Estrella brillante

Cuando uno pierde a sus padres se convierte en huérfano, si una persona pierde a su pareja es viudo... pero no hay una palabra para definir la pérdida de un hermano, mucho menos un hijo.

Para Beck... la pérdida de ese ser que iluminaba su vida era algo que nadie podría experimentar, porque aquel vínculo que tenían siempre sería irreemplazable.

Camino al velorio Beck iba de la mano de Eliot recargado en su hombro, muerto en vida prácticamente.

Llegamos pues no estábamos tan lejos, el lugar era lindo, sería una ceremonia de un par de horas y a petición de su hermanito sería incinerado... un chico de catorce no debía decidir sobre su cuerpo tras su muerte.

Entramos a una sala vacía, los nervios de Beck empezaron a presentarse.

—¿Dónde.... dónde está él? —preguntó nerviosos

—Tranquilo Beck aún lo deben de estar preparando, porque no te sientas en lo que investigo si —lo calmó mi papá.

Beck asintió nervios, nos sentamos en uno de los sillones como ordenó.

—¿Ya comiste? —le preguntó Eliot.

El chico negó para acomodarse en él, odiaba ver a mi amigo así.

—Te conseguiré algo de acuerdo —le sonrió— te puedes quedar con él —mencionó mirándome.

Asentí cambiando de lugar con él, el chico salió para buscarle algo de comer.

—Me alegro de que tengas a alguien bueno para ti —susurré cansado.

—Lo cambiaría mil veces por mi hermanito —aseguró cansado— y a ti... a todos.

—Lo sé —suspiré— amigo sé que en estos momentos sientes que tu mundo se cae a pedazo, pero te prometo que mejorará.

Beck se quedó serio por unos segundos.

—Éramos libres Sammy, íbamos a tener una nueva casa, lo llevaría a conocer la nieve como siempre quiso, teníamos tantos planes y yo lo perdí —susurró—perdí a mi hermanito Sam, mis ganas de vivir... mi
mundo.

Lo abracé con fuerza, una de mis lágrimas salió por fin.

—No lo perdiste Beck, él siempre estará para ti —dijo Tris llegando.

Beck le miró serio, sus ojos rojizos miraron al menor de los tres.

—Tris cállate o te mando acompañar a mi hermano —gruñó cansado.

Tristan asintió para sentarse a su lado, precisamente ahora no necesitaba esta mierda de la vida después de la muerte.

—Te voy abrazar y por favor no me golpees —pidió cansado.

Beck le miró serio para dar él primero el abrazo, Tristan lo abrazó con fuerza... ambos habían sido amigos por años y para Cas, Tris había sido uno de sus mejores amigos pues solíamos mandarlos a jugar juntos.

Si podía entender ese tipo de sentimiento... el de perder a un amigo.

Nos quedamos los tres sentados como solíamos hacer al esperar a Cas de una cirugía o cuando se ponía mal, cuando los tres éramos sólo unos niños y el mundo no era tan cruel.

Eliot llegó con un emparedado y algo de beber para él.

—Tris —mencionó saludando.

—Eliot —susurró.

—Ten come un poco si —le sonrió.

Tris se movió para que se pudiera sentar a su lado, el chico sonrió cansado.

Poco a poco empezó a llegar gente, el pequeño ángel había tocado a muchas personas y su muerte aunque esperada causaba un gran dolor.

Beck no tenía familia más que su hermano... pero siempre hubo gente a su alrededor, el padre de Eliot al parecer llegó para consolarle, la trabajadora social a quien conocí bien, la familia de Rita, chicos que conocieron a Cas del hospital, incluso médicos y enfermeras.

Cundo subieron el ataúd Beck no se despegó de él, lo que era razonable, me quedé junto con Tris pues el chico no estaba bien.

—Debes despedirte —mencioné.

—No puedo... no quiero verlo así —aseguró.

Mi papá estaba a mi lado, miró al chico para sonreírle.

