Capítulo 5: Soledad.
Los dedos se movían incesantemente con nerviosismo, ni siquiera la sangre impregnada en sus manos le importaba, tan sólo quería información, quería saber qué estaba ocurriendo allí dentro. Naruto se levantó desesperado y paseó nervioso por el pasillo, mordiéndose los nudillos de la mano intentando relajar los nervios y el estrés que llevaba encima.
- Cálmate, Naruto, no vas a conseguir nada así – dijo Sakura.
- Necesito que me digan algo.
- Está grave – le confirmó Sakura – apenas pude mantenerle con vida el tiempo justo hasta que llegaron los ANBU.
- ¿Crees que está bien?
- Creo que está muy grave, Naruto – le afirmó de nuevo Sakura – te diría que podría luchar pero... estaba ya muy débil antes del ataque y ahora...
- No lo digas... él no va a morir.
- Es posible que lo haga. Si sale con vida... necesita demasiadas cosas, creo que deberías reconsiderar que se marche de la villa.
- No digas tonterías. ¿Por qué se marcharía Sasuke?
- Mira a tu alrededor, Naruto, has visto a Sasuke estas últimas semanas y le viste cuando era pequeño, nos criamos con él, ¿no ves el cambio? ¿No ves su debilidad? Es esta villa, Naruto, lo están matando, siguen viendo a un traidor.
- Entonces haré que lo respeten.
- No es tan fácil, Naruto.
- Voy a ser el siguiente Hokage, está todo hablado y no voy a permitir que nadie más le haga daño. Si sale vivo de aquí, me lo llevaré a mi casa, le prepararé la comida, haré lo que haga falta.
- Primero tiene que salir vivo del quirófano y luego... aceptar vivir contigo, es Sasuke Uchiha, demasiado orgulloso para aceptar favores y lo sabes.
- Le convenceré.
- ¿Cómo?
- Tengo mis métodos, pero necesito que salga de ese maldito quirófano – dijo golpeando una de las mesas con fuerza.
La luz de emergencia encima de la puerta se apagó y la puerta se abrió dejando ver a Tsunade acompañada de su más fiel ayudante. Tanto Hinata, Sakura como Naruto, abrieron los ojos ante su aparición, pero tan sólo el rubio se lanzó desesperado hacia Tsunade en busca de información.
- ¿Cómo está? – preguntó asustado.
- No muy bien – dijo Tsunade – estable por ahora pero... siendo sincera... no sé si pasará de esta noche. Deberíais haceros a la idea de que...
- No lo digas – le gritó Naruto – él es fuerte, puede pasar esta noche.
- No es sólo esta noche, Naruto, está muy débil, ha perdido mucha sangre, está vivo... sinceramente... está vivo de milagro. En cualquier momento podría irse.
- ¿Puedo verle? – preguntó Naruto con lágrimas en los ojos.
- Lo siento, Naruto... acaba de salir de una operación, necesita descansar. Te avisaré cuando puedas entrar.
Tras varias horas en el hospital después de que Sasuke saliera del quirófano, todos empezaron a marcharse a casa a excepción de Naruto. Sus manos seguían moviéndose con nerviosismo, su cuerpo temblaba de la rabia y el miedo, pero allí permanecía inmóvil esperando a que alguien le dijera que podía entrar en esa habitación.
- Naruto... vete a casa – aclaró al final Tsunade que salía de su despacho.
- No. No voy a moverme de aquí hasta que sepa que está bien, hasta que pueda verle.
- Naruto...
- He dicho que no – lloró – si puede ser su última noche, yo estaré aquí a su lado, quiero estar con él. Me salvó la vida, se metió en medio pese a lo débil que estaba y todo... por mí. No voy a moverme de aquí.
- Ve a verle, pero intenta no molestar mucho, necesita descansar.
Aquellas palabras consiguieron que Naruto levantase la cabeza y apartase su mirada de las baldosas para observar a Tsunade. Ni siquiera esperó dos segundos antes de levantarse y correr hacia la habitación de Sasuke.
Abrió la puerta escuchando el incesante ruido de las máquinas, dejándole saber mediante los pitidos que el corazón de Sasuke latía, algo que le hizo suspirar de alivio antes de que el corazón se le encogiera al ver la cantidad de cables alrededor de la cama, de las agujas en sus brazos, del respiradero en su nariz y boca, de aquella venda que tapaba sus ojos y parte de la frente. Mentiría si dijera que había visto a Sasuke en peores situaciones, porque no era cierto, ésta era con diferencia la peor en la que le había visto.
- Sas...Sasuke – susurró acercándose a él.
Se sentó en la silla junto a su lado y con temblor en sus manos, pese a dudar unos segundos si tocarle o no, consiguió que una mano cogiera la de su compañero mientras con la otra, rozaba ligeramente la mejilla del moreno con el dorso de su dedo índice.
