Capítulo 47: Errores
Loser – Big Bang
El viento corría con intensidad cuando Taehyung soltó la puerta, logrando que se cerrada con un gran ruido. Hoseok la miró con perplejidad, y con tanto vigor que pareciera que esperara que se abriera en cualquier momento, mostrando al mismo chico alto y castaño que se acababa de ir.
Se recostó en la puerta luego de ver que eso no pasaría, y estuvo ahí durante un largo rato, iluminado únicamente por la luna. Yoongi se sentía afortunado de poder presenciar aquello, entre la escena y acontecimientos en sí como a un Hoseok pálido brillando por la noche.
Hoseok entrecerró los ojos, procesando todo, sus acciones como las de Yoongi y Taehyung. Y no cabía en nada más que todo fue su culpa.
El agotamiento embargaba cada una de sus extremidades, y su pecho le dolía tremendamente.
—Sabía que esto pasaría. —Yoongi rompió el silencio, acercándose a Hoseok, mirándole desde la altura de estar de pie.
Sin mirarle, Hoseok habló sin emoción alguna.
—¿Lo sabías? ¿Lo hiciste apropósito?
—No, pero sabía que Taehyung terminaría decepcionándote de alguna manera.
Hoseok permaneció donde estaba, a la deriva en la sofocante tranquilidad de la azotea. Deseaba terriblemente llamar a ChaeYoung, que le diera una solución obvia a todo el asunto. Pero sabía que eso sería inmaduro, y que tenía que afrontar sus problemas él solo.
Lo malo, pensaba Hoseok, que siempre que quería resolver algo, el problema aumentaba.
Pero no le quedaba de otra, y lo único que deseaba en ese momento, era estar con Taehyung, no con alguien que hablara mal de él.
—Déjame solo.
Yoongi limpió sus lágrimas, que ya comenzaban a secarse sobre su rostro.
—No te dejaré en este estado, y quiero que me respondas sobre lo que te propuse.
Hoseok apretó su mandíbula.
—He sido claro, ¿no crees?
—Pero creí que con lo de Taehyung... —la voz de Yoongi bajó una octava, la felicidad de ver destrozado a Taehyung poco le había durado.
—¿Qué cambiaría de opinión? —siguió Hoseok por él, incrédulo por su insistencia— No seas tonto, faltaría mucho más que dejarme hablando solo para dejar de amarle. Y el decepcionado fue él, no yo —tras un largo silencio, volvió a decir— Déjame solo.
—Ya te dije que te amo, y no puedo seguir sin ti...
—¡Ya para de joderme las bolas con eso! —gritó Hoseok, liberando algo de su mal estado anímico— ¡No todo el mundo puede ser correspondido, entiende! Amo a Taehyung y eso no va a cambiar.
Yoongi volvió a llorar, sin preocuparse en ser silencioso.
—Y yo solo soy un capricho para ti —siguió despotricando— Has tenido una vida de mierda, pero ¿adivina qué? Historias como la tuya las he visto durante toda mi infancia, y no andaban destruyendo todo lo que veían.
—¿Cómo sa-bes eso? —preguntó entre sollozos, un tanto sorprendido.
—NamJoon me lo contó, pero olvida eso —Hoseok hizo un gesto con la mano, restándole importancia— A lo que me refiero, es que estás muy mal enfocado. No... Me das mucha lástima, el mundo transformó a un maravilloso niño en un desquiciado sociópata. Pero eso no justifica la mierda que le haces a Jimin y a Taehyung.
Yoongi frunció el ceño, remplazando rápidamente su pena por curiosidad.
—No le he hecho nada a Jimin.
—A mí no me mientas, que sabes muy bien que lo odio —Hoseok se levantó, sacudiendo la tierra de sus manos con leves golpes entre ellas— Duermo con él, y le cuenta todo a Jungkook. No esperarás que desactive mis oídos, era inevitable no escuchar. Aunque no sabía que también follabas con él.
Yoongi comenzó a negar, cerrando un poco sus ojos, siendo invadido poco a poco por su natural ira.
—Jimin no importa...
