Capitulo 4

-Yhor Berwish... 1860-repasaba la azabache leyendo su libro mientras caminaba al guindadero para colgar su vestido, ya estaba cambiada con su bata de tirantes blanco y cabello suelto-1865 con...-atenta a su lectura colgó su vestido pero este cayó sin darse cuenta-¡oh por Dios santo, tampoco fue un beso agradable!-espetó al recordar al ojidorado, ¡era tan egocéntrico!

Dejo de leer y fue al tocador colocando el artefacto en el mesón, se cepilló su cabello con tranquilidad pero al hacer un mal movimiento cayó el libro, suspiro de mala gana y fue a recogerlo llevándose una gran sorpresa y gritando de terror al ver a un hombre tras de ella cuando se enderezó, poseía ropas negras y rojas muy cubierto. El extraño la tomo por el cuello y la estampo en la pared apuntandola con un garfiel en su mejilla.

-¿donde esta el mapa?-interrogó

-e-en l-la la...-titubeaba mirando el mapa en una mesita más adelante de ellos acompañada con una vela, el hombre captó

-¿y la llave? ¿En donde esta?-volvió a preguntar, ¡Kagome estaba nerviosa!

-la... La... La ¿que?-

-¡Kagome!-entro Inuyasha a la habitación con dos revolver en sus manos

El Medjay enseguida colocó a la azabache en frente suyo y apunto el arma blanca en su cuello, como si fuera su rehén. Al instante otro Medjay apareció en la ventana apuntando a Inuyasha pero este fue mas rápido y le disparo y sin querer también a un fogón donde enseguida cayó al sofá y se incendiándose, entonces Kagome aprovechó y tomó la vela en la mesa y golpeó el ojo del sujeto tras suyo, liberándose y así ocultarse tras de Inuyasha quien le disparó al hombre pero este fue más rápido escondiéndose tras los muebles mientras que todo incendiaba el lugar y con ella el mapa.

-¡aay! ¡El mapa, el mapa! ¡Olvide el mapa!-asustada se devolvió a la habitación pero el chico la tomo de la muñeca

-tranquilicese, yo soy el mapa, todo está aqui-señalo su cabeza

-ay, eso es un consuelo-

La habitación se incendiaba cada vez mas, el hombre no aguantaba el terrible dolor que había ocasionado aquella mujer con la vela, pues, se percató de una caja que estaba tirada en el suelo y ahí se dio cuenta que era la llave, pero antes de dar un paso, Miroku apareció llamando a su hermana y empujándolo sin querer hacia un mueble cubierto en llamas, donde el sujeto se había únido tambien con el elemento.

Miroku aprovecho y tomó la caja y se largo de ahí antes de que él se quemara. En un instante, varias partes del barco se incendiaron, y se podía ver a muchos de los egipcios sacando a los caballos del lugar, y claro, salvar sus propias vidas también.

-tome esto-le dio un bolso a Kagome algo pesado, esta supuso que ahí estaban las armas

Los Medjays disparaban, Inuyasha se unía al evento pero en contra y hubo una ocasión en que casi le disparan la cabeza a no ser por Kagome que lo empujo hacia ella evitando tal tragedia. Siguió disparando, hasta los norteamericanos, los cuales estaban muy complacidos. Sin perder la oportunidad, el ojidorado llego con la chica al balcón del barco.

-¿¡sabe nadar bien!?-pregunto guardando sus revolver

-¡pues claro que sé nadar cuando la ocasión lo requiere!-espetó Kagome, ¿por que hacía preguntas tan tontas?

-¡sigame! ¡Ahora lo requiere!-dicho esto, la cargo estilo nupcial y la tiro al Río Nilo

Antes de hacerlo también, uno de esos hombres apareció al frente subiendo al barco y lo golpeó, Inuyasha tampoco se quedó atrás, ¿quieren guerra? Pues guerra tendrán, al pensarlo le dio varios golpes y lo lanzó hacia una pequeña bodega cubierta en llamas.

-¡Taisho, Taisho! ¿¡que es lo que vamos hacer!?-llegó a su lado Mukotsu desesperado por la situación

-espera aquí, ¡ire por ayuda!-dicho esto, se lanzó al río

Mukotsu espero pero al darse cuenta que la situación empeoró aún más, frustrado se lanzó siguiendo a Inuyasha.

Mientras tanto, los norteamericanos cada vez que veían un sujeto con esas extrañas ropas, le disparaban sin dudar ya que no eran del navío. En eso, llegó Miroku viendo como se divertían disparando.

-ah, los norteamericanos...-suspiro y se asustó al ver aquel sujeto que le arrebató la llave cubierto en llamas por todo su cuerpo dirigiendose a él pero Nobunaga se adelantó y le disparó varias veces hasta que este cayó al río, celebrando por eso-creo que esto es una farsa amigos, ¿y estoy asustado?-miro la caja y sonrió-pues yo creo que no-rió

Pero las risas y el escándalo de cada uno ellos se desvaneció ya que se presentó una pequeña explosión y tuvieron que saltar al río antes que el barco se explotase por completo, hasta los egipcios junto con los caballos. Menos mal que estaban algo cerca de la orilla y así no tener dificultades en nadar.

