Veintinueve


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La lluvia artificial brindada por la regadera caía de lleno en el castaño cabello de ____, suspiró extasiada por la sensación que el agua le brindaba, sintiendo toda la suciedad desprenderse de su cuerpo, más no todo era bueno siendo que la herida que tenía le ardía al ser esta tocada por el agua y lo que estaba utilizando para limpiar tanto su cabello como su cuerpo.

—Esto es tan relajante —Teresa rompió el silencio, se encontraban separadas solo por una pared por lo que no tenían que hablar fuerte para lograr escucharse la una a la otra.

—Lo es, pero lo mejor es que dejaremos de oler feo —las dos rieron para seguir aseándose, ____ miró la cicatriz que le había dejado aquella vez el penitente y también limpió con cuidado su reciente herida, sabía bien que debía tener cuidado o esta podría infectarse. La herida no era profunda, más tampoco se trataba de un simple rasguño.

En cuanto terminó de bañarse se envolvió en una toalla y se dedicó a cambiarse antes que Teresa saliera de la regadera, la ropa que le habían dado le quedaba algo grande, pero se las ingenió al doblar las mangas y fajar la blusa que le quedaba algo larga, el pantalón para su suerte no le quedaba tan grande, cuando terminó de cambiarse se dedicó a cepillar su cabello y a esperar a su amiga.


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Ambas chicas miraban con atención cada pasillo que cruzaban desconfiadas a las personas que les guiaban, como las duchas de las chicas estaban separadas a la de los chicos en cuanto estuvieron listas les dijeron que sus amigos ya habían sido llevados a realizar algunas pruebas y revisiones para saber sobre su salud, en cuanto entraron a una habitación divisaron a sus amigos y estos en ellas, todos suspiraron aliviados.

—Por aquí —les guiaron a un lugar alejado a los demás—. Esperen sentadas —les indicó a las dos chicas, mismas que tomaron asiento en las camillas, aun teniendo la cortina abierta ____ alcanzó a ver a Minho correr con cables en su cuerpo más cuando intentó ver a Newt y a Thomas una señora se colocó frente a ella.

—Hola, tú debes ser ____ —la castaña asintió y giró su cabeza para ver a Teresa, pero ya les separaba una cortina evitando si quiera ver la silueta de su amiga—. Te haré algunas pruebas.

—¿Para qué? —desconfió de la señora frente a ella.

—Necesitamos saber si estás sana —intentó cerrar la cortina, pero ____ la detuvo.

—No quiero que estén cerradas —la mujer soltó un suspiro más ignoró a la chica y cerró la cortina.

—Privacidad —fue lo único que dijo antes de buscar algunas cosas en uno de los cajones—. ¿Puedes mostrarme esa herida? —señaló la pierna de la chica, esta se sorprendió por el hecho de que supiera de su herida, más al ver su pantalón noto a penas una mancha de sangre que salía de su herida, no tuvo más opción que bajar su pantalón hasta la altura de la herida, la señora limpió y desinfectó la herida para después vendarla—. Listo —____ no tardó en subir su pantalón y agradecerle—. Bien, ahora necesito tomar muestras de sangre —un escalofrió surcó la espina dorsal de la chica al solo pensar en la aguja con la que le sacarían sangre, mas no opuso resistencia, cuando llegó el momento giró el rostro respiró repetidas veces e intentó que su mente estuviera enfocada en otra cosa que no fuera en la aguja que había atravesado su piel para las muestras de sangre—. Bien, te inyectaremos unas vitaminas —____ miró el líquido que contenía la inyección y negó con la cabeza, algo le inquietaba y no sabía si era porque el color de dichas vitaminas tenía el mismo aspecto que lo que los penitentes inyectaban.

—No, no quiero ninguna inyección —se alejó de la señora que había avanzado hacia ella.

—Será por las buenas o por las malas, necesitas estas vitaminas —la de ojos azules sintió su pecho encogerse, su respiración se volvió agitada y solo atinó en intentar huir más un sujeto le detuvo por orden de la doctora.

—¿Qué hacen? ¡Suéltenme! —se movió asustada entre los brazos de aquel hombre, parecía que esta tenía un ataque de pánico que surgió tras su temor a las inyecciones—. ¡Basta! —sus suplicas parecieron inútiles siendo que la doctora le inyecto con algo de brusquedad provocando que ____ cerrara los ojos a causa del dolor que le había provocado la inyección—. Aléjense de mi —la doctora retiro la inyección ya vacía y ____ se soltó del agarre del hombre alejándose de ellos cuando abrió las cortinas se encontró con un Newt bastante preocupado, este le había escuchado más tardó en llegar porque le habían estado haciendo pruebas.

