───capítulo XIII.









----------- ≪ °❀° ≫ ---------

----------- ≪ °❀° ≫ ---------






































Christine.

"El hecho de que tengamos el mismo apellido no significa que deba o sea tu maldita sombra, Christine."

Aquella frase ha estado en mi mente desde hace dos semanas. Me he cuestionado si quizá ella tenga una pizca de razón, o si la tengo yo.

No obstante, desde ese día Gabrielle no duda ni un segundo en quedarse hasta tarde ensayando. Bajo sus ojos estaban unas pesadas ojeras... algo dentro de mí pedía detener esto.

Analicé su entrenamiento detalladamente mientras hacía la supervisión de los chicos. Era muy exigente, se notaba desde su calentamiento hasta su rutina; de igual forma, orientaba a varias de las chicas, incluyendo a Dianne.

—Gabbie, vamos avanzando bastante.— le felicitó Meg, estaba sonriente el día se hoy.

—Hola, Meg.

Su sonrisa desapareció al verme, sentí un pequeño dolor en el pecho... nuestra amistad ya no existía,  y eso me dolía bastante.

—Madame Daaé, ¿a qué se debe su visita?— preguntó, con seriedad. Su dulzura era sol sol pequeño recuerdo que tenía de cuando éramos niñas.

—¿Podríamos hablar?

Ella asintió.

—Descansen un rato, regreso en un momento.

Salimos del salón, y nos quedamos en medio del pasillo.

—¿Sí, Christine?

—Tengo que hablar contigo sobre...

—Sí me vas a preguntar el porqué de mi actitud... pierdes tu tiempo, Chris.— me interrumpió, su voz fue decayendo en wl transcurso de aquella intervención— Tú fuiste quien decidió sobre esta amistad, yo no.

Sus ojos empezaron a empañarse de lágrimas, sus labios temblaban.

—¿Meg, de qué hablas?— cuestioné, confundida.

—¿Ya se te olvidó lo que me dijiste cuando tomaste la decisión de irte a Italia?— preguntó, una lágrima descendió por su mejilla— Dejaste muy en claro que dejarías la podredumbre en la que creciste, y crearías un verdadero estatus...

El recuerdo de ese día se hizo presente, pasando por mi mente como si lo estuviera viviendo en ese preciso momento:

Estaba haciendo mis maletas junto con mi mejor amiga, habían pasado unos cuantos meses desde mi matrimonio cuando Raoul me mencionó sobre un viaje que era necesario hacer. No podía negarme.

Me emocionaba la idea el hecho de irme de París porque podría comenzar mi vida desde cero; además de que conocería nuevas cosas y posiblemente podría desarrollar mejor mi carrera como soprano.

—¿Volverás?— me habría preguntado Meg, con un toque de nostalgia.

—No creo, Meg.— respondí— Dudo volver a este horrible lugar. Es bueno iniciar desde cero una buena vida... y ahora que soy la esposa del vizconde, lo amerita.

La expresión de Meg cambió por completo, aquella mirada dulce se endureció.

Agaché la mirada, había cometido un error que me cobró la amistad más hermosa que había construido aquí. 

—¿Estuviste presente en los momentos en que decaí? ¿En mi compromiso? ¿En mi matrimonio?

Alcé la mirada, aquello me tomó por sorpresa. No tenía por enterado que se había casado, ni las otras cosas pasadas... en ningún momento me esforcé por mandar una carta o una fotografía... en cambio ella sí, pero nunca las leí.

No podía pedir algo que yo misma me encargué de destruir.

—No me vengas a pedir algo, que tú misma rompiste, Christine.— añadió, su expresión era fría... odio verla así.

—¡Meg, tienes que ver a Hermione hacer esto!

Esa fue Gabrielle, habría exclamado bastante emocionada.

La rubia limpió sus lágrimas y sonrió.

—No hagan locuras sin mí, ya voy.

La mirada de Meg se posó de nuevo en mí.

—Donde tú la ves, ella sin que se lo pida ha estado ahí... y pueda que la odies por ser tu media hermana, pero ella ha salido adelante sola y todos los días se empeña por dar lo mejor de sí misma.

—¿Cómo sabes que somos hermanas?— Por fin pude hablar. Me sentía desconcertada, creí que ese tema solo lo sabíamos Gabrielle y yo, pero ya veo que no es así.

Meg esbozó una sonrisa.

—Gabbie ni siquiera sabe que lo sé... solo te diré, que aquella niña, la cual conocí, que le lloraba a su difunto padre y esperaba con ansias al ángel de la música... ya no existe.

