mi amor!, nada de eso.—respondió Nadya con tranquilidad, acomodándose a lado de su hija para aclararle el tema.—Solo quería hablar contigo sobre algo importante.


Irina asintió con curiosidad antes de salirse de las cobijas para 'prestar' más atención y abrazar a su mamá. Mientras sus ojos buscaban algún indicio de lo que quería hablar.


—¿Sabes cuánto te quiero, verdad?—la castaña no sabía como iniciar esa difícil conversación, sentía todos sus pensamientos desordenados en el momento. Amaba a Hotch, pero si Irina no quería que ellos se mudaran tendrían que dar pasitos más pequeños.

—Mami . . . eso ya lo se.—comento Ina soltando una risita juguetona, era más que obvio el cariño que su madre le demostraba todos los días.—También te quiero mucho mami, aunque me hagas comer brócoli, ni tener más mascotas.


La castaña soltó una suave risa al recordar como su hija buscaba cualquier pretexto para evitar comerlo, sus ideas iba desde guardarlo en una servilleta para tirarlo a la basura hasta dárselo a Simba. 

A veces se preguntaba si estaba haciendo un buen trabajo criándola sola, veía a los compañeros de su hija pasear con ambos padres o siendo una familia más 'tradicional'. Todas esas dudas se formaban gracias a que su mente creaba diferentes escenarios cuestionando cada decisión que todo por el 'bien' de su hija. ¿Acaso la personalidad de Irina sería distinta si Mark hubiera estado en todo momento? ¿Le gustaba vivir en Quántico o la odiaba en secreto por mudarse? ¿Alguna vez se habría quejado de la vida que le estaba dando?, pero esas preguntas fueron respondidas cuando noto sus ojitos brillando con ternura. 


—Cariño . . . hay algo de lo que quiero hablar contigo.—informo Nadya 'peinando' la cabellera de su pequeña.—Quiero que sepas que siempre quiero lo mejor para ti . . . Por eso, quiero hablarlo contigo antes de que pase.

—¿Nos mudaremos de nuevo?—pregunto Irina con un tono de voz bajo ante la idea de empezar de cero en otro lugar.

—No mi niña, no es nada de eso.—aseguro Benson con una sonrisa nerviosa, tal vez necesitaba ordenar mejor sus pensamientos antes de confundirla de nuevo.—Me refiero a que Hotch y Jack . . . —intentaba explicarle, pero fue interrumpida en un instante.

—¿Ellos son los que van a mudarse?—volvió a preguntar Irina sintiendo como sus ojitos retenían algunas lagrimas ante la idea de perder a su amigo y la única figura paterna que tenía. 

—Bueno . . . en realidad iba a decirte que hemos hablado de muchas cosas . . . y  pensamos que sería una buena idea que se mudaran aquí . . . con nosotras.—aclaro la castaña viendo como el rostro de su hija cambiaba rápidamente.—Pero si te sientes incómoda podemos dejarlo para después.

—¿Viviremos todos juntos? ¿Cómo una familia?—la expresión de Irina paso de la tristeza a la euforia, se limpio las pocas lagrimas que salieron de su rostro antes de saltar en la cama.—¿Podremos compartir habitación?—cuestiono antes de parar con sus brinquitos.

—Creo que eso depende de él.—Nadya pensaba que posiblemente querían cuartos separados para tener su propio espacio.—Tal vez pueden tomar la sala para jugar o  . . . ¡Ohhh!, ¿Limpieza de madrugada? . . . ok, esta bien.


Benson no tuvo más opción que ayudar a su hija a recoger todo lo que estuviera fuera de lugar. Guardaron los peluches en el baúl destinado a los juguetes, llevando la ropa que posiblemente estuviera sucia al cesto del cuarto de lavado y empujaron la cama hacia una esquina para hacer la habitación más espaciosa. 

Aunque se suponía que era un trabajo en equipo, Irina daba las órdenes, fingiendo ser algún tipo de motivadora personal, mientras su mamá arrastraba las cosas por todo el cuarto.

