Dejé el Atrapa Sueños en su lugar y regresé a mi cama. Me senté en esta y revolví nerviosa mi cabello.

¿Un sueño?

Era una probabilidad, pero todo se había sentido tan real.

ㅡLo fue ㅡsubí la mirada sorprendida, encontrándome con ese chicoㅡ. No ha sido tu imaginación. Todo realmente ha sucedido.

ㅡP-pero... eso es imposible. No existen los chicos que vienen de la Luna o personas que logren detener el tiempo. Es algo...

ㅡ¿Ilógico? ㅡdijo en un intento de completar mis palabras. Asentí y abracé a mis piernas.

Él se acercó y tomó posición a mi lado. Tenía el pequeño adorno colgando de su cuello y los tatuajes seguían esparcidos por su brazo, aunque había uno menos.

ㅡSi no te gusta la definición "Chico de la Luna", puede ser "Ángel Guardián."

ㅡPrefiero la primera.

Rió por mis palabras y tomó mis manos entre las suyas. Acarició el dorso de estas para después dejar un casto beso. Sonreí ante el tacto de sus carnosos labios contra mi piel.

ㅡLa Luna habla mucho de ti.

ㅡ¿Si? ㅡexpresé con sorpresaㅡ ¿Y qué dice? ㅡcuestioné mientras me acomodaba para quedar frente a él.

ㅡPues... que eres una niña buena y estudiosa, pero que tu vida es... triste.

ㅡYo no la denotaría así ㅡle interrumpíㅡ. Creo que es... diferente. Muchos tienen padres felices, otros divorciados y algunos ni tienen. Hay momentos donde me siento afortunada por tener una familia, aunque esta siempre se encuentre entre sollozos y lágrimas.

ㅡElla tiene razón... ㅡsusurróㅡ Eres única, especial.

Se acercó, esta vez para besar mi frente. Me abracé a él, tal vez buscando refugio entre sus cálidos brazos. Me envolvió y acomodé mi cabeza en su pecho. Los latidos de su corazón me tranquilizaban.

ㅡTambién comenta que eres fuerte, valiente y que te gusta dibujar ㅡsusurró.

ㅡSi... ¿acaso la Luna es una stalker?

Reímos a la par, pero esto no duró mucho cuando sentimos la puerta abrirse. Salté, separándome de sus brazos y observé a la persona que acababa de entrar.

ㅡMi amor, ¿sucede algo? ㅡpreguntó para después mírame fijamente.

ㅡE-esto tiene una explicación, mamá ㅡdije nerviosa mientras estiraba las manos.

ㅡEso espero ㅡhabló cruzándose de brazosㅡ. Ahora dime por qué aún sigues despierta.

ㅡE-es que... ¿Eh?

ㅡSí, ¿por qué no has dormido aún? Son la 1:00 a.m.

Pestañé varias veces para después voltear. Ya no estaba, había desaparecido como la última vez.

ㅡRespóndeme ㅡexigió.

Giré y la miré intentando disimular mi nerviosismo y ansiedad.

ㅡTuve una pesadilla. Solamente eso ㅡmentí.

ㅡ¿Con qué soñaste? ㅡpreguntó acomodándose a mi lado.

ㅡCon la realidad ㅡrespondí bajando la vista.

Mi pesadilla no era un sueño, era la realidad que azotaba todos los días.

ㅡMi amor, y-yo-

ㅡLo séㅡle cortéㅡ. Lo amas y por eso seguirás a su lado soportando sus insultos, gritos y golpes ㅡsusurré mientras sentía como mis ojos se cristalizaban con cada palabra.

ㅡPero él cambiará. Ya verás, volveremos a ser una familia feliz.

ㅡBasta... ㅡmumuré y las lágrimas se deslizaron por mis mejillas.

ㅡIremos a la playa, haremos cenas familiares y nos reiremos. Luego, en la noche, veremos estrellas y-

ㅡ¡Basta! ㅡgrité y levanté la miradaㅡ ¡Eso no pasará! ¡Él no cambiará y jamás seremos una familia feliz! ¡Despierta de ese maldito sueño!

