único

La puerta seguía siendo azotada como si no hubiese un mañana, podía oír su voz llamarme con desesperación, no quería oírlo, no quería verlo en mi puta vida si era necesario, de todos modos yo no había sido más que su amiga, la que había oído cada uno de sus ligues, la que había presenciado como le metía la lengua en la campanilla a cualquiera que pasara por su lado.

¿Porqué ellas y yo no? ¿Qué tenían ellas que no tenía yo? Me hacía esa pregunta a cada rato, había intentado de todo, le había incluso  dado mi virginidad y el me había desechado como una puta mierda y me había humillado. Me sentía sola, herida, vacía, y todo por su culpa, y parte por la mía por ser tan estúpida.

(Hace dos días atrás)

—¿Qué quieres que te quite la virginidad yo, Ina? —asentí totalmente avergonzada y con las mejillas ardiendo —¿Estás loca? —lo miré ante su ataque de risa —¿Porqué haría yo eso?

—Porque... Eres mi mejor amigo —dije totalmente pequeñita, así últimamente me sentía a su lado.

—Ina, esas cosas debes de dárselas a la persona correcta, a la sabes que te va a hacer sentir bien, a esa persona que no te va a abandonar —me acunó el rostro con sus dos manos, tan grandes que abarcaban toda mi cara y sus preciosos ojos me acogieron.

No era mi culpa haberme enamorado de mi mejor amigo, pero cosas como precisamente estas habían sido las que me habían cautivado completamente, Jungkook conmigo era todo lo que no era con los demás: risueño, cariñoso, sensible... Y me gustaba mucho, siempre, desde pequeñitos habíamos estado juntos y él me había cuidado, pero pronto eso que comenzó con una amistad se fue convirtiendo en algo mucho más grande, y me odiaba por eso porque no había podido tener un novio serio porque estaba enamorada de él hasta las trancas, y dolía, dolía mucho.

—Eso quiere decir que no me vas a ayudar ¿cierto? —levanté una ceja, Jungkook hizo un gesto con su boca que me dio entender que así era, que no me iba a ayudar —¿Pues sabes que? Vete a mierda —me quité sus manos del rostro totalmente indignada —Puedes ir a follarte a todas las putas de la escuela o a cualquiera que te encuentres en una fiesta pero cuando tu mejor amiga necesita un favor que tiene que ver con sexo, vienes y me rechazas bonito para que yo entienda ¿qué bonito, eh? —me crucé de brazos apretando mis labios con claro berrinche, y sentía un peso menos al haberle soltado lo que sentía.

—Claro, porque entonces es eso —se volvió a acercar a mi tocándome el hombro, yo lo miré.

—¿Qué cosa?

—Pues que estás celosa porque sientes que ya no te presto tanta atención —arrugué mi entrecejo —¿Si sabes que eres mi prioridad, cierto?

—Pues si fuera tu prioridad me ayudaras y me cogerías enserio —le solté, Jungkook puso los ojos en blanco.

—Ina.

—Jungkook.

Ambos nos quedamos mirando acusando al otro, en un juego de miradas de retractate-resistiré, y yo, que sabia lo poco que duraba Jungkook, me mantuve, hasta que chasqueo la lengua rodando sus ojos fastidiado.

—Nos vemos el mañana en mi casa para noche de películas, Ina, chao —y así se puso de pie y se largó.

No entendí si esa había sido su manera de decirme que si me iba a ayudar, pero lo tomé de esa manera, y me puse tan feliz que casi me rompo las mejillas al sonreír. Acostarme con Jungkook no iba a cambiar lo que sentía por él, al contrario, iba a hacerlo crecer mucho más, pero a lo mejor si estaba con él de una manera más íntima él se daba cuenta de una vez que yo estaba perdida con él y le gustaba de otra manera que no fuera como amiga. Por eso estaba tan dispuesta que me temblaba el cuerpo solo de pensarlo.

¿Pues noche de películas? Pues noche de películas, el muy cabrón si que había planeado una noche de películas a pesar de que cuando me abrió la puerta de su casa casi se le fueron los ojos al verme con el vestido suelto que traía, además de que no tenía que usar sujetador y me había puesto una tanga que apenas me tapaba algo, pero claro, Jungkook si había dicho enserio lo de ver películas, y yo me comenzaba a aburrir un poco.

