vi. películas


𝑴𝑶𝑽𝑰𝑬𝑺 !

𝑴𝑶𝑽𝑰𝑬𝑺 !

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Algún jueves de diciembre, año 2012.

— Entonces, Leia y Luke son hermanos, y ambos son hijos de Darth Vader, quien en realidad se llama Anakin, y cuando se dejó influenciar por el sith Palpatine, se volvió malo, y ya no es un jedi después de que Padme muere.

— Sí, algo así.

— Y Padme es la mamá de Leia y Luke. Y ambos son Jedi, pero Luke tiene entrenamiento de Yoda que es como uno de los más grandes jedis de la historia. — Natasha volvió a asentir, aguantando una risa al verlo tan concentrado siguiendo la línea de tiempo de la saga de películas de George Lucas. —

— Felicidades, soldado, acaba de entender Star wars, ya lo puedes tachar de tu libreta.

Hace unos meses habían decidido que cada jueves sería una noche de películas, Natasha solía ver muchas cuando tenía tiempo libre, así que, apenas el super-soldado le pidió ayuda para actualizarse en el siglo veintiuno, comenzó a hacer una lista mental de todas las sagas que Steve Rogers debía ver si o si para poder adaptarse completamente al nuevo mundo.

Y Natasha nunca lo admitiría, pero cada noche de películas junto al soldado, las pesadillas que tenía constantemente, le daban tregua a su cabeza.

— ¿Vas a la fiesta de Stark, por año nuevo?

Steve le preguntó cuando la pelirroja había comenzado a guardar sus cosas, para volver a su pequeño departamento dentro de SHIELD.

— Claro, no tengo otros planes. ¿Tú?

El soldado asintió de vuelta, y antes de poder preguntarle si le gustaría que fueran juntos, la espía le había dedicado una última sonrisa y había salido del departamento.

Steve no lo admitiría hasta varios años después, pero esa noche se fue a la cama pensando en la preciosa sonrisa de la pelirroja y el agradable ardor en su muñeca.

Diciembre 2012, minutos antes del 2013.

Steve había divisado a la rusa desde lejos, estaba usando un vestido negro de mangas largas, que se acoplaba perfectamente a sus curvas, su cabello, que estaba un poco más largo, caía en pequeñas y suaves ondas sobre sus hombros, y aquella bellísima sonrisa estaba decorada por un sutil labial rojo.

Ella estaba simplemente perfecta.

— Romanoff, hey. — Se acercó con una cerveza en la mano a la espía que estaba sirviéndose un trago en la barra. — Te ves... bonita.

¿Bonita? ¿Es en serio, Steve? ¿es lo único que se te ocurrió decirle?

— Gracias, Rogers. — La pelirroja le dedicó una de esas sonrisas que dejaban al soldado sin palabras.

Steve Rogers no encontraba explicación para la inminente atracción que sentía por su compañera de equipo, por su compañera de misiones. Sus manos picaban por acomodar los delicados mechones de cabello que enmarcaban su rostro, sus ojos no podían dejar de admirar aquellos iris verde selva, que tenían pequeñas pintas un poco más verdes que otras, su mente no podía evitar rondar la pregunta "¿Tendrá un alma gemela?"

Antes de poder abrir la boca, por los altavoces que Stark tenía instalados en su hogar, comenzó la cuenta regresiva. Había llegado el momento de despedir un año más.

Cuando la cuenta regresiva terminó, y ya eran los primeros segundos de enero del año 2013, las parejas alrededor de los dos vengadores comenzaron a besarse, el rubio miró con cierta incomodidad a la chica a su lado, y Natasha con una risa, chocó su copa con la botella de cerveza que el soldado tenía en la mano.

Y mientras el soldado sonreía, se inclino a darle un fugaz beso en la mejilla.

Porque, ¿Quiénes eran ellos para romper tradiciones?

Mitad de enero, 2013.

NATASHA ROMANOFF

- Voy en camino, prepara las palomitas, ¿te acuerdas de como usar el microondas, verdad?

STEVE ROGERS

- CLAROQUEMEACUERDOCOMOUSARUNMICROONDAS.

NATASHA ROMANOFF

- Soldado, se te olvidó apretar el espacio, de nuevo. Y dejaste las mayúsculas activadas, de nuevo. Voy llegando, deja las palomitas allí.

STEVE ROGERS

- Note

- No t e

Natasha volvió a sentir su celular vibrar, de seguro era el soldado enviando el resto del mensaje. Tocó la puerta del departamento, con una sonrisa burlona dibujándose inevitablemente en sus labios.

El rubio le abrió con una expresión derrotada, el celular aún en una de sus manos, y pudo divisar el bol con el paquete de palomitas sin cocinar en la mesita de centro. Aquello solo hizo que la rusa se riera, totalmente divertida y fascinada por como el increíble capitán américa, quien había luchado en una guerra mundial y una invasión alienígena, se viera tan derrotado por dos simples aparatos.

