El chico con un Plan
Amigos míos... Este es, en definitiva, El capítulo más largo de mi historia. Con 6075 palabras.
Empieza el capitulo final.
....
Empezaba otro día tranquilo en Royal Woods, un día como cualquier otro.
En aquél lugar, se encontraba una casa qué sobre salia de entré muchas otras de aquellos vecindarios.
La casa Loud era conocida por albergar a once jovenes, qué según algunas personas, eran unos pequeños monstruos.
La família Loud podia llegar a ser todo menos tranquila, pero ese día en especial, todo estaba tranquilo.
Despues de una agitada y agotadora noche, todos estaban rendidos en sus camas, todos menos un chico de cabello blanco, quién simplemente no podia conciliar el sueño.
Habían ocurrido millones de cosas en tan poco tiempo, qué su cabeza tardaba en procesar tanta información.
El muchacho solo veía el techo, con una mirada totalmente perdida, hasta qué empezo a pensar en voz alta.
- Hola amigos, bueno, hoy es el día, el tan esperado día...
¿Yeii?..., wow, ¿Enserio dije yeii?, de verdad qué doy lástima.
Deberia tener algo mucho mejor, pero simplemente no lo tengo, y la verdad...
No se si lo tendre. No puedo esperar, tiene qué ser hoy, ya qué si espero mas tiempo... Yo... Yo...
Como sea, es algo qué pense por mucho tiempo, no estoy orgulloso de ello, pero sera lo mejor para todos.
Y hablando de eso, seguramente todos siguen dormidos aun, asi qué voy a aprovechar para darles una pequeña sorpresa de despedida al fin y al cabo, también son mí família y merecen qué los trate como tal.
Más aún por como me trataron ultimamente, pero antes de éso y más importante aun...
Él pasillo hay qué cruzar, a los chicos esquivar,
Si al baño quiero llegar...
Vamos, yo se qué se saben la letra.
Después de hacer sus necesidades, Lincoln bajo directamente a la cocina, así paso una hora entera, fue cuándo el chico salió de su hogar en dirección al garaje.
No importaba la dimensión, o el lugar donde estuviera, el garaje de los Loud siempre seria un desastre, por suerte, no lo suficiente para poder tomar su bicicleta.
- Bueno, eso es todo, creo qué con eso sera sufiente, ahora tengo que irme antes de que despierten, o de verdad estaré en problemas jejeje.
Al salir, la atención del joven fue captada por la presencia de su hermano mayor, Loki, quién solo se encontraba enfrente del lugar donde estaban las marcas de todos los chicos Loud, bueno, casi todos.
Lincoln se acerco lentamente a su hermano.
El rubio nisiquiera lo vio, pero se.percató inmediatamente de su presencia.
- Sí continúas hablando solo, van a pensar qué estás loquito. - decia el mayor de manera burlona.
- Bueno, éso me tranquiliza, es lindo qué alguien te escuche de vez en cuándo. - contesto el menor.
- ¿Y te funciona?.
- Ohh hermano, no tienes idea. - contestó Lincoln con una sonrisa.
- Jejeje, entonces lo intentaré algun día. - respondió el rubio con una risa, mientras revolvia el cabello de su hermano menor.
Después de eso, la actitud de Lincoln cambió, el chico tomo su bici, y continuó su caminó.
- Bueno, tengo cosas qué hacer, y ya es tarde, asi qué...
Pero el peli blanco no pudo continuar...
- Lincoln, dame el aparato dimensional.
Lincoln abrió sus ojos de manera sorprendida, aquellas palabras lo habian dejado totalmente impactado.
Sin más que decir, el niño metio la mano en su bolsillo, sacando el reloj dimensional. Acto seguido, Loki se hacerco más y lo tomo.
- Así que pensabas irte sin decir adios ¿verdad? Y para éso era todo él numérito qué está en la cocina, ¿no es asi? - decía el mayor de los Loud en un tono algo firme.
Lincoln nisiquiera lo miro, pero Loki solo puso su mano en el hombro del chico, agachandoce un poco para poder estar a su altura.
- Sabes, te entiendo, se qué es muy duró decir adios , y la verdad, creo qué yo en tu lugar hubiera hecho lo mismo, pero por éso estoy aquí, para que no cometas los mismos errores qué yo y tambien para qué tú seas un ejemplo mejor para todos esos torpes...
Yo se qué es difícil, pero son esta clase de decisiones las qué fortalecen el caracter.
Lincoln continuo sin ver a su hermano.
- Loki, por favor, no quiero qué ellos sufran más por mi culpa, casi pierden a Leif ayer, si algo asi pasa de nuevo por mi culpa, simplemente no lo soportaría. - contestó el chico.
- Lo se, pero si te vas de esta forma, creeme qué tambien los lastimaras, en especial a Leif. - Loki sabia a la perfección qué era lo que tenia que hacer, asi que le devolvio el aparato a su hermano.
