xvii. eres quién me mantiene cuerdo.
𝒀𝑶𝑼'𝑹𝑬 𝑲𝑬𝑬𝑷𝑰𝑵𝑮 𝑴𝑬 𝑺𝑨𝑵𝑬 !
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El auto que Sam conducía se había hecho pedazos.
Steve había logrado sacarlos a tiempo de allí antes de que este volara por los aires, Natasha se había aferrado a sus brazos, mientras Sam se sujetaba de ambos Vengadores.
Se pusieron de pie de inmediato, las almas gemelas encontraron sus miradas una ultima vez, antes de que el super soldado saliera expulsado puente abajo.
— ¡Steve! — El grito casi desesperado de Natasha se escuchó por encima de la explosión y los autos colisionando.
— ¡Corre! — Sam tomó del brazo a la rusa, ambos escapando de la lluvia balas que soldado del invierno e HYDRA regaban sobre ellos.
Ambos corrieron como si su vida dependiera de aquello, esquivando la lluvia de balas de HYDRA, mientras trataban de responder a los ataques. Se separaron cuando el soldado del invierno estuvo pisándoles los talones, la espía saltó desde el puente en el que estaban, mientras Sam le hizo una especie de seña que significaba que iría a buscar sus alas.
Steve despertó con el olor del plástico quemado en sus narices.
Y apenas se puso de pie, las balas comenzaron a atravesar el piso del autobús. Sam no demoró en ayudarle, quitando del camino a dos de los tres hombres que disparaban hacia su cabeza.
"¿Dónde está Natasha? ¿Está bien?" Fue lo que el super soldado quiso gritarle al moreno antes de visualizar una melena pelirroja sobre los hombros del soldado del invierno.
Su corazón dio un salto cuando la vio escapar, y un dolor electrizante le recorrió el hombro segundos después.
Le habían disparado a Natasha.
Llegó en el momento justo antes de que el soldado del invierno le disparara nuevamente a la pelirroja.
El castaño era veloz, era fuerte, era hábil.
Y tenía unos ojos grises que eran demasiados familiares para Steve Rogers.
Pelearon por un largo rato, sin escudo, con escudo, sin armas y con una navaja de bolsillo. Hasta que Steve lanzó el cuerpo del castaño lejos.
Y aquella mascara que llevaba cayó.
Bucky Barnes estaba frente a él.
— ¿Bucky?
Los ojos azul grisáceo del que alguna vez fue su mejor amigo lucieron muy confundidos por un segundo, pero su mano metálica seguía firmemente empuñada en su pistola, apuntándole a la cabeza.
— ¿Quién diablos es Bucky?
Estuvo a punto de apretar el gatillo, pero Sam lo pateó mientras aterrizaba.
No demoró en volver a ponerse de pie, mientras Steve trataba de conectar los puntos en su mente, de reaccionar ante aquella cara familiar que parecía no reconocerlo. Ni por un segundo. Lo volvió a apuntar con el gatillo de la pistola, pero Natasha fue más rápida, y evitó nuevamente que aquel rubio que permanecía en estado de shock tuviera un agujero en la cabeza.
Bucky desapareció con el humo que se disipaba en la carretera, las sirenas de la policía y de SHIELD cada vez sonaban con más fuerza.
— ¡Suelta el escudo y ponte de rodillas, Capitán! — Rumlow llegó a su lado, mientras todo el escuadrón de STRIKE los rodeaba, sin dejar de apuntarles.
Natasha sentía la confusión de Steve, sentía como su mente seguía nublada y su corazón latía desbocado. Además del propio inmenso dolor que punzaba en su hombro, donde estaba segura que aquellas iniciales del super soldado ya estaban manchadas en su propia sangre.
Rumlow y su grupo no tardaron en ponerlos en un vehículo blindado, esposados y listos para dirigirse a una muerte inmediata.
Donde la TV nacional no estuviera grabando.
— Era él. —Steve habló, después de un rato sobre la carretera. — Me miró a los ojos como si no me conociera.
— Eso no es posible, tiene más de 70 años.
— Zola. Capturaron la unidad de Bucky en el 43' y experimentaron con él, lo que le hicieron ese día debió haber evitado que muriera. Debieron hallarlo y...
— Nada de eso es tu culpa, Steve. —La voz cansada, pero comprensiva, de Natasha llenó el lugar.