— Ya entra, Romanoff.

La rusa entró al departamento del americano aún riéndose. Y Steve estaba haciendo todo lo posible por no unirse a la melodiosa risa que Natasha Romanoff tenía, a esa melodiosa y preciosa risa.

— Voy a instalar mi laptop, y tú iras a hacer las palomitas, ¿de verdad recuerdas como usar el microondas? Porque con el accidente de los mensajes de hoy, estoy dudando de mis capacidades de enseñanza. — Natasha preguntó, aquel deje juguetón y burlesco aún tiñendo su voz.

Steve solo la miró, y con una sonrisa apenas visible, tomó el bol y fue hacia la cocina. Solo debía sacar el contenido del paquete, ponerlo del lado correcto y hacer andar lo que Romanoff llamaba microondas.

Mientras el bol daba vueltas en el electrodoméstico, Steve se dedico a observar la concentración de la agente mientras buscaba la saga de películas que le mostraría esa semana, se dedico a pensar lo precioso que era su ceño fruncido, en lo simple y espontaneas que eran sus interacciones, sin importar si eran en la cotidianidad o luchando contra dioses con complejo de voy a dominar el mundo porque tengo problemas con papá.

El sonido de la maquina lo sacó de su ensoñación, con cuidado sacó el bol de palomitas calientes y en una mitad puso aquel sirope de caramelo que Natasha había traído unas semanas atrás, porque así eran como a la rusa le gustaban.

— Hoy veremos una de las mejores cosas que le pudo pasar al mundo contemporáneo, Harry Potter. 8 películas, veremos 4 hoy, harás la prueba para saber qué casa eres, aunque grites gryffindor por todas partes, y mañana veremos las otras cuatro películas, ¿entendido, soldado?

Steve hizo su saludo militar, para luego sonreír y tomar asiento al lado de la rusa. La historia iba sobre un niño que tenia una cicatriz de rayo en su frente y que había sido dejado en la casa de sus tíos, después de que sus padres murieran. El rubio de verdad intentaba seguir prestando atención, pero su mirada se iba a las reacciones de la rusa, repitiendo las líneas de la película en voz baja, y sonriendo enormemente cuando aquel gigante con una barba contundente dijo "Eres un mago, Harry"

Dos, cuatro, seis horas después, terminaron la cuarta película, y Steve estaba algo impactado de como lo que empezó siendo una dulce historia de un niño que tenía magia, se había convertido poco a poco en una historia más oscura, terminando con el chico hufflepuff muerto.

— Oh, Rogers, no te sorprendas tanto, de esta película en adelante todo comienza a ser oscuro y retorcido. — Natasha sonrió, viendo como su compañero de misiones llevaba su mirada hacia la película, y hacia ella.

Mientras Steve procesaba la información, con aquella mueca de confusión que a Romanoff secretamente le gustaba tanto, sacó la película para poder abrir el famoso test donde podía saber a que casa serian asignados en Hogwarts.

Le fue haciendo las preguntas al soldado entre pequeñas sonrisas cómplices, cambiando en algunas su tono de voz, haciendo que al rubio se le escaparan pequeñas carcajadas.

— ¡Gryffindor! — Natasha anunció, imitando la voz del Sombrero seleccionador de la película. — Valientes y caballerosos, tú, Steve Rogers eres un gryffindor de pies a cabeza.

Steve sonrió, aún no entendía el significado de aquello, pero el solo hecho de ver a la pelirroja ser tan espontanea, el solo hecho de ver su lado hogareño, le hacia sentir el hombre más afortunado del planeta.

Esa noche Natasha se retiró del departamento del americano con una agradable sensación en el pecho, sus mejillas dolían por lo mucho que había reído, y una sonrisa seguía apareciendo inconscientemente cada vez que se acordaba del soldado.

Antes de dormir, volvió a mirar aquellas líneas brillantes que iban definiendo su forma en su clavícula, ya no ardía, pero brillaban más que nunca.

Pero Natasha aún tenía problemas al aceptar lo que la marca indicaba. No se sentía digna de merecer a alguien que la complementara.

Y la espía no lo admitiría en ese momento, pero se fue a la cama rogando que aquel soldado americano que le hacía reír tuviera las mismas líneas brillantes. 

n/a: son aprox. 1500 palabras de ✨domestic romanogers✨ porque es mi concepto favorito de la v i d a. ya vamos a llegar a la acción de nuevo, pero por mientras disfruten estos capítulos livianitos de fluff y referencias a las películas que me gustan. 

p r e g u n t a: ¿qué casa de hogwarts son? aquí una proud slytherin<3

lxs amo muchísimo, sigan cuidándose

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