Un Año Después
El sol caía lentamente sobre el horizonte, tiñendo el cielo de tonos rojizos y morados. Royal Woods había cambiado, y no solo por la desolación que había dejado la plaga. El tiempo había hecho lo suyo. Lo que antes era un vecindario lleno de vida, ahora parecía un campo de batalla. Las casas vacías y las calles desiertas eran la nueva normalidad, una que Lincoln Loud había llegado a conocer demasiado bien en los últimos doce meses.
Desde que había conocido a Ronnie Anne, las cosas no habían sido fáciles, pero al menos había tenido un propósito. Ella no era como los demás niños, no tenía miedo de enfrentar lo desconocido. A pesar de ser joven, Ronnie Anne había demostrado una resiliencia que Lincoln no sabía si compartiría alguna vez. Juntos habían sobrevivido el año más largo de sus vidas, un año en el que la esperanza parecía desvanecerse con cada nuevo amanecer.
El refugio en el que habían encontrado refugio hace un año estaba ahora más fortificado. La casa, que antes era solo un hogar de paso, se había convertido en un bastión de supervivencia. Los pocos sobrevivientes que quedaban en la zona se habían unido, formando una especie de comunidad, aunque el desconfío mutuo siempre estaba presente. No era sencillo confiar en nadie en este mundo. Y aún menos cuando la gente que conocías podía convertirse en un Cruzado en cualquier momento.
Ronnie Anne estaba en el exterior, sentada sobre una piedra cerca del refugio, limpiando un cuchillo con un trapo. Había aprendido mucho en ese año: cómo defenderse, cómo rastrear, cómo entender los movimientos de los Cruzados. Se había convertido en una experta, con un aire de dureza que contradecía su edad. Para Lincoln, ella era más que una amiga. Era su compañera, su única familia en este nuevo mundo.
"¿Qué estás mirando?" Ronnie Anne preguntó, sin levantar la vista del cuchillo.
Lincoln se acercó lentamente, observando el cielo. "Solo... pensando en lo que quedó atrás. En lo que era este lugar. Hace un año, este vecindario estaba lleno de vida. ¿Recuerdas todo el ruido que hacíamos en el vecindario, las bromas, las peleas, incluso las peleas con nuestros hermanos?"
Ronnie Anne sonrió con amargura, dejando el cuchillo a un lado. "Sí, claro que lo recuerdo. Pero el mundo cambió. No podemos seguir pensando en lo que era. Solo queda lo que tenemos ahora, y es suficiente... por ahora."
Lincoln se sentó junto a ella, dejando que el viento levantara un poco su cabello. La sensación de silencio era abrumadora. Ningún sonido de tráfico, ni niños jugando, ni incluso perros ladrando. Solo el susurro del viento y el crujir ocasional de los árboles en ruinas. Era como si el mundo hubiera detenido su marcha, como si la vida se hubiera reducido a un ciclo de lucha por sobrevivir.
"Lo sé. Pero, ¿alguna vez piensas que tal vez podamos recuperar todo esto? ¿Que podamos volver a tener un lugar como antes? Un lugar donde podamos sentirnos... seguros?"
Ronnie Anne se quedó en silencio por un momento, sus ojos fijos en el horizonte. "La verdad, no estoy segura. Pero si alguna vez podemos recuperar algo de lo que perdimos, no será fácil. Nos tocó vivir este apocalipsis, y la mayoría de las veces, es cada uno por su cuenta. No podemos quedarnos anclados en un pasado que no volverá."
Lincoln asintió, comprendiendo las palabras de su amiga, aunque no le gustaban. La verdad era dura, pero tenía razón. No podían vivir de recuerdos. Tenían que seguir adelante, incluso si eso significaba renunciar a lo que alguna vez tuvieron.
En ese momento, un sonido lejano de crujidos les alertó. Al principio, Lincoln pensó que solo era el viento, pero pronto escuchó lo que realmente era: pasos. Pesados, arrastrados. Cruzados.
"¡Vienen!" gritó Ronnie Anne, levantándose rápidamente y empuñando el cuchillo con una habilidad que Lincoln aún encontraba impresionante. "¡Vamos, tenemos que prepararnos!"
Lincoln se puso de pie de un salto, mirando alrededor. Habían fortificado el área lo mejor que pudieron, pero los Cruzados siempre eran impredecibles. Había que estar listo para todo. Corrió hacia el interior de la casa, donde los sobrevivientes se reunían para planificar sus movimientos. Los pocos que quedaban eran personas endurecidas por la guerra, pero la constante amenaza de los Cruzados hacía que el miedo estuviera siempre presente.
Ronnie Anne lo siguió, sin perder el ritmo. "Voy a vigilar la entrada. Tú dirígete a la ventana del segundo piso. Siempre nos vemos mejor desde ahí."
"Entendido," respondió Lincoln, aunque sabía que lo que estaban a punto de enfrentar no sería fácil.
Subió rápidamente las escaleras, el sonido de sus botas retumbando en los viejos escalones de madera. Llegó a la ventana, donde podía ver el horizonte, que se oscurecía lentamente. Los Cruzados se acercaban, sus cuerpos torpes pero coordinados, como si una fuerza invisible los guiara. Lincoln podía ver al menos una docena de ellos, arrastrándose por el camino. Su presencia era como una plaga sobre la tierra, arrasando con todo a su paso.
Unos segundos después, Ronnie Anne apareció en el umbral de la puerta de la habitación, observando la misma escena desde un costado. "No son muchos, pero no podemos subestimarlos. Hay que matarlos antes de que lleguen a la casa."
Lincoln se giró hacia ella. "¿Qué hacemos si vienen más?"
"Si vienen más," respondió Ronnie Anne, con un brillo decidido en los ojos, "los enfrentaremos, como siempre. Pero primero, no podemos dejar que lleguen aquí."
Lincoln asintió. "Entonces, ¿qué plan?"
Ronnie Anne tomó una respiración profunda y, con un asentimiento firme, dijo: "Voy a tomar la delantera, tú cúbreme. Nosotros dos somos más rápidos que ellos. Si logramos tomar a los rezagados por sorpresa, podemos derribar a algunos. Los que vengan detrás no podrán alcanzarnos."
"Está bien," dijo Lincoln, sintiendo la familiaridad de la estrategia. Habían hecho esto muchas veces antes.
La tensión creció cuando los Cruzados se acercaron aún más. Lincoln sabía que este no era solo otro ataque; era una muestra de cuán peligroso se había vuelto todo. Después de todo este tiempo, no era solo la plaga lo que los acechaba. También había gente dispuesta a todo por sobrevivir, personas que no se detenían ante nada.
"Ahora," dijo Ronnie Anne, dándose la vuelta y saltando hacia la puerta. "¡Rápido, Lincoln! No tenemos mucho tiempo."
Lincoln se apresuró tras ella, sintiendo el peso de la responsabilidad sobre sus hombros. Un año había pasado desde que la plaga había arrasado con todo, y aunque su lucha no se había detenido, había algo diferente en él. Un instinto de supervivencia más profundo, una fuerza renovada, como si todo lo que había vivido hasta ahora lo hubiera forjado en algo más que un niño.
Ahora, la supervivencia era su único objetivo.
"Vamos a hacer que cuente," murmuró, apretando los dientes, mientras se preparaba para lo que estaba por venir.
Y mientras el sonido de los Cruzados se acercaba, Lincoln y Ronnie Anne sabían que el fin del mundo tal como lo conocían ya no estaba a su alcance. Solo quedaba una opción: seguir luchando.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top