- ¿Por qué no me contaste que estabas tan mal? – preguntó Naruto dándose cuenta ahora de que Sasuke estaba inmóvil, de que aquellos pómulos se habían deteriorado por la falta de alimento. Estaba mucho más delgado de lo que recordaba y la ropa de hospital le hacía parecer aún más delgado – debiste decírmelo idiota – lloró Naruto.
Naruto apoyó su frente sobre la fría mano de Sasuke y lloró en silencio, lloró hasta que las lágrimas se negaron a seguir saliendo por el cansancio y el agotamiento. Toda la noche la pasó a su lado, todas y cada una de las noches de las siguientes semanas.
***
Sus ojos miraban aquella bandeja llena de chocolate con un gran sonrojo en sus mejillas. Toda la habitación estaba llena de cestas de frutas, jarrones de flores y sobre todo... mucha comida. Incluso con la puerta cerrada de la habitación, podía oler el ramen que venía por el pasillo.
- Buenas días, Sasuke – sonrió Naruto abriendo la puerta y dejando entrever ese cuenco de madera lleno de ramen que traía aún humeante – te he traído tu desayuno.
- Idiota... no puedo comerme eso para desayunar.
- Una mísera sopa de miso no alcanza para que te recuperes. Vamos... cómete el ramen, lo he traído especialmente para ti desde el Ichiraku.
Sasuke sonrió aún levemente sonrojado, pero cuando apartó su mirada de la sonrisa de Naruto, éste dio la vuelta a la cama y le volvió a poner el ramen delante de sus fosas nasales.
- Mira qué bien huele, no me hagas hacer el avioncito contigo con lo grande que estás – se quejó Naruto.
- Ya te he dicho que no me apetece ramen para desayunar – dijo algo enojado.
- Di "Ahhhhh" – dijo Naruto llevando unos noodles enganchados en los palillos en dirección a la boca de Sasuke.
- Naruto... - se quejó Sasuke, pero tal y como abrió la boca para quejarse, Naruto aprovechó para meter los palillos y que comiera los noodles.
Puede que para Sasuke aquello fuera vergonzoso, pero por suerte, nadie entraría en su habitación a esas horas, tan sólo Naruto madrugaba tanto como él para traerle el desayuno. Llevaba un mes trayéndole comida para engordarle y que recuperase tanto su físico anterior como sus fuerzas.
- Ya te he dicho mil veces que estoy mejor – dijo Sasuke – hoy me dan el alta médica. Podré volver a casa.
- No vas a volver a esa mugrienta casa, te vendrás conmigo tal y como hablamos.
- No... tú hablaste, yo te dije que iría a mi casa.
- Y yo decidí que vendrías conmigo.
- Yo no acepté.
- No tienes ni voz ni voto en este asunto, me debes una.
- ¿Que yo te debo una? Soy yo el casi muere salvándote, tú me debes una a mí.
- Soy yo el que casi te pierde, te vienes conmigo y no hay más que hablar.
Naruto sopló hacia la comida cuando sacó con los palillos la siguiente tanda de carne y noodles, no quería que Sasuke se quemase con ellos, sin embargo, al ver a su compañero cabizbajo y agarrando con fuerza las sábanas que cubrían sus piernas, se dio cuenta de que ocurría algo.
- Gracias – susurró Sasuke – Naruto.
- ¿Por qué dices algo así tan de repente? – preguntó Naruto confuso como estaba.
- Por ser como eres, gracias. Nunca me abandonase incluso cuando te dije que te odiaba, cuando te amenacé con matarte, cuando te di la espalda... tú siempre estuviste ahí para mí y ahora... vuelves a cuidarme pese a que eras tú el que necesitaba más cuidados – susurró.
- Te amo – dijo Naruto consiguiendo que Sasuke abriera los ojos – a veces... eres insoportable, egocéntrico, egoísta, arrogante y orgulloso, pero... por Dios que eres lo más dulce que jamás he conocido cuando te lo propones y cuando veo esa faceta, olvido tu estúpido orgullo Uchiha y me dan ganas de abrazarte todo el día. Jamás dejaría que te ocurriera nada, Sasuke, así que no vuelvas a asustarme de esta manera.
- No podemos vivir juntos, Naruto. Tú mismo lo has dicho, soy arrogante y egocéntrico, es mejor estar separados, es mejor que me dejes vivir en mi soledad.
- Jamás – aclaró Naruto soltando el cuenco con el ramen y lanzándose hacia delante hasta atrapar los labios del moreno entre los suyos.
Sasuke escuchó cómo el cuenco caía al suelo y la comida se esparcía, pero aquel beso le había pillado por sorpresa. No esperó que Naruto fuera a ser el primero en confesarse cuando él había tratado sin éxito de decirle sus sentimientos durante toda la misión.