Mientras la pantalla enorme de su televisión nos alumbraba, y en un intento por hacerle despabilar, dejé que mi mano viajase hasta su muslo dejándola reposar allí, y se sintió tan placentero tocarle cada músculo de su muslo tan bien formado que comencé un camino hacía arriba con mi mano. Sentí a Jungkook tensarse ante mi tacto, aún así no me detuvo.

Ambos estábamos sentados hombro con hombro, mirando la pantalla, pero sabía que ambos no estábamos viendo absolutamente nada. Cuando mi mano halló lo que realmente quería mi mente, mis mejillas se calentaron y todo mi cuerpo entró en calor al sentir una pequeña erecciones debajo de mi palma. Por instinto giré el rostro, y me llevé la sorpresa de que Jungkook también me estaba mirando.

—¿Eso es lo que quieres, Ina? —preguntó con voz ronca —¿Realmente deseas que yo te haga esto? —su mano también se posó en mi muslo y fue subiendo lentamente pero entre ellos y mi respiración se detuvo.

—Jungkook...

—No pensé que fueras una chica tan traviesa —sus dedos acariciaron el encaje de mi braga en los laterales con su mano ya metida bajo la falda de mi vestido y se sentía muy placentero —¿De verdad quieres hacerlo? —su rostro se acercó al mío hasta que llegó a mi oreja y chupó mi lóbulo, todo mi cuerpo convulsionó. Sentía que humedecía mis bragas y por eso asentí totalmente desesperada —Entonces vamos a la habitación, y si quieres parar, no dudes en decírmelo ¿vale? —volví a asentir.

Jungkook y yo nos pusimos de pie, y caminamos hasta su habitación dejando la televisión puesta. Cuando cerró la puerta no supe que hacer. Jungkook me acercó hasta él y me guió hasta la cama, sin siquiera hacer nada, con su ayuda me dejó acostada sobre su colchón con él encima.

Jungkook se acercó a mi, y cuando pensé que me iba a besar, su cara se metió más abajo besando mi cuello y bajando su mano hasta presionar mi estómago. Mis bragas se humedecieron, y me moví contra su entrepierna que la sentia clavada en mi muslo en un instinto por el placer de sus besos justo en ese lugar.

En respuesta, deslizó su mano aún más abajo, atrapando el dobladillo de mi vestido y tirando de él hacia arriba, corriendo la punta de sus ásperos y callosos dedos a través de mi vientre. Oh, muy sí… mi cerebro decidió que podríamos relajarnos si sentía así de placentero.

En un movimiento rápido, Jungkook me dio la vuelta, gemí por la sorpresa pero me dejé hacer, él volvió a lamer mi cuello desde esa posición y me sentí extremadamente bien.

Retorcí mi trasero y él flexionó sus caderas, frotando su ahora épica erección contra la raja de mi culo. Su mano se movió hacia el norte, mi vestido comenzaba a estorbarle, bajó los tirantes de mi vestido y dejó mis pechos al aire, su mano acarició mi pecho ahuecandolos entre sus manos, tirando del pezón mientras besaba la parte de atrás de mi cuello.

—Oh, mierda… —murmuré—. Se siente bien, Jungkook —gemí, sentí la necesidad de decirle si me sentía bien o no, y Jungkook al parecer no le molestaba.

—Apenas comienza, nena —murmuró, me calentó mucho el hecho de que me llamase nena cuando nunca lo había hecho. Chupó el lóbulo de la oreja dentro de su boca y gemí, eso era muy delicioso. Mi cerebro se apagó por completo, cediendo el control a mi cuerpo, que lo quería dentro de mí.

Inmediatamente.

Di media vuelta, por lo que mi espalda quedó tumbada en la cama una vez más, necesitaba verlo, y envolví mis manos alrededor de su cuello, tirando de su boca hacia la mía. Él había sido tierno hasta ahora, así que no esperaba lo que pasó después. Tomó mi boca de manera dura y rápida, rodando encima de mí y acuñándose entre mis piernas. Me abrió para él y metió su lengua con fuerza, hundiéndose hacia adentro y hacia afuera mientras sus caderas comenzaban a empujar contra las mías. Solo dos capas de tela fina nos separaban mientras su polla chocaba contra mi clítoris, casi brutal en intensidad. Me estremecí, la lujuria y el deseo estallando a través de mí, tratando de ver si podía levantar mis caderas y moverme con él. En el proceso, accidentalmente empujé contra su pecho, haciendo que él interpretara como si estuviera intentando apartarlo.

