15.- ☆ ꜰᴏᴜɴᴅ ꜰᴀᴍɪʟʏ ☆
•✦───────────•✧ NOTA DE LA AUTORA:
¡Hola, gente hermos@! Les saludo deseándoles buenos días, tardes o noches, según la hora en la que estén leyendo esto.
Intente hacer un maratón, pero estuve sin computadora un tiempo, así solo les dejo este cap. para matar la inactividad.
Los amo, gracias por su apoyo en esta historia.
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Pasaron un par de semanas desde esa pequeña pelea en la escuela y gracias a las 'sugerencias' amistosas de Hotch las cosas marchaban mejor. La maestra había levantado el castigo a Irina sobre realizar una exposición, algo que la había dejado un poco triste, ya que la pequeña rubia estaba emocionada por exponer sobre los insectos que había encontrado con Jack en el patio de la escuela. Aunque eso no la detuvo para hacerle una pequeña presentación a los miembros de la UAC, iniciando una persecución cuando Reid se negaba a tomarlos con la mano.
Sin embargo esa tarde no era para nada divertida, madre e hija regresaban a casa después de un intento fallido de ir a visitar a Liv, debido a que una audiencia sobre la adopción salió de manera inesperada e iba a estar ocupada.
—Irina esto no me esta ayudando en nada.—se quejo la castaña intentando entrar a la sala con su hija aferrada en su pie.
—Estoy aburrida.—Irina se excuso mientras era arrastrada por todo el lugar, debido a su falta de energía.
—¿Por qué no buscas algo para hacer, mi niña? Tienes muchos juguetes o podrías leer un libro.—propuso la castaña con dificultad de caminar cuando la pequeña sostuvo sus dos pies.
—No tengo con quien jugar . . . Scar esta con mi tío Rossi y Simba con la tía Penny.—exclamo la rubia soltando un suspiro de frustración, ya había planeado su fin de semana a lado de su tía.
—Mi amor sé que estás aburrida, pero no puedo andar por la casa con un peso extra en mis pies.—menciono la menor de las Benson con temor de caerse encima de su hija o lastimarla a con algo que pudiera estar en el piso.
—Entonces cárgame . . . como un pequeño Koala.—propuso Irina estirando sus bracitos para ser levantada por su mamá, quien no tuvo otra opción.
Nadya acomodó a Ina de manera que le permitiera moverse por toda la cocina y preparar algo de comer antes de que se hiciera más tarde y no tuvieran otra opción más que comprar comida rápida. Sin embargo, sus acciones fueron interrumpidas cuando el celular de la mujer comenzó a sonar, obligándola a hacer malabares para contestar la llamada sin dejar caer a su hija.
—Benson.—respondió la castaña sintiendo que Irina pegaba su oreja para también escuchar la conversación.
—Hola disculpa por no haberte contestado, pero he estado ocupado . . . a Jack le dio varicela y estamos tratando de lidiar con eso.—informo Hotch justificando la falta de contestación en los mensajes de la castaña.
—Ohhh, pobre Jack, debe de tener una comezón horrible.—dedujo la mujer recordando como solía rascarse cuando era niña.—No te preocupes, entiendo perfectamente . . . ¿Quieres que vayamos para allá y te ayude con Jack?
—No quisiera molestarte, amor. Además, no quiero que Jack contagie a Irina.—Aarón expreso sus preocupaciones mientras se escuchaba que buscaba algo en los cajones.
—Cariño . . . No es molestia en absoluto. Además, Irina ya tuvo varicela hace un año.—confeso la castaña tratando de recordar todos los medicamentos que le mando el pediatra.—No hay riesgo de contagio e incluso podemos pasar por la farmacia a comprar una pomada para las ronchas y vamos directamente para allá.
—Escucha . . . necesitas descansar, manejaste una hora en vano para ir a Nueva York y otra de regreso, debes de estar agotada.—el pelinegro intento buscar alguna excusa para rechazar la ayuda de su novia, pero ella decidió interrumpirlo.—No quiero ser una carga para ti. Sé que tienes tus propias cosas . . .
—¿Tengo que recordarte que somos una pareja? ¿Qué no somos un equipo?—Nad pregunto de forma irónica ante las evasiones de su novio, sabía que a él le gustaba tener todo bajo control, pero tenía que entender que estaba bien recibir ayuda.