No hay más que decir... esto yo misma me lo busqué.










💀🖤🎭














Gabrielle.

Las audiciones para Margarita iniciaron el día de hoy.

Me considero aficionada a esta obra literaria desde que tengo memoria. Recuerdo las tantas veces que hice monólogos de distintos personajes de esta historia cuando estaba en mi escuela, la madre superiora llegó a cansarse de mí por ello.

Pero la dulzura de Margarita... era mi fuerte.

Diez chicas adicionaríamos para el papel, pero solo una quedaría. 

Il était un roi de Thulé

Sería el tema que interpretaría para esta audición.

Me ha costado trabajo, pero con un poco de ayuda por parte de Gustave —el chico del bar—, pude estudiar más a fondo cada nota de la partitura, las claves, y mi entonación. Mi voz era mi instrumento de trabajo en el bar, por ende no se me iba a dificultar aquella canción; de igual forma no dejaría que los nervios me ganaran.

Alyssa había vuelto de su incapacidad, por ende ya se veía y se olía la competitividad desde lejos.

Estaba realizando los ejercicios de calentamiento que habría memorizado de cuando estaba en el coro de la iglesia. Y mientras me rascaba mi nariz de manera sutil, estaba haciendo burbujas con mis labios mientras mentalmente recordaba las notas musicales.

Desde la última vez que tuve a mi hermana en frente, me prometí a mí misma que mi apellido materno resaltaría más el paterno. Al final de cuentas, mi madre crio una chica que puede valerse por sí misma.

Tomé la cruz de mi rosario, mientras seguía haciendo el ejercicio. Solo pido a Dios que me dé la fuerza necesaria para no desmayarme.

—Pan comido.— escuché a Alyssa, salió con una enorme sonrisa en sus labios. Me analizó con la mirada— ¿Para qué audicionas?, si yo ya les gané a todas.— añadió, con su dedo acusador me señaló a mí y al resto de las chicas.

Tragué duro.

Me di la bendición, y entré.

Frente a mí estaba Christine, Raoul, Antoniette, y Meg.

Respiré profundo.

—Gabrielle de Queralt.— habló Raoul, yo sonreí— Dinos, ¿qué canción interpretarás esta noche?

—Vizconde, madame Daaé, madame Giry, Meg.— les saludé, Meg me miró con orgullo— Me es un honor presentar esta noche una de mis canciones favoritas del acto tres: Il était un roi de Thulé.

 Mi hermana intercambió miradas con mi madrina, luego conmigo. No entendí si aquello era bueno o malo, pero... okay, está bien.

—Te damos paso para tu interpretación.— indicó el hombre.

Di una pequeña reverencia, e indiqué al maestro musical que podía proseguir con la música.

La melodía inició suavemente, cerré mis ojos por un momento. Mientras que la música iba subiendo de tono, y me refiero al sonido de los violines junto con el piano. Cuando esta se suavizó, supe que ya era mi momento.

Je voudrais bien savoir quel était ce jeune homme— empecé a cantar, y ahí mismo, una nube de emociones apareció. Recordé a mi madre— Si c'est un grand Seigneur et comment il se nomme.

Sonó una suave flauta, junto al tierno violín. Segundos después, la ferocidad del último instrumento mencionado se hizo presente nuevamente, guiándome a un paraíso musical gigante, del cual debía saber disfrutar.

Mi hermana anotaba algo en su libreta, Raoul me miraba asombrado, mientras que Meg y mi madrina me miraban felices.

La canción continuó, y consigo unos cuantos pasos delicados de ballet. Quería sobresalir en ambos sentidos, porque soy capaz de hacer las dos cosas a la perfección. Y no es que tenga el ego alto, es porque tengo la convicción por lo que he tenido que hacer en el bar.

Me percaté que los agudos sonaran delicados, pero potentes. Algo que sorprendió grandemente a Christine.

Margarita era una joven inocente, o así la contemplaba Fausto; por ende me veía en la obligación de expresar lo mismo. Lo cual no me era difícil. Debía expresar con mis movimientos, y con mi voz lo mencionado anteriormente.

Et puis, en l'honneur de sa dame, Il but une dernière fois.— mi tono subió, sonaba alto, pero lindo y pulido. Una sonrisa se formó en mis labios, al mismo tiempo que mis manos se levantaban lentamente, para luego caer de una manera un tanto melodramática en aquel silencio ensordecedor— La coupe trembla dans ses doigts Et doucement il rendit l'âme.