—Sabes Tris para eso son los funerales, uno nunca está listo para despedirse y sé que ver a alguien en el ataúd nunca es fácil pero es la mejor manera para descansar el alma, decirle adiós y cerrar ese ciclo —aconsejó.

Tris se lo pensó nervioso, como todos aquí sus ojitos ya estaban hinchados de llorar.

—Quieres que te acompañe —se ofreció.

Tris asintió cansado, papá lo llevo para que pudiera despedirse.

Papá tenía razón, ver a alguien en su ataúd podía ser intimidante, yo no tenía experiencia en eso de los funerales el único en el estuve había sido el de mi mejor amigo.

Ese día aún es borroso para mi... sin embargo no había podido verle en el ataúd, mis padres ni siquiera me habían llevado ese día si no mi hermana y apesar de su insistencia no pude... no pude ver como lo había dejado el cáncer, no pude ver a mi mejor amigo y la última vez que lo vi me había peleado con él.

Había sido tan estupido que no me había dado cuenta que lo había estado perdiendo desde un tiempo atrás... no hice nada para mantenerlo conmigo.

Una llamada y un estupido video que aún no conseguía ver...

—Tranquilo Sammy —dijo mi hermana quien recién llegaba con mamá y las gemelas.

No me había dado cuenta que estaba llorando, mi hermana me abrazó con fuerza para calmarme como siempre hacía.

Me quedé a su lado por un rato, mamá y las gemelas ya habían ido a dar el pésame y se habían ido pues las pequeñas rubias tenían un evento.

—Ya te fuiste a despedir Sammy —dijo mi hermana jugando con mi cabello.

—Ya lo vi hace rato —asentí cansado.

—¿Le diste el adiós ya? —preguntó segura.

Le miré serio con el corazón latiéndome al cien, mi hermana me sonrió para besar mi frente y ayudarme a parar.

—Estoy contigo de acuerdo —aseguró tomando mi mano.

Asentí tomándole de la mano, nos acercamos primero a Beck quien seguía recargado en Eliot, mi hermana le sonrió para besar mejilla.

—Tu hermano ya está en un mejor lugar —le aseguró.

Beck solo asintió para verle.

—Cuidado con tus labios, mi novio es celoso —aseguró.

Eliot asintió tomando la mano de Beck, mi hermana sonrió para revolver su cabello y mirarme.

No podía huir...

Mi hermana me tomó de la mano.

—Despídete de acuerdo —susurro suave.

Respire para acercarme con su mano a su lado, ahí estaba él con una mirada tranquila, su piel tan pálida como siempre, pero ya sin aquellos moretones bajo sus ojos.

Aquella paz reinaba en él, no había más dolor, ya estaba descansando en un mejor lugar.

"Descansa Cas, yo cuidaré de tu hermano como lo prometi" me despedí en mi mente.

Me giré con mi hermana para abrazarle, era tan injusto... era solo un niño, con una vida por delante, nunca pudo salir de infierno, jamás conocería la nieve, nunca podría ver a su hermano ser feliz como por fin debió.

Me senté a lado de Beck para abrazarlo, a lo que me devolvió el abrazo.

Nos quedamos así por un rato, Eliot lo obligo a comer más y de mi parte hice lo mismo, la vibra cambio cuando ese chico entró, una sonrisa se hizo en el rostro de Beck... raro.

—Pomi —pronunció Beck con el chico frente a él.

El rubio le dió una pequeña sonrisa para abrazarlo con fuerza, Eli se les unió feliz.

—No creí que vendrías —mencionó.

—Te dije que estaría si me necesitabas —aseguró con una voz ronca— cumplo mis promesas.

—Gracias —asintió Beck triste— ¿Te quedas?

El chico negó, era hombre de pocas palabras al parecer.

—Vengo un momento solamente, moverme antes de que me atrapen —asintió.

Miré a Beck inseguro, esperaba no fuera uno de sus amigos de la correccional.

—Sammy el es Jason alias Pomi —me presentó.

—Oh Tris me hablo de ti...

—El mejor gancho derecho —interrumpió Tris.