— Cuando no tenia nada, tenía a Bucky... Y...
— ¡Necesitamos un doctor! — La voz de Sam interrumpiendo su relato lo volvió a conectar con la realidad. — Hay que poner presión en su herida o si no se va a desangrar en el camino.
Los ojos azules, ahora llenos de preocupación, examinaron a la pelirroja frente a él. Su cabeza estaba apoyada en el vidrio, su respiración poco a poco más pausada, y sus dos manos apretadas en su chaqueta de cuero.
Y se hizo aún más consciente del ardor en su hombro derecho.
Y la culpa lo recorrió. Debió haber sido él quien se preocupará de sus heridas, de exigirles un doctor a los dos agentes que los acompañaban, de tratar de tomar su mano y susurrarle que todo estaría bien.
Aquellos preciosos ojos verdes se volvieron a conectar con los suyos, y Natasha trató de sonreírle, mientras Sam volvía a exigir atención medica para su amiga.
El agente lo calló mostrándole su arma, solo para después electrocutar al agente sentado a su lado.
— ¡Auch! Esta cosa estaba aplastando mi cerebro. — María Hill se reveló detrás del casco, dejando a un Sam Wilson bastante embobado.
Y con un placentero ardor en su antebrazo derecho.
— ¿Y él quién es?
La castaña preguntó, mientras sin saberlo, las líneas brillantes que había tenido toda su vida sin tomar una forma volvían a estar en constante movimiento.
María les ayudó a escapar en minutos, y los llevó hacia un lugar secreto y seguro, en sus palabras. Steve se sentó al lado de la pelirroja, y tomó una de sus manos entre las suyas, para luego dejar un pequeño beso en su cabello.
Estaremos bien. Prometió en silencio.
No demoraron en llegar al lugar donde Hill les prometió que estarían seguros, tomo de la cintura a Natasha, ayudándole a bajar del auto.
— Estarás bien, estarás bien, estarás bien. — Repitió mientras caminaban a lo que parecía una especie de represa, y María pedía ayuda médica para la espía.
— ¿Estás tratando de convencerme a mí, o te estas tratando de convencer a ti?
— Un poco de ambas.
Escuchó una débil risa por parte de la pelirroja, que se silenció de inmediato cuando la castaña les dijo que debían ver a alguien primero. Los guio por una serie de pasillos, hasta llegar a una cortina de plástico.
Nick Fury estaba frente a ellos nuevamente, en una camilla y más vivo que nunca.
— Al fin se dignan a venir.
— Hijo de puta. — Natasha murmuró por lo bajo, impactada, y a la vez, decepcionada.
— También es un gusto verte, Nat.
— Laceración en la columna vertebral, fractura de esternón, clavícula destrozada, hígado perforado y una horrible jaqueca.
— Olvida el daño en el pulmón, señor. — Interrumpió el medico que curaba a Natasha, mientras un sentimiento de enojo recorría todo el cuerpo de Steve, mezclado con la preocupación hacia la herida de su alma gemela, además de la evidente sorpresa al no solo enterarse que Fury estaba vivo, si no que, Bucky, a quién le había llorado por años, también lo estaba. Y no lo recordaba.
— Claro, no hay que olvidarlo, pero fuera de eso, estoy bien.
— Los vi operarte, vi como su corazón se detuvo. — Natasha habló en un tono tenso, mientras el super soldado podía sentir el enojo que trataba de ocultar.
— Una droga que Banner desarrolló para el estrés. Reduce tu pulso a un latido por minuto, no le fue de gran ayuda, pero le encontramos un mejor uso.
— ¿Y por qué tanto secretismo? ¿Por qué no nos dijiste?
— Todo intento de asesinarlo debía parecer exitoso. — María respondió por su jefe, mientras este seguía con aquella sonrisa socarrona que Natasha moría por borrar lo antes posible.
— Si ya estás muerto no pueden matarte. Eso, y además, no sabía en quién confiar.
La pelirroja abrió la boca para responderle, pero la cerró sobre el mismo segundo.
Se sentía dolida, siempre se vio como la mano derecha de Nick, después de María, y pensó que el moreno no seria capaz de enfrentarla nuevamente al dolor de perder a la persona que le había dado una segunda oportunidad para soldar sus números rojos.
