Capítulo 13: Chocolate
21 Century Girls - BTS
Taehyung echó una ojeada al vacío que tenía frente a él y luego a los escasos autos que transitaban a esas horas de la noche, entrecerró los ojos bajo la luz de la luna. Había escogido un maravilloso momento para morir.
Le era extraño tener miedo, o como mínimo estar nervioso, pero si lo pensaba bien, era lo más lógico.
Recordó con agudeza cuando Yoongi había amenazado con lanzarlo de un barranco si no le lamía las suelas de sus botas. En ese momento había estado aterrorizado, había rezado múltiples veces a un Dios que debía de odiarle por su condición. Pero lo había hecho de todas maneras, sin esperar realmente una ayuda.
Tantas suplicas para evitar la muerte que ahora mismo él iba a provocar.
Tan solo debió haberle dicho a Suga, en todas esas ocasiones, que lo hiciera. Que lo matara. Hubiera sido asesinado por la persona que amaba, y eso le complacería momentáneamente.
Ahora, ya era muy tarde. Ya no le amaba y se mataría solo, con el único sentimiento de culpa, por causarle tantas equivocaciones a Hoseok. No se quedaría para ser una carga.
Y sabía que Hoseok lo entendería.
Le hacía muy feliz haber tomado esta decisión antes de que fuera tarde, antes de que volviera a cagarle la vida a alguien con sus sentimientos.
Antes de que se pudiera enamorar de Hoseok.
Porque sabía perfectamente que la amabilidad obligada de él, le terminaría jugando en contra. Tarde o temprano.
Taehyung sonrió ante eso último, estaba muy seguro de su decisión.
Sin dejar de sonreír, saltó al vacío.
° ° °
—Suga, en serio que es un pésimo momento.
—No, no —repetía exasperado— ¿por qué mierda te fuiste?
Hoseok martilleaba con un dedo en su pierna, impacientándose más a cada segundo que el platinado le negaba el paso.
Suga le miraba tambaleante desde su lugar, estaba ebrio y le costaba fijar su mirada.
—Suga, ahora mismo vengo de ver a unos homosexuales, estoy sucio, infectado.
Hoseok le puso una mano en su cabeza, intentando que así se asqueara. Para su sorpresa, le rodeó la cintura y lo estrechó contra él.
—No debb... no deberías ver otros hombres.
Su lengua se enredaba, pero le había entendido perfectamente. Asombrado, lo apartó sin ser brusco.
—Y tú no deberías acercarte a mí. Soy tu contrario, y seguirá siendo así hasta el fin de mis días. Yo no cambiaré, así que olvida que alguna vez nos conocimos.
Esquivó su delgado cuerpo y comenzó a correr. Agradecía todo el tiempo que se había pasado en las calles bailando, le habían dado un muy buen estado físico. Y cuando llegó a la azotea, no estaba del todo cansado.
Todo el aire que había estado entrando y saliendo de su sistema, había sido drenado al abrir la puerta y no encontrar nada del otro lado.
La azotea estaba vacía.
—Mierda, mierda —masculló, pasando frenéticamente las manos por su cabello— ¡MIERDA!
Sus piernas flaquearon y sus rodillas chocaron contra el polvoriento piso.
No estaba preparado para verlo muerto, no podía. Su ser se negaba a revivir el sentimiento, el episodio de su vida que tanto le había costado enterrar.
Efectuó unos cuantos intentos más por pararse y ver donde había caído su cuerpo, para ver el cadáver antes de que se lo llevaran. Sabía que luego su mente se resquebrajaría y su antigua depresión volvería. Y no podría soportarlo una vez más.
Regresaría e imitaría la acción de Taehyung.
No quería pensar mucho sobre ello, porque sabía que se arrepentiría. Odiaba a los suicidas y los criticaba como nunca. Pero Taehyung le hacía sentir así de vulnerable.
Se asomó por todos lados y no hallaba rastros del cadáver. Quizás ya lo recogieron...—pensó.
A pesar del fuerte fulgor de la luna, no le era suficiente y no podía estar del todo seguro de lo que veía. Así que lo volvió a intentar.
Podía divisar autos, arboles, gente adinerada paseando a sus ostentosos perros y... una cabeza.
Entornó sus ojos, creía que su mente ya le estaba fallando y que le jugaba una broma. La cabeza estaba muy cerca como para creer que estaba en el suelo bajo seis pisos de altura.
Como una ola de energía, tomó al chico enganchado y lo regresó a tierra.
Taehyung tiritaba, tan solo iba vestido con la camisa y corbata del uniforme, sin su saco. Por su cara somnolienta, suponía que había estado durmiendo.
Al centrar su mirada en Hoseok, abrió los ojos alarmado.
—Hoseok —dijo Taehyung con un hilo de voz.
—Otra vez casi me empujas a ser lo que más odio. —exclamó Hoseok, con la adrenalina aun corriendo por sus venas.