—Amor . . . Enserio no sé cómo agradecerte.—murmuro Hotch soltando un suspiro de alivio.
—Tal vez con un poco de comida china y ese pastelillo de chocolate que tanto me encanta.—propuso la castaña con una risita mientras Irina solo la miraba con atención.
—Me parece que tenemos un trato.—concordó el hombre ante la propuesta de la mujer, dándose por vencido solo esta vez.
—Dile que lo quieres.—Irina le murmuro a su mamá provocando una risa de parte de ambos adultos.
—Te amo cariño, nos vemos en unos minutos.—dijo Nadya escuchando una risita de su pequeña.
—Sabes . . . iré . . . pediré la comida para que este lista antes de que lleguen.—comento Hotch algo nervioso al escuchar esas palabras por teléfono, ambos sabían lo que sentían, pero ella fue la primera en decirlo.—También te amo Nad.—contesto rápido antes de colgar la llamada telefónica.
La castaña solo sonrió ante la admisión de Aarón, a veces era un poco serio y no lo creía capas de que lo dijera en una situación así, pero lo hizo provocando que las mariposas se movieran en su estomago.
Sin perder más tiempo se dirigió a su auto, acomodando a Irina en los asientos traseros para después comenzar a manejar a la farmacia más cercana. En todo el trayecto Nadya le explico a su hija que Jack estaba enfermo, así que posiblemente no estaría en condiciones para jugar. Cosa que Irina comprendió a la perfección recordando lo mal que se sintió cuando tuvo varicela.
Cuando llegaron a la casa de Hotch tocaron un par de veces el timbre mientras esperaban que alguien saliera dio un vistazo rápido en la bolsa, asegurándose que todos los medicamentos estuvieran ahí y no hubiera olvidado nada en el auto. Sin embargo su atención se desvió al escuchar el sonido de la puerta.
—No digan nada.—pidió Hotch lleno de ronchas, provocando que Nad aplanara los labios para reprimir una sonrisa y que Ina soltara una pequeña risa.—Pasen por favor.
—¡OHH, DIOS! . . . Hotch creí que te había dado varicela cuando éramos niños.—menciono Nadya tomándolo de las manos para evitar que se rascara.
—Es que cuando hubo brote en la escuela me fui de vacaciones con mis abuelos, supongo que no logre enfermarme.—confeso el pelinegro recordando que se fue de Quántico unos días antes de que la mayoría de sus amigos se contagiaran.
—Hola señor Hotch.—Ina saludo al hombre con un abrazo antes de señalar sus ronchas.—Si se sigue rascando podría infectarse sus heridas y los bichos pondrán poner huevecillos en ellas.
—Hola pequeña.—Aarón acaricio el cabello de la niña de manera amistosa, sonriendo por su preocupación genuina.—Prometo ya no hacerlo.
—Puede rascarse como oso . . . cuando mamá no me veía lo hacía para calmar la picazón.—expreso la rubia haciendo una demostración, rascando su espalda contra la pared.
—Me gustaría verte intentarlo.—murmuro Nadya con una sonrisa juguetona, imaginándose a su novio imitando su acción.—¿Y cómo esta Jack? ¿El picor ya paso?
—Tiene un poco de temperatura, no logre bajársela.—informo el azabache señalando su habitación.—¿Sabrás que puedo hacer?
—Tranquilo yo . . . me encargo de bajar la temperatura de Jack.—comento Nadya caminando a la cocina para buscar un tazón de agua.—Trata de no rascarte y ponte esta pomada, por favor. Ina se encargara de acusarte si te sigues rascando.
—Si mami, yo lo vigilo.—contesto la pequeña rubia mostrando su pulgar arriba a manera de confirmación.
La castaña se dirigió hacía el cuarto del pequeño, encontrándolo en la cama dando vueltas frustrado por el malestar. Sin embargo cuando vio a la novia de su padre le brindo una pequeña sonrisa antes de hacerse aún lado para que se sentara en la cama.
—Hola, Jack. ¿Cómo te sientes?—pregunto Benson mirando las gotas de sudor en la frente del niño.
—Me duele todo y tengo mucho calor.—se quejo Jack con una voz débil y temblorosa.
—Si . . . tu papi me dijo que tienes un poco de fiebre, así que vamos a tratar de bajarla.—informo Benson poniendo paños húmedos en su frente y pecho.—Ya verás que esto te hará sentir mejor.