Pero era todo lo contrario.

Jungkook se apartó de mi boca y gruñó, sus ojos oscuros de deseo y una necesidad tan fuerte que me hizo congelarme. Tenía el aspecto de un animal en celo, su dura polla parecía estar decidida a impresionarme.

—Estoy a cargo aquí, no lo olvides, pero si no te sientes segura... —afirmó.

Asentí, hipnotizada. No me podía quejar, ya que él se alzó lo suficiente como para quitar mi vestido y sacármelo por la cabeza, llevando mis brazos hacia arriba. En lugar de tirar de mi vestido hasta el final, lo enredó alrededor de mis muñecas, sujetándolas cautiva con una fuerte mano sobre mi cabeza mientras se deslizaba hacia abajo, tomando mi pezón y chupándolo con profundidad. La sensación explotó a través de mí y gemí. Fuerte. Un vacío doloroso crecía entre mis piernas y me lo imaginaba metiéndose dentro de mi cuerpo, abriendo ampliamente mis piernas mientras me tomaba con placer.

Estaba dejando a Jungkook jugar su juego, porque confiaba en él y sabía que no me haría daño y me haría sentirme bien, por eso me relajé ante él.

Jungkook tentó su cintura con su mano libre, bajándose sus pantalones junto a su bóxer. Luego empujó sus caderas entre las mías de nuevo. Oh, mierda, eso se sintió tan bien. Ahora la cabeza de su polla se presionaba contra mi raja a través de mi ropa interior, su longitud ya no acariciaba mi clítoris. La fina tela presionada creó una sensación indescriptible, empujando a mi cuerpo con la punta de su polla. Aprovechó para quitarse la camisa que traía y me queté muda al verlo tan deliciosamente desnudo, era precioso, con todo y sus tatuajes.

No me opuse a él, desesperada por más. Alejó su cabeza de mi pecho y se inclinó sobre mí, sin soltar todavía mis manos cautivas. Me retorcí, dolorosamente y desesperadamente.

—Joder, eres deliciosa —murmuró. Cerré mis ojos, tratando de atraparlo con mis caderas, gimiéndole para que me tomara.

—Mantén tus manos sobre tu cabeza —Me ordenó, sujetándome con su intensa y oscura mirada.

—De acuerdo —Le dije, más que dispuesta a hacer cualquier cosa que él me pidiera. Nunca me había sentido tan caliente como me sentía ahora, casi a punto de alcanzar a la Gran O en menos de cinco minutos. Nunca fue así con ningún chico con el que había salido.

Jungkook soltó mi mano, deslizándose abajo, frotando su nariz a lo largo de mi vientre mientras yo me retorcía, luego sus manos atraparon los lados de mis bragas y tiro de ellas hacia abajo. Di una patada al aire para sacármela por completo, abriendo completamente mis piernas para él. Él no dudó ni un segundo, prendiéndose de mi clítoris con su boca, me retorcí y mi cuerpo tembló entero, empujó dos dedos con lentitud en mí. Sin previo aviso, sin casi ningúna preparación, las almohadillas ásperas de sus dedos atacaron mi punto G.
Maldita sea. Había dolido un poco, pero solo un poco, porque por lo demás se sentía extremadamente placentero.

Mi cuerpo se puso rígido y gruñí, los dedos de mis pies curveándose. Estaba justo ahí, justo a mi alcance. Alejó su boca y se rió.

—Sabía que sería así —dijo—. No puedo esperar para entrar dentro de ti, estás tan jodidamente apretada que te lastimaré si no estás lista. Así que voy a estirarte poco a poco y luego joder, esto será bueno. Ya lo verás.

No dije nada a pesar de que dijo "no puedo esperar para estar dentro de ti" y eso lo había sentido como una declaración, pero la excitación no m dejaba pensar con claridad.

Su boca se apoderó de mí de nuevo, chupando profundamente. Sus dedos empezaron a empujar dentro y fuera y gruñí, mis músculos temblando mientras me ponía rígida. Tan cerca. Se detuvo de nuevo, pero no abrí los ojos para ver lo que estaba haciendo. Tal vez debería ver, me hubiera dado alguna advertencia si lo hacía seguro.

