Capítulo 49: Hipócrita
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Taehyung aún no sabía por qué no tiraba el móvil de Hoseok. Era lo único que mantenía de él, y se empeñaba en buscar excusas para tenerlo consigo. Sabía que debía cortar cualquier lazo que le atara y que le recordara, pues se había propuesto olvidarle hace unos días.
Teniendo en mente el beso de Hoseok y Yoongi, deseaba lanzar el aparato por la ventana. Pero lo único que hizo fue mirarlo durante toda la noche, sentado a los pies de la biblioteca, pensando en la razón por la que Hoseok le odiaba tanto, en el por qué le citó para burlarse en su cara.
Quiso olvidar cualquier promesa con Mino y quitarse la vida, dejar de sentir radicalmente. Pero pensaba que, así, Hoseok le odiaría aún más, porque odiaba los suicidas. Y fue algo que le incitó aún más, queriendo provocarle, pero la palabra odio le dolía demasiado. Pese a que detestar a Hoseok era algo que anhelaba con todo su ser, no podía permitírselo, porque tampoco podía. Y sin querer asimilarlo, tampoco quería que le odiara aún más. Por más difícil que fuera creerlo, Taehyung deseaba haber hecho feliz a Hoseok alguna vez y que, por ello, al recordarle, tuviera al menos una pequeña imagen agradable de él.
Como el patético niñato callado que babeaba por él, pero que a veces era un sujeto del que uno se podía reír y que te podría alegrar por unos segundos.
Sí, era un pensamiento del que se podría enorgullecer que tuviera Hoseok sobre él. No ser algo trivial en la mente del chico que tantas emociones le hizo descubrir.
Una punzada de dolor le retorció el abdomen, volvía a pensar como un niño patético, pero no podía hacer nada al respecto, puesto que su naturaleza le empujaba a humillarse hasta en sus propios pensamientos.
Y lo peor de todo, es que era demasiado tarde como para decidir si desechar o no el teléfono, ya que le había llamado la secretaria del decano para citar a Hoseok. No podía decirle por mensaje o llamarle, ya que borró su número y no tenía manera de contactarle. Mino no respondía sus llamadas y Jin tampoco.
Se veía obligado a ir el mismo en persona.
Taehyung se puso de pie y echó un vistazo al alrededor, aún era temprano, más de las seis no debían ser. Ni siquiera la encargada de la biblioteca había llegado. Y lo prefirió así, no quería que nadie le viera en ese aspecto. Debía de tener unas grandes ojeras por haber estado despierto toda la noche, y llorando de impotencia entre hora y hora, sintiendo mucha rabia consigo mismo por no poder odiar a Hoseok, balbuceando insultos hacia sí mismo.
No se sentía capaz de poder soportar las miradas de asco sobre él, por lo que bañarse fue lo primero que hizo al llegar a su dormitorio. Se colocó ropa rutinaria, extrañando con fuerza su antiguo ropero. Ahora solo tenía prendas de diseñador, y aun no se acostumbraba a ella. Cuánto daría el por tener sus pantalones holgados y remeras cortadas por el mismo.
Luego de colocarse algo poco delineador -tal como Mino le había enseñado para no ser excesivo- fue a la habitación de Hoseok. Estuvo parado frente a la puerta durante varios minutos, alzando la mano y bajándola cada vez, sin poder reunir el valor suficiente como para llamar a ella. Seguía teniendo fresca la imagen del beso, y con eso solo deseaba escapar, huir de Hoseok.
Pero no podía ser así, por muy cruel que haya sido al reírse de él besando a alguien más, sabiendo aún, sus sentimientos. No tenía que ponerse a su nivel, tenía que superarlo de alguna manera, y hablarle una última vez sin llorar parecía una buena forma.
Golpeó, finalmente. Pero nadie salió, no había reacción alguna del otro lado. Estuvo algunos minutos más para luego rendirse. Tanto escándalo en su mente como para que nadie le oyera.
