Una despedida tortuosa
Fue aquí donde lo ví por primera vez, no pude fijarme en otra cosa que no fueran sus ojos dorados.
Nunca había sentido que era un buen jugador, pero sabía que quería colocar para él y si iba a ser así tenía que mejorar.
Recuerdo los días que pasé entrenado antes de entrar a la preparatoria para poder ser de los titulares, todo el dolor y las veces que intenté rendirme.
Pero eso ya no tiene sentido ahora que se va.
Justo hace unos años sentí que podría tenerlo todo a su lado, me sentí querido por primera vez y aunque mis sentimientos se transformaron en otra forma de amor podía vivir con eso mientras estuviera a su lado. Nunca tuve la fuerza de decirle lo que siento porque nunca me he considerado lo suficiente para él, Bokuto merece a alguien mejor que yo; alguien que lo aprecie y quiera mejor que yo.
Decidí sentarme en medio de la cancha, odiaba el pensamiento de Bokuto lejos de mí... Deseaba haber nacido el mismo año que él para poder seguirlo incondicionalmente a dónde quiera que fuera y acompañarlo en la búsqueda de su futuro.
Se escuchó como se abría la puerta de la cancha.
— Supuse que estarías aquí, Akaashi... – dijo Bokuto, quien extrañamente ahora estaba más serio que de costumbre.
— Oh, Bokuto-san... Sí estaba pensando un par de cosas – contesté intentando no darle importancia.
Bokuto sonrió y tomó mi mano.
— ¡Vamos! La ceremonia está apunto de empezar, Akaashi – dijo ahora más entusiasmado.
Aún ni siquiera él podía creer que se iba a graduar y no lo culpo, por un momento tampoco pensé que lo haría pero aquí estamos con su ceremonia de graduación a punto de suceder.
Se veía muy lindo en aquella toga y birrete de graduación, cuando pasó a recibir su diploma grité lo más alto posible. Intenté mantener la sonrisa durante toda la celebración pero la verdad era que estaba muriendo lentamente por dentro.
Llegó el momento en el que finalmente nos quedamos sólos, ¿debería decirle? me pregunté por unos minutos pero aquella pregunta fue opacada por otros pensamientos.
¿Para qué decirle si no estás a su altura? No te querrá nunca como tú lo quieres porque eres mediocre y la gente como tú no obtiene el final feliz.
— Akaashi... – dijo Bokuto sacándome de mis pensamientos autodestructivos
— ¿Si, Bokuto-san? – pregunté con curiosidad.
— Te voy a extrañar – contestó y me apretujó contra su pecho.
Le devolví el abrazo.
— Yo también te voy a extrañar – dije intentando controlar mis emociones.
— Pero, Akaashi. No me voy a despedir de tí, seguiré mandandote mensajes y te llamaré siempre que pueda – me prometió.
Yo asentí con la cabeza.
No se estaba despidiendo pero ¿por qué dolía como si así estuviera pasando?
— Gracias, Bokuto-san. Por todo lo que me has enseñado y por no quererme fuera de tu vida – fue lo único que pude contestar.
Me fui a mi casa después de aquella pequeña conversación, si seguía ahí no podría continuar aguantando más.
Al entrar a mi cuarto comencé a llorar.
Probablemente Bokuto rompería su promesa y no iba a culparlo si eso pasaba, no soy alguien quien valga la pena esperar. No soy el mejor jugador, no sería capaz de seguir los pasos de Bokuto, había una gran diferencia... Cuando lo aceptaron en MSBY nadie tuvo duda alguna, pero yo jamás podría llegar ahí.
Me había prometido a mí mismo no enamorarme profundamente de él pero aún así me encontraba aquí llorando su partida, como si hubiera dejado de existir por completo cuando realmente solo iría al equipo profesional de voleibol.
Siempre era yo tan patético...
Tal vez al final de cuentas Bokuto esté mucho mejor sin mí.
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