- Yo no soy nadie para obligarte a tomar decisiones, es tu vida y no te dire como vivirla, eso depende de ti, tu hiciste mucho por nosotros, lo minimo qué yo puedo hacer es darte el derecho a elegir, pero, sea cual sea la decisión qué tomes, estoy feliz de haberte conocido... voy a extrañarte pequeña pulga mocosa. - El joven rubio sostuvo entre sus brazos al chico dándole un fuerte y sincero abrazó de hermanos, acción que hizo que Lincoln se estremeciera aun más.
Habiendo dicho lo qué tenía qué decir, Loki entro de nuevo a su hogar, no sin antes darle también una pequeña sonrisa al menor.
Lincoln se quedó un rato mirando las marcas qué estaban en la pared de la casa.
El ya habia tomado una decisión, y no estaba dispuesto a cambiarla.
Continuando con su acción anterior, el peli blanco tomo de nuevo su bicicleta, alejandose poco a poco mientras qué Loki lo miraba por una de las ventanas de la casa.
Despues de otra hora, en la qué Loki se mantuvo enfrente de la ventana, por la escalera se escucharon algunos pasos... Unos pequeños pasos.
- Hola Loki. - saludó un pequeño niño rubio.
- Hola Leif, ¿ya estás mejor?
- Si, solo me duele un poco jejeje.
- Éso es bueno.
- Loki, ¿Has visto a Lincoln, lo busque en la parte de arriba pero no esta en ninguno de los cuartos, ni en el baño. - pregunto el niño mientras veia a todos lados.
Loki entonces pensó qué era un buen momento para hablar con Leif...
- Leif, ¿recuerdas la platica que tuvimos hace unos dias?, cuando te pregunté qué era lo que opinabas de éste Lincoln.
Leif era un niño qué si bien vivia de la manera mas salvaje posible ( correspondiente a su edad), el no era ningún tonto, sabía bien lo que su hermano quería hablar con él, o al menos eso creía.
- Loki, yo quiero mucho a Lincoln, no importa de dónde venga, el es mi hermano, pero yo se qué también tiene una famia qué lo ama y lo extraña mucho y la familia siempre tiene qué estar unida.
El rubio mayor estaba orgulloso, si bien Leif podia parecer un niño malcriado, mimado y berrinchudo, el en realidad era un pequeño muy listo, comprensible e incluso adorable, y Loki sabia perfectamente de quién eran los pasos qué, por asi decirlo, el niño trataba de seguir.
Aun así, no le era sencillo decirle lo qué en realidad estaba pasando.
- Leif, verás, Lincoln... El ya...- el joven no pudo terminar de hablar debido al ruido qué hacían el resto de los hermanos Loud, quienes.corrieron directo a la cocina para poder tomar sus preciados alimentos, Leif corrio detras de ellos ya qué no queria quedarse sin desayuno, dejando a Loki sólo.
Por una parte agradecia no tener qué decirle al menor lo qué Lincoln habia hecho, pero de nada servia atrasar lo inevitable.
Loki camino en dirección a la cocina, donde estaban todos, parados en la entrada, con la boca abierta, no podian creer lo qué sus ojos veían.
La mesa estaba llena de Hot-Cakes, algunos con forma de balón y otros se veian particularmente quemados ( lo qué ocaciono qué Lars sonriera un poco), habían panquesillos, y miles, miles de otros platillos, sin duda era un manjar de dioses.
Los señores Loud, qué tambien estaban entré los chicos, empezaron a creer que era un sueño, pero decidieron dejar eso de lado para poder disfrutar de aquellos alimentos.
Todos corrieron a tomar su asiento, todos excepto Loki, quién aun trataba de tener su conversación con Leif.
- Leif.
- ¿si? - decía el menor mientras comía un panquesillo.
- Escucha, lo qué yo queria decirte, es qué Lincoln...
Pero de nuevo, la conversación de Loki se vio interrumpida a causa del timbre de la casa, cisa qué hizo enojar al chico.
- Yo ire. - contesto algo enojado el mayor de los Loud.
Loki camino directo a la puerta, "sea quién sea, literalmente va a recibir toda mi furia. " se decía en su cabeza el rubio.
Al abrir la puerta... Ahí parado con una sonrisa inocente... Estaba Lincoln Loud.
- Perdón por tardar, se acabo el jugo de naranja y fui al súper mercado a comprar un poco, jejeje.
Loki sólo vio a su hermano ahí parado, el rubio estaba tan feliz de ver a ese tonto muñeco de nieve enfrente de su puerta... Así podria golpearlo el mismo.
Loki le dio un golpe en la cabeza a Lincoln, algo qué el peli blanco ya habia previsto, pero que no pensaba qué sucederia.
- Eso me dolió, ¿por qué rayos me golpeaste? - dijo Lincoln, fingiendo estar enojado.
- Por asustarme. Estaba preocupado por ti.
- Awwww, ¿Quieres qué te diga por que te preocupas tanto por mi?