Cerré de una manera buena. Tanto es así que Raoul y Meg se levantaron de su asiento aplaudiendo.

—¡Brava, Gabbie!

Esa fue Meg.

Hice una corta reverencia, en forma de agradecimiento.

—Por favor, espera junto a las otras chicas.— habló mi madrina ahora—En un momento les llamamos.

—O en un par de horas...— masculló Christine— Tengo que analizar el perfil de cada una.

Asentí ante las indicaciones dadas, y me retiré del teatro.

No entiendo por qué carajos salí con nauseas. Lo que sí se, es que Alexandra me tenía del cabello para que pudiera vomitar con tranquilidad; mientras que mis otras dos amigas tenían cara de asco.

Di las últimas arcadas, antes de apoyar mi espalda contra la pared. 

—Estás más pálida que un muerto, Gabbie.— Dianne se incorporó ante mí, tocó mi frente con cuidado— No tienes fiebre, eso es bueno.

Hermione me alcanzó una toallita húmeda. Al tomarla, la pasé sobe mis labios.

—Me voy a morir, estoy que tiemblo.

—Estás nerviosa.— habló Alexandra, tratando de no mostrar una cara desagradable— ¿Era necesario vomitar?

—Vete a la mierda, Alex— empezamos a reírnos las cuatro. Amo la confianza que nos tenemos como amigas.

Me levanté como pude, y respiré profundo.

—Te va a ir bien, Gabbie.— alentó Hermione— Le ganas a mi hermana. Además, todos aquí te escuchamos, y fue el solo más bonito.

—¡Oye sí!— exclamó Alex, al rodearme con sus brazos tras de mí— Sonaste muy hermoso, mucho mejor que cuando cantaste think of me.

—Una patada en el trasero, fue lo que le diste a Alyssa.— mencionó Dianne, al cruzarse de brazos.

Bajamos de nuevo al teatro, mientras hablábamos de cosas aleatorias, empezamos a escuchar una pequeña leyenda por parte de un empleado de la ópera.

—Como el pergamino amarillo es su piel..

Escuchamos algunos gritos por parte de algunas niñas del ensamble, mientras que este chico hacía un poco de gestos atemorizantes.

—Un gran agujero negro es su nariz...— tomó a una de las niñas por el cuello, esta chica chilló— ¡Debes estar alerta, o te atrapará con el pujab!

En ese momento entramos rápido junto con mi madrina. Toni retiró a la chica de ahí, de inmediato le dió una bofetada a este muchacho.

—Aquellos que hablan lo primero que escuchan, entienden muy tarde que la prudencia es sabiduría.— habló mi madrina— ¡Mantén las manos, al nivel de tus ojos!

Esa frase...

¡Esa frase fue la misma que escuché cuando caí en aquel lago!

No estoy loca, yo sé que fue esa. 

Miré a mi Antoniette expectante, necesito saber a qué se referían. Esa frase tomaría más sentido aún, cuando supiera todo lo que ocultan aquí.

—Las niñas de la audición, madame Daaé las necesita de nuevo en el teatro.— anunció, su mirada se fijó en mí y de inmediato me sonrió.

Miré a mis amigas, ellas me dieron un caluroso antes de que me fuera.

Nos organizamos en fila al entrar, mi hermana estaba frente a nosotras con una expresión bastante seria. Nos indicó que hiciéramos silencio.

—Agradezco el tiempo que han tomado preparando esto, pero como saben, solo una de ustedes será Margarita.— inició, tomé mi cruz de nuevo— Mademoiselle Alyssa.

Esta chica gritó tan horriblemente que quedé sorda.

Agaché mi mirada, sabía que ella no me iba a dejar cumplir esto... ugh.

—¡Les dije que les ganaría!

—¿Alguien le habló de ganar?— interrumpió la vizcondesa, su tono de voz transmitía autoridad— Usted fue mi primera descartada, lo siento mucho. La persona que escogí para Margarita es mademoiselle Gabrielle.

Por nuestra señora de París... ¿¡QUÉ!?

—Su talento a nivel musical es muy puro, con un buen instructor lograremos mejorar unos cuantos aspectos para que no dañe su voz.— indicó, algo me decía que se estaba sintiendo orgullosa— Eso lo veremos mañana en mi despacho, ¿le parece?

Estaba totalmente muda.

¿Yo? ¿Yo era la nueva Margarita?

—Pueden retirarse.

Si esto es un sueño, que nadie me despierte... haré mi debut como actriz... ¡Algo me dice que todo esto va a salir de maravilla!

¿O tal vez no?









n/a: se viene lo chido.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top