—Gracias, Nadya.—murmuro el pequeño sujetando la mano de la mujer, como un intento de detenerla.—No quiero quedarme solo, ¿Puedes quedarte conmigo?
—Claro pequeño.—respondió la castaña acostándose a su lado para poder vigilar mejor su temperatura.
Pasaron unos minutos de silencio mirando al techo, como si disfrutaran la compañía del otro en un tranquilo espacio. Hasta que el niño decidió iniciar una pequeña conversación con la mujer.
—¿Tú quieres a mi papá?—pregunto Jack haciendo que la mujer se quedara pensativa ante lo dicho, no entendía a que se debía la pregunta.
—Por supuesto, tu papá es muy importante para mí, al igual que tu.—menciono Nadya un poco insegura debido a que no quería hacer sentir al pequeño que intentaba remplazar a su madre.
—También te queremos mucho.—dijo el pequeño Hotchner sintiendo su cuerpo un poco más fresco.—Me gusta que estés con mi papa, sonríe más desde que estás con nosotros.
—Es bueno escucharlo.—murmuro la castaña sonriendo ante el comentario del niño, la mayoría hablaba de lo serio que era su pareja, pero ella jamás conoció esa faceta durante su relación.—¿Sabes? Yo nunca conocí a tu papá en modo serio.
—No te creo, mi papá siempre tenía una cara de enojado . . . algo así.—Jack imito un rostro muy 'típico' del agente Hotchner causando una risa entre ellos.
—Bueno, la gente cambia algunas veces, pero tu papá era diferente cuando nos conocimos por primera vez.—menciono la castaña con algo de nostalgia en su voz, recibiendo una pequeña mirada por parte del niño para que continuara hablando.—Me mude a Quantico cuando tenía seis años y todas las mañanas salía en mi bicicleta para ir a la escuela.
—Espera . . . ¿Tenías seis años y te dejaban ir sola a la escuela?—pregunto el pequeño Hotchner bastante sorprendido, ya que su papá siempre lo llevaba al colegio.
—Aunque parezca increíble si, tal vez porque eran otras épocas.—contesto Nadya recordando que el pueblo antes era más pequeño y la mayoría de personas se conocían entre si.—Pero en ese pequeño trayecto de mi casa a la escuela siempre veía a un niño caminando junto con otros compañeros.
—¿Era mi papá?—pregunto Jack intentando imaginar la escena en su mente, pero era difícil visualizar a su padre de niño.
—Si, era él.—respondió Benson un poco más relajada en la platica, como si la tensión se hubiera roto en algún instante.—Él solo me saludaba desde lejos, no teníamos la oportunidad de hablar o ser amigos porque íbamos en diferentes salones, pero un día él me estaba esperando en una esquina de mi casa con su nueva bicicleta.
—¿Mi papá aprendió a andar en bicicleta solo para ser tu amigo?—cuestiono el pequeño muy intrigado por el pasado de su padre, ya que él no solía hablar mucho de eso.
—Bueno . . . él dice que aprendió solo para llegar más rápido a clases, pero me gusta pensar que si lo hizo por mi.—menciono Nadya acariciando el cabello del niño, tomando 'discretamente' su temperatura, notando que había disminuido.
—¿Y cuando conociste a mi mamá? ¿También fueron amigas?—Jack intento interrogar sobre el tema, desconociendo el motivo de la ruptura entre Hotch y ella.
—¡Ohhh, no! . . . yo no logre conocer a tu mami personalmente, me mude a Nueva York cuando iba a iniciar la universidad.—la castaña recordando las veces que se encontraba con Aarón y su nueva pareja, pero ninguno de los dos hacían contacto visual.—Pero estoy segura que pudimos ser grandes amigas.
El pequeño Hotchner sonrió ante ese comentario, pensando que si Nadya no se hubiera ido de Quantico pudo haber estado desde antes en su vida, al igual que Irina. Sin embargo la castaña no cambiaría nada de lo que paso, todo lo dejaría justo como sucedió, porque si hubieran sido las cosas de otra manera jamás habría tenido a su hija.
Los minutos seguían transcurriendo mientras la platica pasaba de un tema a otro, hasta que Jack subió al pecho de Nadya abrazándola como solía hacerlo con su madre, en busca de algo de protección y amor. Ella no dudo en responder sus acciones acariciaba su espalda mientras tarareaba una canción que solía contarle a Irina cuando se sentía triste.
