capítulo 2

Mundo real

Narración Lincoln.

Aun cuando sé que esto puede ser ficticio porque me cuesta creer que sea real, vivir en paz parecía una realidad en este lugar, pero tan difícil de creer, un mundo donde las únicas dos personas que son casi dioses, un lugar que no tiene salida, parecía más un tipo de cárcel con privilegios.

Aun con toda la felicidad que ella me había dado, no era suficiente para sentir de nuevo, el enorme vacío que llena todo mi pecho, todo el odio y la felicidad había disminuido considerablemente, aun así no acabe completamente vacío.

Aun mirando lo que pareciera el universo en color inverso. No tenía lógica alguna, tal vez todo esto era parte de mi cerebro permaneciendo en un estado dormido o vegetativo. Si toco mi rostro siento el tacto de mi mano, golpeándome el dolor se presentaba, aun si fuera reacciones de mi cerebro, estaba muerto o no, si estaba muerto, estaba agradecido por esto y si no ojala nunca despierte.

Dando un suspiro divise a mi amiga dormida, a mi costado, al ver su delicado rostro, que talvez compare como un flor por su aroma, despacio levante mi mano para tocarla, cada vez que me acercaba sentí que mi profundo vacío se llenaba, sonríe por esa sensación tan satisfactoria.

Al unos centímetros, la sensación de mis manos habían desaparecido, desde la punta de mis dedos la piel se convirtió en ceniza, avanzaba más rápido, eso me asusto, vería nuevamente a Annie, intente gritar para que despertara, pero desde lo más al fondo de mis cuerdas vocales, algo evitaba que siquiera sean utilizadas.

La parte de mi brazo izquierdo había desaparecido por completo y ya estaba perdiendo la respiración de su pecho. En un acto desesperado caí sobre ella, la cual reacción rápido por el golpe.

_... Lincoln... ¡Lincoln!_ caí al suelo por lo cansado que me sentía, me sentí débil por verla llorar, enserio detestaba que lo haga.

_ Lincoln, por favor... ¡tú no!, no me dejes, no me dejes _ aunque tus suplicas sean en vano, lo agradezco, como quisiera decirte lo feliz que me hiciste en estos meses. Pero odio no poder hacerlo realidad.

_te amo, te amo, te amo_

_ ¡Lincoln te amo! _ Yo también te amo Annie, solo espero que me perdones por no decírtelo antes.

Mi último respiro, se fue de mis pulmones y entonces solo quería ver tus ojos por última vez. Tus ojos negros eran me encantaba por compararlos con el mismo vacío dentro de mí.

_ buscare la forma de encontrarte Lincoln, en cualquier lugar que estés, te prometo que no será la última vez que nos veamos, amor... _ también te encontrare Annie, en cualquier lugar o tiempo, solo sé que lo hare.


"es un promesa" nuestras voces fueron lo único que escuche, antes de volver a sentir el mismo jalón hacia donde mi conciencia valla.


Narrador

En el hospital de Royal Woods, las enfermeras y doctores seguían su rutina, eventualmente una enfermera morena de procedencia mexicana, se encontraba afuera de la habitación de un chico en particular, tal vez la culpa por la acciones de su hija, no dejo al chico en su estado, la doctora María, observa como una de las hermanas Loud leía a su hermano acostado en la cama un libro de poemas, eso le pareció tierno a la señora, que solo se quedó escuchando algunos versos de la niña.

Mientras en los pies de Lincoln, se encontraba su hermana Lucy Loud, aun persiguiendo con su lectura en voz alta. Porque el gesto, cada una de sus hermanas juro que pasarían más tiempo con su hermano, ellas sortearon los días en los cuales una de ellas visitara al peliblanco.

A ninguna de las hermanas parecía disgustarles el acompañar a su hermano, se sentían más aliviadas de sus acciones con hacer estos actos. Le daba a cada una, un cierto confort.

_ Y con esto termine, el poema que escribí Lincoln _ la niña dijo, mientras cerraba su cuaderno y se bajaba de la cama.

_espero que te haya gustado _ Lucy dijo, para después mirar a todas a la enfermera que estaba en la puerta.

_ cuídalo, por favor_ ordeno a la enfermera.