- No por favor, no lo digas. - decía el rubio mientras se llevaba las manos a su rostro.
- Por qué soy tu hermanito favorito - dijo Lincoln en voz alta.
Loki tomo a Lincoln por la espalda, mientras este ultimo solo sonreía.
- Sigue asi, y te prometo qué regresaras a tu dimensión con una patada en el trasero.
- Tranquilo, yo también te quiero jejejeje. - contesto el chico con un tono tan despreocupado.
- Eres tan cursi. - el mayor solo pudo reir ante la actitud del peli blanco. - cómo sea, vamos con todos, seguro nos estan esperando.
- Esta bien, pero primero metere mi bicicleta al garaje, tu toma el jugo.
- okey, pero no tardes o te dejare afuera.
- Bueno, si te creo capaz.
- ¿ya te ha pasado?.
- Créeme, ni te lo imaginas. - contesto el chico, recordando cierto momento de su vida qué hubiera preferido no recordar, pero todo es cuestion de suerte.
Mientras llevaba su bici a la parte de atras, Lincoln empezó a pensar en voz alta.
- Quizás debi ser mas sincero con él...con todos.
Si, pensaba irme sin que ellos se dieran cuenta, pero no precisamente hoy, pensaba hacerlo ayer.
Cuando sali de casa de Ronnie Anne, pense en irme en ése momento, pero tenia miedo, fue por eso qué no me atrevi, y hoy aun tenia la idea, pero ahora se qué hubiera sido estúpido y egoista de mi parte, pero ya no más, ya no más.
El chico entró corriendo a la casa, toda su família lo estaba esperando para disfrutar todos juntos de la comida, una ultima comida juntos.
...
Había llegado el momento, todos estaban reunidos en el patio trasero de la casa para poder despedirse de aquél niño de cabello blanco, no era algo facil de hacer, pero era lo correcto.
Lincoln se acerco a sus padres, quiénes tenían al pequeño León en brazos, para darles un enorme y fuerte abrazo.
- Mamá, papá, gracias por cuidarme, apesar de qué no soy su hijo. - fue entonces qué la señora Loud puso un dedo en la boca de su hijo.
- De éso nada, tú eres mi niño, y no importa donde estés, eso jamás va a cambiar. - Lincoln estaba feliz de escuchar a su madre decir eso, lo único qué pudo hacer fue darle otro abrazo.
- Cuídate Lincoln, y tambien cuida mucho a tus hermanas. - decía el señor Loud.
- Tranquilo, asi será, te lo prometo.
- ¿Dincon de va? - trataba de decir el menor de la casa Loud.
- Si pequeño, asi es. - contestó el joven.
- Dincon Conejo, mi conejo. - decia el bebé, mientras sostenia con sus dos manitas el rostro de Lincoln, cosa qué hizo qué el chico se riera un poco.
- Dincon promete volver, para jugar y cantar. - decía el chico mientras le hacia cosquillas a su hermano menor.
Despues de eso, Lincoln camino hacía donde estaba Levi.
- Y recuerda, no dejes qué tus particulas se separen, y no entres a una dimensión diferente.
- Descuida, ya no más.- Dijo Lincoln mientras le daba otro abrazo al niño de anteojos, muy a pesar de este ultimo.
Entonces dirigió sus pasos hacia donde estaba Lexx.
- Oye, trata bien a mi versión niña o si no entre los dos te haremos la vida miserable. - decía el joven rubio, o más bien, era una amenaza.
- Muy bien, asi será, mientras tu trates de ser un niño bueno. - respondió el peli blanco en tono burlon.
El menor le dio un abrazo y luego le susurro.
- No prometo nada.
- Yo tampoco.
Ambos sólo compartieron una mirada maligna, algo qué sólo ellos dos entendieron.
Despues de eso, el chico continuo con su joven hermano gótico.
- Bueno, esperó que tengas una vida larga y feliz. - decia Lars de manera un poco escalofriante.
- Yo tambien espero que tu seas feliz... Por lo menos muy en el fondo. - decía Lincoln de manera un poco redundante.
El siguiente era Lynn, quien solo estaba de brazos cruzados.
- Me hubiera gustado ir a tu partido, de verdad lo siento.
- Tranquilo, de cualquier forma no pensaba ir, no después de lo de ayer.
- ¿Qué? Pero, dijiste qué era un partido importante.¿por que harias eso?.
- Nada es más importante que la família, ademas si toda mi familia no esta ahí, no seria lo mismo...
- Wow, jejeje, gracias pero...
- No, no, no, no hablo de ti.
Lincoln comprendió lo qué Lynn queria decir...
Y estaba feliz de saber qué el castaño cumpliria su promesa de la noche anterior.
- Hasta pronto Lincoln.
- Hasta pronto Lynn.
Ambos chicos chocaron los puños, con eso les bastaba a ambos.
Los siguientes eran Lane y Luke.
- Lane, trata de no enloquecer el dia de las bromas ¿okey?.