Lo que inicio como una limpieza en el cuarto de la pequeña termino en toda la casa, sacándole brillo a todos los muebles de la cocina, acomodando la despensa de la alacena, sacudiendo los sofás para quitar cualquier pelusa para después pasar la aspiradora y llevarse todo el polvo. 

Ni siquiera se dieron cuenta en que momento terminaron dormidas en la alfombra del pasillo, si no fuera por la alarma matutina de la mujer se hubieran quedado un rato más ahí. Pero el deber llamaba, así que a pesar de sentirse adormilada y con un dolor de espalda tuvo que levantarse para ir a trabajar.





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Los días pasaron volando, como si el universo quisiera acelerar la llegada del fin de semana para que la pareja se mudara oficialmente. Sin embargo, la mañana del tan esperado día fue bastante . . . diferente; la calma que normalmente reinaba en casa estaba ausente. Irina no logró dormir en toda la noche debido a los nervios y si ella no dormía, su mamá tampoco. 

Ambas estaban viendo una película en la sala de estar mientras esperaban la llegada de Hotch y Jack. Según lo acordado sería una mudanza sin tantos viajes debido a que, Rossi, 'el cupido de la UAC', les prestaría un camión para que el traslado sea mayor. No sabía como traería el camión junto con su auto, ¿Harían dos viajes? ¿Sería primero la mudanza y luego regresaría a su antiguo hogar? 

Sin embargo sus pensamientos llegaron a su fin cuando escucho un auto estacionándose en el patio delantero, provocando que Irina saliera corriendo.


—¡Papá!—la pequeña no dudó ni un segundo antes de ir a abrazar a Hotch cuando lo vio bajar del camión.

—Hola, pequeña.—Hotch se agachó a la altura de la niña para poder levantarla, sosteniéndola en sus brazos mientras caminaba por el patio.—¿Estas lista para ayudar con la mudanza?

—¡Sí! Jack y yo vamos administrar todo desde el patio.—informo Irina teniendo en claro que solo quería jugar con su amigo.—¿Dónde esta Jack?—pregunto notando que venía solo en ese camión monstruoso.


El azabache solo sonrió antes de señalar el otro lado de la acera, donde su camioneta se estaba estacionando. Tenía como piloto a Spencer, quien había venido a ayudar con la mudanza, había escuchado que Hotch quería hacer algunas modificaciones en la casa de su amiga y quería estar ahí para ayudarlo a tomar las medidas. Y en los asientos traseros, estaba Jack agitando su mano con entusiasmo, saludando a Irina.


—¿Puedo ir con ellos?—pregunto la rubia antes de que sus pies volvieran a tocar el césped de su patio.

—Ratoncito sabes que aún no puedes cruzar la calle, solo espera a que ellos vengan.—Nadya se inclinó para acariciar el cabello de su hija, despeinándolo un poco en un gesto cariñoso.


Irina frunció el ceño brevemente, algo decepcionada de no hacer 'cosas de niños grandes', pero pronto volvió a girar sobre sí misma, moviéndose impacientemente por el jardín, como si Jack o Spencer estuvieran tardando demasiado en llegar, provocando una risita por parte de su madre.


—¿No hay un buenos días para mi?—bromeo Aarón con un tono suave y juguetón. Atrayéndola hacia él con un movimiento 'sutil'.

—Buenos días, cariño.—murmuro la castaña con una sonrisa bobamente enamorada, sintiendo sus mejillas ruborizadas.


El azabache no esperó más y con suavidad, inclinó su cabeza para besarla. El beso fue tierno, a pesar de como apretaba las caderas de su pareja contra las suyas haciéndola suspirar entre sus labios unidos. Después de un par de segundos tuvieron que separarse recordando que estaban en presencia de los niños.


—¿Creí que no necesitabas ayuda?—menciono Nadya junto con una risita recordando que Rossi y Morgan se habían ofrecido con eso.