Chistoso.
Pensó en los números que le habían llamado en las últimas horas, y que quizás Hoseok fuera alguno. Desbloqueó su celular y vio en sus registros, analizando las imágenes por si encontraba algo que le recordara a Hoseok. Cosa difícil, ya que últimamente, todo le recordaba a él. Rara era la ocasión en que no pensaba en él. Estuvo a segundos de llamar a Mino o Jin, insistir a sus dos ausentes compañeros de habitación, pero no fue necesario al pasar por el contacto de Jiwon y ver que en su foto de perfil salía acostado en las piernas de Hoseok, quien le tocaba la cabeza con unos grandes guantes blancos. Había sido cambiada hace unas horas y sonrió al ver que era reciente.
Le llamó de inmediato, y no se sorprendió al oír que le descolgaban casi al segundo. Jiwon usaba demasiado el móvil.
La conversación fue corta, le dijo que estaba recién saliendo de la casa de Mino, quién había hecho una junta improvisada, y que Hoseok estaba allí. Fue algo extraño, de todas maneras, puesto que él creía que solo estaría Jungkook allí. Sin embargo, que Jiwon y Hoseok se llevaran excelente fue lo que más le dejó perplejo. El último nombrado había dicho que deseaba romper una botella en su cabeza.
Quizás su "cariño" de mejor amigo no era tan grande como él decía.
° ° °
Mino se incorporó perezosamente sobre los codos. Todo le daba vueltas y se preguntó si es que había quedado alguna gota de licor en esa casa. Debía de haber bebido horriblemente como para conseguir tal dolor de cabeza. Miró a su lado y vio que Hoseok dormía plácidamente, y dudaba que fuera a despertar en, al menos, unas buenas horas. Pero no se quedaría a verlo.
—¡NO LO HAGAS TAEHYUNG, TU VIDA ES MUY VALIOSA!
Con un respingo, Hoseok despertó, mirando a todos lados con gran alarma reflejada en sus ojos.
—¿QUÉ PASA?
Mino sonrió.
—Qué lindo es el amor.
Hoseok, al percatarse de su broma, rodó los ojos, dejándose caer sobre la almohada.
—Bastardo.
—Perdón —rió Mino, levantándose y tomando su móvil del gran mueble que yacía junto a la ventana— pero hay que ir a clases. Yo, por lo menos. Tengo exámen y... ¿qué demonios...?
—¿Qué pasa? —volvió a preguntar, siendo una décima más calmado que antes.
—Es pasado el mediodía —explicó Mino, mirando su móvil con el ceño fruncido—. Yo jamás he despertado tan tarde. Mi cuerpo se acostumbró a despertar temprano luego de beber, porque sabe que dormirá en clases. Es muy sabio.
Hoseok también se levantó, volcando los ojos. Para él, despertar tarde luego de una fiesta era muy normal, y que se extrañara se le hacía muy raro.
—Te perdiste una clase ¿y eso qué? Puedes llamar a tus padres para que te justifiquen y ya.
—Oh, eso no lo haría jamás —el moreno dejó el aparato en su bolsillo y abrió la puerta, Hoseok le siguió— Debo hacerme cargo de mis irresponsabilidades. Aparte, mi padre no permite que me cuelgue de él —miró a todos lados, pestañando un poco sorprendido. Luego siguió al sentarse en la encimera de la cocina—. Pero eso no me importa, las clases. Lo que me preocupa es mi situación, nunca me había pasado algo parecido.
Hoseok hizo una mueca.
—Qué raro eres.
Se dirigió a refrigerador, sacó una botella de leche y una caja de cereal de otro mueble cerca de allí. Le entregó un tazón y una cuchara. Hoseok no esperó aprobación para comenzar a servirse.
—Cuando despierto —comenzó contando Mino— siempre es lo suficientemente temprano como para asearme, comer algo e ir a clases —se detuvo para meterse unos cereales a la boca y luego le apuntó con la cuchara—. Esto es tan inusual, que es primera vez que no veo a mis sirvientes limpiando el desastre. Ahora veo ¡y está todo limpio!