No sabía si fue la melodía que tarareo o el hecho que no volvió a salir a la sala debido a que no quería despertar a Jack, quien encontró un lugar seguro con ella para poder dormir. Pero Irina entro a la habitación caminando de puntillas para no hacer mucho ruido.
—Mamá, ese es mi lugar.—Ina susurro mientras señalaba a su amigo dormido en el pecho de su madre, donde normalmente ella se queda dormida cuando tiene pesadillas o simplemente quiere estar cerca de ella.
—Lo sé, cariño. Pero Jack está enfermo y necesita un poco de cariño extra ahora mismo.—murmuro Nadya sonriendo ante la pequeña escena de celos que estaba haciendo su hija, era algo comprensible porque siempre fueron ellas dos.
—Él va a estar bien, ¿Verdad?—pregunto subiendo a la cama para verlo mejor, notando sus ronchas en toda su carita.
—Sí, mi amor. Se siente un poco mejor, por eso esta durmiendo.—Nadya acariciaba la mejilla de su pequeña, viendo como se preocupaba por su amigo.
—Yo también quiero estar contigo mami.—pidió la rubia con una voz temblorosa, temiendo que su madre ya no quisiera estar con ella porque prefería a Jack.
—Claro que si . . . Ven aquí ratoncito, acuéstate con nosotros.—la mujer hizo un espacio en la cama, asegurándose de que ambos niños estén cómodos y cerca de ella.
La pequeña se acurruco cerca de su madre, asegurándose que también acariciara su espalda como lo estaba haciendo con Jack, antes de ambas se quedaran dormidas.
No supieron cuánto tiempo transcurrió desde que se quedaron dormidos, pero el suave movimiento en la cama hizo que Nadya abriera los ojos. Encontrando a Hotch cargando a Irina para recostarla en su pecho, tal como ella tenía a Jack dormido. Ese pequeño acto hizo que la mujer sonriera, algo adormilada, y se acercara a él para que los cuatro pudieran dormir en la pequeña cama.
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La noche transcurrió en paz y serenidad, no fue alguna de esas frías veladas o tal vez no se sintió así debido a la calidez familiar que se podía sentir en el departamento del agente Hotch. Donde después de mucho tiempo el ambiente comenzaba a pintarse como un hogar armonioso otra vez.
Afortunadamente ninguno de los dos presentaron algún signo de fiebre o un ataque de 'picazón' debido a la varicela, aunque Nadya se despertaba de vez en cuando para comprobar su estado de salud, preocupada por cualquier mínimo detalle o complicación que pudieran presentarse.
Un par de horas después el amanecer se hizo presente con una temperatura baja, pero los rayos del sol aún podrían filtrarse a través de las cortinas, iluminando suavemente los rostro de la pareja que aún dormía abrazada en la pequeña cama de Jack. Escuchando tanto como el leve cantas de las aves como el tenue sonido de la televisión proveniente de la sala.
Era probable que Jack e Irina se hubieran despertado y para no molestarlos a los adultos, se hubieran ido a ver caricaturas matutinas.
—Es hora de despertar dormilona.—anuncio Hotch viendo como su novia se aferraba más a su cuerpo para no ser levantada de la cama.
—Cinco minutos más, por favor.—Nadya se quejo acurrucándose mejor en el pecho de su pareja esperando dormir uno par de minutos más. Sin embargo el movimiento que hacía Hotch contra su cabeza la dejo confundida.—¿Qué estás haciendo, Aaron?
—Solo quería abrazarte.—el pelinegro mintió aguantándose la risa mientras seguía frotándose.
—¡Aaron Hotchner! ¿Estás tratando de rascarte las ronchas contra mí?—la castaña se intento levantar entre risas, pero su pareja se lo impidió dejándola en el mismo lugar que antes.
—Tal vez . . . pero no funcionó.—se quejo el hombre antes de intentar rascarse con sus manos, siendo detenido por las manos de su acompañante.
—Deja de hacer eso . . . recuerda que los bichos dejaran huevecillos.—Benson intento bromear antes de sentir los labios de Hotch contra los suyos.