—Oh, mierda —espetó, apuntó la puerta— Ándate.
—Pero, Hoseok, no hablemos de él...
Cansado de su actitud, abrió la puerta y empujó a Yoongi al interior, tomándolo desprevenido. Iba a cerrar en sus narices cuando un detalle acudió a su mente.
—Ah, y otra cosa. Dices estar enamorado de mí, pero sé que no es así. Sólo estás obsesionado conmigo y con la idea de ser alguien bueno, que alguien más lo sea por ti —explicó— Si me amaras tanto como dices, jamás te habrías metido con Jimin —Yoongi palideció, sin creer palabra alguna de las oídas, pero sin poder ignorarlas— Aunque no quisiera a Taehyung, no aceptaría tu propuesta. No si Jimin existe. Hay algo que se llama lealtad y empatía. Deberías aprender un poco de esas palabras. Vamos que si las entiendes solo un poco me dejas en paz y dejas de destruir mi vida.
Y soltó la puerta.
A Hoseok no le importó si le partía el corazón o si se sentiría de la mierda con todo lo que le había dicho. Por su burda obsesión había lastimado, otra vez, a Taehyung. Y nada le importaba más que eso.
Se dejó caer en el suelo nuevamente, solo que esta vez un pedazo de vidrio se incrustó en la palma de su mano derecha. Y más que mirar el lugar y quejarse, no hizo nada más, ese sería su castigo por ser tan estúpido, por olvidar que su chico podría llegar en cualquier momento, por querer alejar a Yoongi, lo había dañado innecesariamente.
Un pequeño trozo de vidrio no era suficiente, si lo pensaba así.
Quizás, en estos momentos, pensaba Hoseok, estaría hablando con el chico de la moto, diciéndole lo muy idiota que era el chico del que se había enamorado, y preguntándole como olvidarle. El otro le ofrecería salir, y se aprovecharía de su amabilidad e inocencia, y le secuestraría, llevándole lejos en su moto, desbordando un barranco en una curvatura resbaladiza por el invierno. Aparecerían en los periódicos al otro día, anunciando que el hijo del CEO más grande de la moda en Sur corea había muerto a manos del sexy hijo de cualquier otro pez gordo.
Todo por no prevenir el beso de Yoongi.
O quizás estaba siendo muy dramático.
De todas maneras, tenía que acercarse a Taehyung, y lo más probable es que lo evitara por pensar que le llamó ahí para burlarse de él. Tenía que hallar la forma de decirle que le amaba sin sonar como un imbécil.
Y lo más pronto posible, o podría morir abrazado como koala a un chico en sudadera.
° ° °
Jungkook no sabía qué hacer para consolar a Jimin, estaba hecho un lío en sus brazos, llorando por haber sido tirado por Yoongi.
Tenía que ir con Mino, habían acordado escaparse para ir a su casa. Sin embargo, creía que lo mejor sería cancelar. Jimin estaba destrozado y era primordial. Podía ser un hijo de perra con él, pero, aparte de amarle como a nadie, también era su mejor amigo.
—Ya encontrarás a alguien que te valore —dijo Jungkook, mientras pasaba una mano por su espalda, acariciando suavemente, intentando calmarle de esa manera— él no te merece.
—No —hipó Jimin—, si me merece, tan solo tiene que notarme.
—Y esperarás a que te mate, ahí quedarás satisfecho. —replicó sarcástico.
—Morir a sus manos suena a una buena idea...
—Jimin, no. Eso no es sano, es una relación jodidamente tóxica, y no soporto verte así.
—Pero le amo...
—Pero él no a ti.
Jimin frunció el ceño, se irguió y le miró de frente, sorbiendo sus mocos.
—¿Desde cuando eres tan cruel?
—Siempre he sido así, me ofende que lo notes ahora.
Jungkook le miraba inexpresivo, pero bajó la vista y Jimin volvió a sollozar.
—Quiero estar con Yoongi, pero... —su voz temblaba— Odio ser tan desechable para él.