Las manos de Naruto enseguida se posaron sobre la nuca del moreno, atrayéndole hacia él con determinación y fogosidad, evitando que Sasuke pudiera apartar su rostro pese a que tampoco parecía querer hacerlo. Ambos cerraron los ojos y trataron de dejarse llevar por lo que ansiaban y tanto tiempo habían reprimido. Era la primera vez que simplemente... unían sus labios sin ser un fortuito accidente.
- Nunca vuelvas a hacer algo como lo que hiciste en esa plaza – susurró Naruto – nunca me abandones, no te pongas en peligro de esa manera, no soportaría si algo te ocurriera.
- Me pondré en medio las veces que haga falta para protegerte – le susurró Sasuke con la respiración aún entrecortada y con los párpados cerrados – jamás dejaría que te ocurriera nada.
- No necesito que me protejas tanto. Sólo quiero que estés bien, nada más. Por favor... vente a mi casa, te cuidaré.
- No necesito que me cuiden – aclaró Sasuke.
- Te quiero – le confesó Naruto – y quiero que vivas conmigo. Por favor... no me dejes solo ahora, no cuando he encontrado a la persona con la que quiero estar, cuando he estado a punto de perderte, no cuando he conseguido confesarte lo que siento. Vente a mi casa, estoy harto de vivir en soledad y estoy seguro que a ti tampoco te gusta estar solo.
Sasuke apartó su rostro para mirar las sábanas, evitando así que ese rubio viera el sonrojo que se estaba creando en su rostro. No podía negar que quería estar con Naruto, pero su maldito orgullo siempre se lo impediría. Cerró los ojos y trató de no pensar como un Uchiha.
- Vale – dijo al final – vivamos juntos en tu casa, pero... habrá cambios. Odio el desorden y tu habitación nunca está ordenada. También quiero la cocina recogida, nada de leche caducada en la nevera y desde luego... - Naruto cerró los ojos esperando la próxima regañina que Sasuke le lanzaría – quiero compartir cama contigo.
Naruto abrió los ojos estupefacto ante aquellas palabras que sabía que a Sasuke le había costado mucho decir. Una sonrisa se dibujó en su rostro mientras se subía encima de la camilla y se posicionaba encima de Sasuke para besarle con más pasión que antes, sin embargo, Sasuke se extrañó de aquella reacción tan fogosa y colocó sus manos en el pecho de Naruto empujándolo levemente hacia atrás hasta conseguir separar sus labios.
- ¿Qué haces? – preguntó Sasuke confuso.
- ¿Tú qué crees? Estrenar nuestra relación – sonrió.
- Estás loco... ¿aquí en el hospital? Podría vernos alguien.
- ¿Tienes miedo de que nos vean desnudos? Sabes de sobra que la enfermera no vendrá hasta tarde, aún tienen que rellenar tus papeles del alta y yo sé... que si te van a dar el alta es porque ya estás bien. Vamos... ¿No te gusta un poco de riesgo? – le preguntó levantando suavemente la camiseta de Sasuke hasta quitársela.
- Así que quieres riesgo... - sonrió Sasuke – la verdad es que llevo todo un mes aquí tumbado en esta cama... - dijo con cierto toque lujurioso.
- Eso me gusta mucho más, déjame hacer que descargues todo lo que has estado aguantando este tiempo. Te dejaré seco – dijo Naruto con cierto toque lascivo mientras apartaba la sábana y colaba sus manos bajo el pantalón corto que llevaba Sasuke – vaya... esperé que fueras con la bata de hospital.
- Idiota... ya me iban a dar el alta – sonrió Sasuke agarrando el cabello de Naruto y besándole con pasión.
- Cállate y disfruta.
Sasuke sonrió de medio lado volviendo a besar a Naruto mientras intentaba abrir ligeramente las piernas para darle espacio a ese rubio a que buscara su miembro. Aquel gesto no pasó desapercibido para Naruto, quien sonrió también al ver lo excitado y ansioso que estaba su compañero por aquel momento.
Sasuke gimió levemente al notar cómo los dedos de Naruto paseaban por la punta de su miembro acariciándolo en círculos. La sonrisa que dibujó Naruto excitó aún más a ese moreno que empezaba a ver cómo su compañero disfrutaba también de aquel momento. Sus lenguas jugaron la una con la otra, entrando en la cavidad del otro, luchando por el dominio del otro mientras Naruto agarraba esta vez mejor el miembro de Sasuke para empezar a darle placer.
En aquel momento, fue Sasuke el que bajó los pantalones de Naruto para poder meter también sus manos. No podía negar que le excitaba el hecho de que cualquiera pudiera entrar en aquella habitación y encontrarles en aquella manera, pero quizá era ese hecho también el que más le excitaba.
