Dos


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Frente a ellos había un niño, regordete con cabello castaño que cubría ligeramente su frente y orejas por los rulos que este tenía, sus ojos oscuros miraban con curiosidad a la chica y sus mejillas eran rozadas, con aquella apariencia a duras penas se le podían calcular unos doce años, aquello fue lo que había sorprendido a los mellizos, solo era un niño a comparación de los demás habitantes, un niño que no estaba con su familia y estaba al igual que ellos dentro de aquel lugar.

—¿Hola? —el niño les miró divertido al notar que los nuevos se habían quedado mudos, estaba algo acostumbrado a aquellas miradas, ya que eran las mismas que todos los habitantes le habían dado cuando llegó a El Área.

—Hola, ¿Cómo te llamas? —la chica fue la primera en hablar, sonrió un poco intentando dejar a un lado su sorpresa para poder saber más de aquel niño.

—Chuck, yo era el Novato hasta que llegaron —sonrió burlón mientras se presentaba, Chuck no podía evitar sentirse un poco superior que los novatos, por fin dejarían de decirle novato, dejarían de hacerle bromas o ignorarlo por ser el más pequeño.

—Chuck, ¿Qué edad crees que tengamos? —preguntó de la nada el mellizo de la chica, aquella pregunta le había rondado toda la comida tras ver cada aspecto de su hermana.

—Yo diría que dieciséis o diecisiete y por si tienes duda...—miró fijamente al chico provocando que este se incomodara un poco por la atención que el niño le ponía—. Un metro ochenta, cabello castaño, ojos cafés oscuro. Ah y feo como una comadreja —agregó esto último evitando reír por la cara que el chico había puesto, la chica estuvo por reír, pero en cuanto Chuck giró a verla se contuvo—. Un metro sesenta a decir verdad eres algo baja, cabello castaño un poco más claro que el de él, ojos celestes y no eres fea como una comadreja —las mejillas de Chuck se habían puesto más rosadas de lo normal al decir lo último, tal parecía que aquello era un halago cosa que hizo sonreír a la chica sonreí.

—¿Qué edad tienes? —la castaña había soltado la pregunta sin siquiera pensar que tal vez Chuck no recordaba su edad, al igual que todos los habitantes incluyéndolos.

—No lo sé, la mayoría supone que no tengo más de trece años.

—Lo siento, quizá no debí preguntar.

—No te preocupes. Estarán algo atontados en estos días, claro hasta que se acostumbren a este lugar —se encogió de hombros, sabía bien lo que los hermanos pasaban, todos lo pasaron en algún momento—. Vengan —les indicó mientras comenzaba a caminar, los mellizos lo siguieron de cerca, no tardaron en llegar a un lugar con hamacas que estaban bajo un techo de paja, Chuck comenzó a acomodar las dos hamacas nuevas para los novatos, las cuales por órdenes de Alby debían estar una al lado de la otra, Alby sabía que el chico se encargaría de cuidar bien a la chica.

—Los dos dormirán aquí y como tu larcha, eres una chica te quedaras cerca de tu hermano —Chuck notó que la chica lo miraba confundida y comprendió que esta se debatía en si debía preguntar o no—. Por si tienen la duda, larcho es como nos referimos en algunas ocasiones a las personas aquí, aunque tuvimos que modificarla para que también pueda utilizarse en ti y sé que son hermanos porque Alby nos ha puesto al tanto.

—Gracias.

Pasaron unos minutos mientras Chuck seguía luchando por colocar correctamente las hamacas, la chica giró para hablar con su hermano, pero notó que este ya se encontraba algo alejado de ellos, sin que Chuck lo notara ella corrió hasta su mellizo sintiendo la curiosidad golpearla, necesitaba saber qué planeaba su hermano.

—Tenemos que saber qué hay allá —señaló la apertura que había entre los muros.

—Pero, ¿Qué hay de la regla de no ir más allá de los muros?

—Lo sé, pero la curiosidad está matándome y puedo adivinar que a ti también —la castaña no pudo negarle aquello, ella también tenía curiosidad y le seguiría para poder saciar aquella curiosidad.  

—Tienes razón.

—Comienzo a notar las similitudes que tenemos —sonrió divertido provocando que la chica también sonriera.

—¿A dónde creen que van? —escucharon la voz de Chuck detrás suyo, Chuck había corrido para poder alcanzarlos antes de que estos hicieran alguna idiotez.

—Solo queremos mirar.

En el interior de la apertura lograban verse plantas en las paredes y al final de esta parecía haber una intersección que daba a dos caminos diferentes, aquello solo llamó más la atención de los mellizos, aquella podía ser su salida.