-¡lo hemos perdido todo!-se quejo Kagome llegando a la orilla, estaba toda mojada-nuestras herramientas, todo el equipo, ¡toda mi ropa!-

-¡Taisho!-llamo Renkotsu desde el otro lado del río-¡TAISHO! ¡A MI ME PARECE QUE TENGO TODOS LOS CABALLOS!-

-¡RENKOTSU!-llamó Inuyasha-¡A MI ME PARECE QUE USTEDES ESTAN DEL LADO EQUIVOCADO DEL RÍO!-

-rayos...-murmuró y hecho un vistazo a su alrededor-él tiene razón ¡maldita sea!-furioso golpeó al agua ¡cuanto odiaba a ese hombre!

----------*----------

Se resguardaron en una pequeña ciudad, ahí compraron todo lo necesario como ropa, calzados y cosas de usos personales, se podría ver a Mukotsu quien fue echado de una tienda repleta de mujeres, parecía que estaba espiándolas. Mientras que en el otro lado, Miroku observaba a los camellos y decir cual podría llevar junto con Inuyasha.

-ah, sólo quiero cuatro, ¡no sea usted un estafador!-se dispuso a discutir

-entonces sólo págale al hombre-le comento Inuyasha

-oh Dios santo-exclamo a voz alta buscando su billetera de mala gana-no puedo creer el precio de estos camellos-

-probablemente pudimos obtenerlos gratis-dijo este guiando al camello junto a él-solo tenías que darle a tu hermana-sonrió, aunque una parte de él no quería semejante y posible acuerdo con el vendedor

-si... Una oferta tentadora ¿verdad?-comento Miroku

En eso, la azabache llega junto con un grupo de mujeres que la había vestido como ellas, una egipcia. Con un ligero vestido negro de mangas largas, en su cabeza una capa negra de mallas con pequeños detalles y donde ocultaba una parte de su rostro, mostrando sus ojos chocolates muy intensos.

-mucho-sonrió al verla algo idiotizado

Una belleza única la cual Inuyasha no evito apartar su mirada, tan hermosa, que su nívea piel hacia mucho contraste con aquel negro vestuario, sin embargo, un sentimiento floreció en ese instante y que decidió guardarlo tal vez sea... Para más adelante. Sonrió aún más acariciando el animal y se dispusieron a recorrer el desierto para llegar a su destino.

-nada como los camellos-se quejo Miroku-tienen pulgas, escupen y muerden-

-yo creo que son adorables-sonrió Kagome acariciando la cabeza del mamífero

-utou mo verbi, utou moo-empezó a cantar Mukotsu, algo que le desagrado al ojiazul

Montados en los camellos, recorrieron durante todo el día en el desierto, hasta que llegó la noche, donde una azabache coloco su cabeza en el hombro del chico completamente dormida, este la separo con cuidado de no despertarla, hasta había callado a los camellos. Por otra parte, Mukotsu roncaba muy sonoro y Miroku lo calló golpeándolo con una barilla y fingió dormir cuando esté despertó somnoliento.

Mientras que esto sucedía, cierto grupo de Medjays, liderado por un chico llamado Koga Wolf observaban a los cuatro viajeros desde una distancia apropiada, arriba de un acantilado. Y el cual, Inuyasha se había dado cuenta, parecían aquellas personas que vió aquella vez.

-esto si es muerte para dar...-murmuró Koga sin dejar de mirar aquel grupo

----------*----------

Llegaron al sitio antes del amanecer, al mismo tiempo que Renkotsu llegó con los norteamericanos, el egiptólogo y varios de los egipcios sirvientes de estos. Al ojidorado no le importo, prácticamente ese miserable se las pagaría algún día.

-¡buen día amigo mío!-Inuyasha lo ignoró

-¿que demonios hacemos?- pregunto Nobunaga

-paciencia mi buen baranda, paciencia-respondio Renkotsu

-recuerda nuestra apuesta Taisho, el primero que llegue a la ciudad gana 500 en efectivo-limitó a decir Hoyo

-hay 100 para ti si nos ayuda a ganar la apuesta-le ofreció Nobunaga Renkotsu

-ah, ¡sería un placer!-sonrió-oye Taisho-este sin interés lo miro-lindo camello-dijo irónico, Inuyasha se atino a sonreír si más

-preparate-le aviso el chico a la azabache mirando el horizonte

-¿para que?-murmuró a voz baja

-para mostrarlos el camino-

Kagome abrió sus orbes y miro el horizonte, el sol se alzaba mostrando el hermoso alba que se presentaba en el lugar, haciendo un inesperado espectáculo; se estaba reflejando poco a poco la ciudad de Hamunaptra.

-oye... Eso es grandioso-halago Nobunaga

-es increíble amigos, Hamunaptra-susurro Akitoki

-ahí vamos-se preparó Inuyasha

Cuando la ciudad se reflejó completamente, dejándose ver con claridad. El ojidorado hizo que el camello corriera hacia allá seguido por Kagome y los demás, siendo imitados por el otro grupo. Durante la carrera, Renkotsu golpeaba al chico con su barilla pues, este casando de tantos golpes lo tomó por la camisa y furioso lo tiro al piso arenoso. Esto hizo reír a Kagome que enseguida se posó al lado de Inuyasha, eran los primeros de todos y la idea era llegar juntos pero el camello de la chica corrió más haciendo que está entrara en pánico y así llegar primero a la ciudad.

-¡uuuhh! ¡Kag, adelante!-grito de felicidad su hermano desde más atrás

Y pues... Kagome estaba muy feliz, al fin llegó a su destino sin saber el desastre que se podría presentar.

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