- Por ti conejito, lo qué sea. - Lane extendio su mano y Lincoln de forma confiada la tomo, solo para recibir una pequeña descarga eléctrica. Lo típico.
- Inocente palomita jajajaja. - Lincoln solo rio ante la acción de su hermano.
El chico continuo.
- Asi qué, es todo. - decia Luke en un tono bajo.
- Sí, desgraciadamente. - decía Lincoln con uma sonrisa, tratando de animar a su hermano.
- Oye, Lamentó lo del inodoro.
- Y yo lamentó haber gastado todo tu dinero en dulces y pizza.
- Entonces... ¿estamos a mano?
- Mete tu cabeza en el retrete, ya me diras despues si estamos a mano. - contesto el peli blanco, de forma sarcástica.
- Okey, okey, por cierto, casi la olvidas - El castaño entonces sacó la guitarra qué le habia regalado a Lincoln jace unos días atras.
- Luke, no puedo, esta firmada y...
- Callate torpe, Es tuya, así qué tomala, es nuestra ofrenda de paz. - decia el mayor mientras qué él peli blanco tomaba la guitarra.
Lincoln abrazo a Luke y Luke abrazo a Lincoln. Ambos estaban felices de ser hermanos.
- Oye, ¿recuerdas la letra de la canción?- pregunto Lincoln.
- Jamás la olvidaría hermanito.
Ambos chicos chocaron los cinco y Lincoln continuó con su camino.
Era turno de Loni.
- Hola Enano, te portas bien okey, y promete escribir todos los días.
- Pero yo... Jejeje, esta bien, lo prometo. - a Lincoln le parecio divertida la inocencia de su hermano mayor, asi que decidió seguirle la corriente.
- Saben, en estos días aprendí algo... Que no importa lo rudo y solitario que seas, siempre tendras una familia qué te apoye, eso me lo enseño una gran persona.
- jeje, ¿y esa persona es...?
-Batman.
- ¡¿QUÉ?!
Loni abrazó a su hermano, quién aun no terminaba de procesar aquella respuesta tan absurda, pero aun así, le regresó el abrazo a su hermano mayor.
Seguía Loki.
- Bueno, ahora me siento mucho mejor. - decia Lincoln.
- Eso esta bien.
- ¿Te puedo decir un secreto?
- Claro.
- Me da mucho miedo el futuro, pero me muero de ganas por crecer y ser cómo tú. - decía Lincoln con un tono sumamente tranquilo.
- ¿Te puedo contar uno yo? - decia Loki.
- Por supuesto.
- A mí tambien me da miedo el futuro, pero me muero de ganas por crecer y así ser cómo tú. - contesto el mayor, tratando de imitar el tono de su hermano.
Lincoln solo sonrió por las palabras de Loki.
- Apesar de ser un niño lloron, te voy a extrañar y tu también a mí, ya sabes, literalmente habran muchas lagrimas de machos.
- Te voy a extrañar Loki.
- Si, bueno, ambos deberiamos tomarnos un respiro y vivir una vida simple, ¿no lo crees asi?
- Si, aunque creo qué sera complicado.
Loki puso su mano en la cabeza de Lincoln.
- Cuídate.
- Tú también.
Ahora era turno de Leif, aquél era un momento qué ambos querían que no pasara, pero ya era tarde.
Leif solo miraba a Lincoln.
El mayor empezo a hablar en un tono bajo, para qué solo el niño lo pudiera escuchar.
- Sabes, si quieres, puedo quedarme a vivir aqui con todos ustedes para siempre, seriamos hermanos de verdad, ¿que dices?. - decía Lincoln, sólo para serciorarce de una cosa.
Leif solo se limitó a sonreir.
- Lincoln, creeme qué Nada me haría mas feliz, nada, excepto verte a ti feliz, además, tu y yo, somos hermanos.
Lincoln solto un enorme suspiriro de alivio, ahora ya podia volver tranquilo, no sin antes hacer una cosita.
- Leif, tengo algo para ti, un regalo, de parte mía y de Levi. - Lincoln metio su mano en el bolsillo de su pantalón y de este saco una especie de reloj de color rojo, muy diferente al que Lincoln traia consigo.
- ¿Que es esto Lincoln?. - pregunto el menor.
- Bueno, es un extrapolador interdimensional. - decia Lincoln con muchisima normalidad.
- Aaaaaajjjjjaaaaa - decía el niño bastante confundido.
- Jejeje, este pequeño aparato, genera pequeños portales...
- Espera, ¿quieres decir qué...
- Cuándo las vacaciones lleguen nuevamente, podras venir a visitarme cuando quieras a mi dimensión, pero solo en las vacaciones, si prometes comportarte bien y solo si papá y mamá te dan permiso, ¿okey?
- Wow, yo... No puedo creerlo. - decia el niño, dando pequeños saltos.
- Y lo mejor, tiene un comunicador. Asi, podremos estar en contacto. Eso sí, sólo funciona cuando la batería está cargada al 100%, tardará unos meses, pero créeme, cuándo vengas a mi dimensión nos vamos a divertir mucho, a mis hermanas les encatara conocerte, en especial a Lana.