—Está bien pero solo mirar, no pueden salir más allá de los muros —se colocó frente a ellos, no pudo evitar mirar cada cierto tiempo de reojo la apretura que daba al laberinto, aquel lugar que era el protagonista de sus pesadillas, nunca había ido más allá de los muros, pero los habitantes se había asegurarlo de atemorizarlo con historias.

—Pero, ¿Qué hay más allá?

—No lo sé, porque jamás he salido.

—¿Por qué no? —aquella pregunta era más para ella que para Chuck, sabía bien las reglas, pero se preguntaba si nadie había tenido tanta curiosidad como la tenía ella o su mellizo.

—Porque sigo las reglas —dudó un poco al responder, la atención de los mellizos viajó a dos personas que salieron de la apertura y trotaban en su dirección, aquello solo provocó más incertidumbre en los hermanos, ¿Por qué otros podían salir y ellos no? 

—¿Qué hay Chuck, nuevo novato? —preguntó uno de los chicos que habían entrado a El Área después de un largo día de trabajo, sus ojos eran rasgados y su complexión era fornida por el arduo trabajo que le era recorrer diariamente el laberinto en busca de alguna salida; el chico no había notado a la chica ya que estaba del otro lado de su hermano, el cual lograba cubrirla un poco de la vista de los chicos.

—De hecho, son novatos —movió ligeramente su cabeza señalando a la chica, los dos corredores miraron a la castaña sorprendidos, aquella era la primera vez que veían a una chica o al menos desde que llegaron a El Área.

—Wow una chica, hola hermosa —coqueteó el otro corredor, este era rubio con algunas ojeras bajo sus ojos, era atractivo, pero aquel coqueteo solo provoco incomodidad en la chica y un sentimiento de protección en el castaño que se colocó frente a su hermana sin darse cuenta—. ¿Qué se siente ya no ser un novato Chuck?

—Genial, Ben —sonrió mientras miraba a los corredores irse trotando.

—¿No qué nadie...

—Podía cruzar los muros? —hablaron uno tras otro completando la frase, había sido demasiado raro para los tres, sobre todo porque había sido sin siquiera pensarlo.

—Eso fue genial, pero espeluznante —Chuck hizo una ligera pausa antes de seguir hablando—. Ellos son corredores, son los que salen a buscar una salida del laberinto —dijo como si se tratara de algo normal, pero para los nuevos no lo era, mucho menos que llamara "laberinto" a lo que había tras esos muros.

—Espera, ¿Qué dijiste? —la chica se cruzó de brazos.

—¿Qué cosa? —Chuck se hizo el desentendido al notar el error que había cometido.

—Dijiste laberinto.

—¿Eso dije?

—Sí —afirmaron al mismo tiempo los mellizos para después comenzar a caminar hacia la apertura de los muros dejando a Chuck atrás, el niño intentaba detenerlos, pero sus cortas piernas no le ayudaban mucho.

—¿Qué hacen?

—Solo queremos echar un vistazo.

—No pueden y menos a estas horas, no es seguro —miró con miedo la apertura que estaba cada vez más cerca de ellos, realmente le temía al tener que salir de lo que él consideraba su área de confort. 

—De acuerdo, no vamos a salir —habló el chico mientras tomaba la mano de su hermana, los dos comenzaron a acercarse a la apertura, pero alguien los detuvo.

—¡Hey novatos! —el mismo chico que les había sacado de la caja se acercaba a grandes zancadas hacia los mellizos, la chica no supo en qué momento se había colocado entre su hermano y aquel chico de cejas raras, solo reaccionó cuando su cabeza golpeo contra el suelo, el empujón le había lanzado contra el suelo y sí que le había dolido. 

—Maldición —se quejó mientras intentaba sentarse, su cabeza dolía y sentía que esta punzaba con cada movimiento que hacía.

—¿Estas bien? —su mellizo se había preocupado al verla caer, la castaña parpadeaba repetidas veces intentando dejar de ver algo borroso por el golpe—. ¿Qué te pasa idiota? —enfrentó al chico cuando sintió una gran ola de enojo, quería lanzarse contra aquel chico y golpearlo hasta que este no pudiera levantarse.

—Tranquilo.

—Hey tranquilízate —Newt llegó justo a tiempo para intentar calmar al novato, pero este parecía no querer ceder ante nadie.

—No lo haré, este idiota lastimo a mi hermana —para la castaña las voces de su alrededor comenzaron a ser cada vez más bajas hasta que se volvieron susurros y una más fuerte resonó a su alrededor.