Salió de la habitación al momento después de que el doctor terminara de vendarle su hombro. Apuró sus pasos todo lo que fue capaz, pero Steve Rogers de inmediato estaba pisándole los talones.
— Nat, ¿estás bien?
Se limitó a asentir, mientras entraba a una pequeña sala de reuniones que -el verdadero- SHIELD había formado en aquella fortaleza.
— Estoy bien, Steve. Solo tengo un poco de dolor en el hombro y...
— Estás furiosa con Fury. — El soldado completó su frase, haciéndola sonreír levemente.
— Sí, eso también. Pero ¿cómo estás tú? Lo de Bucky no debe ser algo fácil de procesar. — Steve se sentó frente a ella, buscando la calidez de su mano, buscando la seguridad y confort que la rusa le brindaba.
— Me pasaron muchísimas cosas en pocos días, nos han pasado muchas cosas en pocos días. Y si te soy sincero, eres lo único que me ha mantenido cuerdo.
— Me alegra ser una buena amiga, entonces.
— Ese es el problema, Nat. ¡No puedo ser tu amigo! —El rubio explotó frente a la pelirroja, quien cambió su semblante a uno serio, pero sus ojos poco a poco reflejaban su dolor. — No quiero ser tu amigo, no cuando llevamos esto. —Corrió un poco la chaqueta de la rusa, mostrando las brillantes iniciales de su piel. — No puedo ser tu amigo cuando lo único que quiero en este momento es refugiarme en tus brazos y besarte hasta que el aire sea necesario. No puedo, porque estamos destinados a ser, Nat.
Le acarició la mejilla, mientras la mirada de la pelirroja evitaba sus ojos azules.
— No puedes alejarme y fingir que no tenemos esta conexión, no puedes fingir que no somos almas gemelas.
— Lo sé. —La rusa le miró, mordiendo con suavidad su labio inferior, aguantando las lágrimas.
Natasha tomó un respiro profundo, disipando todas las dudas, los miedos, las inseguridades y las voces en la cabeza que le repetían constantemente que el amor te hará débil, Natalia.
E hizo que el rubio se pusiera de pie.
— Entonces, supongo que solo puedo hacer una cosa. — Se aproximo a sus labios, cortando poco a poco la distancia que les separaba. — Supongo que debo dejar de fingir que no estoy total e irremediablemente, enamorada de ti.
Steve rió, encontrando una pisca de felicidad dentro del caos que rodeaba sus vidas en aquel momento.
Y volvió a juntar sus labios.
Centro de Washington.
22: 05 pm.
El sonido de las herramientas arreglando el daño que le habían hecho a su brazo metálico llenaba la habitación donde tenían a Bucky Barnes.
Su mirada se encontraba perdida, mientras pequeños recuerdos se asomaban en su mente como una película donde él era solo un mero espectador.
"Sargento Barnes..."
"¡Bucky! ¡No!"
"El procedimiento ya ha comenzado. Ahora serás el nuevo puño de HYDRA"
Un espasmo le recorrió el cuerpo, haciendo que su brazo metálico lanzara lejos al mecánico que trabajaba en él. En menos de un segundo las armas apuntaban a su cabeza, evitando que hiciera otro movimiento más.
Alexander Pierce no tardó en llegar, pidiéndole de inmediato el reporte de misión.
Bucky quería preguntar por el hombre en el puente, quería preguntar por qué se le hacia tan familiar, por qué recordaba con tanta intensidad aquellos ojos azules.
Pero prefirió quedarse callado, y dar el reporte de misión planeado.
Así no borrarían su memoria nuevamente.
Así estaría a salvo, y más cuerdo, la próxima vez que lo viera.
n/a: hOLA SÉ QUE DIJE QUE NO ME IBA A DESAPARECER TANTO PERO ESTOY CERRANDO MI PRIMER SEMESTRE EN LA UNIVERSIDAAAAAAAAD, Y ES TODO HORRIBLE. anyways, LOKI ME TIENE AKDLASJDLAJ y qUEDAN DOS DÍAS PARA BLACK WIDOW Y I- NO ESTOY LISTA MENTALMENTE PARA DECIRLE ADIÓS A NAT Y :( espero q en este capítulo si les deje comentar porque hay tantas cosas de las q quiero fangirlear LAKDLAS
lxs amo mucho<33
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