Mal tercio
No sé que pretendo conociéndola, parte de mí quiere ver qué sea perfecta para que Bokuto sea feliz y la otra parte quiere encontrar muchas imperfecciones para darle razones a Bokuto de terminar con ella.
Llegué justo a tiempo, a pesar de que solo habían pasado un par de meses sin verlo pude notar que Bokuto había entrenado mucho más, no tenía ni idea de que podía desarrollar más músculos de los que ya tenía.
Sonreí por primera vez en meses hasta que ví a la chica a su lado, era alta, delgada, de cabello largo hasta la cintura, se veía muy feliz hablando con él.
— Bokuto-san, tiempo sin verte – dije cuando llegué lo suficientemente cerca.
— ¡Akaashi! Sólo han pasado dos meses – contestó riendo.
Había olvidado lo que producía esa risa en mí, automáticamente me sonrojé un poco.
Me volteé a ver a aquella chica y le di una calidad sonrisa.
— Debes ser Yuita Ichikawa, Bokuto-san me ha hablado mucho de tí – dije
— Mucho gusto, supongo que tú eres Akaashi Keiji – contestó también sonriéndome.
Fue entonces que entendí todo, su voz era muy calmada y agradable, su sonrisa muy cálida.
Supe que había perdido por completo.
No me quedó de otra que convivir con ella y hacer que me agradara.
Al final del día me despedí de ambos diciendo que pasé linda tarde aunque no había sido para nada así.
La verdad es que sentí como si hubiera sido yo el mal tercio de aquella cita, estaban demasiado empalagosos.
Cuando los ví darse un pequeño beso sentí morirme, no sabía muy bien si debía seguir o irme.
Llegué a mi casa destrozado, no entendía por qué me hacía eso a mí mismo.
La autodestrucción estaba siendo lo mío.
Decidí alejarme de Bokuto, iba a ser lo mejor y desde el primer momento que dejé de contestar sus mensajes él lo comprendió de inmediato.
Pasaron un par de meses hasta que una noche recibí una llamada de él.
— ¿Bokuto-san? Son las tres de la mañana ¿qué pasó? – contesté.
— Akaaaashiii... Te extrañoooo... – dijo y fue entonces que supe que no se encontraba en sus cinco sentidos.
— ¿Dónde estás, Bokuto? – pregunté ahora preocupado.
— No lo sé.... Intento llegar a tu casaaaa pero creo que ya me perdí – comenzó a explicarme mientras yo comencé a vestirme para ir en su búsqueda.
— ¿Qué ves? ¿Qué hay cerca de tí? – insistí
— Hay... Un poste, árboles... ¿Eso es un parque? –
Después de que dijo eso supe exactamente dónde estaba.
— No te muevas de ahí –
Salí de mi casa lo más rápido que pude y corrí por la acera.
Llegué al parque y comencé a buscarlo, no fue difícil, se había sentado en una banca del parque.
— ¡Bokuto! – grité cuando lo ví.
— Akaaaashiii – fue lo único que pudo decir y después se paró tambaleándose.
— Ven, vamos – dije intentando que él se apoyara de mí.
Logré llevarlo a casa.
— Akaaaashiii – volvió a decirme.
— Bokuto-san, baja la voz. – lo regañé.
No dijo nada más hasta llegar a mi cuarto, fue entonces que empezó a llorar
— ¿Estás bien? – pregunté acercándome.
— No quiero que te alejes... – me contestó aún llorando.
No dije nada, no podía contestar a eso.
— Quiero seguir hablando contigo... Quiero tenerte en mi vida – continuó.
Comencé a llorar también pero aún así no podía decir nada al respecto.
— Vamos a dormir mejor... – dije intentando cambiar el tema.
Se volteó para tenerme frente a frente y se dejó caer encima de mí con mucho cuidado.
— Bokuto... No lo hagas – le pedí llorando aún más.
Pero como si no hubiera escuchado mi súplica me besó.
Me besó tratando de sacar alguna respuesta de mi boca pero yo no respondí al beso, me quedé paralizado y llorando.
No me hagas esto si cuando despiertes vas a regresar con ella...
No recordarás nada de esto mañana...
Seguramente reirás diciendo que estabas muy borracho y que no recuerdas nada...
Deja de lastimarme, por favor...
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top