Capitulo 3

-le daré cien libras por salvarle la vida-ofreció la bibliotecaria al ver tango prisioneros en ese lugar, ansiando la muerte de uno de ellos

-madam, ¿yo pagaría solo cien libras? Mejor es verlo morir-respondió y dio orden a que pasarán al chico

-¡tre-trecientas libras!-titubeó y vio a Inuyasha, le estaban colocando la soga por el cuello listo para ejecutarlo

-¿tu último deseo, puerco?-le interrogó uno de los empleados ajustándole la cuerda bruscamente

-si, quite el nudo y déjeme ir-contesto cansado

-¡quiere que lo deje ir!-le aviso el hombre entre risas al dueño

igemar! No lo dejaremos ir-dijo otra palabra egipcia, el hombre le dio un golpe al chico en la cabeza

-quinientas libras-volvió a ofrecer Kagome

yakabonda!-miro a la mujer-¿Y que más? ¿No tiene otro que...?-tomó una de sus piernas para acariciarla pero esta le dio un golpe con su bolso de mano haciendo que los pricioneros rieran por tal acto-¡yabantlar!-espeto furioso

El hombre empujo una barilla haciendo que el chico cayera.

-¡NO!-expresó Kagome asustada, lo vio intentando sobrevivir

-agh ¡su cuello no se rompió!-dicho esto, los prisioneros gritaron de decepción-ahora veremos cómo se estrangula hasta morir...-sonrió maléficamente

Kagome no quería ni verlo de ese estado, no tenía que permitir eso, era su única salvación para encontrar la ciudad.

-él sabe donde esta Hamunaptra-reveló, Mukotsu giro a verla

-no es cierto-

-¡nunca miento!-alzó la voz

-¿me esta diciendo que este holgazado hijo de puerca, sabe donde esta Hamunaptra?-

-¡si! Y si lo suelta le daremos el...-vio al chico, sabía que no estaba aguantando mas-10%-

-50%-

-¡20!-este iba a reprochar pero se adelanto-¡30!-

-¡25!-

-¡ah! Hecho...-sonrió Kagome, este al darse cuanta de lo que dijo grito de frustración

-¡suelten la soga!-ordenó de mala gana

Dicho esto, el hombre lo soltó e Inuyasha cayó tosiendo e intentado normalizar su respiración mientras que Kagome se levantaba del asiento donde estaba muy sonriente y victoriosa por haber chantajeado a Mukotsu.

---*----

Al día siguiente...

Puerto Gizet, El Cairo.

-¿realmente crees que él sepa algo?-pregunto la azabache con sus maletas en manos y caminando hacia la entrada del navío de la ciudad donde iban a viajar

-si... Sin duda conociendo mi suerte-dijo su hermano-puede ser un vaquero pero conozco su clase y su palabra vale-

-pues yo creo que es desaliñado, grosero y totalmente ignorante, la verdad no me simpatiza...-

-¿alguien que conozco?-interrumpió un chico llegando a ellos

Kagome y Miroku voltearon y vieron a Inuyasha, la bibliotecaria quedó sin habla al verlo de arriba a abajo mientras depositaba sus maletas en el piso, lucía muy pulido con un traje beich, muy cómodo como para realizar un viaje, su cabello lo llevaba atado en una coleta alta y parecía que se lo había cortado un poco. Estaba muy guapo a decir verdad, cosa que se maravillo la chica y más con aquellos ojos dorados que la miraban intensamente arqueando una ceja.

-oh, hola...-murmuró Kagome

-jajaja, buen día para empezar una nueva aventura ¿eh, Taisho?-simpatizo Miroku dándole palmadas en su hombro

-si, si, hermoso-espeto enseñándole una cartera tras de su chaqueta, sabiendo las intensiones del chico

-oh no no no, jamás le robaría a mi socio, socio-rieron ambos

-y me pregunto si no me guarda rencor por el...-comento por lo sucedido de la otra vez, es decir, el golpe que le había dado

-no no, me pasa todo el tiempo-nego este restándole importancia aunque si le había dolido

-em señor Taisho-llamo la atención Kagome-¿podría mirarme a los ojos y garantizarme que esto no se trata de una tomadura de pelo? Por que si es así, le advierto que yo...-

-¿usted advierte?- interrogó mirandola-dejeme decirle esto, mi maldita guarnición creía tanto en esto que sin tener órdenes marchó por toda Libia y llegaron a Egipto para buscar la ciudad-explico bajo la atenta mirada de la chica- y al llegar ahí sólo encontraron arena y mucha sangre... Deme sus maletas-ofreció este último para ayudarla y tomó los dos cargamentos y llevarlo adentro del barco

Kagome aún seguía mirándolo atentamente seguida por Miroku.

