Capítulo 18: Beso indirecto
Stay - Black Pink
Se podía saber con facilidad como había sido criado Hoseok, o tal vez no a lo literal, pero si se podía deducir que no era hijo único y que tiene más de un hermano. Era demasiado cariñoso y compartía sus cosas sin pensarlo dos veces.
Manteniendo su brazo sobre sus hombros y la vez que le susurraba cómicas ocurrencias cerca de su oreja, lo llevó al departamento de deportes. Las horas libres de ambos habían coincidido y Hoseok había decidido aprovechar de ello lo más que pudiera.
Taehyung no le gustaría admitir que guardaba la débil esperanza de que las chicas de las fotos no fueran más que apuestas que le habían obligado a ejecutar. Pero él sabía que no era así, y que en realidad tampoco quería que así fuera. La imagen que tenía de Hoseok se ensuciaría por completo, no le gustaría pensar que le gustaba jugar con mujeres. Era mejor pensar que era heterosexual.
—¿Quieres un zumo?
La expectante mirada de Hoseok le decía que hace mucho que había estado esperando su respuesta y se sintió mal. Nada podía hacer bien.
—No...
—Que mal, ya lo compré. —le entregó una cajita con liquido dentro de tamaño individual, era de fresa. Le dejaba hablando solo y más encima le daba un jugo, cada vez se sentía peor persona.
—Hoseok... —hizo el amago de querer devolvérselo, pero Hoseok se había adelantado y recostado sobre el césped frente al campo deportivo, con sus manos bajo su nuca.
El lugar estaba siendo ocupado mayoritariamente por estudiantes sudorosos y agitados, que corrían a lo largo del sector y se lanzaban pelotas para recibirlas con un largo bate de béisbol. Todo le hacía sentir pequeño en indefenso, y sin Hoseok era mucho peor, por lo que se apresuró y se sentó a su lado.
Sabía que estaba despierto, pues no se podría dormir tan rápido, pero sus ojos estaban cerrados. Se alegró internamente, podría observarle cuanto quisiera y él no lo sabría.
—Hay algo que me he estado preguntado desde hace mucho tiempo —se lamió su labio inferior antes de seguir ¿sería un tic? Si lo era, era uno muy bueno— ¿Sabes la razón por lo que Suga odia su nombre de pila?
La mención del platinado le había incomodado un poco a Taehyung y torció la boca, para sobrellevar un poco el sentimiento, sacudió la cajita y luego le enterró la pajilla en el lugar indicado y bebió un corto sorbo.
—No crea que sea correcto hablar de ello.
Hoseok rió.
—Vamos, ya sabemos lo que pasa cuando me ocultas cosas.
Volvió a dar otro sorbo.
—Tienes razón —cubrió la cajita con los dedos de sus dos manos, reuniendo valor que no sentía—. Sus padres le pusieron ese nombre en señal del gran amor que se tenían. Algo significaba ese nombre para ellos.
Abrió los ojos y le miró ceñudo.
—¿Por qué hablas en pasado? ¿Murieron?
—No lo creo, no lo sé —de pronto, se sintió intimidado. Dio otro sorbo—. Solo sé que su madre ya no está con él.
El castaño relajó su expresión y asintió.
Cuando Taehyung llevaba la pajilla a su boca para tomar más jugo, Hoseok se le adelantó. Se levantó y atrapó el pequeño tubo a pocos centímetros de los labios del moreno. Dio un breve sorbo y se volvió a recostar.
Mi corazón gay- pensó paralizado Taehyung.
Su boca se sintió seca y pestañó repetidas veces, disipando la impresión. Observó con más detenimiento al cuerpo de Hoseok y recapituló en algo obvio que no había notado antes.
—No te compraste un zumo.
—No me va lo dulce.
—Pero, acabas de tomar...
—Es que en ti se veía delicioso. —respondió con simpleza.
La inocente y virginal mente de Taehyung comenzó a llenarse de preguntas y de pensamientos.
No quedaba casi nada de jugo, solo eran mis babas ¿un beso indirecto?
Las mejillas del menor tomaron color y agradeció que los ojos de Hoseok estuvieran cerrados, así no podría notar su gran bochorno.