Cuando empezó a follarme con los dedos de nuevo, él encontró mi culo con su otra mano. Grité mientras empujaba un dedo en mi entrada trasera cohibida por todo a la vez y me encontré explotando en su boca mientras mi espalda se arqueaba en la cama.

Me tomó un par de minutos para volver a mí misma.

Abrí los ojos para encontrarlo a mi lado, apoyado en su codo, estudiándome con satisfacción pero con melancolía, determinada necesidad. Parpadeé, aturdida.

—Te voy a follar ahora.

—Claro —dije en voz baja, aturdida—. No estoy segura de poder participar demasiado.

Sonrió con una expresión de sombría satisfacción. Luego, cuidadosamente se colocó encima de mí, agachándose entre nosotros para colocar la cabeza de su polla contra los labios de mi hendidura. Regresé a mis sentidos.

—¡Condón! —Jadeé, empujando su pecho—.¡Alto! Necesitamos un condón.

—Quiero tener sexo sin protección —murmuró, entrecerrando sus ojos—. Estoy limpio.

Me estremecí, cerrando mis ojos.

—Quizás tú sí, pero puede que yo no.

Eso llamó su atención, y suavizó sus ojos. Alzo la mano y pasó su pulgar contra mi mejilla, dándome tranquilidad.

—¿Porqué dices eso?

—No quiero hablar de nada de eso. ¿Tienes un condón?

—Sí, en mi pantalón —dijo—. Lo creas o no, no planifiqué todo esto.

Me eché a reír.

—Yo tampoco —mentí descaradamente, sí que lo había planeado.

—Lo sé —dijo, rodando fuera de mí y dejándose caer sobre su espalda. Me puse de lado y miré a su polla por primera vez.

—Oh, Dios mío…

Era enorme. Quiero decir, enorme. No solo el largo, sino también era gruesa, dura y de un brillante rojo enrojecido por lo que parecía casi enfadado. Se curvaba hacia arriba, más ancho en el centro del eje antes de reducirse debajo de la cresta de su cabeza.

No podía evitarlo. Me agaché y delineé el largo, hipnotizada por el calor de su suave piel sobre algo tan duro y formidable.

—¿Te gusta?

Alejé mis ojos de su polla para mirarlo a su cara, leyendo la satisfacción mezclada con su deseo.

—¿Hay condones así de grandes? —pregunté, medio seria.

—Te sorprenderías —murmuró—. Decir esto va en contra de todo lo que creo, pero es mejor que dejemos de lado mi polla.

Jungkook se puso de pie y alcanzó su pantalón en el suelo para sacar el preservativo, me lo enseñó y volvió a mi. Se subió encima de la cama y se arrastró hasta quedar encima de mí de rodillas, su polla empujando agresivamente. Él entrecerró sus ojos y sacudí la cabeza rápidamente, sintiéndome frenética.

Se agachó, y se masturbó, una gota de líquido pre seminal cayendo por su punta.

—Sé qué quieres esto.

Lo quería.

—Quieres que yo sea el primero —apretándoselo fuertemente, deslizando su mano hacia arriba y hacia abajo. Nunca había visto nada más sexy en mi vida. Contuvo un aliento irregular y vi que el pulso en su cuello latía con fuerza.

Se apiadó de mi y me soltó las manos.

Jungkook se acercó a mi. Envolví mis piernas y brazos alrededor de él instintivamente mientras me empujaba más contra él dejando de lado su pollade y centrándose en mi. Luego tomó mi boca y ya no tuve dudas de como terminaría esta noche.

¿Cómo describir ese beso?

Bueno, era áspero y profundo. Su lengua empujó dentro de mí una y otra vez, y sentí su polla deslizándose por mi hendidura mientras bombeaba sin cesar sus caderas al tiempo con la lengua. Me encantaría decir que no me gustaba, que era una pobre víctima de Jeon Jungkook, pero la realidad es que no es cierto, porque yo había sido la que lo había empujado a esto. Me incendié y me hubiera frotado contra Jungkook como un gato en celo si él no me abrazara tan fuerte. Así que entonces, hundí las manos en su pelo e incliné la cabeza para llevarlo más profundo.