-ah si, tenías razón... Sucio, grosero, desaliñado y nada que nos guste de él-expresó

La chica no le hacía ni el mínimo caso, se impresionó más bien aquella explicación de parte de la guarnición que él había liderado.

-brillante y bella mañana-apareció Mukotsu subiendo al barco

-oh no, ¿que hace usted aquí?-comentó esta con cierto desagrado

-vine a proteger mis inversiones, muchísimas gracias-excusó y subió, seguido por los hermanos no muy convencidos

---*---

La noche llegó con una iluminante luna llena, reflejando a ciertos Medjays que navegaban cerca de aquel barco, con la precaución de que nadie los estuviera viendo ya que... Tenían que cumplir una importante misión que los había mandado su líder.

-deja de jugar con esos lentes y presta atención el juego-decía un integrante de un grupo norteamericano y cazadores de tesoros, siendo conducidos por un celebre y egiptólogo, Suikotsu, quien estaba algo distanciado

-sin mis lentes no puedo hacer nada, Nobunaga-comentó su amigo y compañero, Akitoki

-ah Taisho, sientese necesitamos otro jugador-dijo Miroku al ver que Inuyasha había entrado al balcón del barco

-sólo juego con mi vida jamás con mi dinero-respondio este

-¿Jamas? ¿Y si te apuesto 500 dólares a que llegamos a Hamunaptra antes que tú?-añadió otro integrante del grupo, Hoyo

-¿estan buscando Hamunaptra?-pregunto Inuyasha

-íban a encontrarla-dijo Nobunaga

-¿quien dice eso?-

-él lo dice-señalaron a Miroku este río con nerviosismo ante la aniquiladora mirada del ojidorado quien coloco una mano en su hombro

-je.. Eem bueno parece que... ¿Apuestas?-trato de cambiar el tema Miroku

-jum, si claro que si-sonrió

-¿por que está tan seguro señor?-le pregunto Suikotsu al ex-líder desde su puesto, apoyado en el barandal del barco

-¿y por que usted?-pregunto este

-bueno, tenemos a un hombre que ya estuvo ahí-informo Hoyo

-ah que coincidencia por que Taisho...-no pudo terminar Miroku ya que Inuyasha pateo con fuerza su aciento-ah ¿quien juega?-

-a mi me toca-alzo la mano Nobunaga

-ah pensé que él..-

-bueno me retiro... Que descansen-añadió Inuyasha con una sonrisa mientras apretaba el hombro del ojiazul-Miroku-susurro, este asintio percatándose lo que queria decir y con esto, el chico se retiró

-ja... Adios-

---*---

Kagome estaba en el balcón sentada mientras leía un libro, sin percatarse de que varios de los Medjays navegaban más abajo, claro, el barco era alto. En un instante, su tranquilidad fue interrumpida bruscamente por aquel chico que había tirado un bolso en la mesa, asustándola "sin querer".

-ups-rió burlón al ver su reacción-lo siento, no quise asustarla-esta lo miro frunciendo el ceño

-lo único que me asusta señor Taisho son sus costumbres-aclaro

-¿que, el beso no le gustó?-sonrió

-ujum, si eso no le llama usted, un beso...-habló lentamente, Inuyasha se quitó su " chamarra" donde descansaban muchas de las armas blancas y demás que el utilizaba en las batallas, colocándola en la mesa, algo que le dio curiosidad a Kagome

-ay... Hay algo que yo no sepa, emm ¿iremos a la guerra?-pregunto al ver esas cosas no muy decentes para ella coloco su mirada en él

-señorita, hay algo allá-anuncio alistando un revolver y colocándolo en uno de los tiros de su pantalón-algo abajo de la arena-

-si... espero encontrar cierto artefacto... Un libro en realidad-comentó-mi hermano cree que hay un tesoro, ¿usted que... Que espera encontrar?-le pregunto curiosa

