Capitulo 1. 👇 título.

"Condenado a vagar hasta el fin de los tiempos encerrado en la tumba que un día forjó"



Egipto 1933—Narrador Omnisciente.

Rick y Evelin se casaron, tuvieron un hijo llamado Alex y Rick le dió su apellido a Cleo la hija de Evelin ella empezó a cursar el secundario y su hermano la primaria siempre lo protegía hacia su trabajo de hermana mayor, Alex saco la valentia y el coraje de su padre lo histérico bueno ya sabemos a su tío Jonathan, y lo interesante de las escabaciones y momias a mí a su madre con mi hija claro. Mientras que Cleo tenía quince años de edad, pelo castaño largo hasta la cintura y había agarrado un muy parecido a su madre por su belleza e inteligencia.

Era un hermoso día soleado los O'Cconel se encontraban a las afuera de un gran palacio que con el tiempo fue destruido en uno de los pasillos se encontraba Rick con su arma en mano listo para disparar al primer enemigo que vea, se dió la vuelta mientras que avanzaba una gran cortina de telarañas le cortaba el paso, quitó con su mano libre un poco quedando algo pegajoso limpiandose con su propia ropa camino por los pasillos unos tres metros delante de él no era mucho la visibilidad pero era lo suficiente para el, camino por esos oscuros pasajes escuchando todo tipo de ruidos y asomándose por cada pasillo que encontraba para evitar sustos y sorpresas innecesarias, escucho otro ruido a dos metros delante de él, se escuchaba como una respiración gélida como el "algo" tratara de respirar se asercó poco a poco  ese pasillo ya que habia dos lados a si que se pegó en la pared y cuando estuvo listo para salir y atacar se asomo con arma en mano pero no encontro nada solo la fría y tenebrosa oscuridad pero de repente al girarse se asusto con su hijo de 9 años de edad, cabello castaño bien arreglado y ojos color negro que lo miraba con una sonrisa por haber logrado asustar a su padre, Rick lo ayudo a levantarse del suelo.

—¿Alex?.—Exclamo su padre recuperándose del susto que le dió su hijo.—¿Que haces aquí, no te dije que te quedarás con tu hermana?.—Le preguntó su padre algo molesto, el niño protesto.

—Aaaiisshh, es aburrido encontró algo y está investigando que es, ni cuenta se dió que me escape.—Dijo triunfante por su escapada, su sonrisa se borró al escuchar su nombre proveniente de su hermana.

—Alex.—Llego a su padre y hermano menor.—Lo siento papá, estaba investigando algo.—Le dijo la mayor algo apenada.

—¿Que pensabas que una momia regreso a la vida?.—Pregunto el pequeño ignorando a su hermana mayor.

—Algun día te contaré la historia de como conocí a tu madre y hermana.—Le explico su padre a su hijo.

—Papa, es que vi tu tatuaje en una de las estatuas.—Le explico Alex, Rick miro a su hija y está asintió ya que vio el mismo tatuaje.

—¿Que?.—Pregunto dudoso a sus hijos.

—En la pared que está a un lado de la entrada hay una figura como está con la pirámide, el ojo y los dos reyes.—Explico Cleo tocando el tatuaje de su padre y su hijo asintió a la explicación de su hermana.

—Enserio.—Exclamo sorprendido por lo que su hija dijo, los dos niños asintieron.

—Si.—Exclamaron sus dos hijos, Rick no sabía si creerles o no pero Cleo llevaba más tiempo en esto que ellos dos a si que debía de creerle a ambos.

—Despues iré a verlo, mientras tanto esperennos arriba.—Les ordene.

—Pero papá.—Exclamo su hijo quejándose no quería irse muy pocas veces podía acompañar a sus padres y quería pasar el mayor tiempo posible con ellos.

—Sin peros recogan sus cosas y los veré en el templo.—Ordeno a los chicos.—Cuida de tu hermano.—Ordeno a su hija mayor.