—Bueno, Reid solo apareció en la puerta de mi casa y no acepto un 'NO' por respuesta.—informo Aarón antes de desviar su vista hacía el castaño quien ya estaba con los dos pequeños.—Además de que le dije que convertiría el cuarto que le diste en una oficina.

—¡OYE!—Benson se quejo antes de darle un suave empujón.—Le gusta pasar el tiempo aquí, me aseguro que coma saludable, además sabes que no me gusta que maneje de noche . . . así que no bromes con eso.

—Lo sé, solo estaba bromeando con él, creí que lo entendería.—contesto Aarón dejando un beso en la frente de su novia, antes de recordar el ultimo mensaje que recibió de ella.—Jack tampoco pudo dormir muy bien, despertaba cada cinco minutos preguntando por la hora. No quería que llegáramos tarde.

—Irina tenía miedo de que no cumplieras tu promesa.—confeso la castaña mirándolo a los ojos, haciendo referencia a todo lo que decía Mark.—Me pedía que checara el clima cada vez que se acordaba, no quería que una 'tormenta' impidiera la mudanza.

—Amor, hay algo importante que necesito dejarte claro —dijo Hotch, sosteniendo las mejillas de su pareja para asegurarse de que le prestara atención.—Nunca más volveré a fallarte, ni a ti, ni a Irina, ni a la familia que estamos construyendo. He notado cómo tratas a Jack como a un hijo . . . te prometo que haré lo mismo. Cuidaré de Irina en todo momento y la protegeré de todo lo que pueda hacerle daño, eso incluye a Mark.

—Te amo y se que de los dos fui yo la que más dude en dar este paso, pero quiero que entiendas que si esto no funciona . . . no solo saldré lastimada yo . . . y lo que menos quiero es que mi hija sufra.—comento la castaña sintiendo su pecho latir demasiado rápido, escuchando a lo lejos la risa de los niños.

—Solo confía en el proceso.—murmuro Aarón antes de atraerla nuevamente para besarla con un poco más de suavidad, como si estuviera hecha de un material frágil y en cualquier movimiento en falso se rompería.

—¡IUG!—se quejo Jack creyendo que besar a una niña era asqueroso.—¡NO MAMI, NO SE BESA A LOS NIÑOS TAMPOCO!

—¡DENSE OTRO! ¡DENSE OTRO!—Irina pedía dando saltitos en su lugar, feliz al ver que tenía la familia que siempre quería.

—Concuerdo con Jack . . . ¡IUG!—Spencer secundo el comentario, provocando una risa de la pareja.


Los adultos se tomaron unos minutos para ponerse al día antes de acordar cómo organizarían las cosas, les ayudaba el hecho de que los niños quisieran estar en un solo cuarto para organizar sus pijamadas espontaneas, aunque sabían que cuando llegaran a la pubertad pedirían a gritos su espacio personal, pero por ahora seguirían tan unidos como solían serlo y el hecho de que se estuvieran escabullendo hacia el patio trasero solo para jugar con Simba, lo confirmaba.

Se pusieron manos a la obra y, poco a poco, fueron sacando las cosas del camión, dejándolas en distintos lugares, desde la cocina hasta el que sería el futuro cuarto de la pareja. Con el paso del tiempo, el cansancio empezó a hacerse notar; aunque algunas cajas eran ligeras, otras eran todo lo contrario.


—Esta es la ultima caja.—informo Spencer agitando el objeto en sus manos, intentando adivinar su contenido.—¿Qué es?—pregunto antes de que se le resbalara de las manos, rodando hacía el suelo.

—Afortunadamente nada que se pueda romper.—contesto Hotch notando el rostro rojizo del castaño, posiblemente moriría de vergüenza.—Son algunas camisas . . . solo tengo que saber donde colgarlas.

—¡LADO IZQUIERDO!—respondió Nadya desde la habitación de los niños, se aseguraba que estuviera acomodado todo para cuando quisieran entrar a jugar.

—¿QUÉ?—pregunto Hotch elevando su tono, no alcanzaba a oírla desde el piso de arriba.