Dominado como estaba por el placer, Sasuke enrolló su pierna en la cintura de Naruto y le giró colocándose él arriba. Aquello hizo que Naruto sonriera mucho más al ver cómo su chico empezaba a proclamar el control nuevamente. Naruto alzó las manos apartándolas del miembro de Sasuke para ponerlas en su abdomen y recorrer su fuerte pecho mientras éste gemía y rozaba su miembro por el del rubio.
- Me encanta cuando tomas el control – sonrió Naruto – pero... si sigues restregándote como lo estás haciendo, te irás en nada.
- Quiero irme contigo – dijo Sasuke sonriendo.
- ¿Ah sí? Entonces déjame ayudarte a conseguirlo.
Naruto se incorporó levemente y se arrodilló frente a Sasuke cogiendo su miembro con destreza y metiéndolo en su boca. Succionó su miembro y dejó que Sasuke gimiera mientras movía su cintura buscando más placer. Las manos del rubio se colocaron en su trasero y le ayudó a que pudiera meter aún más aquel formidable miembro en su boca.
- Joder, Naruto – susurró Sasuke cerrando los ojos y echando la cabeza hacia atrás para disfrutar aún más.
Los temblores recorriendo el cuerpo de Sasuke y aquellos gemidos incontrolados, le dieron a entender a Naruto que ese chico estaba próximo a su clímax, tanto... que aceleró la felación a la vez que incrementaba la presión hasta que Sasuke le avisó para que se apartase, sin embargo, Naruto agarró con mayor firmeza el trasero del moreno e introdujo hasta el fondo el miembro de Sasuke dejando que se fuera en su boca.
Sasuke abrió los ojos al ver cómo parte de su semen salía por la comisura de los labios de ese rubio que sonreía y escupía parte del líquido sobre la sábana y tragaba lo que podía.
- Sí que estabas cargado – sonrió Naruto limpiándose con el dorso de la mano.
- Ya te lo dije – comentó Sasuke – y aún me queda más.
- Entonces... deja que cumpla mi palabra de dejarte seco – sonrió metiendo sus dedos en la boca y posteriormente, tras lamerlos, introduciéndolos en el trasero de Sasuke mientras lo ponía a cuatro patas y él se posicionaba tras él – me gusta esta vista, estás muy accesible.
- Cállate, idiota – sonrió Sasuke con un gran sonrojo.
- Tú... ábreme bien las piernas, encanto, vamos a disfrutar.
Naruto introdujo primero un dedo en el interior de Sasuke y luego, lentamente, empezó a introducir más, a más velocidad, realizando círculos para dilatar su entrada. A veces Sasuke dejaba escapar un quejido de dolor y otras, era puramente placer, más cuando movía sus caderas hacia la mano de Naruto obligándole a introducir más hondo sus dedos.
- ¿Qué pasa, Sasuke? Quizá... ¿Mis dedos se quedan cortos?
- Un poco – sonrió Sasuke que seguía masturbándose él mismo.
- Entonces probaré con otra cosa – comentó Naruto sacando su miembro y moviéndolo levemente un par de veces antes de introducirlo en Sasuke.
La cadera de Sasuke se movía hacia atrás buscando más penetración mientras Naruto se movía con lentitud dentro de él, buscando ahora su propio placer. Con su mano libre, el rubio la colocó sobre la mano de Sasuke y le ayudó a seguir masturbándose. Sasuke no pudo evitar retorcerse levemente hasta que su rostro consiguió llegar a los labios de Naruto, besándole con pasión.
- Te quiero – exclamó Sasuke.
- ¿En nuestra primera noche ya he conseguido esto? Me gusta entonces.
- Cállate y sigue, quiero que te corras en mí.
- Y lo haré, porque este trasero siempre será mío.
Naruto continuó moviéndose, cada vez con más rapidez, con mayor fogosidad hasta que Sasuke fue incapaz de hablar, tan sólo sus gemidos llenaron la habitación mezclándose con los del rubio. No tardaron apenas ni cinco minutos en correrse los dos, Naruto dejando su esencia en el interior de ese chico al que tanto amaba y Sasuke... dejando el poco líquido que aún le quedaba impregnado en la mano de Naruto y manchando las sábanas.
- Creo que puedo acostumbrarme a esto – dijo Naruto saliendo de él mientras se colocaba al lado de Sasuke.
- No te acostumbres mucho... quiero probarlo todo contigo – comentó Sasuke.
- Ven a vivir conmigo... y tendremos sexo todos los días.
- No tienes que convencerme, ya te dije que lo haré. Ahora vístete, la enfermera vendrá enseguida a darme el alta y podremos repetir en casa.
- Entonces no me hagas esperar – susurró Naruto mientras se vestía y le daba la camiseta a Sasuke para que se vistiera.
Fin
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top