Estaba tan vulnerable, pensó Jungkook, con su labio inferior abultado, mejillas sonrosadas y húmedas, pestañas empapadas y hombros temblando. Parecía el momento perfecto.
—Te amo. —soltó de repente, casi sonando incompresible. Pero que Jimin dejara de llorar nuevamente, le decía que sí le había entendido.
—Yo igual.
Jungkook movió su lengua sobre sus labios incómodo.
—Pero... te amo tanto como tú a Yoongi.
—Eso es imposible, nadie a ama con la intensidad que yo lo hago.
—Jimin —habló más alto, y con mayor énfasis—, estoy enamorado de ti.
No hubo respuesta inmediata, tan solo silencio e incomodidad en su lugar. Jungkook sentía cada segundo como una hora, y es que lo había dicho sin pensarlo mucho, no había pensado cómo reaccionaría. Poco tiempo pasó cuando se arrepintió de haberlo hecho.
Jimin tenía la boca abierta, y luego enarcó sus cejas, juntando sus labios.
—¿Es broma? —Jungkook mantuvo su silencio y el más bajo se dio por atendido, limpió sus lágrimas— Que sepas que jamás te corresponderé, ten eso muy claro.
Y ya estaba, la respuesta que temía desde que había notado sus sentimientos hacía Jimin, se le fue dada, finalmente. Y de una manera muy directa, como solían hablar ellos, sin tapujos.
Como esperaba, dolía como el infierno.
Se levantó y fue hacia su armario, comenzó a rebuscar en él desinteresadamente.
—¿No te importa? —preguntó Jimin, un tanto sorprendido. Había dicho que le amaba tanto como él a Suga. Esperaba más que un simple movimiento negativo de cabeza— Eso es bueno, me sentiría muy mal si esos sentimientos erróneos irrumpen nuestra amistad —Jungkook creía que no podría resistir mucho, que en cualquier momento su pantalla se quebraría, mostrando la gran herida que le había dejado Jimin con tan solo unas palabras, y que le siguiera hablando no ayudaba en nada— ¿Qué haces?
—Saldré con Mino, y no puedo ir con uniforme.
A mitad de la respuesta de Jungkook, Jimin recibió un mensaje. Como si fuera un objeto punzante en su bolsillo, lo sacó con tal velocidad como si le hiciera algún daño.
[Chat con Amor]
22:46
«¿Dónde estás?
Ven ahora, te veo en la cafetería»
22:46
«Bueno :) »
Cuando Jungkook le vio de reojo, no se sorprendió de verle sonriente, y retocando su maquillaje frente a un pequeño espejo de bolsillo. Era obvio que le había pedido verle, y que a pesar de botarlo todo ensangrentado en la calle, a Jimin no le importaría. Tan solo tenía que chasquear sus dedos y le tenía de rodillas lamiendo sus sucias suelas.
La tan poca dignidad que tenía le dolía, como si fuera él el que se estuviera humillando. Era normal pensar así, después de todo. Pues estaba enamorado de él y así era como se manifestaba ese terrible sentimiento.
Quiso tironearle, hacerle entender que esa situación solo sería un martirio y que estando con él encontraría la paz, besarle como siempre había querido, sin ser sexual o ardiente, tan solo tierno y reconfortante.
Pero, con todo lo que ha sucedido, ya no parecía tan correcto, y creyó que besarle y escupir todo aquello, no sería cómodo, ni para Jimin ni para él.
Y no sabía porque sentía esa contrariedad tan repentina.
—¿Sabes? —Jimin dejó su maquillaje de lado y le miró, un tanto conmocionado— Se me ha ocurrido algo muy inteligente.
—¿Sí? —respondió Jungkook con voz plana, no le importaba lo muy inteligente sea su idea, sabía que tenía relación con Yoongi, y eso le disgustaba en demasía.
—Sí. Yoongi me follará como los dioses y me dirá todo lo que desearía decirle a Hoseok, pero luego me botará otra vez —indicó, como si no fuera de lo más obvio— Y yo no quiero eso, no más.
Jungkook alzó sus cejas, mirándole fijamente, prestando total atención a sus palabras.
—¿Hablas en serio?