—¡EL LADO DERECHO ES MIO, EL IZQUIERDO TUYO!—aclaro la castaña recordando que había escombrado todo muy bien para su llegada.

—Bastante curioso . . . ¿Sabías que, estadísticamente, dormir del lado izquierdo de la cama te hace más vulnerable en caso de una intrusión?—el genio menciono de manera casual, mientras caminaba a lado de Aarón, ayudándole a cargar una caja extra para que pudiera desempacar.—El intruso podría atacarte primero porque estarías más cerca de su ruta de acceso.

—Supongo que cambiare las cosas de Nadya a ese lado entonces.—el agente Hotchner soltó una risa cuando el rostro de Reid cambio a uno de incredulidad.—Tranquilo . . . solo bromeaba.

—Eso ya lo sabía.—el castaño contesto dejando la caja en la habitación de su amiga, se notaba más espaciosa que la ultima vez que paso por ahí.—Bueno te dejo para que guardes tu ropa . . . no quiera ver algo que pueda traumarme.


El azabache asintió antes de comenzar a guardar cuidadosamente su ropa en el espacio que ella le había designado en su armario. Mientras buscaba algún gancho para colgar sus trajes, logro notar un pequeño joyero en una repisa alta, aún inicio intento dejarlo pasar, no quería husmear en los objetos personales de su pareja, pero su curiosidad era más grande. A pesar de no querer ceder a la tentación, termino tomando el objeto, notando que tenía un nombre ilegible grabado.

Al abrirlo, encontró una pequeña manualidad, que reconoció al instante, debido a que fue él quien se lo había regalado. Era un anillo de papel, bastante viejo y frágil. Hotch se sentó en la cama, sosteniendo el anillo con una sonrisa nostálgica. Mientras lo giraba entre sus dedos, los recuerdos lo inundaron, llevándolo de regreso a un tiempo más simple, cuando todo lo que importaba eran los momentos compartidos con Nadya.



Flashback


Era una cálida noche de primavera, el cielo estaba completamente despejado, dando inicio a las primeras apariciones de las estrellas, podía sentirse una suave brisa provocando que las hojas de los arboles se movieran de un lado al otro.

Aparentemente todo era tranquilidad en el parque recreativo de Quántico, debido a que había cerrado su acceso hace un par de horas atrás, haciendo que el único sonido que se escuchara fuera el grillar de los insectos. Sin embargo, un estruendo metálico retumbo por todo el lugar, cuando dos adolescentes saltaron la vaya para entrar de manera ilegal. Era rutina que tenían para ver contemplar las estrellas, ambos luchaban en equilibrarse o evitar tropezarse con las mantas que llevaban.


—Déjame ayudarte.—dijo Aarón tomando la manta para colocarla en su lugar, extendiéndola con cuidado, asegurándose de que ninguno de los dos se fuera a mojar con el pasto.

—Gracias amor.—murmuro Nadya dejando un beso en la mejilla del joven, haciéndolo sonrojar como era costumbre.—Sabes, había estado pensando que deberíamos encontrar otro escondite, casi no me quedan pantalones.

—Nah, nah . . . Eso fue culpa tuya.—el azabache se defendió con una risita antes de sentarse a lado de ella, dejando que recargara en él.—No quisiste aceptar mi ayuda y por eso te quedaste atorada en la vaya.

—Te reíste de mi antes de bajarme.—comento la chica recordando como su pantalón se desgarro casi por completo.—Pero, tengo que admitir que me gusta estar así contigo, me gusta como eres conmigo.—susurro sintiendo las manos de su novio alrededor de su cintura, dejando descansar su cabeza en su pecho.

—¿Incluso cuando te hago caminar por el campo solo para encontrar un lugar donde podamos ver las estrellas?—preguntó Hotch con un tono juguetón, haciendo que la castaña levantara la cabeza para mirarlo.

—Si . . . a pesar de eso.—aseguro la menor de las Benson con una sonrisa en su rostro, sintiendo esas 'mariposas' en el estomago.