- Genial, Gracias Lincoln. Eres el mejor.
- Qué bueno qué te guste, la idea la saque de un programa de televisión jeje jeje.
- Ya me lo imaginaba. - contesto Leif, en un tono sumamente redundante.
El pequeño niño rubio vio qué su hermano mayor tenia una expresión un poco extraña.
- Y ahora, ¿que te pasa? - decía Leif confundido.
- ¿Te puedo pedir algo? - pregunto el mayor.
- Si, claro, ¿no es dinero verdad?
- No, no es eso
- Bueno, dime ¿Que es ?
El mayor se acerco más a su hermano mientras le susurraba algo al oído, algo que había hecho que aau empezara a reír.
- ¿Por que me preguntas eso? Claro que me puedes dar un abrazo, pav aa ra eso son los hermanos ¿no?. - decía el niño con una sonrisa niño.
Lincoln solo sonrió ante la respuesta, extendio sus brazos y Leif salto hacia él.
Deseaba tanto qué ese momento nunca terminara.
- Ellos son todo para mí, al igual qué tú, asi que cuidalos bien y no dejes qué hagan tonterias ¿si? - decia Lincoln, a lo qué él menor solo asintio. - Voy a extrañarte. - unas cuantas lágrimas salían de los ojos del peli blanco.
- Yo también. - decía Leif, escondiendo su rostro en el cuello de su hermano para qué nadie lo viera llorar.
Todos observaban en silencio aquél emotivo momento, era algo qué sin dudas era como una punzada al corazón ya qué no querían qué terminara. Rita aprovechó el momento para sacar su teléfono celular.
Al terminar con aquel abrazó, Lincoln bajó con mucho cuidado a Leif, ahora ya estaba listo para marcharse, asi qué activo el reloj e inmediatamente apareció una especie de tunel frente a él, a diferencia del primero, este era de color azul.
Levi se acercó a Lincoln.
- Escucha muy bien Lincoln, debido a qué tu dimensión está al lado, tendrás qué caminar un poco, durante esa caminata verás distintos bucles de tiempo y espacio, tienes que ser cauteloso en tu elección.
- ...
- Sólo... Busca tu dimensión... Y ten cuidado.
- ¿Cuidado?... ¿pero con qué? - preguntó el joven Loud.
- Ya lo entenderás...
Esas no habían sido las mejores palabras de apoyó... Pero no importaba.
Justo cuando estaba a punto de entrar... Unas voces lo detuvieron..
- ¡LINCOLN! - gritaron Clyde y Ronnie Anne.
- ¿Chicos?... ¿Qué hacen aquí? - preguntó el niño, sorprendido por la presencia de sus dos amigos.
- Queríamos despedirnos de la manera adecuada... Bueno, yo quería agradecerte, por devolverme una parte de mi felicidad. - decía Clyde
- Ni lo menciones. Somos amigos, ya sabes "Los grandes McLoud". - decía Lincoln
De repente, Lincoln sintió un fuerte apretón, el chico sabía a la perfección de quien se trataba.
- Eres un patético... - decía Ronnie sin dejar de abrazar al peli blanco.
- Pero soy tú patético. - contestó el peli blanco, regresandole el abrazo a su amiga... Algo qué le traía un triste recuerdo... Uno de dos chicos despidiéndose ... De un niño y una niña, que pudieron ser algo más que buenos amigos.
Lincoln entonces continuó... Ya no había otra razón para quedarce... Deseaba una, pero ya no habían...
El niño volteó por última vez para ver a su família y a sus amigos...
- Chicos... Gracias por la aventura - susurró el niño.
Lincoln se tragó todos sus nervios y entro lentamente en el portal...
Leif sólo susurró.
Adiós...
Todo se tornó de color negro en ese momento...
Lincoln no estaba asustado, era un lugar extraño, pero no era tan aterrador...
Poco a poco el lugar se empezó a iluminar...
Parecía un pasillo, un pasillo lleno de miles de espejos.
- Adimito qué esperaba algo más lúgubre, ya saben, estilo Lucy Loud... Pero esto parece más bien una casa de los espejos. No es una maravilla pero... Esperen... Santo pedazo de ...
Lincoln se miró en uno de los espejos y su alma casi se escapa de su cuerpo cuando; en lugar de verse a sí mismo, lo único que veía era a un conejo enorme con una camisa igual a la suya.
Asustado, el chico se miró en otros espejos, pero sólo veía una versión de el con un traje de araña,
otra dónde parecía estar en una cama de hospital, otro donde estaba el sólo, sin hermanos y hermanas...
Pero de todas ellas, fueron dos las que llamaron su atención, una donde en vez de ser Lincoln Loud más bien parecía ser... ¿Linka Loud?... Eso había desconcertado al niño, pero la que estaba al lado de ésa era más intrigante. Se veía a sí mismo cómo un adulto, un adulto qué llevaba en brazos a un pequeño bulto, pero aquel hombre se le veía triste, era desgarrador.