Cruel es bueno, recuerda —aquella voz se repitió una y otra vez en su cabeza. 

—¡Basta, cállate! —gritó desesperada intentando que aquella voz parara, no sabía si aquella voz era algún recuerdo o simplemente comenzaba a volverse loca.

—¿Qué pasa? Oye estoy aquí. ¿Me escuchas? —su mellizo se había hincado frente a ella viendo como esta estaba sentada y tenía sus manos posadas a los lados de su cabeza apretándola fuertemente, la castaña a duras penas lograba escucharle—. ¿Qué es eso? —preguntó en cuanto un ruido estrepitoso se escuchó a su alrededor.

—Las puertas se están cerrando, por eso no pueden salir —una ráfaga de viento golpeó el cuerpo de todos, los muros se movían lentamente acercándose el uno al otro hasta que este estuvo completamente cerrado dejando a los habitantes seguros de cualquier peligro que el laberinto traía.

—La próxima los dejare salir —les reprochó el rubio de cejas raras antes de alejarse al igual que muchos.

—Basta —el susurró de la chica llamó la atención de los que aún estaban presentes, ella seguía escuchando a aquella voz y parecía que esta no estaba dispuesta a parar.

—Todo estará bien —la abrazó el castaño sin saber qué más podía hacer por ella, no entendía lo que estaba ocurriendo.

—¿Estas bien, novata? —Newt se acercó a ellos creyendo que lo mejor sería llevar a la larcha con los docs, pero paro cuando la chica le miro, ella no entendía bien lo que había ocurrido, pero al escuchar la voz de Newt provocó que la voz dejara de ser tan alta y ahora parecía susurros casi imperceptibles.

—No entiendo lo que acaba de ocurrir —susurró asustada de sí misma, ¿Qué pasaría si volvía a escuchar aquella voz en su cabeza? Seguramente la tacharían de loca.

—Esperemos que no vuelva a pasar —Newt miró de reojo a Alby antes de alejarse de ahí, algo pasaba con la nueva de eso estaba seguro, pero él no lo diría en voz alta, haría lo que siempre hacía; observar, callar y actuar cuando fuera necesario.

—Bienvenidos a el Área —Alby utilizó un tono sarcástico antes de irse por la misma dirección que los demás.

—¿Puedes pararte? 

—Quiero estar sentada un poco más.

—Está bien.


←♪♪♪→


Los mellizos habían pasado un rato sentados en el mismo lugar en el que los habitantes les habían dejado, uno al lado del otro sin decir nada, solo disfrutaban la compañía del otro, al menos hasta que Chuck les informó que aquella noche sería su bienvenida oficial, los mellizos siguieron al niño hasta lo que sería la fogata; miraron cómo prendieron esta y cómo la celebración empezaba.

Los habitantes bebían, comían y bailaban al son de su propia música improvisada, aquel lugar era totalmente nuevo y extraño para los hermanos por lo que decidieron alejarse de la celebración, aquello no era lo suyo. 

—Ven, vamos a ese tronco —los dos caminaron hasta el tronco que había señalado el más alto, cuando estuvieron sentados, él decidió iniciar la conversación—. ¿Qué sucedió contigo tras el empujón? 

—Escuche una voz —suspiró mientras esperaba que su hermano no la tachara por ser una loca, los dos miraban hacia el frente sin un punto fijo en realidad—. Una sola voz, una sola frase. Solo se repetía "Cruel es bueno, recuerda".

—Eso es extraño —fue lo único que mencionó, él no se consideraba la persona correcta ar decirle algo más.

—Lo sé —su conversación se vio interrumpida por Newt que al verlos alejados de todos había decidido acercarse y hacer que su estadía en El Área fuera más amena.

—Buen primer día novatos.

—Creo que ha sido horrible —la chica fue la primera en hablar mientras se encogía de hombros, no llevaban ni un día en aquel lugar y ya habían causado varios problemas por su terquedad y por su curiosidad.

—¿Qué es eso? —se atrevió a preguntar el castaño sin haber prestado atención a la plática que su hermana y Newt entablaban. 

—Sí, ¿Qué es? —volvió a preguntar la chica al notar lo que su hermano miraba fijamente.






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Las invito a pasarse al apartado de "Graphics" para que puedan apreciar los hermosos moodboards que han realizado -youngblxxd y kjalid, ya que la historia ganó en los Astroworld Awards en la categoría de "Maze Runner" gracias a que muchas de ustedes votaron por la historia, muchas gracias ❤️



.Editado.

Pelirroja W

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