_ Estate segura, lo cuidare muy bien _ María dijo algo nerviosa por el tono que lo dijo la niña.

Entonces los sonidos de pitidos, proviniendo del monitor del corazón, se elevó un poco, eso llamo la atención de las dos chicas de la habitación, para la felicidad de las dos, observaron como el peliblanco abría poco a poco los ojos.

Al poco tiempo el chico abrió los ojos completamente, lo que preocupo a la enfermera y a la niña, es que el chico/hermano se encontraba derramando lágrimas. Ninguna se movió por lo sorpresivo de su despertar.

El albino dejo de llorar para levantar su cuerpo para sentarse en la cama. Su vista se colocó con pesar a las mujeres de enfrente, reconoció a las dos como su hermana Lucy y su antigua suegra María.

Aunque el chico no parecía alterado, ni tampoco feliz o confundido por su levantada.

_ ¡Lincoln! _ la chica dejo de mirar su hermano y se abalanzo a hacia su hermano en un gran abrazo.

_Lincoln, Lincoln, despertaste, hermano estas de vuelta_ la chica solo lloro en el pecho de su hermano, mientras seguía diciendo su nombre.

El chico capto rápido las cosas, la palabra "despertaste" fueron muchas respuestas para el chico, analizo su situación ignorando completamente su hermana. Miro los cables conectados en él y lo alto y delgado que se encontraba. Estaba en coma fue la deducción del chico, aunque no sabía cuánto tiempo había pasado, estaba seguro que fueron el mismo tiempo que en ese lugar, pero para dejar esa duda el albino miro a la señora.

_ ¿cuánto tiempo estuve dormido? _

La enfermera salió de su sorpresa para responderle al muchacho.

_ Lincoln, yo soy la persona indicada para decirle eso, pero espere un momento que llamare a sus padre ahora mismo_ la señora estaba a punto de salir.

_ ¿cuánto tiempo? _ El albino alzo la vos un poco para que valla al grano.

María sin más le respondió a su paciente, por la insistencia _ 6 meses y 9 días para ser exactos _

Eso confirmo la teoría del albino, para su pesar tenía que aceptar que todo fue un sueño. Y maldijo adentro suyo por despertar.

María se sorprendió por como lo tomo el albino, no parecía triste, no tenía enojo en su rostro y no existía ningún rastro de felicidad, ni se inmutó por el abraso de su hermana.

_ te puedes quitar, por favor _ el albino con todo el vacío de su interior dijo.

Esa respuesta hizo que la niña se apartara con mucha tristeza, aun con lágrimas pensó que su hermano la odiaba.

_ hermano... discúlpame, no sé qué me paso, de verdad lo siento _ Lucy dijo muy arrepentida de sus actos.

El albino no escucho nada de las palabras de su hermana, él se encontraba en sus pensamientos, afrontando que estaba nuevamente solo.

Nadie la chica solo se quedó parad mientras preguntaba algunas cosas a su hermano, el no respondía a ninguna, solo se dedicó a mirar la ventana de alado.

María se encargó de llamar a los padres del chico, después de unos minutos las puertas del hospital fueron abiertas por una estampida de Loud.

Toda la familia Loud, se acercó a la señora Casagrande, Los padres hablaron con ella y les dijo lo que pasaba con su hijo, ellos se preocuparon por que los odiara.

Los primeros en entrar fueron los Padres.

Al solo mirar observar la habitación, sintieron un frio enorme, pero divisaron a su hija sentada a un lado con la mirada gacha. Y para la alegría y preocupación de los señores, llegaron a ver su hijo despierto, sentado en su cama mirando las nubes.

_ ¡hijo! _ La madre se abalanzo hacia su único hijo varón.

Ella abrazo a su hijo, lloraba su despertar, pero más por la culpa. Ella solo tomo su rostro con sus manos.

_ hijo despertaste, por fin despertaste _ ella festejo con lágrimas el milagro.

El albino observo a su madre, no le importo su preocupación, solo le molestaba que tenga contacto físico con él.

_ Desgraciadamente... _ el albino dijo lo que sintió.

La palabra del muchacho provoco que su madre se tensara, soltando poco a poco sus manos de su rostro, observo sus ojos. No encontró vida en ellos, era como si hubiera un vacío.