—Acabamos —tanto la doctora como aquel hombre salieron del lugar dejando a la pareja solos.

—¿Qué pasó? —la abrazó preocupado al verla respirar agitada y temblar ligeramente, ____ le abrazó de vuelta e intentó tranquilizar su respiración que tras un par de minutos logró tranquilizarse.

—Me obligaron a ponerme esa miertera inyección, me lastimó —esta miró su brazo en cuanto se separó del chico, del lugar en el que le habían inyectado salía algo de sangre, no era grave, pero eso no evitó que Newt le hiciera sentarse mientras tomaba un algodón con algo de alcohol para limpiar la reciente herida.

—Listo —sonrió antes de besar la frente de la chica—. Deja de meterte en problemas pequeña rebelde —le miró divertido provocando la risa de la chica olvidando el mal rato que había pasado.

—Bien, lo intentaré, pero no más inyecciones.

—Vamos —le tomó de la mano ayudándola a pararse para salir de aquel cubículo tomados de la mano, Minho los alcanzó justo después de terminar las pruebas que le habían hecho.

—Ey enana. Vamos, nos llevarán a otra habitación —caminaron hacia los demás, pero la ausencia de Thomas y de Teresa les llamó la atención.

—¿Dónde están Thomas y Teresa?

—No lo sabemos, un tipo le dijo algo a Thomas y se fue con él y de Teresa no hemos sabido nada —____asintió algo intranquila más el peso que sintió en sus hombros le hizo girar a ver al responsable, Newt le abrazaba por los hombros—. Tranquila, estarán bien.

—No puedo evitar sentirme nerviosa.

—Ellos saben cuidarse, estarán bien —le animó Minho.

—Eso lo sé —suspiró antes de sonreír—. Me preocupa que estén sin mí, eso es un infierno —bromeó aligerando el ambiente cosa que causó las fuertes risas de los presentes, siguieron caminando hasta que llegaron a otro lugar en el que había mesas, pero lo sorprendente era que estaban ocupadas por más personas que parecían de su edad.

—Genial —Sartén fue el primero en hablar antes de que les indicaran que debían tomar una bandeja que contenía comida y agua, todos tomaron una bandeja a excepción de Minho que tomó dos, una para él y una para Thomas quien aún no llegaba.

—¡Aquí chicos! —Winston ya había encontrado una mesa en la que todos podrían sentarse a pesar de que esta ya era ocupada por dos chicos.

—Esto se siente extraño —Newt le susurró a su novia en cuanto se sentaron uno junto al otro.

—Mucho —le dio la razón antes de que comenzaran a comer, compartieron solo un par de palabras más, pero disfrutaban de la comida por lo que no estaban tan enfocados en hablar, aunque aquello cambió en cuanto uno de los chicos frente a ellos comenzó a contar algo que llamó su atención.

—Hubo una gran explosión —la presencia de alguien a un lado de la castaña llamó su atención y al girar se encontró con su mellizo—. Después salieron unos hombres de la nada y empezaron a disparar.

—Estuvo intenso —le siguió el chico a su lado.

—Nos sacaron del laberinto y nos trajeron aquí.

—¿Qué hay de los demás? —preguntó con curiosidad—. ¿Qué pasó con las personas que aún están en el laberinto?

—No lo sé, supongo que Cruel aún los tiene —esta vez fue ____ quien se atrevió a preguntar algo que le llevaba rondando por la cabeza.

—¿Cuánto llevan aquí?

—No lo sé, un día o dos —giró para ver sobre su hombro y todos miramos en la misma dirección—. Pero ese de allá, lleva más tiempo, creo que una semana —el chico jugaba con su comida y tenía la gorra de su sudadera puesta por lo que no se lograba apreciar bien su rostro.

—En su laberinto solo había niñas —habló el chico de cabello corto.

—¿En serio? —Minho habló sorprendido.

—Algunos tienen suerte —la castaña no entendió al instante a qué se refería, pero al hacerlo no pudo evitar rodar los ojos, que extraños eran los chicos.





.Editado.

Pelirroja W


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