Ambos se quedaron en silencio mientras contemplaban el cielo, era increíble como pasaron de mejores amigos a una bonita pareja que en palabras de su familia terminarían casados una vez que finalizaran la universidad.


—¿Recuerdas esa vez que fuimos a Nueva York por un viaje escolar?—Aarón pregunto sintiendo como sus nervios invadían su cuerpo, no sabía como sacarlo al tema, pero fue lo primero que se le ocurrió para romper el silencio.—Visitamos ese museo de arte y quedaste enamorada de esa . . . rara estructura de cisne.

—Si lo recuerdo, la maestra Evan dijo que era una representación de origami.—menciono Nadya enderezándose un poco para voltear a verlo, notaba su nerviosismo y ese pequeño tic que tenía sobre morderse el labio.—¿Por qué lo preguntas?

—Bueno, dijiste que te gustaba como se veía . . . así que llevo dos semanas aprendiendo.— el joven informo sacando una pequeña caja de su chaqueta.—Sé que no es nada especial, pero . . . quería darte esto.—confeso mostrando un anillo de papel de color azul y con forma de corazón.


La chica no logro emitir ni un sonido, solo miraba el detalle con sorpresa y ternura al mismo tiempo. Sabía el esfuerzo que había puesto su novio para darle algo así, debido a que odiaba hacer cualquier tipo de manualidad. Sin embargo, había aprendido solo por ella.


—Aarón . . . —Nad susurró con un tono casi tembloroso, tomando el anillo con una sonrisa que iluminaba su rostro.—Es el anillo más hermoso que he visto.

—Es un alivio, tuve que repetirlo como cincuenta veces.—confeso Hotch poniendo el accesorio en el dedo de su novia.—Quería . . . Bueno . . . Quiero . . . Ufff, esto es más difícil de lo que creí . . . ¿Me harías el honor de ser tu acompañante en el baile?

—Siempre siendo un caballero.—la castaña murmuro acariciando las mejillas de su pajera antes de depositar un beso suave en sus labios.—Sabes que sí, mi respuesta es sí.


El joven dejó escapar un suspiro de alivio, una gran sonrisa apareciendo en su rostro, se inclino hacía ella para poderla besar. El beso fue demasiado suave y lento. A pesar de estar en un lugar completamente solos se estaban tomando su tiempo para disfrutar de esa conexión del primer amor.

Aarón estaba tan concentrado en su recuerdo fugaz que solo un pequeño tirón de Jack lo hizo regresar a la realidad.


—Papá . . . mami no se siente bien.—murmuro el niño con una voz preocupada, había visto a su 'mami' corriendo hacía el baño para vomitar.—Esta en la cocina . . . ¿Esta enferma? ¿Iremos al doctor?.

—Tranquilo, todo estará bien.—Hotch tuvo que asegurarle a su hijo, entendiendo el miedo de volver a perder una segunda figura materna.—Regresa a jugar con Ina y yo me encargare de revisarla.


Una vez que salió su hijo pudo hacer notar su preocupación, se dirigió a la cocina sintiendo su corazón latiendo al mil por hora, era consiente que últimamente estaba un algo extraña o fuera de su normalidad. Había notado que su apetito aumentaba en diversos lapsos de tiempo o solo  desaparecía de un momento a otro, además de que se cansaba con mucha facilidad, esperaba que no fuera alguna enfermedad.


—¿Amor, estas bien?—la voz de Hotch resonó desde el desayunados haciéndola voltear.—Te vez más pálida de lo normal.

—Estoy bien . . . solo necesito un 'tiempo fuera'.—murmuro la castaña antes de tomar un gran sorbo de agua.

—Podemos continuar con la mudanza mañana, para que duermas un rato.—propuso Aarón tocando su frente en un intento de buscar algún síntoma de temperatura.


Nad estaba a punto de responder, pero antes de que pudiera hacerlo, escuchó un leve carraspeo proveniente de la entrada de la cocina. Ambos voltearon para encontrase con Mark de pie en el umbral de la puerta. 


