Capítulo 24: Maleta azul


Stop Crying Your Heart Out - Oasis

Después de aquella conversación, había dormido y despertado con una sonrisa. Y aquel detalle le preocupó demasiado. No podía evitar sentir que cada cosa que hiciera Hoseok era hermosa, y que era afortunado de poder verlo siempre. El sentimiento era casi tan grande como el que sentía hacia Yoongi unos años atrás. Se sentía mejor por sentir aquello por Hoseok, en cierto sentido. Puede que sea heterosexual y solo le vea como un amigo, pero podía estar seguro de que era mejor persona que Yoongi. Sus sentimientos no eran injustificados.

Cualquiera que pasara la misma cantidad de tiempo que pasaba Taehyung con Hoseok, se terminaría enamorando de él.

¿Enamorado? Era mucho decir, pero si le gustaba. Taehyung se odio por volver a caer en los encantos masculinos equivocados.

Ya era sábado, el día de la "fiesta". No tenía muchas esperanzas sobre ella. La última vez que había ido a una terminó vomitando detrás de un basurero, y para más, lo había encontrado NamJoon y golpeado Suga. No sabía que esperar de esta.

Lo que rescataba es que ahora iría con Hoseok de acompañante y... ah, volvió a sonreír.

Se regañó internamente por ello, los guardias de la entrada le miraban con desaprobación, como si sonreír sin razón aparente fuera algo de lo que deba avergonzarse. Y quizás debería. Ha de verse como un esquizofrénico.

Luego la voz de Hoseok volvió a su mente, diciéndole que no debía temer a cosas banales como ellas, que no le conocían. Con un pequeño valor que había adquirido desde hace unos pocos días -desde que fue a la antigua casa de Hoseok- alzó la barbilla a los guardias y les regaló una sonrisa de las que Hoseok denominaba como "rectangulares".

Uno de ellos desvió la mirada, y se volvió a sentir pequeño e indefenso. Pero el otro esbozó una leve sonrisa e imitó al otro fijando su mirada en el rejado. Tal vez Hoseok sentía esa pequeña alegría al provocar sonrisas en los demás, y por eso lo hacía siempre. Pero es que la de él era hermosa y era difícil no caer ante su contagio. Taehyung se preguntaba si la suya se acercaba, aunque sea un poco a esa magnificencia.

Eran cerca de las seis y media de la mañana, se abrazaba en su chaleco de pijama que aún no se había cambiado

Se sentó en una banca cerca de la entrada, donde Mino yacía recostado de brazos cruzados, tratando de conciliar el sueño, con el cabello despeinado y a zapatos cambiados.

Cuando le avisó que saldría a buscar unos pedidos -que resultaba ser ropa más acorde a su apodo de "príncipe" de la empresa de su padre, unas cuantas prendas escogidas por su asesor de imagen. Ya no quería pedir más ropa prestada- no esperaba que le quisiera acompañar. Mucho menos sabiendo cuanto amaba dormir.

Al sentir que se sentaba junto a él, le miró y le sonrió con labios juntos y hacia dentro.

—Tío, debes prometerme que dejarás de ser un cagón. Este es un gran paso, pero nunca se sabe con qué saldrás.

Taehyung rió un poco.

—Lo prometo.

El moreno asentía ligeramente.

—¿Sabes qué otra cosa puedes hacer para dejar de ser un cagón? —Taehyung alzó ambas cejas, incitándole a seguir—. Prestarme algo de la ropa que te llegue, solo unas pocas veces. Aun no puedo creer que él sea tu padre, es un ícono de la moda en Corea.

—Está bien. —se limitó a decir. No le importaba en absoluto, medían casi lo mismo y aunque tuviera más musculatura que él, realmente no le importaba. De hecho, le alegraba que se lo pidiera y que no le diera asco compartir algo con él.

Un chico castaño se acercó a ellos a trote. Llevaba auriculares puestos y una capa de sudor cubría cada pedazo de piel que mostraba. Taehyung no solía levantarse tarde, pero jamás había notado que su compañero Jin salía a trotar en las mañanas.