—Sí, y estoy muy seguro de que me ama, pero aún no lo nota —Y la esperanza en la humanidad de Jungkook se fue a la basura— Y para que lo haga, necesito tu ayuda.
Jungkook le miró confundido. Se apuntó a si mismo con una mano, sin decir nada.
—Sonará muy insensible lo que te pediré, después de tu declaración. Pero quiero que seas mi novio.
Jungkook sintió su estómago dar un gran vuelco.
—Párale a tu juego —tomó su chaqueta y dio unos pasos a la puerta— me iré con Mino, volveré cuando hayas recuperado tu juicio.
—Ugh, Jungkook —le siguió y rodeó su brazo con sus pequeños dedos, deteniéndole— ¿No es lo que siempre has querido?
Jungkook se soltó, desconcertado. Pero no se movió de su lugar.
—Sí, pero no de esta manera.
—Por favor, Jungkook —suplicó Jimin— Necesito darle celos.
El pelinegro apretó sus ojos, sintiéndose terriblemente sofocado.
—Deja de burlarte de mí.
—Jungkook —insistió el mayor—, podrás besarme en público, tomarme de la mano cuando quieras, hasta subir selcas conmigo y poner en la descripción el día en que comenzamos, y no solamente cuando esté Yoongi presente —le sonrió con ternura— Jungkook, ¿quieres ser mi novio?
° ° °
Hoseok fue a la habitación de Taehyung, y no había absolutamente nada de lo que esperaba. Pues había dejado a NamJoon y a Jin en su habitación, estudiando como hacían cada vez que se veían. Suponía que debía de irle mejor, pues no veía a Jin quejándose de su tutor más que de su actitud.
Por lo que se sorprendió hallarles en la habitación de Taehyung, con un Jin semidesnudo sobre la cama de Mino y con NamJoon parado frente a él con un libro en sus manos. Ambos le miraron inquisitivos.
—¿Qué hacen?
—¿Acaso nunca has visto a alguien estudiar geometría con sexo? —Hoseok pestañó hacia ellos, haciendo una mueca de disgusto— Bueno, explícame algo ¿por qué estás aquí en vez de estar follando con Taehyung en la azotea?
Jin le asestó una patada en el abdomen, fulminándole con la mirada. Al ver que el más alto caía en la cama, llevando sus manos a su estómago con una expresión clara de dolor, miró a Hoseok ansioso.
—¿Cómo te fue?
Hoseok bajó la mirada, sintiéndose acongojado de nuevo.
—Me fue...
—¿La cagaste otra vez? —interrumpió NamJoon, ganándose otro golpe por parte de Jin.
Pero era cierto.
—Sí —respondió Hoseok, sobre el quejido de dolor de su amigo— y de la peor manera.
—Oh, mi Hoseokki... —se lamentó Jin, mirándole de tal manera como si quisiera llorar, como si fuera él quien estaba sufriendo.
—Pero no me rendiré —dijo con firmeza Hoseok—, no aún.
Tras los grititos de felicidad de Jin y las frases reconfortadoramente sarcásticas de NamJoon, éste último se atrevió a preguntar.
—¿Y tienes una idea de cómo arreglar tu cagazo?
—No, pero lo encontraré e improvisaré —dijo, procurando que su voz sonara relajada.
—Menudo pedazo de mierda que eres improvisando —se mofó NamJoon.
—Lo sé, pero es eso o estar aquí como un cobarde.
—Y estás aquí...
—Mierda, déjale en paz —reprendió, luego le dedicó una radiante sonrisa a Hoseok— Ya, corre que se te va el chico.
Asintió y cruzó la puerta rápidamente, pensando en qué lugar, aparte de su habitación, podría estar. Fue hacia el jardín, a los baños compartidos, inclusive a la cafetería, y nada. Era como si se lo hubiera tragado la tierra. Probó su última carta, yendo a la biblioteca, siendo que debía de estar cerrada debido a la hora, pero no se le ocurrían más lugares.