- Vaya, vaya, miren lo qué encontré... - decía una voz con una extraña risa.
De repente, todo se oscurecio.
Lincoln empezó a mirar por todos lados... Y cuando por fin vio de donde provenía la voz... El chico empezó a reír pero de forma algo nerviosa.
- Déjame adivinar... ¿Lincoln Loud? .
De las sombras, apareció un chico de pelo blanco, camisa naranja y pantalones azules...pero había algo raro con esta version... No era esa mirada fría, o esa sonrisa perversa... A éste Lincoln le faltaban los típicos dientes de conejo y además tenía algunos moretones en el rostro.
- Así qué por tu culpa, terminé en otra dimensión ¿verdad? - empezó a hablar el chico con mirada fría.
- Pues... Si, no lo negaré, no puedo en todo caso amigo. - contestó el otro con una risa, cosa que irritaba un poco al otro Lincoln.
- ¿Qué te hace pensar que tu y yo somos amigos?
- Tienes razón, ¿que somos? ¿hermanos? ¿tu serias Linc2? Jajajaja
- Jajaja, sigue soñando. - decía el otro.
- Bueno, yo seré el hermano guapo.
- ¿Ahh si?, ¿y yo quién soy?.
La risa del primer Lincoln se fue haciendo pequeña, fue cuando el chico vio directamente a los ojos a su "versión maligna" con una mirada furiosa pero sin dejar de sonreír.
- El hermano idiota que recibirá una paliza.
El otro chico empezó a reír.
- Por favor... Tu no me das miedo, creo qué eres más cobarde.
- Deberías tenerme miedo.
El Lincoln de la mirada fría se acercó lentamente al otro Lincoln.
- No te metas conmigo niño o terminaras cómo tus hermanas... Creo que ellas no querrán verte la cara después de lo que les hice jejejeje.
Lincoln se había asustado por esas palabras... Pero no podía perder el control, no de nuevo.
Pero algo en su interior le decía qué este sujeto mentía... Fue cuando recordó la plática que había tenido con su madre hace algunos días.
- No me digas, entonces sería muy malo ¿verdad?. Se burlaba el primer Lincoln.
- ¿No me crees? - decía molesto el otro.
- La verdad es qué no.
- Eres un... - decía molesto el chico con mirada fría.
-No, no, no... Lenguaje jovencito, hay niños leyendo esto.
- ¿De que carajos hablas?
- Amigos míos... Si, ustedes... Este pequeño cuento pasará de clasificación A... a clasificación R... Les recomendamos discreción. Esto se pondrá feo... Para el tipo de aquí.
Después de esas palabras, Lincoln le dio un fuerte puñetazo en la cara a su contraparte lo que hizo que el otro saliera volando hasta caer al piso de espaldas.
El otro Lincoln, estaba algo aturdido, ya que jamás espero algo así.
Al tocar su rostro, de su nariz caían unas gotas de sangre.
- Miren nada más, alguien encontró algo de...- el otro chico no pudo terminar de hablar, Lincoln le había propinado otro golpe, pero ahora en el estómago.
-Silencio idiota, a menos que quieras otro golpe. - habló el primer Lincoln, de forma molesta.
El otro Lincoln había perdido el aliento con ese último golpe... No entendía que era lo que estaba pasando.
- Sabes, la verdad es qué no me gusta pelear, me consideró una especie de pacifista nivel 1, pero tú... Tu eres todos los aspectos que odio de mi mismo, eres mi pesadilla.
El otro Lincoln empezaba a ponerse nervioso...
- Seguro pensaste qué al volver a tu dimensión todo regresaria a la normalidad... Pues déjame decírtelo de una manera en qué lo entiendas.- Lincoln volvió a golpear a su contraparte en la cara.
- Todos saben que fuiste tu el culpable de la broma en la escuela... Mamá lo sabe... Los chicos lo saben... Todos lo saben. - decía Lincoln mientras agitaba su puño, ese último golpe también le había dolido a él.
- ¿Y eso qué? - empezó a reír el otro.
Lincoln entonces se tranquilizó y empezó a respirar lentamente.
- Sólo quería que lo supieras de mi parte, no podrás ir a la escuela en unos meses y seguro algunos profesores querrán hablar contigo...
- No me importa.
- Lo se, bueno eso era todo, Chao amigo... - Lincoln se dio vuelta y empezó a caminar.
El otro no comprendía lo qué había pasado.
- Un momento ¿De que hablas? ¿sólo así?, ¿me golpeas y te largas? - hablo el otro, con un tono entre confundido y molesto.
- ¿Te suena familiar?
El otro sólo se quedó callado.
- Dije lo que tenía que decir, así que adiós "My Friend.
El otro se quedó parado, no entendía lo que sucedía.
Lincoln se detuvo en seco para decirle unas últimas palabras a su contra parte.