_ Y dígame doctor cuando puedo salir se este lugar ­_ sin importarle lo que dijo su madre el albino pregunto al doctor.

­_ Bueno, joven Loud solo le haremos algunos exámenes para respaldar su estado _ el doctor a lado de la enfermera dijo.

_ eso suena bien _

­después de unos cuantas preguntas, el doctor afirmo que el paciente peliblanco se encontraba bien, aún tenía unos pequeños moretones pero con el tiempo se le pasara. El albino dejo preguntar y solo se paró de la cama, con la preocupación de sus padres.

_ hijo, no tienes que levantarte todavía aun puedes estar lastimado _ el señor Loud ordeno.

_ si no mal lo recuerdo tu sabes porque estuve en esta cama y creo que no tuviste el valor moral de decir la verdad, así que creo que es mejor que no me estés ordenando nada, no crees que estarías en problemas si solo confieso lo que paso reamente _ el albino miro a su padre, el cual bajo la mirada.

La hermana y sus padres temblaron por sus palabras, no creían que su hijo los amenazaría, se quedaron callados para no hacerlo enojar.

_papa...­­_ lo extraño de las palabras del albino, no fueron esas, si no como las dijo, una forma fría como si no le importara relámete la culpa de su padre, no había asco en ellas.

Toda la curiosidad estaba en el doctor, que la sabia la verdad del señor Loud, pero no de su paciente, al igual que la enfermera María se miraron entre sí por lo que no se contó.

_ Joven Lincoln, cual verdad_

El doctor solo espero la respuesta del muchacho pálido.

_ De nada doc., haga que no escucho nada si..._ el albino dijo mirando al doctor, el cual se sintió más pesado y por alguna razón tenía miedo, sentía frio proviniendo del joven.

El instinto del albino se presentó cuando él lo activo hacia el doctor, el cual se quedó callado sin más.

El joven miro a su madre, que tenía sentimientos confundidos, por un lado tenía la culpa de lo hecho a su hijo, miedo de lo que podría hacer ahora con toda esa información y tristeza por los ojos sin vida de su hijo.

­_ tienes algo de ropa _ el albino pregunto a su madre.

_a... a si lo tengo aquí _ la madre del chico respondió. Sacando una mochila de su espalda, abriéndola se encontraba un nuevo conjunto de ropas, ya no eran las naranjas clásicas que usaba usualmente el albino, eran un pantalón negro y una camisa de tela delgada verde.

_ Gracias, ahora si tengo un poco de privacidad no me molestaría _ el albino dijo, aunque no tuviera problemas de cambiarse con todas las personas presentes, él quería ver como estaba su cuerpo después de eso.

La niña Loud se ruborizo un poco por imaginarse el cuerpo desnudo de su hermano, silenciosamente salió de la habitación.

_ Así nos vamos, señores, enfermera _ el doctor dijo para salir acompañados de los que nombro.

El albino al escuchar la puerta cerrarse, se sintió un poco tranquilo por no escuchar las voces de ellos, se desvistió para solo admirar sus nuevas cicatrices, una enorme en el pecho y algunas más en los miembros de los brazos y piernas. Admiro un poco sus nuevos aportes, se dio cuenta que su piel estaba, muy pálida, por no estar expuesto al sol. Aun desnudo, cerró los ojos y pensó en Annie "ellos no merecen tu perdón" recordó esas palabras que salieron de su boca y estuvo de acuerdo con eso, nadie merece el perdón.

Simplemente dejo de pensar en tonterías y dijo.

_ valorare cada recuerdo contigo _

Lo poco que alcanzo Annie de llenar su vacío, se convirtió en piedra y el albino no dejaría este mundo para no olvidar de ella.


Con el tiempo dejo de pensar en eso y simplemente se cambió a su nuevo conjunto.


En la sala de espera se encontraba todas las hermanas Loud preocupadas por lo que les conto su hermana gótica, la amenaza y la frialdad de la boca de su hermano, entristeció a todas por lo su cambio, sabiendo que fueron responsables de eso.

Cuando menos se lo esperaron, la puerta de la habitación se abrió y del salió su hermano, pero había un gran cambio, su altura de ahora 1,76, su cabello ordenado y bien peinado ahora desordenado, aun contaba con su cuerpo delgado, pero se le notaba musculoso de alguna forma, sus ojos ya no eran azules, si no plateados sin brillos.