—¿Qué hacen aquí chicos? —Permanecía en su lugar, pero no dejaba de dar pequeños saltitos. Para no enfriar el cuerpo, supuso Taehyung—. ¿Una especie de cita matutina? Mino, deja a Tae. Él es de mi pequeño Hoseokkie.

Mino soltó un bufido.

—Todos creen que me lo quiero coger, ¿qué mierda vuestro pensamiento? No todo es sexo en la vida. Le soy fiel a Hoseok, jamás le bancaría el novio.

Taehyung sintió su cara arder ante la palabra novio.

Jin le miró con los ojos entrecerrados.

—A mí no me engañas, todo tu ser grita "casanova".

—No es así —el moreno se enderezó, un tanto ofendido—. Amo follar, pero solo con mi chica. No te confundas, maldita anciana con complejo de bruja.

La cara de Jin se deformó en una mueca de horror, estiró un brazo y le golpeó en la nuca con su palma estirada.

—¡Eh! —se llevó una mano a la parte herida y le miró dolido—. Y yo que te invito a fiestas...

—NO DIGAS ESO, ¡ME OBLIGASTE!

Justo cuando Mino largó a reír por haber alterado al mayor, una voz le llamó.

—Amo Kim.

Los tres miraron hacia el rejado, al otro lado se encontraba un sujeto de mediana edad, con un traje elegante y con una maleta a su lado. Miraba al menor del grupo con una inmensa neutralidad.

En silencio, Taehyung se acercó y, a la vez, los guardias abrieron las puertas, tan solo un poco. Lo suficiente como para que pudiera pasar la maleta. Se la entregó sin decir mucho más que las indicaciones de como abrirla y, no sin antes inclinarse en un ángulo de noventa grados, se volvió a meter a la limusina.

Cuando Taehyung volvió, Mino y Jin conversaban, prefirió ver en vez de meterse.

—A mí me dice cariñito —dijo orgulloso Jin, colocando una mano en su pecho delicadamente.

—Apuesto a que es una mujer. —habló con tono jocoso Mino.

—Obvio que sí, y no hables de ella tan a la ligera. Esa preciosa mujer estuvo encargada de mi crianza.

—Eso explica muchas cosas.

—¿Qué quieres decir?

—Chicos —intervino Taehyung, evitando otra posible pelea, donde Jin terminaría gritando y Mino riendo— Hoseok me acaba de decir que vuelva para poder desayunar.

Jin le observó por unos segundos, sin decir nada, casi como si estuviera analizándole.

—¿Qué más dijo?

—¿Eh? —Taehyung no sabía a qué se refería.

—Vamos, no pudo decir solo eso.

—S... solo dijo eso —odiaba ser terrible mintiendo, tan solo quería volver sin más peleas.

—No te vi sacar el móvil —insistió el mayor, dando un paso hacia él. Odiaba ser interrumpido, mucho más si estaba discutiendo y aun no ganaba.

—Es que...

—Estoy seguro de que diría algo como "Hey, te vas a resfriar" o "¿por qué no me lo dijiste? Voy para allá" —le apuntó con un dedo, inclinando su cuerpo sobre el de Taehyung— Le ocultas algo.

Taehyung palideció, sin saber muy bien por qué. No era que le ocultara algo a Hoseok, solo que no quería molestarlo a tan tempranas horas de la mañana. Pero ese hyung asustaba.

—Mira, yo estimo a mucho a Hoseokkie, no quiero que lo dañes con tus cosas extrañas.

Y Mino se puse delante de Jin, quedando muy junto a él.

—Deja tranquilo a Taehyung, estás siendo dramático.

—¡Entonces dime que oculta en esa maleta! No quiero enterarme que ese pequeño bebé anda llorando.

—Hoseok no llora, imbécil.

—Ah —soltó exasperado el castaño— eres un misógino. Todos lloran, hasta los hombres, maldito retrograda.

—¿Misógino? Demonios, Jin. Me ofendes profundamente, adoro a las mujeres y todos sus derechos.

—En ese caso, no digas que Hoseok no llora. Es un humano.

—Me sentiría muy decepcionado de Hoseok si llorara por una maleta, después de todo lo que le ha pasado en la vida.