Un momento...
Ya se había besado con Hoseok antes, pero no había sido como él había esperado que fuera su primer beso. Se sentía mal por ello, las circunstancias hacían que no le gustara mucho recordar algo que debería haber sido hermoso, o por lo menos digno.
Bueno, eso era algo que él se había buscado, y era mucho más de lo que pudo pedir. Él no se creía merecedor de un beso ideal de teleserie como primer beso. Debería sentirse afortunado de que haya sido con alguien tan bueno, genial y atractivo como Hoseok. A pesar de que solo haya sido un choque de labios.
—¿Quieres algo de comer? —se metió una mano al bolsillo de su pantalón oscuro y ladeó su boca—. Mierda, no me queda más dinero.
Taehyung abrió los labios y luego se sintió apenado, había gastado lo poco y nada que le quedaba en él.
Siempre era un estorbo...
—¿Por qué haces todo esto?
El mayor le miró extrañado, sin comprender a que se refería.
—Me das tu celular —explica Taehyung—, me compras comida y te aseguras de que vaya a todas mis clases y de que estudie lo necesario —apretaba la cajita bajo su mano, estaba nervioso y no sabía realmente si quería la respuesta a su pregunta— ¿por qué?
—¿Por qué de repente tanta curiosidad?
—T-tan solo quiero saber por qué eres tan amable conmigo.
Hoseok lo miró por unos segundos, luego soltó el aire que inconscientemente tenía retenido.
—Hay muchas razones del porqué lo hago, pero principalmente es porque me nace. Tendría que entrar a temas extra personales para que entiendas a lo que me refiero.
Taehyung solo le miraba en silencio, no le obligaría a decir nada, pero tampoco le detendría.
El mayor captó esta muestra de respeto y sonrió de lado, con amargura.
—No quiero entrar mucho sobre lo triste que fue mi infancia, así que lo dejaré fácil; mi madre fue violada y asesinada por un sujeto con antecedentes. Después de ello, llegó mi padre que había ido a comprar mi regalo por mi ingreso, vio todo y se sintió fatal. Creyó que yo había muerto con mi madre, por lo que se suicidó. No tenía nada porque vivir, o eso creyó él.
Por la rapidez de su voz, supo que había lo superado, pero le seguía costando recordar ello. Quería pasar luego del tema.
Taehyung sentía la boca seca nuevamente, no sabía que decir, pero había algo que le molestaba.
—¿Ingreso? Entonces no fue hace mucho.
—Ingreso a la escuela elemental, tenía cinco años.
Contrario a lo que se pensaría, Hoseok no estaba triste ni lastimero. Tan solo pensativo.
—Estaba oculto en una caja —siguió—, mi madre me metió ahí cuando oyó al intruso. Traumatizado por presenciar lo de mi madre, no pude decirle a mi padre que en realidad estaba vivo, y entonces también presencié el suicidio de él. Todo en el mismo día —pasó la mano por el césped y comenzó a arrancarlo—. El gobierno no supo sobrellevar la situación, el sujeto quedó en libertad por considerarse inestable mentalmente —al ver la mirada alarmada de Taehyung, le sonrió—. Tranquilo, murió de sida hace tres años. La vida se encargó de él.
Si así pensaba que aplacaba su turbación, estaba equivocado. Era demasiada información por procesar.
Su infancia había sido espantosa, tanto que pudo haberlo corrompido al punto de hacerlo un resentido social que odia todo lo que respira. Pero no era así, o no como se esperaría.
—Razones me sobran para odiar las degeneraciones y los malos juicios, no sé si me comprendes —se incorporó y sacudió su cabello, estiró un brazo y le arregló el flequillo a Taehyung—. La vida es una mierda, lo he vivido en carne propia, sé lo que es. Por eso, cuando te veo, no puedo evitar pensar que no mereces ser parte de ello, que mereces algo mejor.
¿Yo? -pensó Taehyung- ¿algo mejor?
—Y eso solo lo tendrás conmigo a tu lado.
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Mierda, amé el comeback de Black Pink. ESTOY FLIPANDO, WEY.
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