A paso lento el albino con su nueva vestimenta pasó por el pasillo ignorando las presencias de sus escépticas hermanas. Su caminata fue dura y fría, al igual que su postura recta mostraba elegancia, aun si por el toque de su cabello se le mostraba un poco feroz de buena manera.

Las chicas al notar que ese tipo era su hermano, quedaron en chock por su cambio, no había nada de su hermano en esa cosa.

El chico miro a sus padres junto al doctor, se les acerco y dialogo.

­_ ya podemos irnos _ el albino pregunto.

Los padres se sorprendieron de que su hijo estaba atrás de ellos, no se habían dado cuanta de cuando salió de su habitación.

_ Si hijo, ya nos vamos... bueno doctor ya es hora de retirarnos, adiós _ se despidió la señora.

_ Que tenga buenos días señores Loud_

A paso lento el albino siguió a sus padres desde atrás.

_ chicas vamos... tenemos que celebrar el despertar de su hermano _ la señora Loud dijo, intentando disimular que todo estaba bien.

Las chicas al poder razonar, siguieron a sus padres y hermano hacia la camioneta familiar.

Al estar afuera, el albino sintió la briza del aire golpeando su rostro, era una sensación melancólica que tomo un segundo al albino asimilar.

Ese acto confundió a las hermanas y a los padres, pero aun así ninguno se atrevió a preguntar si estaba bien.

Al visualizar la camioneta, cada una de los Loud se sentaron en diferentes sitios para dejar a su hermano en el "punto dulce", el chico ni quiera se dio cuenta del aquel gesto. Con simpleza se santo en el siento.

El camino a casa fue silenciosa, para el gusto del albino, solo esperaba no ser molestado con preguntas, de cómo te encuentras o si estás bien, no estaba de humor para esas estupideces.

_ entonces hijo, quieres ir por una gran rebanada de pizza _ el señor Loud pregunto a su hijo.

El albino con su paciencia llego a contestar.

_ no tengo hambre _

Sin molestar más a su hijo el señor cerró su boca. Y dejo que el camino fluya.

Sin ninguna molestia más para el albino, se dedicó solo a ver el vecindario. No fue sorpresa de ver cambios, no mucho, pero notables cambios. El más significativo fue su propia casa, parecía un poco grande.

_ hermano, me pone muy feliz que te hayas despertado _ la pequeña plomera, mecánica y amante de los animales, expresó su alegría de su despertar.

Pero su alegría de desvaneció por la ignorancia de su hermano. Fue incomodo volver a hablarle a sí que dejo de sus comentarios para ella.

Esa pequeña interacción paso a los ojos de sus hermanas y padres, que no podían reclamarle nada a su hermano/hijo. Una de ellas le molesto esa pequeña rabieta, según solo era una simple rabieta de niño.

_ ¡di algo Lincoln! Que no vez que se siente bien por tu salud, eres un malagradecido _ Luna dijo furiosa de como su hermana, se había puesto a llorar en el otro lado de la camioneta.

_ no hace falta qu_ lana fue interrumpida muévame por luna.

_ Claro que hace falta, que paso con el verdadero Lincoln _ luna fue esta vez la que lloro, por sentir la indiferencia de su hermanito.

El albino se había puesto callado para no tener una interacción, no le apetecía aun dialogar con su familia. Pero se estaba formando una escena y él ni siquiera abrió la boca.

_ hermana, no me siento con humor para escuchar tonterías así que... cállate_ suspirando el albino miro a su hermana, para que entendiera.

_ ¡¿tonterías?! , que te pasa idiota _ Lori Loud se unió a la conversación, enojada observo a su hermano.

_ Chicas, cálmense, acuérdense que tenemos hacerle cambiar de parecer, no enojarlo más _ Lucy susurro su hermanas, ellas se calmaron un poco y se sentaron, casi arruinan su plan por sus rabietas, eran ellas las que se comportan como niñas.

_ Gracias _ agradeció Lincoln a su hermana gótica, ella simplemente dijo que no fue nada, pero dentro de ella se sintió bien y pensó, "es un avance".

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