Capítulo 38: Perdón, Taehyung
It Hurts - 2ne1
Mino arrastró a Jungkook a su habitación para asegurarse de que no interrumpiera a Taehyung en la azotea. El menor no quería seguir molestándole, pero Mino insistía en que, si el pelinegro iba, preguntaría cosas estúpidas y no podría hablar tranquilamente. Y Taehyung le encontró la razón.
Tras una inclinación en noventa grados a su hyung, llegó a la azotea. Sintiendo cada paso más pesado que el anterior, como si una parte de él no quisiera llegar nunca con Hoseok y llevarse su secreto a la tumba. Puesto que, terminaría suicidándose de seguir con aquel estilo de vida que llevaba últimamente. Tarde o temprano.
Aunque, no sabía si era realmente bueno para su salud mental decirle sobre sus sentimientos. Sabía que haría que Hoseok dejara de abrazarle con tanta confianza, e inclusive, que dejara de buscarle. Pero no sabía si podría soportar un rechazo tan directo.
De todas maneras, cualquier cosa era mejor que estar ocultándose por la vida.
Al abrir la puerta, el viento invernal fue lo primero que percibió. Pestañó y se encogió en su sweater violáceo. Lo segundo que percibió, fue grandes vasos de papel encerado. Y lo tercero, que Hoseok no le había notado aún.
Se acercó a él, con el corazón desbocado, sintiendo como sus manos temblaban y no por el frío, exactamente. Hoseok estaba sentado en el suelo, sobre una colcha que debió haber sacado de la cama de Jungkook. Ya que tenía pequeños bichos estampados, y Hoseok odiaba los bichos. Estaba inmerso en su móvil, y al estar a una distancia mínima, vio que en la pantalla brillaba el chat de ambos. Abrió mucho sus ojos cuando leyó como le tenía agregado.
«TaeTae♥»
—Hola. —saludó Taehyung, llamando la atención el mayor.
No era que Taehyung le haya dejado de ver, pues para poder evitarle tenía que saber su ubicación, tenía que verle. Pero hace días que no presenciaba de tan cerca su sonrisa.
Mierda, deja de hacerlo.
—Perdón que sonría como imbécil, pero no puedo evitarlo. Estoy feliz de verte.
Taehyung no había dejado de verle durante todo ese tiempo, pero Hoseok sí.
Otra vez, ese revoltijo en su estómago.
—¿Cómo has es-estado? —para alivianar sus nervios quiso empezar hablado de cosas triviales, pero el tartamudear no le aportaba en nada.
—Viste todo lo que mandé —su voz sonaba extrañamente tímida—, puedes adivinar como he estado. Siéntate.
Lo hizo, sin decir nada. Miró sus manos sobre su regazo, sin saber cómo comenzar. Llamando su atención, Hoseok le estiró un vaso, lo aceptó dudoso, pero lo hizo.
—Enojado, supongo. —repuso Taehyung.
—No, digo... puede ser —Hoseok llevó el vaso a sus labios y bebió un poco, sonriendo por, lo que Taehyung supuso, el sabor de este—. La palabra que yo diría, sería agobio. Estoy agobiado, con todo esto.
Taehyung le imitó y abrió la tapa del suyo. Mochaccino.
—Me enoja pensar que te hice daño, tanto como para que me evitaras —dijo Hoseok— y me agobia no saber qué es —rodeó su vaso con ambas manos—. Me citaste aquí para aclarar esto, ¿no?
Taehyung asintió.
—Diré mucho, pero no quiero que tú lo hagas.
—¿Hablar?
—Que no interrumpas.
Esta vez, Hoseok asintió.
—Gracias —soltó, sin saber cómo pudo hablar con tanta firmeza. Hoseok ladeó la cabeza, confundido. Miró al cielo, por sobre la cabeza del castaño, sintiendo mayor valor al ver las estrellas y no a Hoseok—, por todo; tus cuidados, todo. Cada vez que pensaste en el estúpido y callado chico sin autoestima que solo te daba problemas.
Sabía que Hoseok quería preguntar por qué le agradecía, pero mantuvo su silencio, atento, como le había pedido. Taehyung pestañó e resolló. Era un tanto pusilánime, se conocía muy bien. Cómo es que solo había dicho una frase y ya quería llorar.
No debería sentir ese temor, no era algo que no haya hecho antes. Lo hizo con Yoongi, una persona mucho más violenta y fría que Hoseok, por demasiado. Sabía que no le golpearía como lo hizo el platinado, pero pensar en aquel detalle no le hacía sentir mejor.