—Amo Song.
Hoseok y Mino se sobresaltaron, la mujer de avanzada edad parada frente a ellos había aparecido sin hacer ningún ruido. Mino, al reconocerle, sonrió.
—No tienes que fingir normalidad, solo es Hoseok.
—¿Gracias? —dijo Hoseok, sin saber si sentirse ofendido o no.
—¿Quieres desayunar? Este cereal es maravilloso.
La mujer negó.
—Tu padre preguntó por ti esta mañana, fue llamado de la universidad. Creo que tienes algunos problemas, Mino —le envió una mirada furtiva a Hoseok— y un chico vino y trajo un mensaje para él.
—¿Le llamaron de la universidad?
—¿Un chico?
La canosa mujer sonrió.
—Un tal Kim Taehyung —explicó—. Es una información parecida a la de Mino, tienes que ir a la oficina del decano en el menor tiempo posible.
—¡¿TAEHYUNG?!
—¿Hace cuánto tiempo vino? —preguntó Mino, pasando por alto el entusiasmo de Hoseok.
—Hace unas buenas horas. —al ver que su amo se alteraba, agregó— Sabes que nadie tiene permitido despertarte, Mino. Palabras directas de tu padre.
—Tampoco tienen permitido tutearme, pero lo hacen porque se los he pedido. Y son palabras directas de mi padre.
—Lo lamento —se inclinó en señal de disculpa.
Mino exhaló, negando a su vez.
—No hagas eso, ya no importa —le sonrió amable y luego le guiñó un ojo— ¿de verdad no quieres tomar desayuno con nosotros?
—Debería estar sirviendo almuerzo, en realidad.
—Oh, cierto.
—¿Taehyung vino por mí? —aunque lo dijo en voz alta, Mino sabía que era más una pregunta hacia él mismo. Parecía aturdido.
La mujer se despidió y salió de la instancia. Mino tragó sus cereales rápidamente, y luego se levantó.
—Eso es lo de menos, el decano te ha citado ¿tienes idea del por qué?
—Me quitarán la beca, probablemente —respondió, algo más centrado—. Me acusarán de golpear a Yoongi, que es verdad, pero también por Jungkook...
—¿Jungkook?
—... y Jimin. —terminó Hoseok.
—¿Golpeaste a Jungkook? —el semblante serio de antes, parecía una monada en comparación con la actual. Todo atisbo de emoción había sido drenada de su voz.
—No —contestó algo vacilante, extrañado por su repentino cambio de humor— fue Yoongi. Cuando los vi, Jungkook ya estaba inconsciente en el suelo, Jimin lloraba y Yoongi se acercaba a él para dejarlo igual a Jungkook, creo. Me interpuse a tiempo para impedirlo, pero Jimin me suplicaba para que no golpeara a Yoongi. Vaya idiota.
Mino le miraba horrorizado, y mucho más molesto que antes. Fueron segundos de silencio en los que parecía que asimilaba la reciente información. Luego golpeó la mesa.
—Mierda.
Hoseok podía adivinar el porqué de su reacción, era su mejor amigo, después de todo.
—Come rápido y báñate en el tocador de invitados —dejó el tazón en el lavabo y luego fue a la sala principal, le gritó desde ahí—, yo iré al de arriba y te lanzaré la ropa prestada por la escalera. Cuando baje quiero que estés listo. ¿Entiendes? O te meteré al auto estés vestido o no.
° ° °
Empujado por Mino, llegaron cerca de la hora de almuerzo. Pasó de la secretaria y entró directamente a la oficina del decano. Sin esperar que le diera aprobación para pasar.
—Cielos —exclamó el hombre de cabello gris— que caballería.
—Perdón —dijo Hoseok, recuperando el aliento.