Una de sus manos se deslizo por mi espalda, moviéndose a lo largo de la raja de mi culo. La rozó por encima de mi entrada trasera y salté, pero siguió bajando. Luego sus dedos entraron en mí, y tenía que ser honesta aquí, fue increíble. La polla de Jungkook se deslizó hacia atrás y adelante a lo largo de mi clítoris desde el frente y sus dedos se adentraron en mi interior. Se fue después a mi punto G, enviándome convulsiones que me hicieron estremecer más fuerte que cuando te vienes. Luego quitó su boca de la mía y me inmovilizó con sus ojos mientras sus dedos me follaban. Fue entonces cuando comenzó la tortura.

Me llevó hasta el punto del orgasmo una y otra vez. Gemí y gemí, desesperada porque me diera más, pero él solo veía mi rostro con esa expresión fría suya. Odiaba esa mirada, pero había algo en ella que me excitaba también. Él controló cada toque, cada parte de la estimulación apoderándose de mi cuerpo, y no tuvo misericordia. Finalmente sacó sus dedos lejos de mí, levantando mi cuerpo hasta que mis caderas estuvieron a la mitad de su pecho. Su boca tomó mi pezón derecho mientras su dedo empujó dentro de mi culo y gemí, rígida contra su invasión.

Él me ignoró, concentrándose en mi pezón, succionando profundamente en su boca mientras su dedo exploraba mi trasero, algo totalmente nuevo para mí.

Siempre pensé que dolería ser tocada allí, pero a pesar de lo rudo que estaba siendo con mi pecho —y era rudo, no nos engañemos, alternando entre chupar, lamer y morder un poco— mantuvo su suave y minúsculo dedo en mi ano. Estaba tan excitada ahora que no podía empezar a procesar todo lo que sentía.

La presión comenzó a construirse en mí y sentí mi orgasmo llegar. Me puse rígida, preparándome y tensándome apretadamente alrededor de su dedo.

hipnotizada mientras él se inclinaba nuevamente hacia abajo y quedar una vez más entre mis piernas, moviendo su lengua sobre mi clítoris dos veces, que era casi suficiente para lanzarme.

Me moví inquieta, deseando poder traer mis piernas juntas, apretarlas lo suficiente para terminar el trabajo, pero no me dejo, estaba jodidamente cerca.

—¿Te gusta lo que te hago, Ina?

Asentí, debatiéndome entre la ira de sus palabras y la desesperación por su toque. Afortunadamente, dejó de hablar y chupó mi clítoris.  Estalle unos diez segundos más tarde, mis gemidos resonando por toda la habitación.

Agarró mis muñecas y las puso rudamente sobre mi cabeza, manteniéndolas prisioneras con una mano mientras que la otra me trabajaba como lo hizo anteriormente, estaba demasiado sensible. Mi cuerpo estaba hambriento por esto, todavía deseoso.

En menos de un minuto, me tenía preparada y lista nuevamente. Se apartó y escuché el crujido del envoltorio del condón desgarrándose. Jungkook masculló una maldición en la oscuridad antes de girarse, agarrando mis manos y fijándolas a cada lado de mi cabeza mientras alineaba su polla con mi apertura.

Jungkook tenía una gran polla, eso lo sabía. Pero realmente no entendí las explicaciones hasta que empezó a empujar dentro de mí, lento y constante, sin problemas ni interrupciones. Me retorcí contra la cama mientras me llenaba, la satisfacción de sentirse llena templada con pequeñas punzadas de dolor estirándome a lo ancho. Sólo podía distinguir sus facciones en la tenue luz de su habitación, una máscara de determinación y deseo que me abrumaba. Entonces, tocó fondo, con las bolas profundamente en mi cuerpo. Mis músculos se contrajeron a su alrededor, pequeños temblores corrían a través de mí mientras luchaba por retenerlo.

—Tienes que acostumbrarte a mí, nena —murmuró, dejando caer besos a través de mi rostro antes de tomar mi boca de nuevo sin urgencia—. Me lo tomaré despacio.