Quizás porque, aparte de ser quién le robaba el aliento, era su primer amigo. Perder a Hoseok significaba mucho más que perder a Yoongi.
Aunque jamás tuvo a ninguno de los dos.
—Por cada vez que estabas conmigo por lástima, pero que sonreías como si de verdad disfrutaras de mi compañía. Gracias, en verdad.
—Yo no...
—Pero —agregó Taehyung, apresurado, no queriendo perder el hilo y la confianza que tanto le había costado agarrar— toda esa lastima me llevó por segunda vez a la perdición —dejó el vaso a un lado y limpió las lágrimas que habían bajado por sus mejillas—. Gracias por convertirte en mi mejor amigo, y perdón por tener que romper esta amistad. Porque es mi culpa —tragó saliva e hipó cuando volvió a hablar—, porque no sé cómo sobrellevar esta situación.
Hoseok se acercó para abrazarle, pero Taehyung le frenó con un gesto leve. No le abrazó, pero tampoco se alejó.
—Porque estoy enamorado de ti, y no puedo permanecer a tu lado viendo cómo estás con otras personas como me gustaría que lo estuvieras conmigo —cubrió sus ojos, evitando la mirada de Hoseok—. Me sentía eternamente agradecido cuando me llamabas amigo, sentía unas ganas inmensas de llorar —recordó, en frecuentes sollozos—. Sigo teniendo ganas de llorar, pero, ahora, cuando lo haces, no puedo evitar sentir que estás burlándote de mí.
Hoseok, por decir poco, estaba en shock. Y desconcertado. Jamás se había puesto a pensar en la homosexualidad de Taehyung, que un abrazo para él no significaba lo mismo para Hoseok. Por más que lo intentara, no lo asimilaba. Él no veía a Taehyung sintiendo algo más que amistad.
Parecía que estuviera viendo a Taehyung, como cubría su rostro y sollozaba en un volumen casi inaudible, sin pensar realmente en lo diminuto y frágil que se veía arrodillado frente a él. No. El veía más allá, en su pasado, cuando una situación muy similar le había torturado hasta el delirio, pasajeramente gracias a su firme carácter.
Pero dudaba que permitiera que otro amigo le dejara.
Se vio a si mismo bajando los brazos, dejándolos caer a sus costados, brazos que antes le querían abrazar y hacer que dejara de llorar. Pero decidió que no le haría más daño.
Lo había prometido.
Se levantó, arrastrando a Taehyung con él. Alzó nuevamente sus brazos y lo tomó de los hombros para subirle. Taehyung no puso objeción y, una vez de pie, lentamente quitó sus manos de su rostro, revelando el rojizo color que teñía sus pómulos y nariz. Como el débil aleteo de sus pestañas hacían que más lágrimas cayeran, y como sus labios formaban un puchero tembloroso. Mantuvo sus manos en alto, y las miraba, sin aventurarse a buscar la mirada del contrario.
Hoseok tragó saliva, porque no había nada que se permitiera hacer. No le tocaría más de lo debido, no por ahora.
Pensaba en que, si fuera otra persona, se pasaría por la suela de sus tenis la opinión del otro y solo le consolaría, porque era lo que hacían los amigos, le abrazaría hasta que su remera quedara empapada de lágrimas y mocos, que no le importaría en lo más mínimo.
Pero era Taehyung. Le había dejado en claro que cada acción de Hoseok le afectaba. Para poder hacer lo que él quería sin lastimarle, tenía que sentir lo mismo que Taehyung sentía hacia él.
Cosa que no era así.
—Me gustas, Taehyung, eres muy agradable y...
—¿De qué me sirve gustarte si te gustan como diez más y de la misma manera?
Había sido un murmullo, uno muy endeble, cabe decir. Pero logró descolocar a Hoseok como cualquier reprimenda o grito. Porque así lo sintió él.
—Perdón, Taehyung.
Como una avalancha, la frustración y decepción de algo que esperaba totalmente, llegó otra vez. El rechazo de Hoseok dolía un millón de veces más de lo que esperaba. Su pecho estaba siendo presionado con tanta fuerza como si lo atropellara un tanque.
Quiso desaparecer, lanzarse del edificio con ese amargo sabor en sus labios. El mismo que tenía cuando intentó suicidarse esa vez. Aparecía cada vez que sentía ganas de morir. A mitad de camino a la salida, Hoseok habló, frenándole.
—No dejaré que salgas de mi vida, ¿entendiste? Te daré todo el tiempo que quieras, pero que sepas que seguiré esperando —apretó sus manos en puños y fregó su rostro con una de sus mangas, retomó el paso—. Lo que sea necesario.
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Tanto tiempo (?
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