Tras el escritorio, el hombre leía un gran libro, el cual cerró para poder hablar cómodamente con los jóvenes delante de él. Hoseok no sabía cómo definir su expresión, era muy plana, y su voz también.
—Sabe lo que hizo ayer, Jung Hoseok —el nombrado asintió— y no lo dejaré pasar por alto.
Hoseok lo tenía claro, lo más probable es que le cargaran a Jungkook y a Jimin, que, de la perspectiva de él, llegando al final de todo, era lo más obvio. Estaba listo para defenderse y decir lo que realmente había pasado. Sabía que había sido un entrometido y que había actuado con violencia, pero era lo único que se le ocurría en esa situación.
—De todas maneras —siguió hablando— Park Jimin ha hablado, y dijo que tú solo has defendido a Jungkook, que Yoongi y él le estaban golpeando. Un acto de total lealtad, y eso se valora. Con tal información, podrías perfectamente seguir en el establecimiento, incluyendo tu beca —Hoseok quiso sonreír, y lo hizo, no pudo evitarlo por mucho que lo intentara— Pero quedas expulsado de todas maneras.
Hoseok no podía hablar, se sentía demasiado violentado. Los hombros se le tensaron por la sorpresa.
—¿Disculpe? —preguntó, con cierta dificultad.
—Al señor Min no le gustó nada que su hijo llegara de urgencia al hospital. Alguien tiene que pagar por ello, aunque el mismo lo haya provocado.
—¿Por qué hace esto? —preguntó Mino, quien ya no se veía igual de desesperado por salir que antes.
—No quiero sonar cruel —comenzó a explicar— pero la única manera de que pueda quedarse, es que sus padres vengan y traigan una mejor oferta, si sabe a lo que me refiero —sonrió con frialdad— Pero todos sabemos que eso es imposible, Jung Hoseok.
Mino pestañeaba consternado, quiso intervenir, pero la rabia le hacía trabarse. Hoseok cerró sus ojos y su respiración se tornó pesada.
—Lo aceptaba, ser expulsado. Lo aceptaba —respondió Hoseok, recuperando el control sobre sí mismo— Pero no si el abuso de poder está de por medio.
—No puede hacer nada, vamos, no sea testarudo.
—Testarudo... —mofó Mino.
—Les puedo demandar, lo sabe —replicó Hoseok, siendo invadido por una escondida ira.
—No tiene dinero para pagar buenos abogados, y si los consiguiera de alguna manera ¿crees que tendría oportunidad de ganarle al señor Min? —negó lentamente con su cabeza—. En vida, no permitirá que comparta un lugar con su hijo, no más.
Hoseok pudo haber reído por lo irónico de todo aquello, el mismo padre de Yoongi no le dejaría acercarse otra vez. Siendo que era algo que quería con ahínco. Pero vaya que manera de arreglar las cosas.
—No piense que esto me hace feliz —continuó hablando el decano—, sé que eres un buen chico...
—Cállate, mierda —espetó Hoseok—. Tu bolsillo se triplicará por un ataque de ira por parte de un enfermo que se hace llamar alumno. No me digas que eso no te hace saltar de la alegría. No seas hipócrita.
—Bueno, puede ser.
—Pero yo tengo dinero —intervino Mino— puedo pagarle lo que queda de universidad...
—No querrá meterse en el camino de Min —advirtió el señor—. Y tampoco tiene mucho que hablar, no en tu posición.
—¿Posición? —preguntó Hoseok, sintiendo aquello como un deja vu.
—Tu padre se niega a seguir pagando una universidad a la que no asistes, y que cuando lo haces, solo duermes —indicó— Es el tercer intento de pasar a segundo año, Song Mino.
—No...
El anciano se levantó, caminó hacia la salida y abrió la puerta. Sonrió.
—Sí, también está expulsado. Pueden proceder a sacar todas sus pertenencias del lugar.
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Hace tanto calor que me da pereza escribir, srry.
Pero igual lo hago de noche 7w7
Quiero estar en casa )-':
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