ㅡNo digas eso, Haneul ㅡhabló tomándome por los hombros y sacudiéndome levementeㅡ. Todo eso se cumplirá, ya verás. Yo-

ㅡ¡Deja de vivir en un cuento de hadas! ¿¡Cómo puedes ser tan poco realista!? ¡Papá es un maldito-!

No pude continuar, una mano había impactado con fuerza contra mi mejilla. Producto del golpe, mi cabeza giró un poco y sobé mi cachete con mis dedos. Ardía, pero me dolía más el hecho de quien me había ocasionado esto. La observé aún sorprendida.

ㅡNo vuelvas a hablar así de tu padre. Gracias a él tenemos un plato de comida todos los días sobre la mesa.

Suspiró y se levantó. Caminó hacia la puerta y, antes de retirarse, agregó.

ㅡEs hora de que duermas. Dulces sueños ㅡfinalizó y desapareció.

ㅡ¿Estás bien?

Mis ojos recorrieron la habitación hasta llegar a la ventana, al lado de esta, se encontraba él.

Se acercó hasta mí y se acomodó a mi lado. Su rostro sólo mostraba preocupación. Acarició la mejilla golpeada.

ㅡ¿Por qué no paraste el tiempo? ㅡpregunté con la voz entrecortada.

ㅡLo siento... no pensé que sucedería esto. Yo-

Sus palabras quedaron a medias producto del abrazo repentino que le había dado.

ㅡNo digas nada... Sólo... abrázame ㅡpedí con lágrimas en los ojos.

Así hizo, envolviéndome de nuevo entre sus cálidos brazos. Yo me aferré a su camisa blanca y escondí mi rostro en su pecho.

ㅡTranquila ㅡsusurró en mi oído mientras acariciaba mi espaldaㅡ. Todo estará bien. Ahora estoy contigo.

En cierto modo, sus palabras lograron calmarme y, a pesar de ser un desconocido con poderes sobrenaturales, se había ganado mi total confianza y cariño.

Nos acostamos, pero no se rompió el abrazo y, mientras él seguía dándome mimos y diciendo palabras de consuelo, yo fui sintiendo como mis párpados se iban cerrando poco a poco.

ㅡYo siempre estaré contigo... —susurró antes que el cansancio me ganara y terminara dormida entre sus brazos.

Era Luna Creciente, al igual que mi amor por él.

~☆~

Abrí mis párpados lentamente y me estiré en el lugar. Una vez mis ojos se acostumbraron a la luz que entraba por la ventana, detallé el varonil cuerpo que estaba a mi lado.

ㅡ¿Cómo dormiste? ㅡpreguntó con voz ronca y acomodó mis revueltos cabellos.

ㅡMuy bien. ¿Y tú? ㅡdije con tono preocupado.

Era la primera vez que estaba con alguien más en la cama y temía haberlo empujado mientras descansaba.

ㅡBien... Aunque casi me caigo de la cama ㅡexpresó riendo.

Mis mejillas se calentaron, seguramente eran ahora dos tomates. Enterré mi rostro entre las sábanas apenada.

ㅡLo siento... ㅡmusitéㅡ Por cierto ㅡdije sentándome de pronto en el colchón al percartarme de algoㅡ, ¿qué hora es?

ㅡLas... ㅡmiró el reloj que estaba en la mesita de nocheㅡ 6:30 a.m.

ㅡ¡Oh, no! ¡Llego tarde al colegio! ㅡexpresé y me levanté rápidamente.

ㅡTranquila, hoy es Sábado.

ㅡT-tengo que... ¿Sábado? ㅡrepetí con dudaㅡ Pero si ayer era Lunes ㅡdije sin comprender.

ㅡSe me olvidó decírtelo. Cuando detengo el tiempo, este automáticamente varía en tiempo y día.

ㅡEso quiere decir que... hoy es día de juego.