—A la orden señor.—Hizo la señal del soldado llevándose su mano a la frente.

—Pero, ¿Que haré mientras tanto?.—Pregunto Alex.

—No lo sé, puedes enseñarle a tu hermana a crear una ratonera como la última vez.—Dijo mientras recordaba uno de los intentos fallidos echos en casa, su hermana lo miro con asco odiaba las ratas.

—¿ Y tú qué harás papá?.—Le preguntó su hija curiosa.

—Ire a buscar a su madre antes de que profane otra tumba.—Les dijo recordando la última vez por leer un libro.





Narra Cleo.

Al llegar al lugar donde habia un torre de madera Alex se subió allí, lo seguí subiendo a la torre luego de eso unos hombres ingresaron Alex y yo nos miramos entendiendo nuestro mensaje nos escondimos un poco y espiamos.







Narra Evie.

Ahora mismo nos encontrabamos en una expedición, Rick y yo y bueno nuestros hijos ya que no se quisieron quedar en casa y Cleo no lo dudo dos veces que quiso venir con nosotros.

—Evi.—Me dijo Rick sacándome de mis pensamientos y señalándome una serpiente.

—Largate.—Le dije dando una pata Rick la esquivo.—¿Son venenosas, no?.—Me preguntó.

—Solo si te muerden.—Le respondí obvia, seguí limpiando la escritura de la pared.—¿Que era todo ese alboroto?.—Le pregunte a mi esposo.

—Ah, nada Alex quería mostrarme algo.—Me dijo.—Te lo juro, cada día que pasa se parece más a ti, y ni hables de tu hija.—Me dijo mi esposo.

—Se pone más atractivo, más dulce... Y más encantador.—Le dije coquetamente, sonrió.

—Bueno no te olvides de tu hija, saco el encanto tuyo, tendré que poner más seguridad.—Comento algo celoso, sonreí amaba que la cuidara.

—No, me vuelve más loco.—Me dijo dándome un beso.

—¿Dónde estábamos?.—Hable volviendo a lo nuestro tomando mis herramientas.

—Martillo y cincel.—Pedi y el me los alcanzo, el me quedo mirando como diciendo, "es encerio".

—Bien hazlo a tu manera.—Le dije regresandole su herramienta el comenzo a golpear la pared hasta que dejó ver un recinto lleno de momias, escorpiones y arañas, entre primero mientras que Rick me seguía detrás con la antorcha en mano.

—Desde que tuve este sueño, solo puedo pensar en este lugar.—Dije observando con lujo de detalle.—Es como si me quisieran decir algo.

—Pues gracias a tus sueños, no eh podido dormir ni una sola noche.—Se quejo Rick a mi lado.

—Presiento que lo conosco, que ya eh estado aquí antes.—Dije observando las paredes y las escrituras en ella.

—Cielo no ah habido nadie más de tres mil años aquí, solo esas momias.—Exclamo mi esposo.

—¿Entonces como sabemos dónde vamos?.—Le pregunte abriendo una puerta Rick entro primero por obvias razones lo seguí de Serca al entrar al pasillo tuve una visión como si estuviera en esa época, la puerta de adelante se abrió dejando ver un cofre y a su lado dos guardianes de pronto salió una chica y cerró la puerta.

—Moviendola de esa forma harás tú firma.—Me dijo mi esposo ya que movía mi antorcha desesperada por qué la imagen se desvanecio.

—Tuve una visión, fue como un sueño como si ya hubiese estado aquí.—Le explique a mi esposo, este intentaba abrir la llave.

—Bueno si has estado aquí ayúdame abrir esto.—Dijo haciendo fuerza, rodee los ojos y me aserque.

—Ten.—Le di mi antorcha y empecé a girar la llave, dos vueltas para la izquierda y una vuelta para la derecha luego la apreté, la puerta se abrió, mire a mi esposo victoriosa.

—Ya me estás asustando.—Exclamo algo sorprendido.