Pero un sordo sonido acompañado de un gran alarido llamó su atención, agudizando el oído supo que provenía de la casa central, lugar que le quedaba de camino. Fue hacia el lugar y se sintió horriblemente culpable.
—Deja de resistirte, Jungkook —chilló Jimin, y seguido cogió aire— no quiero que Yoongi salga dañado...
—¡CÁLLATE, MÁLDITA RATA SIDOSA!
Jungkook, al oír aquello, hizo el hámago de querer golpear a Yoongi, pero el mayor de los tres estaba en un estado de ira total, y fue más rápido. Tampoco ayudaba que Jimin le detuviera los pies. Por lo que recibió un limpio y fuerte golpe en su pómulo izquierdo.
Al caer al suelo, dejó de moverse, había quedado inconsciente, creyó Hoseok en lo que zigzagueaba los sofás y mesas. Jimin siguió llorando en el suelo, retrocediendo cuando vio que Yoongi se le acercaba, con los ojos inyectados de furia.
—¿De verdad creíste que me detendría solo por verte con "tu novio"? Eres un chiste, Park Jimin.
Hoseok se movió ágilmente, cogiendo el brazo que se dirigía al rostro lloroso de Jimin. Y antes de que Yoongi pudiera sorprenderse, le estampó su puño en el centro de su nariz.
—Siempre que algo malo me pasa, tú estás relacionado de alguna manera —le dio otro puñetazo, esta vez en su mandíbula. Luego se quejó, pues esa era la mano en la que se había enterrado un trozo de cristal— Mierda.
Pero Yoongi no opuso resistencia, por lo que atacar con solo una mano no fue un impedimento. Y eso solo le hacía enfadar aún más. Le tumbó y comenzó a darle patadas en sus costillas, aun teniendo la imagen de un Taehyung destrozado y un Jungkook ensangrentado sobre la alfombra.
—¿Así cómo esperas que te corresponda, bastardo?
—¡Ya déjale!
Jimin se lanzó a su espalda, aun hecho mierda, tuvo fuerzas suficientes como para intentar detenerle. Pero no fue aquello lo que le hizo parar, sino una quinta presencia a su lado.
—Jung Hoseok, deténgase —habló el decano con su característica voz rasposa y demandante— o llamaré a la policía.
Hoseok se movió con brusquedad, queriendo que Jimin cayera y así lo logró, se volvió al hombro a su lado.
—No me trate como un delincuente.
—Golpea a tres de mis estudiantes, ¿cómo quiere que le trate?
Miró por sobre su hombro, viendo a los tres chicos ensangrentados en el suelo. Resopló, eso no era lo que esperaba hacer hace unos minutos.
—Iré a dormir. —finalizó, pasando por el lado del hombre aún en pijama, maldiciendo a cada paso que daba.
No le importó si le seguía, pero verificó de todas maneras, y al ver que no era así, se dirigió a la salida. Al llegar al jardín, vociferó con las únicas energías que le quedaban. Cerró sus ojos con fuerza, y las lágrimas que inundaban sus ojos resbalaron por sus mejillas.
Lloró, como no lo hacía desde la muerte de sus padres. Y es que todo lo que hacía le resultaba de la mierda, todo lo arruinaba. No había un punto de relaje, nada que le reconfortara. No merecía nada, y eso le angustiaba, porque necesitaba a Taehyung con la misma intensidad con la que se odiaba.
Y creyó que ir con él, y arreglar las cosas de una manera milagrosa, era como premiarse. Luego sopesó en que lo único bueno que había hecho en mucho tiempo, había sido dejarle ir.
—————°—————
HA LLEGADO ALGO A MÍ, UNA COSA MUY MARAVILLOSA CON LA QUE NO HE DEJADO DE FANGIRLEAR (?
Me da risa la foto de Mino atrás, perO QUE CHULADA.
NO, YO YA eSTOY MUERTA.
Créditos a mi florecilla Sugasix
En otras noticias, encontré al hijo del MiKook.
Es joda, si jamás se quedarán juntos. No con Jungkook jodiendo con su crush imposible.
Joda, joda, solo joda. Que jamás daré información sobre el futuro de este fic.
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