Taehyung le miró sin comprender a que se refería. Hoseok estiró su mano frente a él, mostrándole sus cinco dedos.
—Existen cinco cosas que odio por sobre todas las cosas —explicó—: Homofóbicos, violadores, corruptos, bichos raros y suicidas.
Si es que se podía, abrió aún más los ojos.
—Cuando no te encontré, el mundo se me vino abajo —dijo Hoseok, más calmado—. Estuve a nada de lanzarme por ese barandal.
Antes de que Taehyung abriera la boca y se disculpara, como creía Hoseok que haría, le metió un trozo de chocolate a la boca.
—Anda, cómelo. Debes de tener un sabor horrible en los labios.
Al principio, solo le miraba confundido, pero terminó por obedecerle. Sin decir nada.
Luego, introdujo su mano en el bolsillo de su pantalón y sacó su celular, lo miró por unos breves segundos en los que lo pasaba de mano en mano, para terminar dejándolo sobre las piernas de Taehyung.
—La contraseña es "creep", haz lo que quieras con lo demás, no tengo nada que ocultar. Pero no borres los contactos, pueden servir.
—¿Me lo das? —preguntó Taehyung, incrédulo.
—Te di mi contraseña —le miró de soslayo—. No me hagas pensar que eres estúpido.
Taehyung tomó el artefacto entre sus dedos.
—Aunque, teniendo en cuenta que te ibas a matar... quizás si eres algo estúpido.
Presintiendo el rechazo de Taehyung, Hoseok deslizó un brazo por debajo de sus rodillas y le rodeó los hombros con el otro brazo, y entró al edificio. Había sido tan repentino que no le dio tiempo de gritar o reclamar, tan solo dejó que lo llevara por los pasillos.
Su cuerpo estaba cálido, y al estar dentro, donde el ambiente estaba climatizado, se sentía mucho mejor. De a poco sentía que su tacto volvía y con ello, dejar de tiritar.
Le llevaba como si fuera una frágil pieza de porcelana, Taehyung no se había quedado a pensar en lo fuerte que era Hoseok. A pesar de que recibía sus golpes cada cuarto de hora. A esa cercanía, podía oler su perfume, que estaba combinado con su champú y el olor de la noche. Podría estar toda su vida con ese olor y no se aburriría.
También sentía el subir y bajar de su pecho contra su costado, y lo sólido que era su abdomen. Recapituló en la escasa distancia y no pudo evitar sonrojarse.
Hoseok le envió una mirada furtiva.
—¿Terminaste tu chocolate?
—Si.
Asintió, sin dejar de mirar al frente.
—¿Ahora tus labios saben mejor?
—Y-yo creo.
Hoseok sonrió sin mostrar dientes y lo bajó con delicadeza. Como un tirón, sintió que el calor se había quedado con Hoseok.
—Algo tiene de batería —señaló—. Te mandaré mensajes cada diez minutos, lo tendrás prendido siempre. Mañana te pasaré el cargador.
—Pero, ¿cómo me contactarás si...?
—Ahí veré —le cortó— y no te preocupes por mí. En unos días me llega dinero del estado. Con unos pocos ahorros que tengo me alcanzará para comprar uno.
—Hoseok...
—¿Qué? Esto no es la gran cosa, es algo material y necesito tener como localizarte. Con una vez que no contestes mis mensajes, vendré y te daré chocolate hasta que explotes.
Taehyung frunció el ceño.
—¿Me animas a que no te conteste?
—¿Te gusta el chocolate? —Hoseok entreabrió los labios por la sorpresa— Creí que lo odiabas, por la cara que ponías al comer.
—Es que me habías sorprendido.
Hoseok soltó una carcajada y abrió la puerta, empujó a Taehyung adentro y luego volvió a cerrar la puerta.
La habitación estaba a oscuras, vio la hora en su celular nuevo y comprendió en lo tarde que era. Sus compañeros dormían, pese a que Hoseok había hecho retumbar las paredes con el portazo.
Se quitó sus zapatos y se deslizó bajo las mantas de su cama y casi en el momento de apoyar su cabeza contra la almohada, un sonido surgió del celular.
Escribió la contraseña que le había dicho y lo desbloqueó.
«¿Te acostaste?
¿Taehyung? Responde, o iré a verificar si sigues ahí»
Taehyung se alteró al leer eso y se apresuró en responder.
«Si, ya estoy en cama».
«Me alegra oír eso
Ahora duerme, estaré en tu puerta a las 8:00 AM para ir a desayunar
Duerme bien, buenas noches».
No pudo evitar sonreír, sabía que lo hacía por lástima, pero aun así. Le hacía feliz ver lo mucho que lo sobreprotegía.
«RESPONDE
¿O ESTÁS DE NUEVO EN LA AZOTEA?
IRÉ A VER».
«¡NO!
Sigo en mi dormitorio
Perdón, buenas noches».
«Ah ya
Así me gusta».
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