—El emblema del rey escorpión se supone que es un mito, no no sean hallado rastros de el ni un vestigio ni un registro.—Dije pasando mi dedo por la figura.

—Tal vez no quería que sean encontradas.—Exclamo mi esposo.—Cielo, no se esto me está dando mala espina.

—Es un cofre, nunca pasó nada por abrir un cofre.—Exclame sorprendida.

—Eso mismo me dijiste sobre un libro, ¿Recuerdas cuál fue?.—Me preguntó sarcástico.

—Oh vamos, no podemos parar ahora.—Exclame emocionada. Rick rendido comenzó a forcejear, rendido me miro.—Cielo hazlo a tu manera, me dijo y sonrientee aserque con la llave y abriendo el cofre dentro de él se encontraba el brazalete de Anubis.

—El brazalete de Anubis.—Exclame sorprendida observandolo los dos juntos.


Por otro lado con los hermanos.

Alex se encontraba en la plataforma con su hermana el sostenía su resortera en mano Para asestarle otro golpe a Spivey uno de los ladrones el cual se encontraba agachado revisando el bolso de Cleo. Soltó la resortera pero antes de que le diera al ladrón la mano Jacques otro ladrón que estaba al lado de su compañero la tomo observando de dónde provenía al alzar su mirada ambos hermanos se agacharon para esconderse pero era tarde, Spivey enojado con el muchacho pensaba lanzarse con el pero Jacques no se lo permitió y el fue quien avanzo contra la más grande de los O'Cconel ya que sabía que el pequeño no haría nada.

—Yo me encargaré de ella.—Dijo avanzando hacia la torre, la muchacha al estar en tierra sintió el agarre del hombre la tomo de su brazo apoyándola contra su pecho y deteniéndola con su cuchilla en su cuello.—Niña Jacques te va a rebanar el cuello y solo las ratas podrán disfrutarte.—Lo dijo en su oído dandole asco a Cleo está vio a su hermano forsejear con el otro tipo y no lo pensó dos veces al hombre lo tomo de su brazo dándole un giro quebrándole su brazo y luego lo tira al piso.

—A las damas se les trata bien.—Le dijo mientras estiraba su brazo más para atrás, luego se escapó sosteniendo su brazo giro a ver al otro hombre que tenía su hermano y este al ver su mirada lo soltó y salió huyendo Cleo se asercó a su hermano ya que sintieron un temblor. Otro hombre llegó y les gritó a sus compañeros.

—Vamonos de aquí esto se va a derrumbar.—Los tres huyeron como gallinas.

—"Hombres".—Penso mi voz interior.

Rick lo tomo y justo en ese momento todo comenzó a temblar.—Oh, por dios.—Exclame, y lo volví a guardar todo quedó calmo.

—¿Que dice?.—Pregunto Rick.

—Dice: "Quien toque este brazalete, beberá agua del Nilo".—Lei la inscripción.

—Bueno eso no es tan malo.—Exclamo mi esposo.

—Claro, no sería malo si no tendrías que tomar tooodaaa el agua del Nilo.—Le dije pero el tomo mi brazo comenzando a correr ya que de nuevo comenzó todo a temblar por supuesto tomo el cofre, el agua comenzó a destruir las paredes y el agua nos empujó estábamos manteniendomos a flote entre unas rejas.

—Esto se ve mal.—Exclamo mi esposo.

—Ya nos ha pasado antes.—Le dije.

—Esto es peor.—Volvio a gritar, ya que el agua nos cubrió completamente Rick tomo mi mano para no separarnos en eso es uchamos un ruido y el agua nos arrastro saliendo por una pared y llegando a tierra y al levantar la mirada veo a mis dos hijos viéndonos a Cleo llena de tierra y a mi hijo Alex nervioso por su travesura.

—Mama puedo explicarlo todo.—Dijo el viéndonos, pero no sabía si llamarle la atención o felicitarlos a ambos ya que de seguro Cleo tenía algo que ver en esto.






1899 palabras.

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