Y así fue. Gradualmente sentí que me relajaba a su alrededor y cuando empezó a acariciarme, esa gran polla suya frotaba contra mí en lugares que ni siquiera tenía idea de que existieran. Poco a poco se movió más rápido y empecé a levantar mis caderas para encontrarlo, con mi cuerpo ávido de más. Jungkook era diferente, porque su cuerpo era lo suficientemente grande para extenderme de par en par, exponiendo mi centro al delicioso borde de su erección cuando bombeaba dentro y fuera de mi cuerpo. Tener mis brazos sujetos añadió más a la experiencia, porque no podía hacer nada para detenerlo. Tuve que tomar lo que me daba, sin argumentos, y eso era extrañamente liberador, completamente libre de culpa sexual. No sentía ni el mínimo dolor.

No esperé mucho para venirme, arqueando mi espalda de la cama, cada músculo en mi cuerpo apretándose lo suficientemente duro para que doliera.

Fue entonces cuando me dejó ir y empezó a follarme de verdad.

Jungkook pasó de ser un amable amigo de la infancia a un salvaje sin resistencia, levantándose en sus rodillas mientras liberaba mis brazos. Agarró mi cintura, levantando e inclinando mi pelvis para proveer un mejor ángulo cuando literalmente folló mi cuerpo. No tenía ni idea de cuánto tiempo pasó, pero sabía que en un momento alcancé y froté mi clítoris, persiguiendo un cuarto orgasmos. Cuando me golpeó y me apreté a su alrededor de nuevo, él cayó por el borde, explotando dentro de mí.

Me dejó caer en la cama, cubriéndome mientras su polla se resistía y estremecía por su liberación.

Santa mierda.

Ambos estábamos quietos, jadeando mientras nos recuperábamos. Entonces, Jungkook salió de mí, se puso de pie y se quitó el condón, arrojándolo en un pequeño cesto de basura que había.

Me quedé allí en la cama viendo su espalda, Jungkook se llevó las manos a su cabeza y se la estrujó.

—Creo que ya es tarde, Ina, deberías de irte —todo el cansancio que había sentido debido a todos los orgasmos que me había dado se esfumó y abrí mis ojos de par en par.

—¿Qué?

—Ya tienes lo que querías ¿no? Así que ya te puedes ir —me sentí una mierda.

Todo a mi alrededor se derrumbó como un castillo de arenas al ser pateado, mi mundo entero de partió a la mitad, corrí rápidamente cuando me coloqué la ropa obviando el inmenso dolor que tenía entre las piernas, Jungkook era un imbécil, y yo también por creer que todo iba a estar bien.

(Actualidad)

—¡Ya basta! —le grité una vez le abrí la puerta, llorando de la impotencia.

—Ina...

—No quiero verte, tu mismo me echaste de tu casa, ¡Ahora no quiero ver tu puta cara en mi vida! —le grité una vez más, me sentía demasiado mal.

—Lo siento, Ina, de verdad, fui un completo tonto contigo, no debí de haber hecho eso —bajó su cabeza en modo de arrepentimiento.

—Pero ya lo has hecho —dije y el me miró.

—¿No entiendes que aún tengo miedo de que me haya enamorado de mi mejor amiga? —abrí mis ojos como platos —No quiero perder a mi única mejor amiga de siempre, Ina —sus ojos se cristalizaron.

—No me ibas a perder —aclaré.

—¿Realmente crees eso? Ya te perdí, ya no somos amigos, Ina, ¿no te das cuenta? Yo también lo sentí —se tocó el pecho y me sentí feliz al oírlo de esa manera, y me sentí muy egoísta también.

—Vamos a intentarlo entonces, Jungkook, si ya no podemos ser amigos, vamos a intentar ser otra cosa —intenté que entrara en razón acercándome a él. Nos miramos a los ojos.

—¿Y si sale mal? Te voy a perder.

—No saldrá mal, te quiero, y se que tu también a mi, y vamos a intentar estar bien todo el tiempo, pero debes dejarme entrar aquí —apunté su pecho sin dejar de mirarlos a los ojos.

—Siempre has estado ahí, Ina.


Bueno bueno bueno, tu pedido lo escribí en un día, tuve inspiración y fue cuestión de horas, pero si creo que me pasé con la intensidad a pesar de que tenía claro la canción que escogiste, también después me di cuenta de que habías escogido mafia y pues... Ya lo había escrito y así salió, espero que no haya problema.

Pero bueno, espero que te haya gustado y que lo hayas disfrutado que es lo importante.

Lxs sarangheo

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