—¿Cómo entraste?—el azabache le pregunto sintiendo como su mandíbula se tensaba al ver a la ex pareja de Nadya.

—La puerta estaba abierta.—respondió Sloan mientras se encogía de brazos, cómo si fuera lo más lógico.—Toqué un par de veces, pero supongo que no me escucharon.

—Mark, ¿Qué necesitas?—cuestiono la castaña sintiéndose un poco mejor después de esos escasos minutos de descanso.—Ahora no es el mejor momento . . . Estamos en medio de una mudanza.

—Quiero ver a mi hija.—confeso el castaño sintiéndose incomodo en esa situación, notando las pertenencias del agente Hotchner acomodadas en la sala.

—Si . . . claro, decidiste aparecer precisamente hoy . . . después de que te dije que estaríamos ocupados con la mudanza.—murmuro Nadya rodeando los ojos en blanco.—¡RATONCITO . . . MARK, TE BUSCA!

—¡DILE QUE NO ESTOY!—grito la pequeña rubia desde su habitación en el piso de arriba. Al parecer creía que había marcado para hablar con ella.


La pareja intento reprimir una risa ante la situación tan graciosa que estaban presenciando, entendían que desde que Aarón había entrado en la vida de Irina, ella había encontrado una figura paterna que admirar.


—¡ESTOY AQUÍ!—respondió Mark rascándose la nuca visiblemente molesto ante la intrusión del otro hombre.

—¡DICE QUE NO ESTA!—Jack contesto esperando que los dejaran jugar en paz antes de enviar a Spencer hacía la planta baja para que interviniera por ellos, pero se negaba a ser arrastrado a una situación incomoda.

—Bien . . . Bueno, solo quería recordarles que el próximo mes tendré una 'reunión' en mi nueva casa.—Sloan informo evitando el contacto visual, sintiéndose fuera de lugar.—Es que . . . estoy saliendo con alguien y . . . quiere conocer a mi hija.

—Es irónico que una desconocida quiera conocerla cuando tu no haces ni el mínimo intento de estar con ella, ¿Vedad?—la castaña le reclamo bastante enojada, queriendo sacar a ese hombre de inmediato de su casa.

—Vine aquí en son de paz.—replico el castaño sin romper el contacto visual con la nueva pareja de su ex esposa.—Además quiero verla antes de mi viaje.

—¿Volverás a mudarte?—Nadya quería indagar sobre la estabilidad de su ex marido en Quántico.

—No, solo viajare a otro estado para realizar una operación.—aclaro el castaño mirando una foto enmarcada en la pared. Al parecer su hija prefería pasar tiempo con la nueva pareja de su madre, que con él.—Es un vuelo rápido, pero he escuchado rumores de que tienen una oferta de trabajo para mi.

—Bueno, voy hablar con ella.—respondió la castaña dudando un poco ante la petición y el punto donde se encontraba la relación de Irina con él.—Te avisaré si quiere ir o no, sabes que no la voy a obligar.

—Puedes llevar a tu . . . 'familia' si quieres, tal vez eso la hace sentir menos incomoda. Solo trata de convencerla, por favor.—propuso Mark tratando de mantener la compostura, no quería hacer una escena y terminarse de hundir ante los ojos de su hija.—Por cierto . . . muchas felicidades


La pareja solo asintió de manera de agradecimiento, creían que les deseaba una buena suerte en esa nueva etapa de vivir en pareja, aunque no estaban muy seguros a que se debía el cambio de actitud de su ex marido.





✦───────────•✧ NOTA DE LA AUTORA:

¡Hola, gente hermos@! Les saludo deseándoles buenos días, tardes o noches, según la hora en la que estén leyendo esto.

Espero que les haya gustado el capítulo, quiero comentarles que perdí mi disco duro y tuve que reescribirlos de nuevo. Además informarles que mande la mayoría de capítulos de " WHISPERS IN THE DARK" a borradores para editar la ortografía y redacción.

Los amo.

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