-creo que... El mal-la miro y vio que tomó una cuchilla en miniatura entre sus frágiles manos-los genuinos y los taurixs creen que Hamunaptra esta maldita-dicho esto le arrebató con cuido el arma para que no se hiciera daño

-bueno, yo no creo en los cuentos de hadas y maleficios señor Taisho pero... Creo que uno de los libros más famosos de la historia está enterrado ahí, el libro de Amon-Ra contiene todos los secretos de los conjuros del viejo reino egipcio-explicó y sonrió-mire esto fue lo que me interesó de Egipto cuando era niña y es por eso que vine aquí... Ha sido una meta en mi vida-

-es más, del hecho de haber oro puro le interesa a usted ¿verdad?-Kagome abrió sus orbes impresionada y sonrió aún más

-ah, usted conoce la historia-

-el tesoro-le devolvió el gesto mientras introducia unas balas a otro de sus revolver

Hubo un pequeño silencio entre los dos, pues, Kagome quería preguntarle algo más, aunque le daba algo de vergüenza.

-am, por cierto... ¿Y por que me beso?-pregunto sonrojada sin dejar de mirarlo

-jaja, iba a ser ahorcado me pareció buena idea hacerlo-confesó egocéntrico, al recibir esta respuesta Kagome fruncio el ceño y se levantó indignada para irse de ahí, siendo observada por Inuyasha quien estaba confundido-¿que...? ¿Que dije?-

No recibió respuesta. Pero escucho un quejido tras de los grandes cargamentos que tenía el barco, se acercó y tomó al extraño hombre por las solapas de su camisa y lo acorraló con brusquedad en los cargamentos.

-ah, ¡que grata sorpresa! Mi gran amigo, estas vivo... Estaba muy, muy preocupado-sonrió falsamente

-vaya aquí tenemos a mi querido amigo Renkotsu-le dio una corta mirada de arriba a abajo-creo que te mataré-le apunto el revolver en su pecho

-¡ah, piensa en mis hijos!-

-tu no tienes ningún hijo-negando, entrecerro sus ojos

-pero podría tener...-

-cállate-lo estremeció y este calló-asi que tu trajiste a los norteamericanos, debí suponerlo ¿que planeas Rekontsu? ¿Los llevarás en medio del desierto y los dejarás que se pudran?-interrogó sin aún bajar el arma

-no, en esta ocasión no...-aclaró-esos hombres son muy listos, sólo me pegaron la mitad y la otra cuando vuelvan al Cairo así que esta vez debo llevarlos-

-aja... Los engañarás ¿eh?-guardó el revolver, el chico lo miro curioso

-tu jamás haz creído la existencia de Hamunaptra, ¿por qué vas a regresar?-pregunto

Inuyasha vio la dirección donde se había ido Kagome, y da la sorpresa que todavía estaba ahí, sólo que acariciando los camellos.

-¿vez a esa chica?-Renkotsu dirigió su mirada a donde estaba la azabache quien volteo con una leve sonrisa encontrándose con aquellos pares de ojos dorados, inusuales en el mundo-me salvo el cuello-

Ante la atenta mirada de Inuyasha, la chica se separó del animal y se retiró del lugar algo apurada. Renkotsu volvió su vista con la de su antiguo compañero.

-aah, tu siempre haz tenido más bolas que cerebro-dicho esto, el ojidorado lo miro serio y rió con ganas seguido por Renkotsu-si jajaja-

-jaja si, adiós Renkotsu-lo tomó de las solapas listo para lanzarlo fuera del barco

-¡¡no pero nooo!!-y, lo lanzo, Inuyasha negó mientras tomaba otro revolver más que estaba en la mesa-¡Taisho!-escuchó su llamo pero lo ignoró

En ese momento captó con su mirada unas huellas de zapatos, parecía que alguien había nadado y entró al barco, confundido le dio un vistazo a Renkotsu pero este todavía estaba en el agua intentando subir y volvió su vista a las huellas, daba la dirección donde se había ido Kagome.

Oh no, ¡Kagome!.

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Encontré una manera para poder escribir, así que espero le hayan gustado el capítulo, tsmbien sus comentarios y estrellitas! Nos leemos!!💗

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