Sus labios se rozan con una suavidad que envuelve el momento de intimidad. Aarón mantiene su mano en la mejilla de Nadya, su toque firme evitando que se retirara del beso pero al mismo tiempo gentil. Los segundos se sienten como minutos, cada uno disfrutando de la proximidad y la conexión que comparten. El beso es pausado, sus labios se mueven con una sinfonía de amor, como si jamás se hubieran separado. No había ninguna prisa en ese momento.
Cuando por fin se soparon por falta de aire, Hotch se quedo cerca de ella, sus frentes tocándose suavemente. Ambos abren los ojos al mismo tiempo, sus miradas llenas de una mezcla de paz y felicidad. Encontrando ese lugar seguro que aunque negaran ambos necesitaban.
—¡Papá, tenemos hambre!—la voz de Jack hizo que ambos adultos se levantaran de golpe de la cama, viendo a los dos pequeños de pie en el marco de la puerta.
—¿Qué están haciendo despiertos tan temprano?—pregunto Hotch buscando su reloj, quería hacer tiempo para evitar las preguntas incomodas.
—Tenemos hambre, mamá.—Irina señalo su estomago fingiendo que en cualquier momento iba a desfallecer.
—Creo que tenemos un asunto pendiente.—Nadya le susurro a Aarón provocando que el negara con la cabeza bastante divertido antes de levantarse para ir con los dos pequeños.—Esta bien, vamos a hacer el desayuno.
—¿Podemos tener panqueques? —preguntó el pequeño mientras guiaba a la mujer hacía la cocina, donde ya la esperaba un pequeño remolino de harina.
—Sí, panqueques.—repitió la pequeña rubia, saltando de emoción junto con su amigo.—¿Podemos agregarle un poco de chispitas de chocolate?
—Bueno primero debemos de limpiar todo esto.—comento la castaña tomando un trapo viendo como ambos niños la ayudaban con el desorden que habían provocado unos minutos antes.
Un par de minutos pasaron cuando Hotch termino de ordenar la habitación de su hijo, dejando la cama como siempre y acomodar algunas cosas que estaban fuera de su lugar. Sin embargo en vez de acercarse para ayudar con el desayuno se quedo mirándolos desde lejos, notando como Jack reía ante las figuras tan extrañas que hacia Nadya en el sartén mientras que Irina trataba de adivinar que animal era.
En ese momento sentía que por fin su vida se volvía estable, teniendo una segunda oportunidad de ser feliz con su primer amor, verla ahí tratando a su hijo como si fuera parte de ella hizo que todos los problemas y preocupaciones desaparecieran. Entendía que abría complicaciones porque no todo en la vida era color de rosa, pero por ellos tres estaría dispuesto a ser una mejor persona y no cometer los mismos errores.
—Papá ven . . . Nadya esta haciendo un panqueque en forma de . . . creo que es un pez.—Jack sacudió a su padre sacándolo de esa burbuja de concentración antes de llevarlo a la cocina.
—Ohhh, permíteme demostrarles como es un pez.—Aarón se burlo de la figura que había hecho Nadya, pidiendo el sartén y la mezcla de los panqueques para hacer su intento.
—Por favor profesor . . . lo observamos.—bromeo la castaña viendo los movimientos de su novio.
—¿Eso es un perro?—pregunto Irina aguantando una gran carcajada.
—Papá eso no tiene forma de pez.—murmuro Jack picando el panqueque antes de ayudar a su amiga a poner la mesa para desayunar dejando a sus padres en la estufa.
—Gracias.—Hotch hablo dejando el desayuno en manos de su compañera, abrazándola por la espalda para besar su cabeza.
—¿Por qué me agradeces?—cuestiono Benson confundida ante el agradecimiento de su pareja.
—Tu sabes porque.—respondió Arón abrazándola con fuerza, deseando que así fueran todas sus mañanas.—Tal vez en unos meses podríamos buscar un lugar para los cuatro.
Irina estaba escuchando en la esquina de la cocina emocionada ante el comentario de Aarón tener una nueva familia era todo lo que ella deseaba,
Sin embargo su atención se dirigió al celular de su mamá, que comenzó a iluminarse mostrando una llamada entrante, decidió echarle un vistazo rápido para no interrumpir su platica con el padre de Jack, pero cuando noto el nombre de Mark Sloan esa emoción que siempre la caracterizo no estaba ahí. Al contrario sentía una incomodidad horrible, así que solo apago el celular para que nadie interrumpiera su día familiar.
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