- Seguro te diste cuenta...
- ¿Qué?
- La razón por la qué no te defendiste mientras te golpeaba... ¿sabes por que no pudiste?
El otro sólo se dio vuelta para irse...
- Por qué en el fondo... Tu sabías muy bien qué está paliza te la merecias.
El otro Lincoln dejó de caminar...
- Yo no dude en ningun momento, por qué no tenía remordimientos al golpearme a mi mismo, ósea a ti. También he hecho cosas malas, pero no dejó que me afecten... pero tu... Tu sientes lástima por ti mismo todo el tiempo.
- Cállate.
- Dime algo, es por eso que te gusta molestar a todos ¿no?, ¿te complace ver sufrir a tus amigos y a tu familia? sólo olvidas tu sufrimiento cuando haces sufrir a los demás ¿no?.
- ¡CALLATE!. - gritó el otro Lincoln mientras caía de rodillas.
Hubo un silencio profundo.
- Entiendo por qué eres así...
- Tu no me conoces.
- Bueno... Eres Lincoln Loud, el hijo de enmedio, tienes 5 hermanos mayores y otros 5 menores... Pero a diferencia de mí, Tu crees qué vives a la sombra de ellos, por qué piensas qué para el resto del mundo tu sólo eres otro de los chicos.
El otro sólo miraba el piso.
- Fue por eso que no regresaste a tu dimension... Por qué te gustaba la atención que recibias por parte de mis hermanas. Eso lo entendí cuando supe que tu pudiste haber regresado a tu dimensión desde hace unos días.
El otro continuó en la misma posición.
Lincoln camino de regreso hacia donde estaba el otro, pasando al lado de el.
- Supongo que si venías de aquí, entonces mi dimension está por allá...
El otro continuó en el piso.
- Escucha, si continúas viviendo así, te perderás de las cosas buenas de vivir en una familia numerosa, no es fácil, eso lo se muy bien, pero al final de todo... No hay nada mejor que tener a una familia qué puedas amar.
Pero tomalo como un consejo... Vive tu vida como tu quieras, pero mínimo, respeta tu único hogar - Lincoln continuó su camino.
- ¿Como te atreves? - empezó a hablar el otro, lo que hizo qué Lincoln se detuviera para poder escucharlo..- No eres nadie para decir eso... Abandonaste a tus hermanas, sólo para ser feliz, sólo pensabas en ti... En el fondo eres un egoista. No eres mejor persona que yo.
Lincoln no volteó
- Tienes razón
-¿Que?
- Que tienes razón, no lo soy... Pero intento serlo. Y podré verme en el espejo mañana por la mañana. Haz lo que quiereas... Quédate aquí... O intenta ser mejor que yo.
Lincoln, por primera vez en días, estaba en paz consigo mismo.
El muchacho continuó caminando... Dejando a su contraparte sólo en la oscuridad, llorando.
Después de caminar un rato, el lugar no cambiaba en lo.más mínimo.
- Rayos, ¿como se supone que encuentre mi hogar?
Entonces, el reloj dimensional empezó a emitir una especie de alarma.
- Mmm, creo qué estoy cerca.
Lincoln empezó a correr más rápido, corrió y corrió hasta que llegó al último espejo de aquel pasillo, el cual sólo reflejaba su habitación...
No había duda, esa tenía que ser su dimensión ...
Cuando Lincoln tocó aquel espejo, el lugar empezó a temblar, fue cuando el artefacto comenzó a succionarlo , llevándolo a su interior...
Todo se volvió oscuro nuevamente.
Lincoln despertó justo en el piso de lo qué era su habitación, un poco aturdido por aquel violento golpe.
- Jamás haré eso otra vez, ya me han golpeado mucho estos días...
El chico salió de su habitación, y empezó a caminar por el pasillo, todo estaba en completo silencio.
Cuando el niño se acercó a las escaleras, de la nada y sin previo aviso, el niño sintió un fuerte empujón que lo hizo rodar por las escaleras.
El chico no tuvo tiempo de reaccionar, sintió como alguien se ponía encima de el, fue cuando el chico pudo ver el rostro de su atacante.
- ¿Lana? ¿Qué demonios haces? - preguntó el niño.
- Guarda silencio... Te dijimos que no podías salir de la habitación. - amenazó la niña con un bar en mano.
- ¿Qué? - volvió a preguntar el chico.
- ¿Ya estás listo para regresamos a nuestro hermano? - fue entonces cuando Lincoln comprendió todo.
- Lana, soy yo. - la niña lo vio de pies a cabeza, si, tenía moratones pero esta si tenía sus dientes de conejo. Aún así, no estaba dispuesta a arriesgarse.
- Pru... Pruébalo - decía la pequeña niña rubia, tratando de no tartamudear. Lincoln sabía exactamente que decir, pero quería divertirse un poco.
- ummm, veamos ¿cuáles eran los tres pasos de Gil ?... Ah si, Camina, saluda y... - habló el joven Loud hasta que fue interrumpido.