El chico nos miró entrecerrando los ojos.

—Largo —concluyó.

Antes de que dijera algo Tris me separó para sentarnos lejos, en sus palabras no quería probar ese gancho otra vez... tal vez después de todo mi amigo no estuvo solo todo este tiempo.

—Vaya día no —mencionó Tris— aún no puedo creer que...

—Lo sé —susurré.

Sabíamos que Cas estaba enfermo, siempre supimos qué tal vez no llegaría a ser adulto... no quitaba que dolía, dolía de verdad.

Poco a poco la gente se fue, cuando quedábamos unos pocos aquel hombre llegó, un rostro conocido que había visto por los pasillos de la escuela.

Beck se levantó de inmediato para darle frente.

El hombre se quedó frente a él por un par de segundos.

—Tu no puedes...

—No me iré —aseguró.

Sin más Beck lo abrazó desbordándose a su lado, aquel hombre lo sujetó entre sus brazos para calmarlo.

Era extraño ver a Beck así de frágil, al verlo nunca imaginarías que es el tipo de chicos que se derrumba... pero tenía razones, su vida no había sido fácil, mucho menos le había dado tiempo para defenderse, respirar y ser un adolescente , la vida nunca le dió a esa persona que se quedara a su lado, lo sostuviera y le dijera que todo iba a estar bien.

Yo debía hacerle la vida más fácil... sólo vine arruinársela.

El tiempo pasó hasta que fue momento, Rita se acercó a Beck que estaba entre Eli y el señor que al parecer se apellidaba Grinch.

—Cariño es hora —le sonrió tomando su mano.

—No... aún no —dijo tomando el ataúd.

—Beck tienen que llevárselo —dijo acariciando su mejilla.

—No, por favor no —pidió triste— es mi niño, mi hermanito... mi única familia.

—Ya no está Beck —dijo Eli tomando su mano— déjalo ir Beck, déjalo descansar.

El chico miró una última vez a su hermanito para dejarlo ir, nos quedamos hasta que le dieron las cenizas.

—Quieres que vaya contigo —mencioné cansado.

—Me quedaré con Eli —susurro— no quiero volver a esa casa vacía.

Asentí para abrazarle con fuerza.

—No estas solo...

Beck me devolvió el abrazo para asentir, al llegar a casa sólo quería dormir.

—¿Estas bien? —preguntó papá.

—Tan bien como se puede —asentí— gracias papá.

Lo abracé con fuerza a lo que respondió de la misma manera.

—Descansa si —dijo besando mi frente.

Suspiré para asentir y bajar a mi habitación, traté de dormir pero no pude... era hora de cerrar ciclos.

Entre las cajas que me faltaban por desempacar ahí estaba, abrí aquella caja donde estaba el porta retratos con el video cargado.

Estaba cargado con fotos y un último video de mi amigo, respire para darle play.

Video

Sammy, mi rubia favorita.

Hermano yo se que me vas a odiar por no habértelo dicho antes, sé que hubieras estado conmigo en todo momento, cuidado y llenado de tu amor como sólo tú sabes hacer, pero al final te hubiera lastimado demasiado... y eso no me lo podía permitir.

Sé que mi muerte será perder tu hogar pre dilecto  para pasar las tardes, tu banco de comida, tú mejor amigo... pero después de esto espero puedas encontrar apoyo en tus padres, dales la oportunidad Sammy de que conozcan lo grandioso que eres, lo inteligente y gracioso también.

No tengas miedo de levantar la voz, eres fuerte solo demuestraselos.

Rubia no pases desapercibido tienes mucho que dar, porque todo aquel que te conozca sabe lo maravilloso que eres, Sammy siempre serás mi mejor amigo.

Sigue rubia Sammy.

Terminé con el corazón quebrado, respire para asentir.

—Te extraño idiota —susurré.

Cerrar ese ciclo me dio paz que necesitaba, agradecía por tener esa oportunidad porque la cuenta regresiva estaba por iniciar.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top