Día 10
Quizás para muchos diciembre es una época mágica y de alegría,
pero para mí es un mes agridulce desde que no estás a mi lado, abuelita.
Es inevitable sentirme así en ocasiones como estas.
Recuerdo tus regalos y los abrazos que me dabas,
aquellos abrazos que me protegían y, sin darme cuenta, me daban ánimo para continuar.
Quizás sea medio egoísta de mi parte decir que era tu nieta favorita,
pero yo me sentía así.
No sé si era porque soy especial o qué será,
pero a veces sentía que de todas tus nietas,
la que más estabas atenta y preocupada era de mí.
Te extraño como el primer día.
Lentamente me he acostumbrado a tu ausencia
y a esta tristeza que me invade en fechas importantes.
No mentiré, aún me haces falta
y aún sueño que iré a tu casa y te veré sentada
en aquel sillón frente a la ventana.
Y si bien ya pasaron años desde esa vez,
aún no me acostumbro del todo a tu ausencia.
Hola, antes que nada me gustaría decirle le si tienen a sus abuelos vivos disfruten con ellos ya que uno nunca sabe cuándo será la última vez que los veremos y los podremos abrazar
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