- Cállate, cállate... Espera, si eres tu... - decía Lana de manera sorprendida.
- ¿Recuerdas lo que te dije?... "Tu eres tu, te gusta reparar, ensuciarte y tienes anfibios en el bolsillo, por eso tú eres increíble y fue una locura tratar de cambiarte" - decía Lincoln, recordando aquel lindo recuerdo que había compartido con su hermana hace ya algún tiempo.
Lana entonces estaba segura... Este era Lincoln, era su hermano.
La niña se abalanzó sobre el chico, sólo para poder abrazarlo con todas sus fuerzas, a lo que Lincoln sólo empezó a reír de felicidad. Estaba de regreso en casa.
- Te extrañe mucho, ¿donde estabas?. - preguntó la niña con lágrimas en los ojos.
- Bueno, es una larga historia, pero ¿donde están las de más?
- Fueron a comprar instrumentos de tortura. - eso causó que Lincoln se sorprendiera un poco.
- Bueno eso explica por qué mi otro yo estaba todo golpeado y sin dientes.
- Esa fui yo. Decía la niña sonriendo - el trato de hacerse pasar por ti, pero sólo nos tomó una hora darnos cuenta, para ser Lincoln Loud, te interpreta muy mal. Pero el no quería decirnos como traerte de vuelta, así que lo encerramos en tu cuarto. Pero sólo lo compramos una vez, tratamos de ser amables pero como no funcionaba, decidimos pasar a la tortura.
Lincoln está en lo correcto, el otro, de una manera un poco retorcida, disfrutaba de ese tipo de atención.
- Bueno, será mejor ir por ellas, después les contaré todo. Vamos.
- Si.
El peli blanco empezó a sentir lástima por si contra parte, quizás si había sido un poco duro después de todo, pero era por su bien y el de todos.
Y aunque el se negara a cambiar, al menos, ya nadie sería víctima de las maldades del chico. Eso lo Tranquilizaba.
Ambos salieron de la casa, Lana tomó la mano de su hermano, Lincoln estaba feliz de volver, si, no sería fácil explicar por qué se había ido en primer lugar...
Pero no importaba, ahora mismo, eso ya no importaba.
Ya todo staba bien...
Dos semanas después.
En la dimensión de los chicos, todo había vuelto a la normalidad.
Bueno, casi todo.
En la sala de la casa se encontraba Leif, quien sólo estaba sentado en el sillón, dibujando como todo niño pequeño.
- Hola enano. - decía uno de los mayores.
- Hola Loki. - contestó el menor con una sonrisa pequeña.
- Oye, tengo que ir al supermercado, ¿quieres acompañarme? - preguntó el mayor.
- No, me quedaré aquí.
- ¿Estas seguro? No hay nadie en la casa... Más que tú y ... Lincoln. - el tono del mayor era un poco cortado.
- Tranquilo, puedo manejarlo. - contestó el menor con una sonrisa, cosa qué no tranquilizó del todo a Loki, pero decidio respetar la decisión de su hermano.
- Esta bien, nos vemos. - Loki salió de la casa...
En ese instante, de la cocina salió Lincoln, el otro Lincoln, quien llevaba en la mano un emparedado.
Leif nisiquiera se molesto en verlo, pero si percibió el aroma de aquel alimento, cosa que hizo que su estómago rujiera, algo qué Lincoln había escuchado a la perfección.
- Oye... Leif. - habló el peli blanco.
- ¿Qué? - respondió el niño a secas.
- Si tienes hambre... Yo... Ehhh... Puedo prepararte algo, sólo si tu quieres. - decía el chico un poco nervioso.
Leif lo miro a los ojos, y por un momento, ese chico parecía ser otra persona.
- Me gustaría un emparedado como el tuyo. - contestó el menor con una pequeña sonrisa.
- Bueno, este ya lo mordi, pero enseguida te preparo otro. Espera aquí. - el joven salió corriendo de regreso a la cocina.
Leif, sacó de su bolsa el reloj qué Lincoln le había dado antes de irse y empezó a reír en voz baja...
Esto será divertido.
El niño corrió detrás de su hermano. Dejando el aparato en el sillón.
Las cosas ya no serán las mismas... Y eso... Eso será divertido...
- Decía un chico rubio que se encontraba parado afuera de la casa de la familia Loud.
Será divertido.
.............
Bueno amigos...
Este es El final de la historia.
Quiero darles las gracias a todos ustedes por apoyar y seguir este "pequeño cuento" durante todos estos meses.
Créanme que sin eso esta historia se habría quedado en sólo 6 capítulos.
Espero que les haya gustado este final, yo en lo personal, me divertí escribiendo El encuentro de los dos Lincoln's.
Esperen las capturas en menos de 24hrs y un epílogo próximamente.
Bueno, creo que ya No tengo más palabras...
No es una despedida, aún hay otra historia por contar.
Gracias por todo.
Nos vemos.
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