—No por la maleta, tarado —apuntó al menor con una mano, quién miraba la discusión sin decir nada, no quería participar de ella—. Por Taehyung que le está engañando.

—¿Quién mierda le está engañando? ¡Ahí solo hay ropa! —tomó la maleta y la abrió de un tirón, dejando en evidencia las prestigiosas prendas—. E independientemente, no son nada. No aún.

Jin frunció el ceño extrañado, y ladeó un poco la cabeza. Al reconocer la marca de las prendas, soltó un pequeño grito agudo. Se arrodilló frente a la maleta y tomó una remera.

—Estas aun no salen al mercado ¿cierto? —preguntó al menor, con tanta ansiedad que pareciera que si no le respondía con rapidez colapsaría de la emoción.

Taehyung asintió.

—Dios —largó la palabra, con voz lastimera— son tan perfectas que no me lo creo.

Siguió así por un buen rato, hablando de lo maravilloso que era el contenido de la maleta y por lo bien que lucirían en su cuerpo.

—Alto ahí, anciana —le detuvo Mino, arrebatándole los jeans de la mano y devolviéndola a su lugar, para entregársela al menor—. Es de Taehyung, deberías preguntarle primero si quiere compartir —miró al recién nombrado—, cosa que yo no haría, tú viste como te trató hace unos minutos.

—Hey —se levantó de sopetón y miro a Taehyung suplicante—. Es que de verdad creí que le ocultabas algo.

—De todas maneras, no somos nada. —aclaró Taehyung, con un hilo de voz. Sintiéndose muy avergonzado repentinamente.

—Eso ya lo sé, pero sé que le gustas.

—Jin... —advirtió Mino.

—¿Él te lo dijo? —la voz de Taehyung era débil, como siempre, pero había algo de ilusión en ella.

—No, pero lo sé —le sonrió con amabilidad, y seguridad—. Si lo vieras cuando habla de ti.

—¿Habla de mí? —pronto se sintió asustado por lo que dijera de él. Tragó saliva.

—Todo el tiempo, como que te ama...

—Uh, se caen las manos del frío —exclamó el moreno, se llevó la maleta de Taehyung a la espalda y la colgó sobre sus hombros como mochila.

Mino tomó a ambos del brazo y los arrastró hacia el interior de la universidad, dejando a Jin con las palabras en la boca. Se sintió molesto por ello, pero prefirió omitir comentarios. Ya habían sido muchas peleas para no ser ni siquiera las ocho.

Al llegar a la habitación, se fue directamente al baño, no sin antes responder afirmativamente a los pedidos de Jin para ver su maleta azul. Cerró la puerta con seguro y se sentó sobra las baldosas negras, sintiendo como el frío se calaba por sus huesos.

El latir de su corazón era duro y veloz, casi sentía que se le detendría en cualquier momento por un paro cardiaco. No sabía que pensar sobre las palabras de su hyung, eran muy sorpresivas, y no sabía si de verdad creerle. Por otro lado, el mayor era el que más tiempo pasaba con Hoseok luego de él y Mino. Si alguien debe escuchar de lo que habla a sus espaldas, definitivamente era él.

Aun así, no quería sacar conclusiones precipitadas. Muchos problemas había tenido ya por malentendidos. No quería añadir más a la lista.

Pero su corazón no quería pasar por alto las palabras del castaño, quizás... solo quizás...

—Le gusto a Hoseok —susurró con voz mutilada.

Sus entrañas se revolvieron y juntó sus piernas bajo su barbilla y las abrazó, negó con la cabeza.

Hoseok era heterosexual, y según fotos, solo se besaba con gente bella y perfecta. Él no entraba ni en juego en esa categoría.

Sintió sus ojos arder ante el golpe de la realidad, y así era mejor. No quería hacerse ilusiones, si no lo oía de sus labios no pensaría nada. Sin embargo, con ello, se dio cuenta de otra gran realidad que le perseguía.

Hoseok le gustaba más de lo que a él le gustaría.

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Por los que se preguntan por la novia de Mino...

Je. Piensen en una xina cualquiera.

Lee Hi for the win.

Aunque mi Jinwoo es más bello.

10k, i can't believe it.

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